Marzo de 1917, la gran guerra, librada esta vez contra un adversario poderoso que proviene de la oscuridad, dejo a la humanidad en jaque, obligándola a prepararse para la ultima labor:

Huir para sobrevivir, y de esa forma, salvar a los pocos seres humanos del mundo.

Varios civiles, soldados y tripulantes se amontonaban en el puerto de Southampton para abordar los barcos estacionados ahi, entre ellos estaba el mas grande, el Britannic.

En lo que respecta a la época, estaba bien armado y escoltado, cuyo rol se le dio al acorazado HMS Queen Elizabeth.

Ahi embarcaban soldados, tripulantes, y algunos refugiados, pero la mayoria decidio subirse en los yates o en los transbordadores.

Entre toda esa gente que se embarcaba en los barcos desesperada, habia alguien que resaltaba de alguna manera, y ese, era el joven Izdeliye Soyuz, que tomado de la mano de su hermana/hermano mayor y madre, iban corriendo al Britannic entre toda la multitud.

El era el timonel, quien regulaba la direccion del barco, y tambien estaba a su cargo el de regular la velocidad.

El pánico empeoro cuando se informo que ya iban a zarpar, cosa que ocasiono una estampida que se intentaba controlar con tiros al aire que no servían de nada.

Por mera suerte, logro subir a uno de los puentes de embarque en donde se solia subir la primera clase, sin embargo, empezaron desde ahi a subir los puentes.

Atlant, el hermano mayoría, consiguió subir, pero a la altura que estaba el puente solo alcanzaba a subir uno solamente.

Atlant: -intentaba agarrar la mano de Izdeliye, sin alcanzar siquiera la punta de sus dedos- ¡Izdeliye! ¡Toma mi mano! -se estiro mas, pero no era suficiente- ¡No!

Lyudmilla y Natasha, sueltan un largo suspiro cargado con tristeza, antes de tomar de las piernas a Izdeliye, y con sus fuerzas, lo tiraron hacia arriba, logrando alcanzar los brazos de Atlant, pero a un gran costo.

Ambas mujeres cayeron por la borda, y en ese justo momento, los vampiros ya ingresaron al area de abordaje, empezando a convertir y beber la sangre de quienes quedaban ahi.

La ultima vista que ambos hermanos tuvieron de las dos chicas fue esta:

A Natasha un vampiro rubio que lucia de un alto rango, la tenia abrazada por detras, mordiéndole el cuello, mientras en su cara se formaba una expresión de repentino dolor y alivio.

Lyudmilla, la ataco una vampira por detras, mientras cojeaba, se iba defendiendo con una pistola que le robo a un oficial muerto, y cuando fue mordida, cayo al suelo, sufriendo fuertes espasmos mientras su piel se tornaba palida.

Los dos miraron con lágrimas ambas escenas antes que el puente de abordaje subiera por completo, y la puerta de abordaje en la cubierta B hiciese lo mismo.

Atlant: -se seco las lágrimas, y aun estando algo triste, colocándose de rodillas, lo miro- Escúchame hermano, tu eres el timonel, tu eres quien lleva las riendas de la supervivencia de quienes estan a bordo en este barco.

Y estoy en lo cierto al decir, que mama y Natasha no les gustaría vernos asi de derrotados.
-le enjuago las lágrimas pasándole con el dedo, y le dio un abrazo-

¿Entendido Iz?
-se levanto, y lo ayudo a el a levantarse-

Izdeliye: -mira su insignia de timonel, para luego mirarlo determinado, poniendose la mano al pecho- Lo hare hermano, lo prometo.

Dicho eso ambos partieron al puente, donde Izdeliye tiro de las palancas para enviar un mensaje a la sala de turbinas, ordenando encender los motores a toda su potencia.

Los botes de asistencia alejaban al barco de la bahía de atraque y ahora se posicionaron al frente de la proa, para colocar amarras ahi.

Al tener la suficiente presión de vapor que brindaba el fuego en los cuartos de caldera, las turbinas de vapor Parsons empezaron a moverse, cosa que tambien causo que las tres hélices tambien se muevan generando velocidad de a poco.

Los barcos pequeños tiraban de el dandole un empujón para que escaparan lo mas rapido posible, aprovechando que los vampiros estaban mas ocupados bebiendo la sangre de aquellos civiles que en tomar el barco.

El acorazado y los barcos pequeños fueron detras del Britannic a maxima velocidad, iniciando un viaje sin ningun destino.

Los pasajeros solo podian mirar con lágrimas y tristeza como la ciudad y el puerto eran consumidas por las llamas, y el oceano se iba tiñiendo de rojo.

Izdeliye pego unos giros con el timón hacia  a babor, y mantuvo el barco en esa posicion, por un tiempo indefinido.

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