Capituló 4
Emma
"¡Corre más rápido!" Gritó Leo.
Amo a ese niño, pero estaba lista para matarlo. Gracias a él, estaba fuera de la cama antes del medio día para trotar por la mañana alrededor de la cuadra. Tyler Navarro estaba corriendo a mi lado con una soga amarrada alrededor de su cintura. Agarrado del final de la cuerda estaba mi hijo en sus patines.
"Vamos, Emm," Dijo Tyler, sintiendo el inminente asesinato de mi hijo. "Piensa en esto como práctica, en caso de que necesites huir de la policía."
¿No podía dejar eso? "Los odio."
Él rió, "Sé que eso no es cierto. He escuchado todo sobre tú y cierto Borruws." Tropecé. "Woah." Agarró mi brazo y continuó corriendo. "¿Te has enamorado de él ya?"
"No me estoy enamorando de Troy Borruws. Es sólo que disfruto ser mala con él y él se lo toma bien." (si como no)
"Sigue diciéndote eso, cariño." Quería estamparlo contra el pavimento, pero él es un tipo bastante grande. Probablemente terminaría haciéndome daño a mí misma.
"¡Más rápido!" Leo gritó de nuevo. A Tyler parecía no importarle, pero yo estaba a punto de matarlo. Sin embargo, me encontré a mí misma corriendo más rápido a su lado. Las cosas que haces por tus hijos.
Para cuando llegamos a nuestras casas, yo estaba lista para colapsar. Me incliné y puse mis manos en mis rodillas. Jadeaba y estaba a punto de caer cuando escuché una voz familiar. "¡Emma!" Miré hacia arriba para ver a Ethan correr hacia mí.
"Hey, chico. ¿Qué haces aquí?" Pregunté una vez que recuperé el aliento.
Él arrugó su nariz. "Sophie y yo estamos en casa de Lily. Hoy ella es nuestra niñera."
Oh, maldición, no.
"¡Hey, Ethan!" Leo patinó hacia nosotros. "Deberías de venir a mi casa. Mamá me compró un casco nuevo, así que voy a practicar corriendo hacia las cosas con él para asegurarme de que sirva."
Debería de haber puesto un alto a sus planes enseguida, pero estaba demasiado distraída. ¿Qué demonios estaba pensando Troy al dejar a sus hijos con esa mujer? Le advertí que los secuestraría de nuevo si era necesario. Bueno... ahora mismo parecía necesario. "Tyler, ¿Te quedarías con Leo por un minuto? Ahora vuelvo."
Tyler terminó de tomar una botella de agua. "Claro." Él tiró de la cuerda, jalando a mi risueño hijo hacia él.
"Vamos, Ethan." Tomé su mano y me dirigí hacia casa de Lily. Cuando llegamos ahí, Lily estaba tratando de pintar las pequeñas uñas de Sophie, pero ella no estaba cooperando.
"Cariño, tienes que quedarte quieta." Dijo Lily pacientemente.
"No puedo," Respondió Sophie, botando un poco. Toqué en el marco de la puerta para obtener su atención. "¡Emma!" Sophié corrió hacia mí y envolvió sus brazos alrededor de mis piernas, así que sonreí y froté su espalda.
Lily dejó salir un pequeño resoplido y se paró. "Buenos días, Emma. ¿Qué te trae por aquí?"
"Oh, sólo estaba corriendo con Leo y Tyler cuando vimos a Ethan. Los chicos esperaban jugar juntos y no querían dejar a Sophie fuera, así que he venido para preguntarte si ellos pueden venir y jugar." Iba a sacarlos de ahí no importaba lo que ella dijera, pero estaba tratando la ruta educada, primero.
"Me temo que no," dijo Lily. "Sophie y yo estamos divirtiéndonos mucho. ¿Por qué no sólo traes a Leo acá? Puedo vigilarlos a los tres." Ella me sonrió. Perra.
"Sería más fácil para ellos si vinieran, así Leo no tendría que traer todos sus juguetes. Y eso te daría tiempo de disfrutar alguno de tus otros hobbies. Escuché que los Garcia tenían al chico de la piscina viniendo hoy." Sonreí de regreso. Yo también podía jugar este juego.
"Dulzuras, ¿por qué no van por una galleta a la cocina?" Sabía qué tramaba. Estaba mandando a los chicos para que no pudieran escuchar. Cuando ellos se perdieron de la vista, ella se volvió hacia mí. "Mira, así está la cosa. He estado detrás de Troy Borruws desde antes de su divorcio. No voy a dejar pasar la oportunidad de impresionarlo siendo buena con sus hijos. Estoy segura que entiendes." Ella guiñó un ojo.
Ugh. "Oh, definitivamente," respondí en mi mejor tono chismoso. "Bueno, déjame hablar con Leo. Estoy segura que estará encantado de venir. ¿Estás segura que no te importa?"
"Claro que no," Ella dijo atropelladamente "Mientras más, mejor." Estoy segura.
Troté de regreso a través de la calle, a donde Leo y Tyler estaban acostados en el pasto. "Tenemos un problema. Si vamos a liberar a esos niños de las garras de Lily, voy a necesitar su ayuda." Eso captó su atención. "Leo, necesito que vayas adentro por los Walkie-talkies."
"Sí, señora." Corrió hacia adentro. Él siempre estaba dispuesto para cualquier tipo de misión.
"Necesito un amable hombre joven para distraer a Lily. ¿Alguna sugerencia?" Le pregunté a Tyler, esperando que él no se ofreciera de voluntario. En serio podría perderle todo el respeto.
"Hay un par de novatos en la estación. Han estado para ver algunos juegos y le han echado un vistazo a ella. Estoy seguro de que alguno de ellos estará más que dispuesto a ayudar," contestó. Cuando asentí, corrió hacia adentro por su móvil justo cuando Leo vino de regreso.
"¿Cuál es el plan, mamá?" preguntó en un susurro bajito. Era su voz sigilosa.
Tomé uno de los Walkie-talkies y lo encendí. "Pon el tuyo en el canal tres y mantenlo en un volumen bajo cuando Lily esté cerca. No le dejes saber que lo tienes contigo." Asintió seriamente. "Vamos a mandar a uno de los amigos de Lily para distraerla. Cuando suban a platicar, quiero que te pongas en contacto conmigo."
"Casey viene en camino," dijo Tyler sonriendo ampliamente mientras regresaba. "Estaba muy contento de ayudar." Supongo que a veces es bueno que esos hombres sean unos cerdos.
"De acuerdo, ¿estás listo, Leo?" Tendría que conseguirle algo por esto aunque no pareciera importarle.
Asintió. "Voy a entrar," susurró conspiradamente. Miró hacia ambos lados antes de cruzar corriendo la acera y entrar a la casa.
Tyler rió. "Estoy tan contento de que se mudaran a este vecindario. Tengo que prepararme para el trabajo. Si Lily llama a la policía, me encargaré de eso."
"Gracias, Tyler," sonreí. Ser amiga de un policía me estaba sentando bien. Mi Papá hubiera estado orgulloso.
Entré para limpiarme rápidamente. Entonces me senté cerca de la ventana, sosteniendo el Walkie-talkie y esperando a que Casey se presentara. No tuve que esperar mucho. Casey trotó por las escaleras y tocó confiadamente la puerta principal. Cuando Lily abrió, pude ver la alegre sorpresa en su rostro. No supe lo que le estaba diciendo a ella, pero de pronto ella lo jaló hacia dentro. ¡Con niños en la casa! Podía haberlo provocado, pero seguía horrorizada.
"Mama Osa, aquí Ricitos de Oro. La zorra está con el sabueso. Repito. La zorra está con el sabueso. Cambio."
Mi niño estaba loco. "¿Ricitos de Oro?"
"Dejamos que Sophie escogiera los nombres. Cambio." Eso tenía sentido, supongo. Podía seguirles el juego.
"Copio eso, Ricitos de Oro. ¿Cuál es su ubicación? Cambio." Ahí fue donde me di cuenta que Leo y yo vemos demasiadas películas.
"Estamos encerrados en un cuarto viendo caricaturas. Cambio." ¿Cómo se atrevía ella?
