7
De repente ya no estaba atada a la cama del hospital. Caminaba por un vibrante jardín.
Por primera vez me vi a mí misma: estaba vestida con una bata blanca. Miré a mi alrededor, pero no me enfoqué en las flores o todos los colores que abundaban, sino que me percaté que había un montón de jóvenes vestidos iguales que yo.
Nadie quería decírmelo, pero entonces lo supe: estaba internada en un hospital.
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