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Shagueta se encontraba en una mesa, la noche estrellada extendiéndose como un manto sobre el mundo. La brisa fresca acariciaba su piel mientras el aroma de un plato de espaguetis servidos llenaba el aire. Se encontraba sumido en una conversación profunda y reconfortante con Chise, la Mobian gata que había ocupado un lugar especial en su corazón.
Chise, con sus ojos resplandecientes y su sonrisa cálida, le hablaba con una ternura que Shagueta había llegado a apreciar profundamente.
Chise: Te quiero mucho, Shagueta. Decía Chise, su voz suave y llena de emoción. Eres una parte importante de mi vida, y cada momento que pasamos juntos es especial para mí.
Shagueta, mientras saboreaba los espaguetis, la miró con un afecto palpable.
Shagueta: ¿Y qué haces cuando quieres matar el tiempo? Preguntó, buscando conocer más sobre la gata.
Ella se quedó un momento en silencio, pareciendo reflexionar sobre la pregunta.
???: Me gustaría explorar. Dijo ella finalmente. Descubrir nuevos lugares, conocer nuevas personas. A veces me dedico a leer o a aprender algo nuevo. Pero sobre todo, disfruto de los momentos tranquilos, como este, en los que puedo estar contigo y hablar sobre lo que realmente importa.
Shagueta asintió con una sonrisa, su mirada aun.
Shagueta: Eso suena maravilloso. ¿Tienes algún hobby que te apasione?"
???: Bueno… Respondió ella con un brillo en sus ojos. Me encanta la jardinería. Voy a la parte de la isla que esta con vegetación y hay algo muy especial en cuidar de las plantas, verlas crecer y florecer. Es un proceso muy gratificante y relajante.
Shagueta finalmente miró a Chise, esperando ver la su hermosa cara… Pero en ese momento, notó que el rostro de ella estaba envuelto en una sombra negra que bloqueaba completamente sus rasgos.
El plato de espaguetis y el entorno familiar parecían desvanecerse lentamente, y una presión creciente comenzó a acumularse en su pecho, una sensación opresiva que lo envolvía como una niebla densa. Su corazón latía con fuerza mientras trataba de comprender lo que estaba sucediendo.
???: ¿Recuerdas cómo se veía? Escuchó una voz, aguda y penetrante, emergiendo desde las profundidades de la oscuridad que envolvía el rostro de Chise. Las palabras eran un susurro distante pero inquietante, como un eco en un túnel sin fin.
Shagueta intentó enfocar su vista, pero la sombra negra se volvía cada vez más intensa, y la presión en su pecho se hacía casi insoportable. Antes de que pudiera comprender lo que estaba ocurriendo, el suelo bajo él se desvaneció, y la sensación de caída lo arrastró hacia la nada.
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De repente, despertó en el suelo del vacío blanco, el espacio familiar y desolado que lo había rodeado durante tanto tiempo. Se incorporó lentamente, su mente aún aturdida por la transición abrupta. La imagen de Chise y la conversación que habían tenido se desvanecieron como un sueño lejano, dejando solo la sensación de presión y confusión en su corazón.
Shagueta se sentó en el suelo, tratando de calmar su respiración y enfocar su mente en el vacío que lo rodeaba. El eco de la pregunta "¿Recuerdas cómo se veía?" Seguía resonando en su cabeza, mezclándose con sus pensamientos y emociones mientras trataba de recuperarse del torbellino de la pesadilla, se encontró sentado en el suelo del vacío blanco, el lugar eterno y desolado que había llegado a conocer demasiado bien. Miró hacia arriba, hacia el "cielo" blanco e inmutable, y se esforzó por despejar su mente del eco persistente de las sombras y las preguntas inquietantes que aún resonaban en su interior.
La calma aparente de su entorno contrastaba con la tormenta emocional que se desataba dentro de él. Se tomó un momento para respirar profundamente, intentando aferrarse a la esperanza de que un día, muy pronto, volvería a Mobius. Su corazón latía con un sentido de propósito renovado mientras visualizaba lo que haría cuando finalmente regresara.
Shagueta: Cuando regrese a… a Mobius… Dijo en voz baja, como si estuviera haciendo un pacto consigo mismo. Voy a… voy a encontrar a Fiona. Sí, Fiona Fox. Y… y le mostraré cuánto la aprecio, cuánto he extrañado estar con ella.
