Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO TRES

Jeon Jungkook era un blandengue de corazón a veces. Como, por ejemplo, hacía un mes atrás.

Exactamente veintiún días atrás, mejor dicho, aquel hombre que consideraba un hermano de otra madre, se había presentado en la puerta de su casa con la sorpresa de quedarse una semana de visita. Lo cual a Jungkook le había pintado de colores, después de todo, al fin tenía un motivo para tomarse unas merecidas vacaciones.

Como médico del área de urgencias del hospital principal de New York, no tenía mucho tiempo libre. Así que él y Yoongi aprovecharon como solo dos mejores amigos que no se ven en un largo tiempo podían hacer.

Pasaron días increíbles. Como en los viejos tiempos; videojuegos, comida chatarra, fútbol en la tv y practicar básquet por las mañanas. Incluso Yoongi había intentado arrastrarlo a un bar a conquistar chicas, pero en vista de la renuencia de Jungkook, su mejor amigo no había insistido. Después de todo, el tema de las mujeres aún estaba vetado.

Y pese a que cada cierto tiempo, ellos mantenían visitas así, Jungkook no podía quitarse de la cabeza que algo no andaba bien; y en efecto. La bomba le llegó justo cuando Yoongi regresaba a Busan.

–Necesito pedirte un favor.

Yoongs detuvo su maleta en el centro del aeropuerto y se volteó hacia su amigo.

Tenían más o menos la misma imagen, pero Jungkook creció más alto. Quizás por el hecho de ser más corpulento y que los trajes Armani que tanto le gustaba lucir fueran entallados. O tal vez, solo eran los zapatos con leve taco. Quién sabe.

–Jiminie ha conseguido entrar a Juiliard.

Como buen relacionador público, Min Yoongi expuso esto como si de un contrato con una gran empresa se tratara. Miró a su amigo a los ojos, con todo su porte y le dio primero las buenas noticias con una sonrisa contagiosa en la cara.

Solo que Jungkook no le sonreía de vuelta. En cambio, abrió los ojos con sorpresa y se metió las manos en los bolsillos de los pantalones, en un viejo acto que él conocía de cuando estaba nervioso.

–Vaya, felicítalo de mi parte.

–De hecho, creo que podrás hacerlo tú mismo. Estudiará a solo dos manzanas de tu departamento y su trabajo cinco más allá.

–Hm.

Yoongi pensó que las cosas no estaban saliendo como él creía que saldrían.

Había esperado que con solo nombrar Juiliard, Jungkook se ofreciera a darle asilo a Jimin. Aun cuando ellos no habían sido muy cercanos, se habían pasado revoloteando uno alrededor del otro, Yoongi se había encargado de eso. Salían los tres juntos, se pasaban los veranos de arriba para abajo porque uno no puede elegir entre su mejor amigo y su hermanito menor.

Decidió usar otra estrategia. Quería que Jungkook ofreciera su casa; era lo mejor a su parecer.

–Sabes que Jimin es mi debilidad, si algo le pasara no sé qué haría y ese muchacho tiene una tendencia a atraer peligros... –siguió Min distraído; ajeno a la batalla que comenzaba a librarse dentro de Jeon.

Kook dejó de escuchar correctamente en cuanto su amigo dijo el motivo del favor.

Park Jimin.

No sabía qué era exactamente qué le quería pedir, pero se hacía una clara idea. Y la respuesta era no. ¡No, no, no! Infiernos no.

No podía hacerse cargo de Jimin mientras este estuviera en la ciudad. No podía recibirlo como su compañero de apartamento. Y más que un obvio no, no podía tenerlo cerca cuando lo de su crisis estaba tan reciente.

Pero no dijo nada de eso, porque si lo hacía Yoongi malinterpretaría sus palabras. Y a ese chico le debía su amistad incondicional y su cordura en los pasados meses.

–Minie tiene la loca idea de que lo dejaré marchar para acá con su desquiciado amigo TaeHyung y no puedo permitírselo. Madre me mataría si lo consintiera. Con su historial, no quiero ni pensar en qué podría pasar esta vez.

Yoongi seguía divagando respecto a los por qué no podía dejar a Jimin arreglárselas por si solo en la gran ciudad, así como así; era una estrategia que Jungkook le había visto usar para ganar sus mejores fusiones. Y pensó, que en cualquier otra situación y tratándose de cualquier otra persona, él no se molestaría en escuchar todo eso, sino que aceptaría rápidamente. Después de todo, tenía una habitación vacía en su departamento.

Pero era de Jimin de quien estaban hablando, y las cosas ahí eran un poco difíciles.

Park Jimin era gay; abiertamente gay. Declarado, asumido y orgulloso de ello.

Y desde que Jimin se había enfrentado a todos, causando que la vida de su entorno cambiara irremediablemente, Jungkook no sabía cómo llevar una conversación tranquila con él.

El chiquillo se había entregado con todo a lo que realmente era e iba por la vida luciéndose. Era modelo, exquisito aun de adolescente. Minie siempre se había mantenido fuera de los estándares normales y a medida que se convertía en hombre, a Jungkook se le hacía difícil imaginárselo como el hermano de su mejor amigo. Apenas podía mantener unas palabras cordiales con él sin que se le empapara la espalda en sudor. Le ponía nervioso estar a solas con él dentro de la misma habitación, evitaba mirarlo y cuando había más gente –aun cuando intentaba ignorarlo–, su cuerpo era consiente de dónde se encontraba.

Era algo odioso.

Sobre todo, porque se trataba de un chico.

Jungkook no podía arriesgarse a eso.

Él era heterosexual, por todos los cielos.

Yoongi suspiró y eso sacó a Jeon de sus cavilaciones.

–¿Me harás pedirlo, no es así? –dijo él y miró a Kook por encima de sus gafas. – ¿Podrías por favor, en honor a nuestros años de amistad, recibir a Jimin en tu departamento? Aunque sea solo por el primer semestre del año. Aparte puedes cobrarle todo lo que quieras.

Jungkook tragó audiblemente.

Si fuera de Minji, la hermana adolescente y atrevida de Yoongs de quien hablaban, Kook habría podido asentir de golpe. La chiquilla no le provocaba nada pese a su hermosura.

Ahora Jimin...

Hacía unos seis años que no se veían. Seis años en los que habían pasado muchas cosas en la vida de Jungkook y éste había cambiado demasiado; tanto exterior como interiormente.

Lo meditó, si pensaba con lógica, como el hombre sensato que era, de seguro que si veía a Jimin ahora se daría cuenta de que estaba gordo y feo. Y, de todos modos, tendría a su amigo ese, TaeHyung con quien pasársela por ahí. Tal vez ni coincidirían en la casa. Y cuando lo hicieran, podrían hablar de Juiliard o de su trabajo en el hospital. De los cachivaches de la ciudad. De cualquier tontera, en realidad; no podía ser que un crío de veintiún años lo alterara tanto teniendo en cuenta que él ya pisaba los treinta.

Parecía que se estaba justificando, y de cierto modo lo hacía. Porque Yoongi era un amigo fiel y no podía fallarle cuando le pedía algo. Debía de ser fuerte. Él ya era un hombre maduro, no se dejaba llevar por tonteras de jovencitos.

Ni siquiera sabía cómo reaccionaría Jimin ante él, hoy en día.

En una de esas, ni siquiera reparaba en él.

Negó con la cabeza y le dio unas palmadas a Yoongi en la espalda para aligerar el ambiente, de pronto tenso.

– Tranquilo, viejo. Vamos a ver; dile a Jiminie que lo espero aquí dentro de dos semanas y que no se preocupe por nada. Mi casa es su casa; no pagará nada. No le puedo hacer eso al hermanito de mi mejor amigo, ¿no? ¿Qué clase de amigo sería? Por honor a nuestra amistad, prometo cuidar de él.

Jungkook fue solemne y se sintió orgulloso de mantener la voz firme.

Eso es lo que harás, se dijo. Eso y nada más. Es lo menos que puedes devolverle a Yoongi después de tantos años de amistad.

Min sonrió, aunque de inmediato un peso se instaló en su pecho. Era como un presentimiento. Debía de estar loco. Era su mejor amigo con quien estaba hablando. Así que lo estrechó en un fuerte abrazo y voló de vuelta a Busan para llevarle la noticia a Jimin. De seguro, su hermano estaría loco de contento de atravesar Nueva York en las manos de Jeon.



HOLIS, ¿QUÉ TAL LES VA PARECIENDO LA HISTORIA HASTA AHORA? LOS CHICOS ESTAN A PUNTO DE REENCONTRARSE Y LA TENSION SE SIENTE.

Y YA SÉ QUE YOONGI Y JIMIN NO LLEVAN EL MISMO APELLLIDO, PERO VAMOS A DEJAR ESO PASAR POR EL BIEN DE LA HISTORIA. 

ESPERO QUE LES GUSTE.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro