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Capítulo 27


Mientras la noche va avanzando lentamente, sus miradas se encuentran donde en un espacio reducido a solas llegan a expresar lo que verdaderamente sienten el uno por el otro.
Con delicadeza, busca sus labios palpando lentamente la silueta de su piel desnuda, donde sus besos rompen el silencio aumentando el placer absorbiendo su fragancia.
Tejiendo ese instante de caricias y besos con un fino erotismo logrando enloquecerla, despejando sus inseguridades para permitir en un baile de tentaciones y deseo poder probar el éxtasis que recién comienza a emerger de la pasión siendo adorada en una inmensa plenitud donde sus dedos acarician su espalda dibujando la silueta del amor.
Absorto la mira con la más brillante de las miradas besando el mapa de su piel para dejarse envolver por el éxtasis sumergiéndose despacio, sin prisa uniéndose con movimientos lentos en un baile que tan sólo la melodía de los gemidos es la música perfecta para no dejar de parar, continuar llenadose de emociones desconocidas, donde le ofrece no solo sexo, amor, ser otra persona distinta, donde flota en movimientos sensuales, jamás permitidos y hoy se deja llevar, sujetándose sus bocas, aclamando más, bañándose en sudor, rozando sus pieles con la más delicadeza donde el deseo está servido y la tención les lleva alcanzar el pico más alto tocando de alguna manera las aclamadas estrellas de lo que se siente cuando te hacen el amor.

Se había entregado por primera vez y aún no podía creer que fuera tan real con el hombre que al fin a sabido quererla como siempre ha deseado.
No hay pizca de arrepentimiento, hay mucha felicidad por ambos, porque solo una pareja que se ama de verdad sabe saborear el mejor sabor que llega a destilar el amor.

Esa mañana Yassir recibe una llamada del empresario árabe, pidiéndole de reunirse en varios días.
Yassir acepta y al finalizar la llamada comienza a ponerse nervioso.
Zara, preocupada le pregunta qué le ocurre, a lo que Yassir le cuenta lo que sucede.
Zara trata de tranquilizarlo, y aunque se supone que deben de tener unos días de luna de miel para ellos, su noche y su mayor deseo se ha cumplido por lo que se da por satisfecha y prefiere ayudar a su esposo con su proyecto.

Primero comen un poco, Yassir saca su ordenador y le muestra de que trata el proyecto.
Zara comienza a entender y le da alguna que otra sugerencia, Yassir toma nota de ello, intercambian ideas, y eso le gusta a Yassir como para besar a su esposa agradecido por su ayuda y tenerla a su lado.
Ambos se dejan de llevar por lo que sienten, es algo tan bonito sentir como te aman, como le importas a esa persona.
Zara se queda dormida y mientras Yassir se viste la observa embobado como duerme, sonríe al pensar en la suerte que ha tenido y el haber arriesgado todo por ella.
En un principio se dejó de convencer por las palabras de Leonor, pero todo cambió cuando vio el collar de su madre que le devolvió Zara.
Ese colgante tiene un significado especial para él, y piensa dárselo a su esposa cuando todo se resuelva.
Ya ha hablado con su padre, ambos han quedado en quedarse con lo que le corresponde de su fortuna, Yassir tiene menos dinero que su padre, pero le da igual, quiere trabajar duro con un propósito, y no ser como su padre.
Un cínico egoísta mujeriego que hizo de sufrir a su madre con su comportamiento llegando a desplazarse de ella por ser humilde.
Él, ama a su esposa por como es, y aunque sea una chica de campo, eso no le supone ningún problema para él aceptarla y amarla porque igual que recibe su amor de ella, él quiere hacer lo mismo.
Tiene algo que hacer respecto a Leonor, según le ha informado su hombre de confianza sigue con su idea de casarlo con Gresa, de hecho sin ni siquiera se lo ha consultado como para  comenzar con la fiesta de compromiso.
Él solo quiere ver la cara que pondrá cuando se entere de todo y qué hará cuando se le comunique la noticia.

Yassir se sienta delante de su ordenador para comenzar a trabajar hasta altas horas de la noche.
Zara le lleva una taza de café tomando asiento a su lado, hablan un rato y cuando ya pensaba Yassir que no tenía más ideas, Zara le da alguna idea más para seguir con el proyecto y poder terminar a tiempo.

— Gracias por todo mi preciosa Caperucita, ¡Qué haría sin ti! Lamento tener que marcharme pero debo de reunirme con el empresario, prometo volver pronto.

— He pensado en ir a la ciudad en unos días, nos vemos allí.

— Como tú decidas. Nos vemos allí, te voy a extrañar. — Yassir le da un beso a su esposa y se marcha para otra ciudad para reunirse con el empresario árabe.

— No llores querida, si lo vas a volver a ver. — Le habla su abuela acariciando su cabello en su regazo.

— Abuela, me siento en estos momentos como si estuviera en una nube, todo es nuevo para mí, sé que me va costar adaptarme a mi nueva vida, pero confío en mi marido y sé que él no me dejará sola.

— Yassir es un hombre correcto Zara, un hombre que sabe lo que quiere y se viste por la cabeza, ha demostrado en tan poco tiempo con hechos que en verdad quiere cuidarte y quererte.
Es un hombre sencillo y humilde, además de hermoso.
Da gracias a Dios por habertelo presentado y haber hecho las cosas correctamente, verás como vas a recibir tu recompensa.

— Lo sé abuela. Y no me arrepiento de nada, salvo de haberme dejado llevar por las palabras mal intencionadas de mi madre al querer verme sola por sus intereses.
Me arrepiento de no haber sido más fuerte y que me haya faltado decisión para enfrentar mis miedos y haberla puesto en su lugar.

— Ahora tienes un gran apoyo querida, Yassir no te va dejar sola y tienes ese apoyo y empuje para decirle a tu madre lo que sientes. Pero recuerda algo Zara, algún día tú serás madre y sabrás lo que siente querer a tus hijos. Sabrás que el amor de una madre es incondicional, y lucharás por ellos.

— Lo que si tengo claro, es de no ser como mi madre.
Amaré a mis hijos y los cuidaré.

María besa la cabeza de su nieta, cambiando de tema. Hablar del comportamiento de su hija le afecta de algún modo.
Ella es su madre, se ha visto en innumerables ocasiones en mitad de una pelea, tuvo un marido trabajador, la respetó y jamás le faltó de nada, pero Mariano tenía mucho carácter y a veces la lastimaba o a su hija.
Por eso, después de lo sucedido con Leonor, protegió a Zara para que no volviera a ocurrir lo mismo. Quizás fueron muy estrictos con ella, pero ahora que ve marcada la felicidad en su rostro, está más que segura que han educado bien a su nieta, dándole sus valores para que el respeto a sí misma lo entiendan otros y la respeten como se merece.

Yassir se entrevista con el empresario árabe, sentados en su oficina, Yassir empieza a mostrarle el proyecto.
El empresario muestra interés en el proyecto, incluso le hace preguntas las cuales Yassir contesta con expresión de alegría, sabiendo que todo se lo debe a Zara.
Al finalizar la reunión, el empresario árabe y Yassir han llegado a un acuerdo, serán socios y harán un hotel en su país, y seguirán trabajando en otros campos.

Nada más llegar a su apartamento, Yassir llama a Zara para contarle todo, ella se alegra por su marido y él le agradece todo.
Al finalizar la videollamada con Zara, Yassir escucha el timbre.
Sale para ver quién es, se trata de Álvaro.

Yassir lo invita a pasar, hablan durante un largo tiempo, pero no le confiesa la verdad, prefiere ver qué tan buen amigo es, porque escuchar como se expresa sobre su esposa no le agrada en lo más absoluto.
Aún así, haciendo un gran esfuerzo, camufla sus celos y habla con normalidad sabiendo que ha conseguido su propósito de casarse con Zara.

— Bueno, ¿te animas a irnos a tomar unas copas?

— Disculpa, pero estoy algo cansado quiero descansar quedamos en otra ocasión.

— De acuerdo. Ah, quiero decirte que Gresa dará una fiesta y estás invitado, ya sabes, quiere que lo vuestro dure para siempre.

— Ya veré si asisto o no.

— Venga Yassir, Gresa es hermosa, es apasionada, es interesante y atractiva, es toda un mujerón que puede acompañarte a todos lados y sentirte orgulloso.

— Álvaro, hablas como si una mujer fuera un florero. Para mí Gresa es un ex novia que no amé y tampoco la amo. Como mucho puede ser mi amiga.
No estoy interesado en ella.

— ¿Pero si en Zara, verdad?

— Por supuesto que sí, a ella la amo, ella es la mujer que deseo, la mujer que llena por completo, ella es mi otra mitad.

— Entonces ve y búscala, y arreglar las cosas. Ella te ama, pero eso sí, no le hagas daño Yassir y tampoco te permito que la lastimes porque entonces seré yo quien luche por su amor.

— ¿Eso ha sonado ha amenaza?

— Tómalo como quieras, pero si yo admito que he perdido esta batalla contigo porque ella te ama a tí, no hagas que te la arrebate.

— Mantente lejos de ella, yo sabré como hacer las cosas. De momento quiero centrarme en mi trabajo después hablaré con ella.

— Eso espero. Pero no pierdas el tiempo, quizás se canse y no sea ni para ti, ni para mí.

Yassir se calla lo que piensa. Ve salir a su amigo y se echa a reír, si él supiera que es su esposa le calla la boca de una.
Pero quiere que su plan salga bien, y para eso ha tenido que hablar con su esposa para que todo salga bien.
Ahora queda, si su plan salga bien o no.

Después de despedirse de su abuela con tristeza y vecinas, Zara pone rumbo a la ciudad en su auto nuevo.
Hace tiempo que decidió obtener el permiso de conducir, pero al no tener suficiente dinero para un auto, no había conducido hasta ese día, donde su hermana va con ella de copiloto hablando de lo que deben hacer al llegar a la ciudad.
Yassir había hablado con ella contándole las intenciones de Leonor, y por ello le pidió  a su marido de volver a trabajar en el hotel como camarera.
Quiere saber exactamente lo que se trae su madre y la tal Gresa.

Al llegar a la ciudad, Zara se despide de su hermana poniendo rumbo hacia su nueva casa.
Al verla, no puede sentirse más impresionada, esperaba que fuera grande y con lujos, pero es todo lo contrario.
Es una casa normal, con dos plantas decorada muy sencilla y se puede respirar paz en mitad del campo. A las afueras de la ciudad.

— Bienvenida a su hogar señora Okesty. — La sorprende por detrás Yassir dándole un beso abrazándola a la misma vez.

— Es preciosa, me gusta mucho. ¿Cuándo la compró tú padre?

— Está casa fue de mi madre, la compraron cuando se casaron, aquí crecí durante cuatro años de mi infancia hasta que nos mudemos a la ciudad.
Esta casa fue la preferida de mi madre, era su refugio, aquí éramos ella y yo.
Mandé a reformarla el mismo día que estuvimos en la piscina juntos, le pedí a mi padre que me la diera algún día, y él me dijo que este sería mi regalo de bodas donde esperaba que fuera feliz junto a mi esposa.
La decoración la puedes cambiar si quieres, a mí me da igual. Lo importante es comenzar a partir de hoy una vida juntos.

— La decoración se queda como está, me gusta y me encantaría poder...ya sabes...

— Aquí está tu lobo feroz dispuesto a merendarte. — Después de besarla la coge en volandas y la lleva hasta su dormitorio donde dan rienda suelta a su amor.

Antes del amanecer, Yassir se despide de Zara para ir a trabajar, quiere que descanse y quedan en reunirse en el hotel más tarde.
Pero ese día Zara no acude al hotel, quería darle una sorpresa a su marido preparando una comida deliciosa y estrenar un conjunto sexy para volverlo loco esa misma noche.
Comenzó a limpiar y colocar sus cosas en el armario encontrándose en un rincón una caja de cartón.
Curiosa la agarra apartando con la mano el polvo.
La abre con cuidado y al ver el contenido de dentro de la caja su rostro comienza a ponerse blanco.
Sus manos tiemblan al ver los recortes de periódicos donde había fotos de su madre junto al padre de Yassir.
Su corazón se contrae, no tarda en sentir pánico en pensar que va suceder entre ella y su marido cuando se entere de todo esto.
Según le ha contado Yassir Leonor llegó a sus vidas después de morir su madre.
Sus pensamientos no son buenos en absoluto, incluso ella misma recuerda cuando su madre la llevó a casa de sus abuelos avisándole de quedarse allí porque había encontrado un hombre que le ofrecía de todo.
Como niña, no comprendía a lo que se refería su madre.
Ahora de mayor sí lo comprende.
Como entiende que nuevamente su felicidad está en juego por culpa de las acciones de su madre y eso acaba por derrumbarla.

Yassir llega a casa sin avisar encontrándose a Zara llorando temblando sujetando algo en sus manos donde ve hojas de periódico esparcidas en la mesa.

— Zara mi amor, ¿Qué te ocurre para que estés así? Dime, cuéntame que te ocurre. ¿Porqué nos ha ido al hotel? Responde mi amor. — La abraza poniéndose de cuclillas dejando caer ella su cabeza en su hombro permitiéndole ver con más detalle las imágenes de las fotos.

— Yassir, lo siento mucho, si hubiera sabido todo esto. Siento mucha vergüenza, te prometo que no sabía nada y me avergüenza las acciones de mi madre.

Yassir deja que se recupere un poco, mientras agarra despacio un trozo de periódico donde se ve una foto de su padre con una mujer. Mira con detalle la mujer que está muy sonriente agarrada del brazo de su padre.

— ¿Es Leonor? — Pregunta dudoso Yassir a su esposa.

— Sí, es ella, al parecer fue la amante de tu padre.

Yassir toma asiento muy serio comprobando la fecha de los periódicos, echa la vista atrás y se da cuenta que su madrastra ya era la amante de su padre cuando aún vivía su madre.
Por lo que llega a la deducción que su madre estaba enterada de todo y de ahí fue que se vino a vivir a esta casa separándose de su esposo donde los últimos meses de vida los pasó en ese mismo lugar sola.

— Yassir, de verdad que lo siento mucho, yo... Soy la hija de la mujer que tanto daño le hizo a tu madre, dime Yassir que va suceder ahora entre nosotros.

Yassir se queda en silencio sin decir nada mirando las fotos dejando caer gotas de amargura por su rostro.
Era tan solo un niño cuando su madre murió, él no entendía que estaba sucediendo a su alrededor, veía muchas veces a sus padres de discutir, incluso llegó a ver a su madre marcharse de su casa dejándole solo y triste.
Al día siguiente, su madre volvía y lo abrazaba pidiéndole perdón. Pero él no sabía a qué se refería su madre con sus palabras.
Ella siempre estuvo al lado de su hijo hasta su último aliento, lloraba y sonreía mirándole mientras lo abrazaba y cuando murió no tardó su padre en buscarle reemplazo con Leonor.
Agarra las manos de su esposa, la mira tristemente pidiéndole de estar solo unos días para poner en orden sus ideas.
Zara lo entiende, le hace entrega de una carta que está escrita por su madre y algunas fotos donde aparece  Leonor junto a su padre.

— Yassir, pase lo que pase, quiero que sepas que te amo, te amo con todo mi corazón y siempre serás el amor de mi vida.

— Zara, no va suceder nada entre nosotros porque tú no me has hecho nada malo.
Tú no eres Leonor, eres su hija, eres tan inocente como yo.
Aquí los culpables son tanto Leonor como mi padre.
Pero más mi padre por no respetar a mi madre, si no la quería se hubiera divorciado de ella y no hacerla sufrir haciéndole chantaje conmigo, como sí fuera una moneda de cambio.
Era un niño, que no entendía nada.
Ahora lo comprendo todo.
Pero si te voy avisar de algo, Leonor me las va pagar.
Esto se ha vuelto personal Zara, si antes quería que hubiera una reconciliación entre vosotras, ahora quiero que estés lejos de ella.
Te voy hacer una pregunta.
¿Quieres seguir casada conmigo o prefieres reconciliarte con tu madre y divorciarnos?

— Creo que estás siendo demasiado egoísta Yassir. Me estás poniendo entre la espada y la pared.
No puedes hacerme algo así.

— Por eso mismo Zara, porque voy a ir a por todas con Leonor, y tú estás en medio vas a salir perjudicada.
Debes elegir en qué bando quedarte Zara. Piensa una vez en tú vida en tí misma y demuéstrale que eres mejor persona y más fuerte, no le sigas el juego o se basará en alimentarte de esperanzas para pisotear tu orgullo.

— No puedo hacer lo que me pides Yassir. Después de todo es mi madre.

— Entonces, ¿das por finalizado este matrimonio?

Zara se queda pensando unos minutos, lo mira con detenimiento mordiéndose su labio cuestionándose cual es la mejor decisión que debe de tomar.

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