Shagueta cerró los ojos por un momento, imaginando la cara sonriente de Fiona, su valentía y su… lealtad. Sin embargo, cuando trató de recordar exactamente cómo se sentía su presencia, el detalle comenzó a desvanecerse, como si estuviera intentando recordar un sueño que se desmorona al despertar.
Shagueta: Y también... Melly. Continuó, luchando por recuperar la claridad. Tengo que ver cómo está Melly. Ella… ella siempre estuvo a mi lado, ¿Verdad? Siempre me ayudó a mantener el rumbo.
La imagen de Melly, inspirada en Sally, flaqueaba en su mente. Recordaba su apariencia general, pero los detalles precisos se deslizaban fuera de su alcance. Se sentía como si intentara aferrarse a una niebla, donde cada intento de recordar la hacía aún más etérea.
Shagueta: Luego… Está ella. Dijo con un tono melancólico, su voz temblando ligeramente. Tengo que encontrarla. Ella era… ella fue…
Lucho por recordar el rostro y el cariño que sentía por ella, pero los recuerdos se volvían cada vez más difusos, como si estuviera tratando de recordar algo a través de un velo de oscuridad.
Shagueta: Y Amy Rose. Murmuró, sintiendo una sensación de vacío al intentar evocar la imagen de la erizo rosa. Sí, Amy. Espero… espero que ella esté bien. Ella… ella siempre fue…
La frustración se reflejaba en su rostro mientras la imagen de Amy también se desvanecía.
Shagueta: No puedo olvidarlas. Dijo en un susurro, tratando de convencerse a sí mismo. No puedo olvidarles. Tengo que… tengo que recordar…
Shagueta se sintió abrumado por la presión de la pérdida y la confusión, el peso de lo que estaba comenzando a desvanecerse en su mente. Con cada esfuerzo por mantener las memorias intactas, sentía que una parte de él se desmoronaba. Sus promesas y planes de acción se deslizaban entre los dedos, como arena en un reloj de arena que se vacía lentamente.
Shagueta: Cuando vuelva a Mobius. Repitió con más determinación, aunque su voz estaba cargada de incertidumbre. Cuando vuelva… voy a arreglar todo esto. Voy a… a…
El vacío blanco seguía siendo su único testigo mientras se enfrentaba a la creciente sensación de que sus recuerdos se estaban desvaneciendo, dejando sólo una sombra de lo que había sido su vida. Shagueta continuó sentándose allí, con la esperanza de que, de alguna manera, podría recuperar lo que había perdido antes de que fuera demasiado tarde.
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Años habían pasado desde que Shagueta había comenzado su existencia en el vacío blanco. Lo que antes era una desesperación ocasional se había transformado en una aceptación distorsionada. A lo largo de este tiempo interminable, su percepción de la realidad se había vuelto cada vez más difusa, mezclándose con la locura y el delirio. El tiempo se había estirado hasta convertirse en una sucesión interminable de "días" y "noches" indistinguibles, y Shagueta había perdido todo sentido del tiempo.
Se encontraba en el mismo vacío blanco, pero su apariencia había cambiado. Su pelaje, alguna vez brillante y ordenado, ahora lucía desordenado y enmarañado. Sus ojos, antes decididos y llenos de determinación, estaban ahora nublados por una mezcla de locura y confusión.
A menudo se sentaba en el suelo, abrazándose a sí mismo, murmurando incoherencias y sollozando de vez en cuando. Su mente estaba en un estado constante de fragmentación, donde los recuerdos se mezclaban con ilusiones y delirios. Había perdido la capacidad de discernir entre lo real y lo imaginario, y comenzaba a convencerse de que había muerto y que estaba atrapado en algún tipo de purgatorio.
Shagueta: ¿Estoy muerto? Murmuraba para sí mismo, mientras se arrastraba por el suelo. ¿Es esto lo que me esperaba después de la muerte? ¿Un vacío blanco interminable? ¿No hay salida, no hay escape?
Miraba a su alrededor con desesperación, intentando encontrar alguna señal de vida o una pista sobre su verdadera situación, pero todo seguía siendo el mismo vacío interminable. Los fragmentos de sus recuerdos y sus pensamientos a menudo se entrelazaban en un torbellino de desesperación y confusión.
Shagueta: ¿Y si todo fue un sueño? Continuaba diciendo, su voz vacilando entre la desesperación y la incredulidad. ¿Y si nunca fui real? ¿Si todo lo que viví fue solo una ilusión, una fantasía creada por mi mente mientras yacía aquí?
Sus pensamientos a menudo se deslizaban hacia recuerdos fragmentados, mezclados con los ecos de sus conversaciones pasadas. Imaginaba a Fiona, Melly, Chise, Amy y a todos los demás, pero las imágenes eran borrosas y distantes. Los detalles se desvanecían en su mente, y no estaba seguro de si sus recuerdos eran reales o solo productos de su mente atormentada.
Shagueta: Fiona… Decía, su voz cargada de tristeza. ¿Eras tú real o solo un fantasma en mi mente? ¿Eran tus palabras realmente tuyas o solo una ilusión de mi cerebro?
Los recuerdos de la gata también aparecían en su mente, pero la imagen de ella estaba distorsionada por la desesperación y la locura.
Shagueta: ¿Dónde estás? ¿Eras una parte de mi vida o solo un sueño perdido en el vacío? ¿Qué hiciste cuando… cuando ya no estaba?
Se arrastraba por el suelo, buscando respuestas que no podía encontrar. Los ecos de las voces y las imágenes distorsionadas se mezclaban en un caos sin fin, y Shagueta se preguntaba si alguna vez encontraría una salida de su prisión mental.
Shagueta: Todo esto es una especie de castigo, ¿Verdad? Sollozaba. Un castigo por lo que hice, por lo que soy. Esto es lo que merezco, estar aquí, en este vacío blanco sin fin, sin propósito ni esperanza.
En sus momentos de mayor desesperación, su mente se enfocaba en la idea de que tal vez nunca volvería a Mobius, que tal vez todo lo que había conocido y amado era una ilusión pasajera, un sueño que se desmoronó cuando la realidad se volvió demasiado dura para soportar.
Shagueta: ¿Qué pasará cuando finalmente me rinda? Se preguntaba en voz alta. ¿Qué sucede cuando acepto que esto es todo lo que tengo, que nunca volveré a ver a los que amé?
La confusión y el delirio lo envolvían, y a veces, hablaba con las sombras que parecían rodearlo, buscando respuestas que no podían ser encontradas en el vacío eterno.
Shagueta: ¿Por qué no puedo recordar más? ¿Por qué solo parece que me quedan fragmentos y sombras de lo que una vez fue mi vida? Preguntaba, mirando las paredes invisibles del vacío. ¿Es este el castigo que merezco? ¿Una eternidad en este, sin respuestas, sin salida?
Shagueta continuaba su existencia en el vacío blanco, atrapado en un ciclo interminable de confusión y desesperación. La locura había comenzado a apoderarse de él, y aunque a veces sentía destellos de claridad, la realidad se había convertido en una amalgama de recuerdos borrosos y delirios distorsionados. La esperanza de regresar a Mobius y reunirse con aquellos que amaba se había convertido en una quimera distante, y Shagueta se encontraba atrapado en una prisión de su propia mente, sin una salida a la vista.
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Shagueta avanzaba a toda velocidad a través del vasto vacío blanco, impulsado por un destello de esperanza que parecía tan irreal como la ilusión misma que se había convertido en su vida. El vacío, que alguna vez lo había rodeado con su opaca desesperación, comenzó a disiparse lentamente, revelando una escena sorprendentemente familiar a la distancia. Lo que había sido un interminable espacio blanco se transformaba en una imagen borrosa de lo que parecía ser un bosque vibrante y colorido, con toques de verde y flores en tonos brillantes que se mezclaban en un paisaje que evocaba recuerdos del pasado.
A medida que Shagueta se acercaba, el paisaje se volvió más nítido. Los árboles altos con hojas de un verde exuberante y flores de colores vivos creaban un contraste claro con el vacío que había sido su prisión. El aroma a tierra y flora se infiltraba en su mente, trayendo consigo una ola de recuerdos. No podía creer lo que veía. A lo lejos, divisó un pequeño pueblo: Floral Forest Village. El nombre resonó en su mente mientras sus pies golpeaban el suelo con una velocidad desesperada.
Corrió sin descanso, su mente abrumada por una mezcla de incredulidad y esperanza. Los kilómetros parecían desmoronarse bajo sus pies, y el paisaje se volvía cada vez más real y detallado con cada zancada. Las casas de colores brillantes, los caminos empedrados y las áreas de juegos para los más pequeños se desplegaban ante él como un sueño que se materializaba. Finalmente, llegó a una casa que le era extrañamente familiar.
Shagueta: ¿Es esta la casa de Cream y Vanilla? Murmuró para sí mismo, el nombre resonando en su mente como una antigua melodía. ¿Realmente estoy aquí?
Se detuvo frente a la casa, observando su fachada con atención. Era una casa acogedora, con paredes de color pastel y un techo a dos aguas. La jardinería estaba bien cuidada, con macetas llenas de flores y arbustos que daban un aire de hogar a la residencia. Sin embargo, algo en el ambiente parecía desvanecido, como si los colores hubieran perdido parte de su vivacidad.
Shagueta se acercó a la ventana, movido por una mezcla de ansiedad y anticipación. El temor de que todo fuera una ilusión se cernía sobre él, pero el deseo de encontrar algo, o más bien a alguien, lo impulsó a seguir adelante. Al observar que la puerta principal estaba cerrada y sin una llave a la vista, optó por buscar una alternativa. La ventana de la sala de estar estaba ligeramente entreabierta, y sus dedos temblorosos encontraron una pequeña rendija que le permitió introducirse en la casa.
Se deslizó a través de la ventana con cautela, su cuerpo tensado por la tensión del momento. Aterrizó suavemente en el suelo de la sala de estar, que estaba adornado con muebles cómodos y cálidos. La habitación tenía una atmósfera acogedora y familiar, con una alfombra suave, una estantería llena de libros y fotos familiares colgadas en las paredes. Sin embargo, a pesar de la apariencia hogareña, el lugar estaba en un estado de inactividad, como si el tiempo se hubiera detenido.
Avanzó con cuidado hacia la cocina, el corazón palpitante en su pecho. La cocina también mostraba signos de abandono: Platos y utensilios en el fregadero, pero sin rastro de vida. La sensación de desolación comenzó a envolverlo de nuevo, mezclada con una punzada de esperanza.
Shagueta: ¿Cream? ¿Vanilla? Llamó en voz baja, intentando no romper el silencio. ¿Hay alguien aquí?
Recorrió el pasillo, dirigiéndose a las habitaciones, y se detuvo frente a una puerta cerrada. Con una mezcla de esperanza y temor, giró el pomo y entró en la habitación. Allí, la decoración era más simple pero igualmente familiar. Había una pequeña cama con una colcha colorida, un escritorio con lápices y papeles dispersos, y un armario lleno de ropa.
A medida que examinaba la habitación, sus ojos se detuvieron en una foto en el escritorio: Cream y Vanilla, sonriendo alegremente. El corazón de Shagueta se aceleró al ver esas caras familiares, pero no pudo evitar notar la sombra de desolación que parecía envolver la imagen.
Shagueta: ¿Qué ha pasado aquí? Murmuró, sintiendo una creciente sensación de ansiedad. Se dirigió a la ventana y la abrió, permitiendo que la "luz natural" inundara la habitación. La calma del lugar era inquietante, como si hubiera sido abandonado hace mucho tiempo.
Mientras caminaba por la casa, los recuerdos de Cream y Vanilla comenzaron a regresar en fragmentos, sus momentos compartidos y las promesas hechas. La confusión y la desesperación se mezclaban con una esperanza tenue de que quizás, solo quizás, el lugar que estaba explorando era una señal de que aún había algo de esperanza en su vida.
Shagueta: ¿Estoy realmente aqui? Se repito otra vez para si mismo, su voz temblando. ¿O es esto solo otro engaño de mi mente? ¿Realmente estoy en Floral Forest Village, o todo es una ilusión de este vacío?
La sensación de estar atrapado entre la esperanza y el temor lo envolvía mientras recorría cada rincón de la casa, buscando señales de vida. El silencio que lo rodeaba parecía gritar más fuerte que cualquier respuesta que pudiera recibir. La realidad y la ilusión se entrelazaban en su mente, y Shagueta continuaba buscando, esperando que su búsqueda le proporcionara una respuesta o al menos un rastro de lo que había sido su vida anterior.
La casa parecía una metáfora de su propia existencia: Una mezcla de recuerdos y esperanzas, atrapada en una eternidad de incertidumbre. Cada paso que daba en busca de respuestas lo llevaba más cerca de entender si estaba volviendo a un lugar real o simplemente atrapado en una fantasía creada por su mente desesperada.
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