Capítulo 14
A pesar de haber desaparecido sus moratones, Amanda le ayuda con algo de maquillaje para tapar de algún modo su sufrimiento.
Una vez lista, Zara se marcha hacia el trabajo donde al llegar saluda a sus compañeros y va directa para hablar con Johana.
Su amiga sonríe de verla e inmediatamente la pone al tanto de las últimas novedades en el hotel hasta que son interrumpidas por el gerente para darle instrucciones sobre su trabajo.
Una vez listas, comienzan con su labor.
Zara empieza con su primera habitación, al terminar sale y se topa con Álvaro sin querer le da golpe con el carro de limpieza.
— Disculpe señor Mayer, no le vi. Disculpe mi torpeza. — Temblorosa habla evitando mirar a su jefe.
— Tranquila ha sido un accidente, no pasa nada.
— Pero...¿Le duele? — Niega con su cabeza desviando su rostro hacía otro lado avergonzando por lo sucedido anteriormente.
Los pasos de Yassir la hacen de retroceder e irse lo más rápido posible.
Yassir ni siquiera la mira pensando para sí mismo lo bien que hace su papel para acercarse a su amigo.
— Vayamos a la reunión amigo, por lo que pinta vamos para rato.
— De acuerdo. — Ambos amigos empiezan a caminar hasta la sala de reuniones donde ya se encuentran esperando algunas personas.
Mientras tanto, Zara hace su trabajo hasta la hora del almuerzo.
Se reúne con Johana la cual está muy enfadada.
— Johana, ¿Qué te pasa, porque estás insultando a tu ex marido?
— Este maldito, me ha llamado diciendo que no puede cuidar de la niña y tengo que acudir inmediatamente y encima estoy trabajando no puedo ir.
— No te preocupes yo te cubro. Tú vete.
— Zara no es necesario, pero...
— Pero nada. Venga, vete ya veré qué excusa me invento con el gerente.
Johana se despide de ella y se marcha agradeciendo a Zara el detalle.
Zara termina su turno y debe permanecer un par de horas más para terminar el trabajo de Johana.
En el momento que va a entrar en la oficina de Yassir a limpiar escucha unos pasos.
Se voltea, y ve una mujer muy hermosa vestida con un vestido algo provocativo del mejor diseñador.
— Buenas tardes. — Saluda Zara a la mujer.
— Venía buscando a Yassir, ¿Sabes dónde está?
— Disculpe señorita, pero soy la de la limpieza no su secretaria.
No puedo darle esa información.
— Idiota, ya sé que eres la chacha. Pero estás aquí dentro es por algo.
— No permito que me insulte. — Zara alza su barbilla desafianza a la castaña arrogante.
— ¿Qué está pasando aquí? — Habla Yassir al ver la escena.
— Yassir. — Se lanza a él rodeándole por su cuello para besarlo.
Como un viento frío azota el cuerpo por completo de Zara al ver cómo Yassir besa a otra mujer.
Inmediatamente baja la vista al suelo y empieza a recoger las cosas lo más rápido que puede para marcharse.
— Debes de tener cuidado a quien contratas, cada vez abundan más las cazafortunas.
— ¿Se puede saber dónde está Johana? — Lanza la pregunta molesto.
— Johana tuvo que abandar su puesto porque su hija enfermó y yo la estoy cubriendo.
— Eso a mí no me interesa, ella tiene una obligación y debe de cumplir al menos que quieras acabar en la calle por ella.
— Lo que usted decida yo lo acepto con gusto. Pero no despida a Johana, si quiere deshacerse de alguien yo misma me resigno.
Yassir la mira de arriba abajo exhalando varias veces para calmarse. Por un lado quiere que se vaya para que no vea a Álvaro, pero por otro lado, él mismo no podrá tenerla cerca, si la aleja de él más sufrirá, al menos si vigila a su amigo puede ver lo que hacen.
— Estoy de buen humor, la dejaré de terminar.
— Gracias señor Okesty. — Yassir se gira sobre sus talones y se va en compañía de su amiga.
Al irse Yassir, Zara golpea la mesa con fuerza.
¿Qué le pasa, porque siente celos de esa mujer? ¿Porqué tiene ganas de correr detrás de Yassir y porqué su corazón empieza a quebrarse?
¿Acaso está comenzando a enamorarse de Yassir?
Sacude su cabeza, golpeándose en la cabeza para quitarse esa maldita idea.
Que mejor que trabajar duro para no pensar en nada.
Y así poder acabar antes y marcharse a su casa, y al irse de nuevo se encuentra con Yassir y esa mujer en actitud muy cariñosos.
Zara trata de irse por otro sitio pero su mala suerte hace de toparse con Álvaro.
Zara lo saluda y se dirige hacia el ascensor, Álvaro se voltea mirándola tomándose su tiempo.
Yassir los observa, era evidente de no querer sacar su relación a la luz.
Pero Yassir iba hacer lo posible para que los vean en público.
Dándose prisa saluda a su amigo para meterse en el ascensor aprovechando de estar Zara, Yassir propone de ir a cenar los cuatro.
Marcela, su amiga no tarda en reírse a carcajadas mientras Álvaro lo fulmina con la mirada.
Una clara señal de estar en lo cierto.
— Gracias por su invitación señor Okesty, pero lamento no poder acompañarlos tengo cosas que hacer.
— ¿Qué tiene que hacer?
Zara se queda pensando balbuceando intentar encontrar una excusa perfecta para salir airosa de la encerrona.
— Por lo que veo no tiene nada que hacer. Pues mire, acepte mi invitación de cenar y de paso nos comenta algunas ideas para la mejora del hotel he visto su currículum y usted tiene estudios nos puede interesar sus opiniones.
Zara palidece ante las palabras de Yassir.
— Yassir, deja de molestar a la señorita Castelo, tus bromas tienen un límite.
Disculpe señorita Castelo, mi amigo y socio habla en broma.
— ¡Qué va! Hablo en serio. O...¿Es que tienes algún inconveniente de que asista la señorita Castelo. — Yassir mira fijamente a Álvaro, lo conoce demasiado bien para saber perfectamente de querer mantener la relación a escondidas porque se avergüenza de ella.
— No. No tengo ningún problema. — Responde tajante saliendo del ascensor.
Zara, permanece quieta mirándose de arriba a bajo su atuendo y mirando a la misma vez a Marcela.
Ella luce tan hermosa y radiante mientras ella muestra signos de cansancio y su ropa es demasiado informal como para no dar el cante de permanecer a la clase media.
— Escucha, yo que tú no me ilusionaria tan rápido, solo están haciendo una apuesta. Mejor vete a casa es un consejo.— Le surgiere Marcela.
— Por supuesto que me iré. Gracias por su ayuda.
En el momento que iba a escabullirse para irse, la mano de Yassir la retiene.
Al sentir su contacto inmediatamente un escalofrío recorre su nuca bajando por su espina dorsal inquietante ante su mirada clara con un brillo de granuja como para llegar a desarmar todas sus defensas.
— Ven con nosotros te invito a cenar.
— No quiero ir, deje de jugar conmigo, ¿acaso no tiene bastante diversión con su amiga? ¿Qué tengo que ver yo con ustedes?
— ¡Qué mala educada eres! Mira que negar una oportunidad como esta.
— Dígame lo que quiera pero yo me voy a mi casa. — Lo desafía deshaciéndose de su agarre comenzando a caminar rápido.
Yassir la ve desaparecer por la puerta de cristal para después mirar a su amigo disimulando hablando con Marcela como si con él no fuera la cosa.
Sí o sí, se iba a salir con la suya.
Sale a buscar su auto, se dirigen los tres al restaurante.
Un restaurante elegante, con menús de carta carísimos, una vajilla de porcelana refinada y cubiertos de plata con copas del mejor cristal de bohemia.
Solo tuvo que esperar un rato para ver pasar a su hermana junto a Zara.
Astuto, llamó a su hermana pidiéndole de buscar a Zara e invitarla a cenar ya que son amigas.
Zara al escuchar la invitación de su hermana no dudó ni un segundo en aceptar, todo sea poder pasar tiempo con ella, aunque con miedo de ser descubierta por su madre.
La sorpresa se la lleva al entrar al restaurante y ver a sus jefes, Zara nota que algo no anda bien, por lo que quiere irse antes de sentarse en la misma mesa de sus jefes.
— Por favor, Zara siéntate con nosotros, ya que es amiga de mi hermana acompáñenos. — Sonríe victorioso retirando la silla para que siente.
Zara le lanza una mirada asesina tragando saliva varias veces indecisa se acerca a Ingrid, para su malestar la misma Ingrid la anima a sentarse con ellos.
Finalmente decide tomar asiento.
Yassir no tarda en mirar a su amigo el cual baja su vista hacia la carta tratando de no mirar a Zara.
Es más que evidente de sentir en esos momentos retraimiento hacia la que sería su novia.
Zara lee la carta, para ella todo está caro, ¿Qué va pedir para comer?
Si hasta una botella de agua vale el doble de lo que ella está acostumbrada a comprar.
— Zara, pide lo que quieras me ha dicho mi hermanito que paga él.
— Temo de que me lo descuente del sueldo. No sé qué pedir.
— Déjame yo te ayudo. — Ingrid le ayuda a pedir.
Pasado un rato el camarero comienza a servir la comida, todo se veía delicioso.
Zara come en silencio tragando con dificultad de presenciar como Yassir no aparta los ojos de Marcela.
Por otro lado, Álvaro no deja de hablar con Ingrid, encontrándose cada vez más tenso de tener tan cerca a Zara y no poder dirigirse a ella como le gustaría debido al reconocimiento de ser hijo de una de las familias más importantes de la ciudad.
Al terminar de cenar, todos parecen estar más relajados y pasarlo bien menos Zara, en ningún momento ha hablado por no saber qué decir exactamente y por temor a meter la pata.
Ingrid propone de ir a tomar una copa.
Zara, roja de la vergüenza le comunica de querer marcharse, sin embargo, Ingrid se niega y Yassir la anima todo sea por descubrir las verdaderas intenciones de su amigo con ella.
Llegan al local, a su encuentro se suman más amigos, Zara permanece todo el rato en un segundo plano observando a las personas sintiéndose como un pájaro en una jaula.
Aquel ambiente no era el suyo, y esa misma noche Yassir quería darle un pequeño escarmiento para que se aleje de su amigo.
Yassir y Álvaro ahora en compañía de otra amiga, comienza a coquetear delante de Zara, ella no le presta atención a Álvaro pero sí a Yassir.
Verlo bailar, divertirse, besar a otra mujer y acariciar sus curvas siente cada vez más la influencia de los celos.
Busca a Ingrid pero no da con ella, de pronto siente calor debido a su jersey de lana. Se dirige hacia la calle para tomar aire fresco y de paso tranquilizarse un poco.
— Vaya, ¿qué haces aquí Caperucita? — Bromea Yassir.
— He venido a tomar aire fresco hace mucha calor dentro.
— Normal que tengas calor con el jersey que me llevas.
No lo tomes a mal, pero necesitas hacer unas compras.
— Llevas razón. Necesito cambiar de vestimenta, pero fíjate por donde que una no tiene una tarjeta de crédito con una cuenta corriente ilimitada.
Tengo que trabajar duro para pagar gastos, cuidar de mi abuela y aún así no me alcanza.
— Te das cuenta que tú perteneces a la clase media, esta noche tu misma has podido comprobar de que la clase si importa. Tú al lado de Álvaro no pintas nada.
— ¿Álvaro? ¿Qué tengo yo que ver con Álvaro? — Frunce el ceño confundida.
— No te hagas la tonta Zara, yo misma te vi el otro día con él.
— Creo que te estás equivocando, yo no tengo nada que ver con Álvaro.
— Sé que sois amantes, pero él se avergüenza de tí y no quiere hacerlo público. Piénsalo Zara, no eres la mujer adecuada para...
— ¿Para qué, Yassir? Me estás queriendo decir que soy tan poca cosa que un riquito como tú no me va buscar ni para la cama.
Piensas que por ser pobre, quiero cazar a un millonario para que me mantenga y dármela de tener dinero.
Déjame decirte, que no soy así, y para que te enteres, jamás, escúchame, jamás me involucraría con mi jefe.
Álvaro y tú sois mis jefes, y sé perfectamente cual es mi posición.
— ¿Entonces porqué te acercas a mi hermana? ¿Para seducirme? Utilizas a mi hermana para tus fines, no soy tonto.
— Yo no utilizo a Ingrid, ella es...— Hace una pausa conteniéndose para no revelar la verdad — Es mi amiga, y la quiero mucho porque me identifico con ella, tenemos muchas cosas en común y tu hermana se porta muy bien conmigo.
— Deja de actuar y aléjate de mi hermana, ¿Entendido? No quiero verte cerca de ella.
Zara lo desafía respirando pesadamente quedándose con las ganas de expresar sus sentimientos y la verdad que guarda y tanto la está lastimando.
— Por favor, Yassir, no me pidas eso, déjame seguir siendo la amiga de Ingrid, ella me necesita.
— Ella no te necesita, tú eres la que te estás aprovechando de ella.
Aléjate de ella Zara, se acabó tu teatro.
Zara iba a seguir rogándole para que desista de su petición, no quiere separarse de su hermana, ella también lleva su sangre.
Justamente en ese momento son interrumpidos por Marcela, que sin importarle nada rodea a Yasdir por su cuello para besarlo con fervor a lo que él dolido y enfadado le devuelve el beso más salvaje aún.
Zara lo observa notando como una gran grieta divide su corazón.
Infeliz se marcha dejando caer gotas de amargura quemándole la piel.
Quiere sonreír, imposible de alegrarse ante tanta desgracia junta.
Llega a su apartamento y antes de entrar ve salir algún cliente de Amanda.
Se queda observando como el señor se marcha para tocar la puerta de su amiga.
Ésta, al abrir la puerta abraza a su amiga sollozando.
— Ya no puedo soportarlo más Zara. Estoy atravesando por un mal momento en mi vida.
— ¿Qué te sucede amiga?
— Quiero huir lejos donde nadie me conozca y poder ser yo misma, creí que esta vida vendiendo mi cuerpo me traería fortuna, pero no es así.
Soy una mujer desdichada, recibe golpes y como me pagan debo obecer, tengo que ir en contra de mis principios porque ellos tienen algo que les sobra y yo necesito.
Quiero sentirme amada Zara, no asqueada.
— Amanda, ¿Porqué no dejas esta vida? Tú eres muy hermosa, puedes encontrar un hombre que te ame tal y como te mereces y otro trabajo más digno.
— Es muy difícil Zara, pero más cuando estoy perdidamente enamorada de un hombre que paga y se va como si no hubiera sentimientos.
Estoy enamorada del doctor Isana, pero él solo ve placer en mí.
Una mujer que lo satisface y por ello paga para huir y no tener responsabilidad alguna.
Y yo...quiero sentirme amada, deseada, ser única para un solo hombre.
— Y lo podrás ser. Claro que puedes encontrar el amor en el doctor Isana.
— Gracias por tus palabras amiga. Me alegro de haberte conocido Zara, me hacía falta una amiga como tú.
Ambas amigas hablan durante un buen rato donde Zara le confiesa sus dudas sobre lo que siente por Yassir.
Incluso ni por Ambrosio que imaginó estar segura de haberse enamorado no siente lo mismo que con Yassir.
Amanda se ríe, aconsejándole de arrancarse ese amor de su corazón antes de que sea tarde, un amor no correspondido nunca te hará mejor mujer llegando a perder oportunidades reales.
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