Capítulo 22
Álvaro se encuentra en su apartamento sentando en el sofá con un vaso de whisky mirando al techo, recordando una y otra vez las palabras de Yassir sobre su relación con Zara.
Él la quiere, de eso está seguro, pero no lo suficiente como para presentarla ante su familia.
Ha sido educado para elegir la mujer correcta en su mismo círculo social donde provenga de buena familia y sea toda una dama con modales correctos y sepa actuar en público ya que él viaja demasiado para mantener reuniones con otros socios y en ocasiones debe de ir acompañado con su esposa.
Hasta ahora está solo, ha conocido alguna que otra mujer incluso más bellas que Zara, pero lo que tiene Zara no lo ha encontrado en ninguna otra mujer anterior.
Se levanta del sofá deduciendo en la posibilidad de haberse fijado Yassir en Zara y por eso le habla de ese modo, si no... ¿Porqué lo haría?
En la oficina ambos amigos están reunidos con otras personas.
De vez en cuando se lanzan miradas nada amigables, aún así, son socios y amigos se dice Yassir al quedarse solos.
— ¿Qué te ocurre Álvaro te veo serio? — Se sirve una taza de café para él y otra para su amigo.
— Nada, estaba pensando si le dijiste algo a Zara sobre lo ocurrido ayer.
— No, en absoluto. Pero no quiero que juegues con ella. — Su voz cambia más autoritaria y ronca.
— No entiendo, ¿porqué ahora vienes de hermano protector? Al menos....
— No saques conclusiones de donde nos la hay, Zara es mi hermanastra, la hermana de Ingrid yo trato de cuidarla como a Ingrid. — Ante la expresión de sorpresa por parte de Álvaro, Yassir le cuenta de manera resumida la historia, donde al terminar de hablar, Álvaro no puede evitar mostrar una sonrisa de alegría diciendo, más bien asegurando a su amigo de tratar con respeto a Zara.
Yassir solo puede fingir una felicidad que no le nace, dentro de su ser hay un corazón desvalido agrietándose lentamente por no seguir las indicaciones de su corazón por no intervenir en el amor que se tienen Zara y Álvaro. Aunque sea su destrucción mantenerse lejos de Zara, él quiere que sea feliz y si su dicha es estar junto Álvaro, él no desea intrometerse.
Desvalido, toma asiento en su sillón leyendo los correos electrónicos donde parece que debe de acudir a un evento esa misma noche.
Muchas ganas de ir no tiene, pero no le queda de otra, todo sea por seguir levantando el imperio de los Okesty.
Continúa con su trabajo hasta caer la tarde.
Álvaro entra a su oficina para acudir juntos al evento, Yassir se va hacia su suite para darse una ducha, cambiarse de ropa y bajar hasta el recibidor donde lo espera Álvaro acompañado de sus padres.
Yassir los saluda para charlar unos minutos para ir a buscar su auto quedando en verse en el lugar que se dará el evento.
Mientras conduce, llama a su hermana para que le acompañe, no le apetece mucho ser el centro de atención de mujeres solteras que buscan lo que no él no está en disposición de ofrecerle. Más bien quiere estar a solas consigo mismo para pensar en cómo puede hacer para mantener distancias con Zara.
Queda con su hermana en verse en el lugar en dos horas.
Aliviado sigue conduciendo para llevar al evento.
Entre tanto, Ingrid tiene un plan. A pesar de no agradarle la idea de ir a esa clase de eventos, ha querido aceptar para que se reúna con Zara.
Si su hermano quiere alejarse de Zara, ella va hacer lo posible para acercala más a él.
— Zara, me gustaría que me acompañes a un evento que nos han invitado. Es aburrido, y no me gusta ir sola, Yassir va acudir pero ya sabes, cuando los hombres se ponen de conversación sobre negocios a mi entra sueño.
¡Anda, por favor...! Acompáñame, te prometo que volveremos después de la cena. — Ruega Ingrid para que su plan salga bien.
— De acuerdo, te acompaño.
— ¡Qué bien! Déjame que te preste un vestido y te ayudo con el maquillaje.
