Capítulo 2
IMPORTANTE: La historia ha sido publicada por la Editorial Samarcanda, del Grupo Lantia Publishing, por lo que solo puedo dejar los primeros 8 capítulos en la plataforma. ¡Dale una oportunidad y no te arrepentirás! Y si te han gustado estos primeros capítulos o ya las has leído, no olvides dejar un comentario, recomendación, like o cualquier otra muestra de apoyo. Vuestra difusión es mi mayor recompensa.
Puedes adquirirla pidiéndola en tu librería habitual, en Amazon, Libros.cc, GooglePlay, Kobo, Agapea, El Corte Inglés, iTunes, La Casa de Libro, Fnac:
Físico: https://www.amazon.es/En-Busca-Esperanza-Marina-Tirado/dp/8417103686/ref=tmm_pap_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=&sr=
Ebook: https://www.amazon.es/En-busca-Esperanza-Marina-Tirado-ebook/dp/B07HHG95GR/ref=tmm_kin_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=&sr=
GRACIAS por vuestra comprensión, por vuestro apoyo, por creer mucho más en mí de lo que yo lo hago, pero sobre todo, gracias por hacerme volar. ¡Os adoro!
PD: Os dejo en multimedia los... Puntos de En Busca de Esperanza.
Hecho por @VickyDEmyl. GRACIAS. ;)
......................................................................................................................
Al terminar la película, se encienden las luces del cine y observo a mi amiga... ¡Qué momentazo! Vaya llorera nos hemos metido con la dichosa película. Ha sido una llantina de campeonato y eso que odio llorar por cosas que no son realmente importantes... Es decir, adoro esta historia, no me mal interpretéis, "Bajo la misma estrella" es mi libro preferido, pero no me siento bien llorando por algo así. Mi abuela era y es importante, por ella no me importa llorar hasta quedarme exhausta, ¿pero por una película? ¿En serio? Y aun así, como no soy de piedra, he llorado. ¡Qué tonta y qué coraje me da!
Me rio y miro a mi amiga... Se está limpiando con un pañuelito la nariz y tiene los ojos rojos. Bueno, rojos se queda corto, están inyectados en sangre y sus ojos verdes son aún más claros ahora.
—¿Qué? —me pregunta con una sonrisa avergonzada, mientras aparta su pelo rubio de su rostro.
—Nada, que estás guapa hasta peleándote con tus mocos de llorona —le digo empujándola con el hombro y ella me devuelve el gesto muy digna.
Clara ha llorado muchísimo más que yo. Según mi punto de vista, hay dos opciones que explican esto. Una opción es que ella es mucho más sensible que yo, que lo dudo, porque puedo asegurar que estamos bastante equiparadas en eso. La segunda opción es que mi vida ha sido un pelín más dura que la suya y no lloro así como así, aunque hoy lo haya hecho. ¡Qué mierda! Esta opción es mierdosa la mires por dónde la mires. Quizás no me conozco tanto como pienso, a lo mejor lloro como cualquiera y punto.
La vuelvo a mirar y río.
—De qué te ríes, estás igual que yo —se queja apuntándome con el dedo.
—Ah, no, tú has llorado mucho más, por lógica debes estar peor.
—Te tendrías que ver la cara —me responde con una risita, se levanta y encamina sus pasos hacia los servicios.
Esto es ya como una tradición, después de ver una peli en el cine tenemos que pasar por el cuarto de baño. Según mi amiga, que al parecer ha reparado en los porqués de esta intrigante cuestión, tenemos que acudir al servicio después de una peli porque somos unas bestias que nos atiborramos de popitas y refrescos y después pasa lo que pasa, nos meamos como perritos chicos.
Una vez en los servicios, reparo en mi reflejo en el espejo del baño, pero quien me devuelve la mirada debe ser la "yo colorada e hinchada" después de llorar. ¡Qué buen aspecto!
