Pasaron unas pocas horas y nuestra chica solo continuaba con su rutina de andar en los alrededores de su cálida casa.

Pero, aún no se le quitaba de la mente aquella tierna semilla que había logrado despegar sin un rumbo, pero sin miedo, aventurarse sin saber que buscar pero haciéndolo como si valiera la pena, así como al encontrar un oasis después de una caminata en el desierto.

-No, para nada, no puedo-

Se repetía como rulo de tambor a la vez que agitaba su cabeza de lado a lado como si quisiera desprenderse de esa idiatica locura

-tengo mi cabaña y todo aquí, no puedo dejarlo, no lo voy a descuidar-

Volvía tratando de convencer a esa pequeña parte de ella que se negaba a salir, un pequeño sentimiento de rebeldía....

Y así, estuvo parte de la tarde, imaginando que era esa semillita, que ella era la que volaba a dónde nadie conocía y a donde se dirijera sería un gigantesco océano de posibilidades

Pero aún obstinada ahogó eso en su pequeño pasatiempo. Era también una costurera, hacía mucho tiempo que no veía a alguien y debía tener ropa nueva así que muy ingeniosa y a su vez que no oía una voz así que le gustaba entretenerse en varias cosas...

El picar de la agua entre sus dedos al pasar el hijo para costurar, la mantenía aún más inmersa en su fantasía. Miraba a la pared mientras con sus hábiles dedos daba forma a un minimalista vestido plateado...

Finamente tomó una pequeña cámara modelando para si misma... Solo se tenía a sí misma para presumir sus obras así que era su diseñadora y su modelo...

- tengo todo aquí-

Pensaba...

-Pero... Un pequeño respiro sería bueno-

Cedió finalmente