— Gracia Íngrid, pero quiero ponerme un vestido de los míos, después te cuento porque lo hago.
Zara no quería impresionar a nadie, simplemente quería lucir como es ella, una chica humilde, de clase media con ropa sencilla.
Sabía que iba a ver a Yassir, pero después de su confesión no tenía claro si debía actuar como su hermanastra o decirle que lo ama.
De Álvaro no quiere saber mucho, contra más lejos de él mejor.
Ella no es una chica fácil que se deja de impresionar por un caballero que tiene de todo y no sabe su valor.
— Estás muy guapa Zara. — La agarra de sus manos sonriéndole con dulzura.
— Anda no mientas. Mírate, tu pareces una famosa estrella y yo parezco la sirvienta.
— Eres hermosa, hermana. Y para nada eres una sirvienta, eres tú misma.
— Esas palabras...¿Dónde las abre escuchando?
— De mi hermano, estoy segura, él siempre me las repite constantemente.
— Yassir — Suspira Zara haciendo que su hermana se alegre de servirle para llevarla hasta su felicidad.
Las dos hermanas caminan hacia la calle donde les espera el chofer para llevarlas hasta el lugar donde se celebra el evento.
En un principio Zara está algo nerviosa al pasar dentro del lugar y encontrarse con gente rica, todos ellos vestidos a corde a la moda, las mujeres en especial al mismo tiempo que tratan de llamar la atención luciendo joyas caras y el vestido del mejor diseñador.
Mientras ella va con un vestido morado sencillo de tirantes largo y unos tacones ya usados y nada de maquillaje con su pelo recogido en un moño.
— Bienvenido al país de nunca jamás. Nunca vas hacer amistades, saldrás criticada, y jamás querrás volver a juntarte con gente poco humilde.
Más bien, son uraños. Van a lo suyo.
— Con esa descripción me dejas más tranquila Ingrid. — Sonríe Zara mientras entran para saludar a unos parientes.
Álvaro, que se encuentra con sus padres y otros socios la ha visto de llegar.
Le alegra mucho verla, quiere ir en su busca, sin embargo, viéndola vestida tan sencilla, con tan poco glamour, prefiere quedarse en su lugar para vigilarla con la mirada.
Entre tanto, Yassir nada más verla esboza un sonrisa preciosa acercándose hasta su hermana y Zara para quedarse con ellas.
En ningún momento se separa de ella mientras dura la conversación con otras personas. Zara agradece la protección que le brinda Yassir, pero solo es intérprete del papel de hermanastro.
Para evitar escuchar hablar de negocios, ambas hermanas se separan del grupo y van hacia una mesa donde hay canapés y bebida.
Aprovechando de estar Yassir solo, Gresa no pierde su oportunidad de acercarse hasta él dando a entender a todos sus amistades la posibilidad de que haya una reconciliación entre ellos.
— Hola Yassir. — Le susurra a su oído logrando que el cuerpo de él se tense por completo.
— Vaya Gresa, no te había visto. — Pronuncia algo molesto con las intenciones de quitársela de
encima cuanto antes.
— Me alegro de verte de nuevo, llevo días intentando localizarte, quería verte de nuevo. — Gresa se acerca demasiado a Yassir con la intención de provocarlo.
Lo único que llega a conseguir es que él se aparte de ella.
La relación que mantuvieron años atrás fue para olvidar a su amada en el momento que falleció. Quiso rehacer su vida, pero no lo logró a pesar de poner todo de él, intentar olvidar a la mujer que amó no lo consiguió y tampoco fue capaz de centrarse en Gresa debido a su comportamiento y actitud que tenía con ella.
De hecho eso provocó que fuera ella quien rompiera con él a pesar de estar enamorada, tuvo que marcharse al extranjero para estudiar y trabajar.
Ahora, años después, ese amor no ha vuelto a renacer como trata de hacérselo ver Gresa.
Es tarde, demasiado tarde para una reconciliación, él ama a otra mujer y aunque le duele perderla, quiere al menos poder estar a su lado cuando lo necesite.
— ¿Has visto a Gresa, de verdad que no pierde su tiempo? — Celosa habla a su hermana.
— Zara, tranquila ya sabes como es Gresa de resbalosa, déjamela a mí verás como se aparta de mi hermano.
— ¡No! No lo hagas, sí él aún la quiere, nosotras no debemos meternos en su relación.
— Zara... No digas eso, ve y habla con mi hermano. O... No sé darle celos con Álvaro.
— Iré a saludar a Álvaro y después me acerco hasta ellos.— No sé si estoy haciendo lo correcto. — Piensa para aus adentros caminando hacia donde se encuentra Álvaro hablando con algunas personas.
Al verla, mira en dirección a sus padres, después la mira a ella, quiere dirigirle la palabra, al estar sus padres presentes no puede hacerle algo así a sus padres como tener que presentarle a una mujer con las características de Zara. Su familia es rica con clase y Zara no tiene lo que sus padres quieren que tenga una mujer para que pueda contraer matrimonio.
Por lo que disimulando le da la espalda brindando con otras mujeres jóvenes dándole a entender a Zara de no acercarse.
Zara capta la indirecta y se queda quieta sin saber qué hacer.
Varias mujeres la observan y han empezado hacer comentarios, palabras que llega a escuchar tanto Álvaro como Yassir, pero es éste quien sale a su rescate.
— Zara, ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?
— No, gracias, estoy bien. Perdona te he interrumpido. Mejor busco a Ingrid y me voy.
— Zara quédate por favor. Al menos hasta la cena. Ven, quiero que me acompañes a cenar.
— Y...¿Gresa? ¿Estabas con ella?
— Ah, esa. Da igual, ya comenzaba aburrirme con sus historias de Barbie.
Vayamos a cenar, voy a llamar a Ingrid.
Mientras Yassir busca a su hermana, Gresa se acerca hasta Zara junto con Álvaro y otra mujer.
Ésta no tarda en querer dejarla en evidencia.
Álvaro le pide mantener la compostura sin faltar el respeto.
Aún así, quiere reírse a su costa dándole a entender quien tiene las de ganar para conquistar a Yassir.
— Tranquilo Álvaro, solo iba a preguntarle cuál es su diseñador porque me gusta el vestido que lleva, es tan sencillo que parece que lo haya sacado de una tienda de segunda mano.
— Me lo cosió una vecina que es costurera de toda la vida. Y como ve señorita, no es necesario gastarse tanto dinero en una marca cuando todas las maquinas son iguales.
— Es cierto. Pero la elegancia tambien cuenta, además del estilista.
— Llevas razón Gresa, la elegancia se debe saber cómo llevarla, pero la educación se nace con ella. Tú desde luego, no te la encuentro por ningún lado. Y ahora sí me permiten quiero ir a cenar con mi hermana y su...
— Amiga. — Le corta Zara a Yassir el cual había llegado para defender a Zara.
Yassir la mira extrañado, algo confundido por no decir el parentesco que tiene con su hermana.
Zara lo mira en forma de súplica y ambos se marchan hacia la mesa correspondiente para sentarse con Ingrid.
Sentados en la mesa, Yassir toma asiento entre Zara y Íngrid, empezando como no a bromear con ellas.
A poca distancia, se encuentra sentado Álvaro junto a sus padres y Gresa.
A pesar de querer prestar atención a la conversación del grupo, Álvaro está más pendiente de lo que hace Yassir con Zara.
Siente como sus músculos se tensan de ver como se ríe Zara con sus típicas bromas.
Mientras en su interior nacen espigas de celos, a Yassir le florece la alegría de estar junto a la mujer que ama prestándole toda su atención a él.
Terminada la cena, hay un baile.
Los más jóvenes se marchan a un lugar más apartado para bailar y tomar alguna que otra copa.
Estando solo, Álvaro se acerca a Zara con la intención de invitarla a una copa y pasar un rato divertido en su apartamento, para ello ha tenido que recurrir a Gresa para disimular que no lo vean hablando con Zara.
— Buenas noches Zara, te ves muy hermosa. — Comienza Álvaro con su juego de seducción mientras Gresa hace lo mismo con Yassir.
— Buenas noches Álvaro, gracias por el cumplido, tú también te ves bien. — Responde por educación y al mismo tiempo quiere evitarlo, ver a Yassir con Gresa es sentir clavos clavándose en su piel provocados por los celos.
— Me gustaría invitarte a una copa. — Zara no acepta la invitación.
De hecho quiere irse de allí, sus ojos empiezan abrasarse al ver cómo Yassir tontea con Gresa.
Definitivamente, aún existe amor entre ellos.
Tan sólo de pensarlo ya le escuece demasiado el pecho al imaginarse al hombre que ama con otra mujer.
— Venga, tómate una copa, si lo prefieres podemos ir a mi apartamento. — Álvaro se acerca más a ella hablándole al oído.
— No gracias. No se moleste no quiero ir contigo a ningún lado. He venido con Ingrid y me iré con ella.
Zara intenta abrirse paso, pero es Álvaro quien la retiene por la muñeca.
— Quédate, o vente conmigo la vamos a pasar muy bien los dos solos en mi apartamento. — Álvaro se acerca demasiado a Zara como para besarla.
A lo que ella lo rechaza limpiando su boca.
— ¿Quieres dejarme en paz?
— No, te voy a dejar en paz. Quiero que...
— ¿Qué es lo quieres Álvaro?— Habla por detrás Yassir.
— Nada. — Responde furioso por entrometido.
— Deja a Zara en paz, y no te se ocurra faltarle el respeto. — Yassir habla por detrás en un tono amenazante dejando a Álvaro parado sin decir nada.
Zara se pone al lado de Yassir más tranquila, este la agarra de la mano y se la lleva del lugar hasta donde tiene el auto.
Llama a su hermana para saber de ella, al parecer ha visto una vieja amiga y se va quedar con ella un rato.
En realidad es mentira. Todo está saliendo mejor de lo que ella hubiera imaginado.
Había llamado al chófer para que fuera a recogerla con la intención de dejar solos a sus hermanos, en parte estaba preocupada por Zara, pero ahora que sabe que está con Yassir se marcha hacia su casa.
Yassir conduce en silencio algo molesto. Mira a rabillo de ojo a Zara la cual no aparta la mirada de la ventana.
— ¿A dónde me llevas? — Se atreve a preguntar.
— A tu apartamento, y si me porto de esta manera es porque me preocupo por las personas que quiero. Aunque no seamos hermanos de sangre, eres como mi hermana.
Zara se queda callada, qué va decir si ya está todo dicho.
Yassir solo la ve como alguien a quien deba de proteger, pero si habla de amor, ella no entra en sus planes.
— Gracias por traerme Yassir.
— Zara, yo... — Yassir quiere estar con ella pero no sabe cómo.
— Dime.
— Quería preguntarte si vamos juntos a ver a Leonor mañana. — Es una excusa que se le ha ocurrido.
— Sí, mañana seguramente le darán el alta médica.
Temo que pueda hacer algo si se entera que sabes la verdad.
— Leonor no te va hacer nada, yo mismo me encargo de hablar con ella. Te prometo que no te va volver a lastimar. — Sus manos tocan con sensibilidad la piel de ella.
Es un pequeño contacto que le afecta demasiado, es algo que no puede contener y por ello decide dar el paso y besarlo.
Yassir recibe con gusto el beso, incluso se lo devuelve con el mayor de los cariños haciéndole entender cómo su boca calla y su corazón habla.
Al separarse, Yassir acaricia suave su mejilla bajando por su cuello, sin apartar sus ojos de ella la vuelve a besar hasta que la voz de una persona que les resulta familiar los hace de parar.
— ¿Qué significa esto? — Ahí está observándoles con sus ojos entrecerrados cambiando el color a negro.
Negros sus ojos con muestra de odio.
Camina hacia ellos parándose a escasos metros de los dos.
Yassir se ha puesto por delante de Zara haciendo de escudo, ella trata de esconderse detrás de Yassir evitando mirar debido a que el pánico se ha apoderado de ella.
— ¿A qué juegas Yassir? — Habla Álvaro furioso.
— ¿Qué quieres Álvaro, acaso nos has seguido?
— Eso parece. Sabía que te traías algo con Zara, piensas que soy estúpido, quieres vengarte de mí. — Álvaro está realmente enfadado, ver a su mejor amigo besar a la mujer que ama lo carga de ira.
— ¿De qué me voy a vengar de ti? Además, Zara y yo...— Zara lo manda a callar enfrentando a Álvaro.
— ¿Se puede saber a qué viene este número? Escúchame bien Álvaro, tú y yo no somos nada, ni siquiera somos novios para que vengas reclamando algo que según tú te pertenece. Yo soy una mujer libre que no ando disfrazada para engañar a nadie.
Has caído bajo Álvaro, pero al menos Yassir es un hombre amable que desde el principio me ha tratado con sinceridad no como tú. Ambrosio. — Sorprendido, viendo que ha sido descubierto Álvaro ataca con la intención de formar una pelea entre su amigo y Zara.
— Vaya, entonces dices que Yassir es sincero. ¿Te ha contado sobre Ruth? La mujer de la que se enamoró y trató de traicionarme con ella, que coincidencia que está haciendo lo mismo contigo.
Él no te ama Zara, simplemente quiere lo que ve de mí, y que sepas que todo esto empezó con un juego en el que Yassir también participa.
Esto se ha vuelto personal Zara.
— ¿Cómo? — Atónita mira a Yassir, el cual está conteniendo las ganas de darle su merecido a su amigo. — Yassir es verdad lo que dice Álvaro. ¿Solo soy un juego para ti? ¿Y quién es Ruth? Yassir responde por favor.
— Ruth fue la mujer que más he amado en mi vida, y después de ella no he vuelto a encontrar el amor hasta que apareciste tú.
Para mí no es un juego Zara, esto que siento por tí es puro y sincero.
— Yassir, lamento decirte esto, pero nosotros no podemos estar juntos. Ahora ni nunca.
— Zara, espera. Yo te amo de verdad, jamás haría algo para lastimarte y mucho menos quiero estar lejos de ti.
— Yassir, qué dirán nuestras amistades cuando se enteren que estás liado con tu hermanastra. — Habla Álvaro disfrutando del momento.
— ¿Se lo has contado? ¿Cómo has podido hacer algo así? Te pedí tiempo hasta que mi madre se recupere y veamos cómo fluyen las cosas.
— Es mi mejor amigo no tiene nada de malo.
— Mira Yassir, ahora sí que te exijo que te alejes de mí, si tenemos algún trato que sea por lo que somos. Hermanastros.
Se acabó todo Yassir, ya no hay marcha atrás.
— Zara espera un momento no puedes hacerme esto. Déjame explicarte mis sentimientos hacia tí, déjame decirte que no me interesa lo que piensen los demás, solo quiero estar contigo. — Súplica con sus ojos más claros que nunca marcando el filo de la tristeza.
— A mí si me interesa lo que hablen la gente de mí, entiende Yassir, porque cuando las cosas no pueden fluir, no se puede nadar a contracorriente.
Déjame ir.
— Nunca. Dime qué tengo que hacer para que me perdones por mi torpeza.
— Nada, no hagas nada. Solo debemos de comportarnos como lo que somos, hermanastros. Adiós Yassir.
Zara camina dándole la espalda al hombre que ama, sintiéndose herida pasa a su apartamento para volver a encontrarse con el rechazo y la mala suerte de no poder amar a Yassir.
Una a una, como pétalos de flor caen sus gotas al igual que sus ilusiones, el viento sopla fuerte y su corazón se hace cada vez más pequeño encontrándose sola en un mar de arena, donde todo lo ve igual y no sabe que camino tomar.
Ama a Yassir, lo ama tanto que le duele el pecho de tener que separarse de él, ya no es por las palabras de Álvaro es por el parentesco que le une.
A fin y al cabo son hermanos de Ingrid, él se mueve en un mundo donde ella jamás entrará, porque siempre habrá comentarios y burlas que lleguen a lastimarla tanta será la carga para ella como para no poder conseguir lo que siempre ha deseado. Amar y ser correspondida con alguien tan sencillo como ella.
¿Qué hará ahora con ese sentimiento que fluye dentro de ella al que lleva el nombre de Yassir, cómo hará para evitarlo?
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