Oye, ¿queréis saber cómo soy? Digo físicamente, mi personalidad ya la vais captando, ¿no? Si no es así, dadme tiempo para exhibirla. Sin embargo, ahora que lo estoy pensando, igual os trae al pairo como soy. Aunque no, no lo creo, de base el ser humano quiere saber, somos cotillas en mayor o menor medida, admitámoslo ya.
Bueno, soy bastante normalita. Sé que esto os dice más bien poco, me voy a esforzar más... Mi pelo es negro y corto, tan corto como el de un niño. Soy chiquitita, bajita, como lo queráis llamar, poca cosa, vaya. ¿Y qué se dice más en estos casos? ¡Los ojos! Cierto. Mis ojos son marrones de los de toda la vida. ¿Veis? Normalita. Pero oye, muy resultona, como decía mi abuela.
Dios... Es imposible no sentir pesar al recordarla... Mi abuela es una constante en mi vida aunque ya no esté. Como el pulso en una de esas máquinas de hospital, suave y constante, pero cuando enfoco un pensamiento en ella, salta. A veces sonrío como ahora, porque me hace gracia recordar su comentario y otras veces me entristece porque la echo muchísimo en falta. Difícil de explicar.
En fin, ¿dónde estábamos? Ah, sí, me estaba mirando en los espejos del servicio. Estos espejos son chulísimos porque son gigantes y te ves... ¡Venga! ¿Alguien se lo ha creído? Los espejos de los centros comerciales, cines y tiendas de ropa, están hechos a mala leche. Tú puedes salir fantástica de tu casa, que como te mires en uno de estos espejos, ten la absoluta seguridad que de repente te ves imperfecciones y no solo eso, tu piel es... ¿amarillenta? Aunque, claro, puede que el problema sea de...
—Espe —me llama Clara, sacándome de mis grandes reflexiones—. ¿En qué piensas?
—En que igual el problema son las luces.
—Sí, es eso, tienes muy pocas.
Nos echamos a reír y poco a poco vamos llevando este estado de risas al de "pavo adolescente". Nos pasa mucho y nos encanta. ¡Fuera vergüenzas, que la vida es una!
A las dos de la madrugada, tras haber cenado con Clara y habernos entretenido charlando, entro por fin en mi viejo piso, no sin antes haberme peleado con la cerradura... Nada del otro mundo, lo solemos hacer, es una lucha personal entre la puerta y yo.
¡Os enseñaré mi piso! Tal como entras, te encuentras a la izquierda con la cocina, si sigues de frente, ignorando la cocina, te topas con el salón, a la izquierda hay una puerta que da a un mini pasillo, a la derecha de él hay dos habitaciones y a la izquierda un baño. Todo está a escala reducida, así que imaginároslo, todo lo que he nombrado es pequeño, muy pequeño.
Hay quien piensa que debería venderlo, como Claudio, mi compañero de trabajo en el hospital. Sí, Claudio. ¿Quién se llama así? Pues él, tampoco hagáis saña que es buen tío. El caso es que me ha sugerido varias veces que venda este piso y me compre algo más nuevo, más mío. Pero como dice Clara: "¿Qué hay más tuyo que esto?" Sin embargo, sospecho que mi amiga habla desde sus sentimientos. Ella vivió en el piso de enfrente buena parte de su vida y supongo que le da nostalgia. De todas formas, este piso me lo dejó mi abuela, ha sido mi hogar desde siempre y me gusta la sensación de estar en casa...
Enciendo la televisión y me pongo a pasar canales haciendo zapping. No hay nada interesante. Abro el ordenador y le bajo el volumen a la tele. Ya sabéis que no sé hacer dos cosas a la vez, pero algunas veces hago cosas raras como estas, dejo la tele encendida sin volumen, cosa sin sentido ninguno, soy consciente. Clara cree que lo hago para que me haga compañía, pero no, lo hago porque no estoy bien de la cabeza.