"¿En qué piso? Cambio." No estaba buscando ir a escalar algún edificio, pero si tenía que hacerse, tenía que hacerse.
"Primer piso. Abrí la ventana, pero la caída es muy alta para Sophie. Cambio." Iba en camino saliendo de la casa.
"Mamá Osa está en movimiento. Cambio y fuera." Sentí como si necesitara de la canción principal de Misión Imposible mientras me colaba hacia casa de Lily. Traté de no verme muy sospechosa, pero estoy segura de que estaba fallando miserablemente. Sonreí cuando vi tres cabezas pegadas a la ventaba abierta.
Ethan habló primero. "Pensé que realmente nos ibas a dejar aquí."
"Ni en sueños," le aseguré. "¿Están listos para escaparse?"
Leo e Ethan ayudaron a Sophie a subirla lo suficiente para que pudiera sostenerla bien. Ella se rió cuando la sacamos. "Esto es divertido," susurró.
Antes de que pudiera detenerlos, los chicos brincaron, rodaron en el pasto cuando cayeron. Se levantaron sonriendo. Sacudí mi cabeza. "No se lastimen ustedes solos. Me hará quedar mal." Entonces, cerré la ventana y sonreí. "Vámonos de aquí."
Los cuatro no perdimos el tiempo y cruzamos la calle para entrar a la casa. Me pregunté cuánto le tomaría a Lily darse cuenta que los niños habían desaparecido. Advertí a los chicos de esconderse si el timbre sonaba en caso de que hiciera una visita sorpresa, pero sabía que Casey la iba a mantener ocupada un rato.
Después de quitarme los zapatos, me giré para encontrarme a los tres enanos viéndome. "¿Les puedo ayudar en algo?".
"Pensamos que te gustaría jugar con nosotros," dijo Ethan, deslumbrándome con una sonrisa que pondría orgulloso a su padre.
"No voy a correr hacia las paredes usando un casco, si es a lo que se refieren," contesté. "Pero creo que es hora de que vean nuestro sótano."
"Sótano," repitió Sophie, luciendo confundida. "¿Qué hay ahí?"
Leo brincaba emocionadísimo. "Vengan. Les enseñaré. Quítense los zapatos." Ambos hicieron lo que les dijo antes de seguirlo hacia la puerta del sótano. Encendí la luz por ellos y Leo corrió hacia adentro.
"¡Whoa!" dijo Ethan.
"¡Métanse!" gritó Leo.
Sonreí por las caras de Ethan y Sophie. Ellos no se esperaban que una gigante alberca de pelotas estuviera en el sótano. Ethan me miró, "¿Es seguro si me tiro de panza?" No lo sabía, para ser honestos.
"Aguarda un segundo y lo averiguaré," contesté. "¡Mira, Leo!" Cerré los ojos y caí hacia la alberca de pelotas. Los niños estaban riendo fuertemente mientras trataba de ponerme de pie. Era difícil. "Cubre tu cara con tus manos y estarás bien," le dije.
"¡De acuerdo!" Hizo lo que le sugerí y cayó dentro. Él y Leo empezaron a luchar y reír uno con el otro mientras Sophie seguía de pie en las escaleras.
"¿Qué está haciendo ahí, Señorita Sophie?" pregunté.
"Emma, me voy a hundir," me dijo tiernamente.
Sonreí y sacudí mi cabeza. "Nos agradas, Sophie. No dejaremos que te hundas."
"¿Te quieres subir a mi espalda?" ofreció Leo. Ella asintió, así que fue hacia allá y le ayudó.
"Bueno, supongo que eso significa que tengo que subir a la espalda de Ethan." Lo tacleé juguetonamente. Antes de que me diera cuenta, los tres estaban encima de mí. Tramposos.
Jugamos en la piscina por al menos una hora antes de que saliera a prepararles el almuerzo. Sophie se había enganchado a mi espalda y ahora estaba sentada en la encimera, meneando sus pequeñas piernas. "¿Emma, puedo cocinar?"
Estaba a punto de terminar sus Sloppy Joes, pero sonó tan dulce que había sido imposible decirle que no. "Estaba pensando en hornear algunos pastelitos después. ¿Te gustaría ayudarme entonces?" Ella sonrió y asintió. La levanté y la llevé a la mesa. "¡Chicos! ¡El almuerzo está listo!" Grité. ¿Quién necesitaba un intercomunicador?
Jugar demasiado aparentemente había motivado su apetito porque arrasaron con todo. No estaba segura dónde metían todo. Una vez que estuvieron bien y rellenos, se sentaron a ver una película mientras yo lavaba los platos y dejaba todo listo para hacer los pastelitos más tarde.
"¿Emma?" llamó Ethan quedito, entrando a la cocina. "¿Puedo pedirte algo?"
"Seguro." Me senté en la mesa y lo motivé a que se uniera.
Caminó nerviosamente, viendo a sus pies en vez de a mí. "Um… las eliminatorias de fútbol son mañana. Durante la temporada, un montón de mamás pintan letreros y cosas para sus hijos para animarlos durante los juegos. Me preguntaba si tal vez…" se detuvo con un suspiro frustrado.
"Ethan, si tu quieres que esté ahí y sea una de esos alocados padres que gritan y vitorean por ti y Leo," me detuve e hice que me mirara, "entonces vas a tener que dejarme besarte en la mejilla después de cada juego sin importar cuántos de los chicos estén mirando."
"Trato," sonrió y alzó su mano para mí para sacudirla. Jalé al pequeñín a un abrazo. "Gracias, Emma," dijo suavemente, abrazándome de vuelta. Leo y Sophie entraron después de eso, y puse a los tres a trabajar.
Cocinar con niños era incluso más desastroso que dejarlos decorar su propio helado. No habría sido tan malo si ellos no hubieran usado los diferentes glaseados de colores para una guerra de pinturas. Me las arreglé para mantenerme limpia. Ser la más alta tenía sus ventajas.
Cuando el timbre sonó de repente, todos se quedaron quietos. Amaba a esos niños. Les hice un guiño antes de ir a atender la puerta, esperando encontrar a una encabronada vecina zorra.
"Buenas tardes, Emma," una aterciopelada voz me saludó de repente.
Oh, esto era demasiado bueno. "Hola, Troy," dije con un ligero tono confundido. "¿Qué estás haciendo aquí?"
Arqueó una ceja. "¿Estoy recogiendo a los niños?" sonó más bien como una pregunta.
"Troy, dejaste que Lily los vigilara hoy. ¿Recuerdas?" Pregunté, sonando consternada. Mis habilidades de actuación habían mejorado con la edad.
Sus ojos se abrieron por la incredulidad. "¿Dejaste a mis hijos con Lily?" medio gritó.
"¡No! Tú dejaste a tus hijos con Lily. ¿En qué diablos estabas pensando?" Le grité de vuelta.
"¡Estaba pensando que los ibas a secuestrar como siempre lo haces!" admitió.
"¡Tú, idiota! ¿Por qué no simplemente me pediste que me quedara con ellos?" Ya no fue requerido que siguiera actuando. En serio. Su plan era estúpido.
"Quería que fuera tu idea. No quería que te enojaras conmigo por presentarme tan seguido," contestó, pasando estresado sus dedos por su cabello. En secreto, torcí mi dedo detrás de la puerta, motivando a que Sophie saliera. "Tengo que ir a sacarlos de ahí. Espero que no estén traumatizados."
Sophie salió a la vista. "Hola, papi."
"Hola, Sophie," contestó. Entonces hizo clic, "¡Sophie!". Se veía tan aliviado, y entonces juguetonamente me miró. "Oh, te voy a hacer pagar por esta, Goolldan." Alzó a su hija y la apretó contra él.
Me hice a un lado para dejarlo pasar. "Al contrario, me debes una por eso, Borruws. Tuve que hacer un montón de movimientos para liberar a tus hijos. Involucró Walkie-talkies, inusuales nombres en código, y un adorable joven llamado Casey."
Se detuvo detrás de mí. "¿Qué puedo hacer por ti, Emma?"
"Um…" eso trató de atraparme con la guardia baja. De acuerdo, Señor de la Voz Suavecita, "puedes llamar a Lily y decirle que vas en camino para recoger a los niños." Eso no era lo que él esperaba, pero bajó a Sophie y lo hizo de todas formas. Sonreí y señalé con la cabeza hacia la ventana.
"¿Qué estamos haciendo?" preguntó, llegando detrás de mí.
"Solo observa," contesté. Las palabras acababan de salir de mi boca cuando Casey salió corriendo, con su camisa desabotonada y sus zapatos en su mano. Brincó a su auto y salió de la calzada. Dos minutos después, Lily estaba corriendo por la acera hacia mi casa. El timbre sonó. "Ven conmigo."
La expresión enojada de Lily rápidamente se desvaneció cuando vio a Troy parado junto a mí. "¡Emma! ¡Troy! Yo estaba… um…"
"¡Lily! Justo le estaba explicando a Troy cómo acepté voluntariamente a quedarme con los niños, para que así pudieras pasar el tiempo con tu invitado. Ese Casey de seguro era un fisgón," le guiñé. Podía estar en Esposas Desesperadas por cosas como esta.
"Sí, Lily, ¿por qué no me dijiste que estabas ocupada? No te habría pedido que te quedaras con mis hijos si sabía que tu novio iba a venir. Los dejaré con Emma de ahora en adelante." Su brazo se enrolló alrededor de mi cintura y me jaló más cerca. No planeaba esa parte, pero mantuve mi sonrisa falsa en su lugar.
"Oh," contestó, sin saber qué decir. "De acuerdo, yo solo…"
"De acuerdo, adiós, dulzura." Sonreí y cerré la puerta. Me giré hacia Troy. "Si tu vuelves a dejar a tus niños con ella, los voy a secuestrar a ellos y dejaré que Lily te secuestre a ti."
Se encogió. "Lo siento, Emma. Supongo que realmente no pensé completamente."
"Y una mierda," contesté. "Si estuviera cansada de ti, te lo habría dicho. Tus hijos son bienvenidos aquí en cualquier momento."
"¿No estás cansada de mi, huh?" dijo con una sonrisa torcida.
"De tus hijos," aclaré. "No estoy cansada de tus hijos. Tu eres parte del paquete que tengo que aguantar por el bien de Ethan y Sophie." Me dirigí a la cocina.
Troy caminó detrás de mí y puso su brazo alrededor de mis hombros. "¿De qué estás hablando, Goolldan? Sabes que prácticamente somos los mejores amigos."
"Tú no eres mi mejor amigo," argumenté.
"Oh, ¿en serio?," contestó con aire de suficiencia. "¿Entonces, quién es?"
Lo pensé por un segundo. "Noah. Él ha sido mi mejor amigo desde la secundaria." Ha.
"¿Y, dónde está Noah en este momento?" Mierda.
"Él sigue en Washington." Creo. Realmente no he hablado con él en un tiempo. De acuerdo, tal vez no éramos los mejores amigos. "Bien. Tyler es mi mejor amigo, entonces."
"Nope, lo siento," dijo, sacudiendo su cabeza. "Tyler es tu buen amigo. Sigo siendo tu mejor amigo. ¿Cómo podrías pensar de otra manera? Has estado saliendo conmigo todos los días."
Finalmente sacudí su brazo de mis hombros. "Voy a ayudar a los niños. ¿Por qué no te vas a… jugar a la calle o algo?" Su risa me siguió hasta la cocina.
Los chicos saludaron a Troy y le dieron un pastelito, pero Ethan no dejó que se lo comiera porque podía arruinar su cena. Supongo que Ethan ha escuchado el mismo discurso de Troy un par de veces, a juzgar por la mirada victoriosa de sus ojos.
"Voy a ordenar comida china," dijo Troy, sacando su teléfono. "¿Qué quieren todos?"
"Troy, cariño, déjame explicarte cómo funciona esto de la niñera. Me quedo con tus niños todo el día mientras tú estás trabajando. Cuando sales, vienes y los recoges. Y entonces se van." Pensé que eso era cultura general.
Lo atrapé susurrando en el oído de Sophie. Ella me miró. "¿Quieres que nos vayamos?" preguntó, sacando su labio inferior.
"Oh, eso fue bajo, Borruws," le dije mientras alzaba a Sophie. Él sólo sonrió; el bastardo arrogante. "No quiero que se vayan, Sophie." Era mi turno de sonreír. "Pero no creo que tu papá deba quedarse sin que ustedes le ayuden en su guerra de pintura. Debe sentirse excluido."
Mientras Troy trataba de pelear con los pequeños guerreros, ordené comida china.
Después de comer, los niños terminaron en el brinca-brinca otra vez, así que Troy y yo estábamos afuera, terminando nuestra cena y manteniendo un ojo en nuestros loquitos. "Así que," empezó Troy, "Desde que somos los mejores amigos…"
Rodeé mis ojos. "¿Qué?"
"Debes contarme un secreto," sonrió. Demonios, se veía bien cuando hacía eso. "¿Qué haces para sobrevivir?"
"No pasará," contesté fácilmente. Había algunas cosas que las personas, especialmente Troy Borruws, no necesitaban saber.
"Vamos," suplicó. Me miró con esos hermosos ojos verdes y tomó mi mano entre las suyas. "Realmente quiero saber, Emma."
"Soy una caza recompensas," solté.
Sus ojos se abrieron, "¿En serio?"
Tiré de mi mano para liberarla. "No, así que deja de deslumbrarme. No te voy a decir."
"Tienes que contarme algo," dijo. "Cuéntame… sobre el padre de Leo."
"¿No crees que mis secretos son secretos por alguna razón?" pregunté.
"Tu historia no puede ser peor que la mía," contestó. Lo miré incrédulamente, así que continuó. "Estaba en penúltimo año de la universidad cuando, borracho, dejé a mi ex-esposa embarazada. Traté de hacer las cosas bien, casándome con ella. Ella nos dejó después de tener a Sophie. Dijo que eso no era lo que ella quería; sus sueños no involucraban sentar cabeza con una familia siendo tan joven."
Los míos originalmente tampoco eran así, pero no cambiaría a Leo por nada del mundo. No podía ver cómo alguien podía dejar a Ethan o Sophie, o incluso a Troy, por esa razón. Él me veía expectativo. Suspiré. Mi historia no era nada mejor. "Ni siquiera sé quién es el padre de Leo." Odiaba decirle eso a la gente. Ellos siempre me juzgaban por ello. No pensé siquiera que me había creído cuando dije eso, pero cuando no sonreí ni nada, se dio cuenta de que no estaba bromeando, y podía decir que tenía preguntas. "Y eso es todo lo que obtendrás hasta ahora."
"Bien," se puso de pie. "No me dejas alternativa."
"¿De qué estás…?" me encontré a mi misma tumbada sobre su hombro. "¡Borruws! Bájame." Lo hizo. Me arrojó al brinca-brinca.
"¡Bolita!" gritó Ethan antes de que se tumbara sobre mí. Me las arreglé para girarlo y empezar a hacerle cosquillas, pero Troy vino a su rescate, haciéndome lo mismo a mí.
Leo brincó a su espalda, "¡Lo tengo, mamá!"
"No lo creo," rió Troy, haciéndole lo mismo que yo le había hecho a Ethan. Bueno, no podía dejar a mi hijo colgado, así que me tiré sobre Troy. Fue un ciclo de nunca acabar de los Borruws contra los Goolldan hasta que los niños se volvieron contra nosotros. Por suerte para mí, los chicos unieron fuerzas contra Troy, así que terminé y mirando a Sophie.
"¿Quieres escabullirte e ir a comer un pastelito?" pregunté. Ella sonrió y asintió. Hicimos nuestro escape mientras los chicos estaban distraídos.
"¡Traidora!" gritó Troy mientras caminaba de la mano con su hija hacia dentro de la casa.
Sonreí y entré. Eso ganaba por meterse conmigo.
Bonita broma le hizo Emma a Troy verdad jajaja oigan también denlen estrellitas a esta historia lamento lo de Cansados De Fingir pero no me a llegado la inspiración para esa prometo un maratón muy pronto de 5 capítulos que dicen 😘😘😘😘😘
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