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Capítulo 32

LEAH THOOD

Recordar lo que fue es difícil, más si el pasado ha sido tan bueno y el presente es un desastre, todo se me escapó de las manos demasiado rápido y ahora cargo con aquello que no pude hablar antes, retener todo lo que siento por tanto tiempo tuvo su consecuencia y heme aquí sintiendo tanto y ser incapaz de hablar, mis manos temblaban y mi mente me decía muchas cosas a la vez...

— Ten —  Ezra se acerca con un vaso de agua, me lo entrega pero apenas puedo levantarlo. Me siento tan inútil y vulnerable que doy lastima — Leah, mírame - Volteo a verlo, pero no tengo una vista muy clara de él debido a las lagrimas — Respira junto conmigo, no te desesperes, esto pasará solo confía en mí.

¿Confío en él?

Por supuesto que si, eso ni debería preguntarse.

Empecé a seguir sus instrucciones, inhalé y exhalé a su tiempo, en cierto momento el tomó de mi mano y empezó a hacer algunos masajes con su pulgar lo cual hizo que me estabilizara un poco. No sé cuanto tiempo estuvimos así, pero todo lo que él estaba haciendo por mi me calmaba, mis manos ya no temblaban pero si sentía un pequeño hormigueo, ahora puedo ver sus ojos con más claridad, el color claro de uno y su contraparte oscura del otro, complementándose entre si, algo hermoso e imposible de ignorar.

No sé que le pasó por la cabeza a su madre al odiarlo por eso, a mi me parece bellísimo.

— ¿Te sientes mejor? — Asentí levemente, él sonríe de lado, su mano baja hacía mi muñeca, primero no entendí que hacía hasta que mi mente se iluminó, me está midiendo el pulso — Te estás estabilizando, toma algo de agua.

Y lo hice, tomé un gran sorbo de agua.

— Vas a ser un muy buen doctor Ezra, gracias.

— La paciente también puso de su parte así que, debes darte las gracias a ti misma.

— Ahora que me siento mejor, voy a seguir... — Él me interrumpe —

— Tomate tus pausas, no se ve fácil de contar así que habla tranquila que no me voy a ir a ningún lado.

No sabes cuanto agradezco eso

— Eso haré — Tomé algo de aire, tratando de calmarme para la siguiente parte de la historia — Él después de poco tiempo decidió decírselo a sus padres, ellos no lo tomaron muy bien y empezaron a despreciarlo por eso, le decían que no ganaría lo suficiente y que esa carrera era insegura pero James era una persona bastante persistente en lo que realmente quería por lo que sus padres no lo hicieron cambiar de opinión, lo hicieron de lado, priorizaban a sus hermanos más que a él y ese rechazo le dolió en el alma, lo cambió totalmente, su sonrisa poco a poco se fue secando y llegó a un punto donde ya casi no salía de su habitación... Yo intentaba siempre estar pendiente a él, no me gustaba verlo así, perdió toda aspiración por la música y no quería nada, lo llevé al psicólogo de la escuela y ahí le dieron sospechas de que tenía depresión —  Bajé la cabeza, recordar a mi mejor amigo no es fácil, llené mis pulmones con aire para luego soltarlo de manera lenta, una vez que vacíe el aire que tenía seguí hablando — Nos dijeron para ir a otro centro pero cuando fuimos ahí nos dijeron que debía venir con sus padres por ser menor pero claro, eso no era opción, las cosas en su casa habían empeorado, ya no lo ignoraban si no que lo hacían sentir el peor ser humano del mundo solo por querer estudiar música, me parecía tan injusto...

— Fue injusto Leah, algo tan innecesario.

— Eso no lo vieron los padres de James a tiempo — Suspiré pesadamente. Tomé de nuevo aire — Pero para que entiendas lo que sigue, debes saber como es mi vida en mi casa, mi madre es lo único que tengo, nunca supe nada de mis abuelos y menos de mi padre, mi madre me dijo algo pero después de lo de hoy no sé si creerle, en fin, ella siempre ha tratado de ser estricta conmigo con respecto a los estudios y el éxito, después de la primaria decidí llevar mi propia vida con amistades y bueno quería vivir mi propio yo, me odió por eso pero no podía hacer nada, estaba decidido y bueno tenía a James y Hannah así que las cosas no fueron grises para mí... Pero cuando pasó lo de James y su depresión mis notas bajaron significativamente, no hacía las tareas por estar pendiente, reprobé casi todos los exámenes y dormía hasta muy tarde, saber que estaba en ese ambiente lleno de odio no me tenía tranquila y huir para él no era una opción, sus padres lo buscarían y el volver hubiese sido peor aunque eso nunca lo sabremos - Tomé un poco de aire, tratando de calmarme, la siguiente parte es la más dolorosa - Una noche, James había recibido una gran reprimenda por parte de sus padres dejándolo totalmente dolido, yo había ido a una pijamada con Hannah y me olvidé mi teléfono, iba a volver por él pero Hannah me convenció de no hacerlo y que si James me necesitaba llamaría al teléfono de Hannah ya que él sabía que yo estaba con ella, esa noche mi madre le llamó y le dijo que era un estorbo en mi vida... Empecé a llorar, con solo pensarlo caí en llanto, pero aún así decidí no detenerme — Mi madre le dijo que por su culpa yo perdería un año escolar, él... no lo aguantó y... se suicidó.

Apenas dije esas palabras sentí los brazos de Ezra envolverme, en ese momento me puse a llorar con fuerza y dolor, todo mi interior arde con intensidad, siento que me ahogo en mi propia desgracia, no encuentro la superficie solo veo kilómetros y kilómetros de miseria en la cual estoy sumergida desde que todo a mi alrededor se rompió, y junto a ello una parte de mi que jamás voy a recuperar.

No debí dejarte solo James, perdóname, todo es mi culpa... Solo tenía que volver por mi teléfono y aún estarías aquí.

— Lamento mucho eso Leah — Murmura lentamente, mientras que mis lagrimas no cesan y mi mente no para de culparme por lo sucedido — Eso es muy doloroso, algo con lo que has estado cargando sin decírselo a nadie, es demasiado pesado pero eres fuerte, has durado mucho y sigues aquí, eres muy valiente.

— No, no lo soy — Susurré separándome un poco de él, bajé la mirada, soy un desastre sin solución — Yo pude haberle ayudado, pude haber evitado que todo esto sucediera.

— Leah no te tortures así, nada es tu culpa — Negué con la cabeza — Nadie tiene la culpa de esto, buscar culpables es en vano, nada lo devolverá.

Me aferré a él de nuevo, llorando de manera desenfrenada, la verdad es siempre lo que más duele y eso lo aprendí a la mala.

Ya no quiero sentirme así, todo esto me matará si es que lo sigo conteniendo y yo no quiero morir, no aún.

(...)

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