Abro mi ebook y justo cuando voy a empezar a leer la nueva historia de John Green, suena el móvil. Lo cojo de mi bolso, es una notificación de Facebook, alguien ha comentado una foto mía. Le doy a "me gusta" y vuelvo mi atención hacia mi ebook.
En la televisión están emitiendo un partido de futbol. Me gusta el futbol, sin el volumen de la tele no tanto, pero prefiero leer. De repente el móvil vibra haciendo ese particular sonido para indicarme que tengo un mensaje de Facebook... Leo:
"Hola, qué tal? Qué haces? Menos ocupada?"
Miro el partido mudo en la tele y la apago. El de Bilbao se está jugando la expulsión inmediata del terreno de juego, ¿no? ¿Qué si estoy menos ocupada? Pues no, estoy la mar de entretenida.
El móvil vuelve a sonar.
"Perdona, es que estoy yendo al aeropuerto algo borracho"
Una risita escapa de mis labios. ¿Borracho? Qué tío tan raro. ¿Por qué me escribe a mí? ¿No tiene amigos?
"Es que estoy aburrido y he visto que estabas conectada, qué haces?"
¿Qué hago? Leyendo a un borracho, por lo visto.
"Por qué me escribes a mí? No te conozco. Sólo hemos coincidido de casualidad. No me molestes, intento leer"
¿Por qué le contesto? ¿Qué me pasa? ¿Y por qué soy tan sequita? Habrá formas de decir las cosas... Qué mala impresión se va a llevar de los sevillanos.
"Es verdad, pero es que me voy ya a Bilbao y no hay nadie con quien quiera hablar que no seas tú"
Frunzo el ceño. Eso ha dado miedo. ¿Qué le pasa a este tío?
"Perdona, lo que quiero decir es que no hay nadie conectado de mis amigos y estoy aburrido. Eres la mejor opción"
Oh, me alegra ser la mejor opción, que se note el sarcasmo. Se está ganando a pulso que lo borre de face, ¿verdad?
"Y tienes toda la razón, no nos conocemos"
¡Este tío es un genio!
Escribo algo molesta:
"Pues sí, yo podría ser una traficante de órganos y tu aquí sin saberlo"
¿He puesto eso? Bueno, a ver si así se asusta y me deja leer.
Pues no, no se asusta. Leo: "Escribiendo...".
"Jajaja No, no creo que seas un traficante de órganos. Mira, voy a remediar lo de no conocernos. Soy Alex, vivo en Bilbao, tengo 30 años, soy militar, me encanta nadar, me gustan las motos y tengo cinco perros. Estoy deseando verlos, los he dejado con mis padres, pero cuatro días sin mis chuchillos son muchos días"
Mmm... ¿Militar? No me gusta la violencia, pero... natación. La natación siempre me trae buenos recuerdos. He estado nadando una buena parte de mi infancia y juventud, de pequeña hacía natación sincronizada, así que sí, me gusta nadar.
Inmediatamente recuerdo a alguien, es una especie de amor platónico. No preguntéis. ¡Qué vergüenza por Dios! Creo que me he tirado babeando por ese recuerdo toda mi vida. Cuando era apenas una adolescente me colgué de un chico bastante mayor que yo y lo veía siempre en la piscina. Era guapísimo...
A ver, céntrate Espe, deja de pensar en tu novio imaginario. ¿Ha escrito cinco perros? Nadie que tenga cinco perros y hable así de ellos, puede ser mala persona, ¿no?
Otro mensaje suena sacándome de mis cavilaciones.
"Te llamas Esperanza"
"jaja sí, me llamo Esperanza"
"Y vives en la hermosa Sevilla"
Sonrío, sí, es preciosa.
"Y no me quieres decir tu edad"
Rio y escribo:
"Tengo 22 años y soy auxiliar de enfermería"
"Ajá, así que eres de esas..."
"¿De esas cómo?"
"De las que pinchan cuando estás malo. Nos vamos a llevar mal, no me gustan la agujas"
Suelto una risita.
"Quieres ponerte a leer o me dejas entretenerme un poco contigo?"
Miro el reloj. Es tarde, debería irme a dormir. Bueno, mañana es domingo... Pero quería leer. Espera, ¿quería? ¿Qué pasa conmigo? ¿Desde cuándo hablo con desconocidos o con borrachos?
"De verdad estás borracho?"
No le contesto, pero le pregunto porque me puede la curiosidad. No, no es cotilleo. Bueno, venga vale, un poquito sí.
"Sí, un poco, pero voy a disimularlo en el avión para que no me echen a lo Melendi"
Rio al recordar cómo el cantante Melendi fue expulsado de un avión al ir borracho...
"Cómo se llaman tus perros?"
Veo: "Escribiendo...", así que espero.
"Te cuento mejor la historia completa"
Le respondo:
"Está bien"
"Rescaté a Finito y a Misuna de un campo. Tuve la gran idea de no esterilizarlos y tuvieron a Pulga, Jhoni y Yuco"
"Vaya nombres"
"Oye, sevillana, qué pasa contigo? : )"
Me rio y vuelvo a leer: "Escribiendo..."
"Son chuchos, pero a cual mejor. Finito y Misuna tienen unos 8 años y los críos un año. Finito es negro entero y Misuna blanquísima, así que imagínate los terremotos que tengo... Todos blancos y negros"
Sonrió y leo:
"Estoy fatal"
Escribo:
"No lo dudo"
El móvil vibra nuevamente y leo:
"Como un animalillo"
Suelto una pequeña risita y me sorprendo.
"No te gustan los animales, Esperanza?"
Pienso en contestarle... ¡Qué más da!
"Sí, me gustan, siempre he tenido animales en casa, pero desde que murió Luna, mi última gata, no he querido tener más animales"
Luna murió con catorce años, unos meses antes de que mi abuela también se fuera. En aquel entonces decidí que ya era suficiente el dolor, que iba evitar sufrir.
"Y por qué no has querido tener más animales?"
Este bilbaíno es muy cotilla. Me intento explicar:
"Voy a procurar sufrir lo mínimo. Si no me encariño con nadie, no hay dolor"
Clara es inevitable, ya está hecho, pero no tengo amigos de verdad a parte de ella, así que creo que lo estoy haciendo bastante bien. Conocidos, sí, pero hasta ahí. Es extraño pensar así, lo sé.
Suena el móvil y leo:
"Pero eso es imposible. El dolor es inevitable"
Le contesto:
"El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional, no?"
Esa frase la he leído por ahí mil veces.
"No, esa frase es una mierda. Si te duele, sufres... No se puede evitar. La vida es así. No puedes aislar sentimientos. Si sientes, duele y si duele, sufres"
Releo lo que ha escrito varias veces antes de responderle:
"Hay quien cree que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento puede elegirse. Se supone que puedes elegir si regodearte en el dolor y sufrir o simplemente seguir adelante"
Pasa unos segundos y no contesta. Es la primera vez que pasa. ¡Ja! Lo he dejado callado.
"Sí, puede ser así. Pero en última instancia, regodeándote o no en el dolor, si algo te daña, duele y por extensión sufres aunque sea un poco"
Lo pienso, puede ser, pero me gusta pensar que controlo mi vida y mis sentimientos más que eso.
El móvil suena de nuevo:
"Qué filosóficos!!"
Una sonrisa se dibuja en mi cara y de pronto suelto un bostezo. Tengo sueño, pero antes quiero leer la historia que tengo entre manos... Ya está bien de hablar con borrachos por hoy. ¡Qué mala soy! La verdad es que no parece muy mareado. Quizás no haga un "Melendi" después de todo. Escribo:
"Bueno, me voy a dormir. Infórmame si lo consigues con la borrachera"
"jajaja si consigo lo de no sufrir o lo de no liarla en el avión y llegar a mi casa?"
"Las dos cosas"
"Adiós, Esperanza"
"Adiós, Alex"
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro