Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

»Capítulo cuatro.

Peter estaba haciéndole mimos a su almohada mientras dormía, y May solo se quedó mirándolo desde el umbral de la puerta durante un par de minutos. El muchacho reía tontamente mientras balbuceaba cosas incomprensibles.

— ¿Debería regañarlo? —se pregunta en voz baja la mujer al verlo besar el aire—. No, es normal, solo debería charlar con él.

Chasquea la lengua y se acerca dispuesta a despertarlo.

—Oh, Irene.

— ¡Peter Parker! ¡Deja de tener sueños húmedos o irás tarde a clases! —grita su tía, a todo pulmón.

Eso lo despertó de inmediato, haciéndole pegar un salto que lo hizo terminar cayendo en el suelo. Tan pronto como su cerebro se percató de la situación, la vergüenza coloreó su rostro de un rojo profundo. ¿Había algo peor que tu tía te pille en pleno sueño de ese estilo?

—Tía May, no deberías entrar sin avisar.

—Toqué la puerta, pero estabas muy ocupado como para notarlo —regaña, pero en realidad, por dentro quería burlarse. Algo de amor duro no es malo—. Anda al baño, tal vez tardarás un poco, así que apúrate. Toma una ducha fría.

Salió del cuarto riéndose mientras escuchaba los balbuceos de su sobrino, quien solo quería meter la cabeza en un hoyo por la vergüenza. Si tan solo hubiera recordado poner el pestillo la noche anterior... Pero estaba tan cansado que no recordó aquello.

Había perseguido a unos delincuentes por casi toda la ciudad, y al final terminó estrellándose contra un camión de ganado. ¿Cómo demonios había terminado ese camión por esos lares? No lo sabía, solo sabía que su traje apestaba y que el señor Stark le regañó por haberlo llamado tan tarde, solo para preguntar cómo podría limpiarlo.

No seas tonto, niño. Esa había sido su respuesta antes de cortar.

Luego de desperezarse y hacer que sus extremidades crujieran al estirarlas, Parker se dirigió al baño para tomar una ducha caliente. Y mientras pasaba el jabón por sus brazos, sonrió ante el agradable sentimiento de que sus músculos se relajaban. Todo era paz y tranquilidad, claro, hasta que May tocó la puerta y habló.

—Cariño, no quisiera interrumpirte en medio de tus cosas, pero de verdad debes apurarte si no quieres llegar tarde.

—¡Por Dios, May! —exclama abochornado, tapándose como si ella pudiese verlo—. ¡No estoy haciendo esas cosas!

—Ah, okay, lo siento.

Fue la mañana más vergonzosa, pues su tía intentaba que el tema de conversación mientras desayunaban sea sus cambios corporales y lo que podría comenzar a sentir hacia otras personas.

—Tal vez ahora sientas maripositas en tu estómago cuando veas a gente que te guste.

—May, tengo casi dieciséis —le recordó, demasiado avergonzado como para mirarle a la cara—. No necesito esta charla.

—Pues entonces debemos subir de nivel, si te sientes tan mayor hablemos sobre poner un condón.

—Mira nada más la hora, es tardísimo.

Se levantó de la mesa tomando su almuerzo y con un pedazo de tostada en la boca. Despidió a su tía mientras corría con la mochila colgando en un hombro. Si no quería la otra charla, mucho menos quería una donde su tía seguro tomaría una banana y lo obligaría a enfundarla con un condón.

Cuando estaba llegando al instituto notó que otra persona también lo hacía, y no pudo evitar detenerse a acomodar su cabello y chaqueta. Se dio ánimos en voz baja mientras caminaba hacia Irene Miracle.

—¡Buenos días! —soltó con total valentía, pero en el proceso su voz había sonado como un gallo ahogado.

Peter quiso que la tierra se lo tragara.

Irene se giró hacia él, primero con una expresión confundida, luego viéndose algo aburrida.

—Buenos días.

¡Le respondió! Olvidaría por unos segundos que su futura esposa era muy educada y no lo dejaría como idiota, solo por hoy imaginaría que le correspondió el saludo porque quería.

—Yo... yo... Yo soy Pe... Peter Parker —tartamudeó, tropezando en cada palabra.

Es mi día, es mi día, es mi día. Se repitió, enviando energía positiva al universo con la esperanza de que recibiría karma bueno luego.

La pelirroja asintió sin mirarlo, realmente no le interesaba demasiado.

—Yo so-...

—Irene Miracle, lo sé, eres genial —interrumpe, luego se sonroja y se gira para golpearse la frente por ser tan idiota—. Lo siento, eso sonó terrible, ¿no? Creo que... Creo que mejor...

Gira para irse corriendo, en el proceso sus pies se enredaron con sus cordones desatados y casi se cae de cara contra el suelo. Pero su crush lo tomó del brazo al notar aquello y lo ayudó a estabilizarse.

Peter se sintió como en una película adolescente de romance, pues en ese momento su mirada conectó con la de Irene. Era incapaz de apartar la vista de aquellos oscuros ojos que parecían ver su alma, que en ese momento eran lo más hermoso que había visto en su vida. Y así, sin dejar de mirarla ni un segundo, pudo percibir que un balón se dirigía justo hacia ellos.

Una manó pálida como una hoja de papel, y otra un tanto bronceada, detuvieron el balón al mismo tiempo. Irene y Peter habían levantado las manos por acto reflejo, sin siquiera parpadear o romper su extraño momento. Ella sentía unas vibras muy conocidas en el chico que acababa de acercársele, y no solo porque ya lo había visto antes por los pasillos del instituto.

Se apartó un paso de él y lanzó el balón de nuevo por donde había venido, dejando a Peter petrificado en su lugar.

—Ten un buen día, Parker —dijo antes de irse.

Ella ya había cruzado la puerta de entrada, y Peter seguía allí decidiendo si seguía vivo o si le había dado un infarto hace un minuto.

—Creo que vamos a casarnos —susurra, uniendo los brazos en su pecho, y suspirando soñador—. Iremos de luna de miel a Suiza...

—¿Ya te volviste loco, cabeza de pene?

Flash pasó a su lado atestándole un golpe en la nuca antes de alejarse riendo.

—Y a él lo lanzaremos a los tiburones —añade entre dientes.

Al fin se dignó a llegar al instituto, justo cuando la campana sonó.

Luego de la cena, mucho tiempo después, Peter se aseguró de que May estuviera muy entretenida viendo los capítulos repetidos de How i met your mother antes de salir por su ventana. Puso seguro a su puerta, junto a un cartelito que decía "No molestar, tengo examen de educación física mañana, debo dormir".

Se puso su traje rojo y azul, con el cual comenzó a balancearse a través de los edificios de Queens. Mirando que cada vez la cantidad de automóviles y personas que se movían por allí eran menos, dando a entender que ya era hora de ir a dormir.

Pero luego salían otro tipo de personas, ese tipo del cual Peter solía encargarse.

—Espera aquí —le dijo al ladrón que acababa de pegar contra el muro del local, que hace unos segundos intentó robar—, ya viene la policía.

—¡Como si fuera que puedo moverme! —gritó en respuesta el otro, causando la risa de Parker.

Lo siento, de Spiderman.

Volvió a balancearse en su telaraña, posándose en la cima de algunos edificios. Comenzaba a debatir la idea de volver a casa pues todo parecía muy tranquilo, pero entonces escuchó algo parecido a un quejido.

Un lamento. Un golpe. Algo desgarrándose.

Un escalofrío recorrió la espalda del héroe cuando se inclinó por un costado del edificio, hacia un callejón. Su corazón entonces comenzó a latir con más fuerza ante la imagen que presenciaba.

Debía admitirlo, en todo el tiempo que llevaba haciendo aquello no se había encontrado con algo como eso. Nunca había presenciado una violación, ni un intento, y algo lo estaba paralizando en ese momento. Quería ayudarla, quería sacar esas sucias manos de la chica que lloraba y se removía en el suelo.

Pero Peter solo tenía quince, a pesar de todo seguía siendo un niño y estaba asustado.

Cuando al fin pudo moverse, alguien más se había unido al momento. Una encapuchada, lo supuso por su manera de caminar y la forma de su cuerpo, era una chica vestida de rojo de pies a cabeza. El hombre parecía no haberse percatado de la presencia de ella, y seguía en lo suyo hasta que esta lo tomó por el cabello desde atrás.

Ella tiró de él con tanta fuerza que Peter podría jurar que le arrancó algunas hebras de cabello. Y luego estampó la cabeza del mismo contra el suelo.

—Eres insaciable, ¿no? —gruñó, sonaba como una chica joven, llena de rabia—. No ha pasado ni tres días.

—¿Qué carajos, zorra?

Le pateó justo en la cara, sacándole algunos dientes y rompiendo su nariz en el proceso. El hombre se removió en el suelo desorientado.

—Mataste a dos chicas hace solo dos días —reveló, y la sangre de Peter se tornó helada.

¿Qué estaba presenciando?

La chica que hace unos momentos estaba siendo manoseada por el sucio bastardo, ahora corría fuera del callejón luego de volver a vestirse. Solo quedaban la encapuchada y el violador, el cual al parecer también era un asesino.

—¿Ibas a hacer lo mismo con ella? Parecía tener menos que veinte años, eres un asco.

—No entiendo qué carajos dices.

Otra patada, ahora en su estómago. Al parecer ella era muy fuerte, porque el hombre escupió sangre al instante.

—No te hagas el estúpido, los de tu clase son todo menos estúpidos —susurra inclinándose junto a él, sacando algo de su gran túnica.

Peter divisó una navaja brillante, y su cuerpo actuó por sí solo.

Lanzó una telaraña a la mano de la chica para detenerla, y se lanzó del edificio hacia el callejón. Desesperado por detener aquello.

—¡No lo mates! Si es un violador y asesino debemos entregarlo a la policía —exclama levantando las manos hacia ella—. ¿Hola? Lo siento, eh, yo... No puedo dejar que lo mates... Soy Spiderman.

Era malo hablando, muy obvio. Ni siquiera había ordenado sus ideas.

—Sé quién eres —responde ella, en un tono un tanto intimidante—. Y no necesito que interfieras, sácame esto.

—Pero, yo...

—¡No te habías metido hasta ahora, así que sigue así! —dice, un poco más fuerte, sin levantar la cabeza.

La sombra de su capucha le tapaba el rostro, el cual al parecer estaba destapado.

—No es algo que manejen los niños, solo vete.

—¿Niños? Yo he atrapado criminales.

—¿Has atrapado violadores, Spiderman? ¿Violadores que luego disfrutan asesinar a la víctima? —interrumpe, Peter se queda en silencio—. Es tu primera vez en esto, ¿no? Puedo sentir que estás aterrado.

El chico traga saliva.

—No lo estoy.

—Estás aterrado, pero también estás furioso con este imbécil —hace un gesto hacia el tembloroso idiota que observaba y escuchaba todo atentamente, deseando no estar tan adolorido como para salir corriendo—. Porque viste lo que hacía, lo sé.

—Debemos llamar a la policía.

Ella bufa, riendo con cierto cinismo.

—Y luego de unas horas él volvería a estar rondando por aquí, porque ellos dirían que no hay pruebas o solo minimizarían la situación, ¿crees que no los conozco? Eres muy ingenuo, Spiderman.

La muchacha decía su nombre con cierta burla, como si él no se mereciera ese nombre o como si fuese ridículo, a Peter no le gustaba eso.

—Aun así, debo llamarles.

—Él no recibiría lo que merece, porque no solo debe ir a pudrirse en una celda, debe sufrir lo mismo que ellas —declara, temblando un poco—. Solo vete, y déjame hacer lo que vine a hacer.

—Esta no es la forma de hacer justicia.

Ella pareció perder la paciencia, y ante los ojos asombrados de Peter rompió de alguna forma la telaraña que la mantenía pegada al suelo. Se levantó y al fin pudo divisar su rostro gracias a un alumbrado que proporcionaba una suave luz.

Peter quedó paralizado una vez más, con el corazón alocado, y sintiéndose repentinamente débil. ¿Sus ojos lo estaban engañando acaso? ¿Es que la cena le cayó mal? ¿Fue el golpe?

Ante él tenía a una furiosa Irene Miracle, que se veía aún más intimidante que de día con aquella sombra en su rostro. Una sombra deseosa de venganza que incluso el propio Spiderman sentía.

—Es la justicia que merece —dice, y luego la navaja sale disparada de su mano directo al cuello del hombre.

Este comienza a toser y removerse, la sangre sale a borbotones. Peter dirige su vista hacia él, admirando su agonía. No pudo evitar recordar lo que había visto hace un rato.

Se asustó de sí mismo, porque cierta satisfacción invadió su ser al verlo sufrir en el suelo. Desangrándose y rogando ayuda a penas. Mientras no sabía si estaba sorprendido o asustado porque había sido Irene Miracle a quien vio esa noche torturar a ese hombre, para luego retirarse en un silencioso acuerdo.

Ellos no habían estado ahí, ellos no hablarían al respecto. Pero aún así, Peter no dejó de pensarla durante toda la noche, recostado en su cama. Lugar donde antes se recostaba a fantasear con ser novio de la pelirroja, ahora se permitió dejar salir algunas lágrimas pues los quejidos de la otra chica se reproducían en su cabeza.

Bien, a veces él seguía siendo un niño asustado, tener poderes y un traje cool no cambiaba eso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro