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Capituló 11

Troy

Despierta, era una bola de fuego a la que quería besar un momento y golpear al siguiente. Dormida, era angelical. No había comentarios sarcásticos o amenazas de violencia. Su rostro era tan suave y pacífico mientras corría lentamente mis dedos a través de su cabello.

"Asno," murmuró.

Sonreí. Estaba soñando conmigo. Sabía que debía estar escabulléndome de vuelta a mi dormitorio, pero no me podía forzar a mí mismo a dejarla todavía. No sabía cuándo iba a tener la oportunidad de hacer esto otra vez, así que quise saborearlo. De todas formas, cuando escuché un choque en la cocina, supe que era hora de ir a ver que los pequeños monstruitos estuvieran despiertos. Quité el seguro de su puerta antes de cambiar de parecer e irme por la ventana de vuelta a mi cuarto. Estaba contento de que tuviera suficiente sentido común como para ponerla en el primer piso.

Sin hacer ruido, hice mi camino por el pasillo. Me gustaba espiar a mis niños. Nunca sabía qué iban a hacer al encontrarlos. "¿Por qué tenemos que comer el cereal con leche?" escuché a Ethan preguntar. "¿Por qué no jugo? Es una bebida de desayuno."

"Mi mamá me dijo que las vacas podían enojarse e iban a dejar de hacerla, pero Pa dice que mamá está llena de esa palabra que se supone que no debo decir." Dijo Leo.

"Me pregunto si papá nos dejaría tener una vaca. Así no tendríamos que ir al supermercado a cada rato," contestó Ethan amablemente.

"¿Qué están haciendo, niños?" Pregunté, haciendo notar mi presencia.

Los dos niños voltearon a verme con sus cabezas recién levantadas de la cama. "Haciendo el desayuno," sonrió Ethan. "¿Quieres leche o jugo con tus bolitas de cocoa?"

"Leche," contesté rápidamente. "¿Les puedo ayudar con algo?"

"Puedes ser el que levante a mamá," dijo Leo, luciendo un poquito asustado con la idea. "Ella trató de hacerme cosquillas hasta la muerte la última vez que lo hice."

Reí. "Está bien. Te salvaré esta vez."

"Gracias, Troy," sonrió.

Hice algo de mezcla para waffles y les enseñé cómo usar la máquina. Realmente, todo lo que tenías que hacer era presionar un botón, así que me imaginé que no me iban a dar muchos problemas. Por supuesto, entonces decidieron averiguar qué tan grandes podían hacerlos, y tuve que intervenir. Cuando tuvimos todo terminado, me ayudaron a poner la mesa en el patio. "¿Por qué no van ustedes a traer a su hermana, y yo traeré a Emma?"

Leo me hizo un saludo militar antes de correr tras Ethan por las escaleras. Era fácil olvidar que él no era mi hijo. Me pregunté cómo reaccionaría Emma si supiera que lo reclamaba como uno de los míos en mi mente.

Ella todavía estaba dormida cuando entré a su cuarto. Me recosté en la cama. "Emmalyn," dije suavemente.

"Vete," gruñó.

"No puedo," solté una risita. "Los chicos nos hicieron el desayuno. Leo dijo que yo era el que tenía que venir a despertarte. Aparentemente, eres aterradora en las mañanas."

Estoy bastante seguro que gruñó antes de sentarse, con sus ojos aún cerrados. Su cabello estaba alborotado, probablemente por mi culpa por estar jugando mucho con el, pero ella se las arregló para aplacarlo. "¿Necesito estar coherente para este desayuno?" preguntó.

"Por supuesto que no," contesté, acercándome para plantarle un beso rápido. "Ni siquiera tienes que abrir los ojos." Acaricié su mejilla y sus ojos se abrieron. Sonreí. "Buenos días, Emma."

"¿Te atraparon aquí?" preguntó.

"Nope," contesté. "Puedo ser escurridizo cuando la ocasión lo amerita. Ahora, ¿puedo acompañarte a tu desayuno? Te puedo cargar si quieres."

Sacudió su cabeza. "Nada de estilos nupciales."

"De caballito será," dije, poniéndome de pie y dándome la vuelta para que pudiera trepar. Estuve placenteramente sorprendido cuando lo hizo sin quejarse.

"Odio esa palabra," me dijo, enrollando sus brazos perezosamente alrededor de mi cuello. "De caballito. ¿Eso nos llama caballo a alguno de los dos?"

"Era conocido originalmente como paseo-en-la espalda. Supongo que evolucionó o algo," contesté.

"¿Cómo diablos sabes eso?" preguntó.

Me reí e hice mi camino hacia el pasillo. "Antonio se hizo la misma pregunta una vez. Lo buscamos en Google."

Ella gimoteó. "No puede ser saludable que tenga los mismos pensamientos que tu hermano." No podía esperar para decirle que ella dijo eso. Me detuve en el patio y la ayudé a ponerse en una silla. "Gracias por el paseo."

"Cuando quieras," sonreí.

Leo e Ethan llegaron con una risueña Sophie después de eso. Ethan estaba sosteniéndola de debajo de sus brazos mientras Leo la cargaba de los pies. Cuando los miré de manera interrogante, Ethan se encogió de hombros. "Ella quería que los dos la cargáramos."

"Es divertido," chilló Sophie.

"Tus hijos están locos," le dije a Emma.

"¿Mis hijos?" contestó.

Asentí. "Los míos no estaban así de locos hasta que te conocieron, así que no cargaré con la culpa de eso."

Tuvimos un divertido desayuno todos juntos. Ethan y Leo nos contaron todo sobre su noche. Programaron el reloj alarma de Ethan para sonar cada hora, para que así pudieran intercambiar camas. De alguna manera, se revolvieron, así que Leo despertó acostado en el piso. "Sabía que se sentía un poquito duro," recordó. Emma simplemente sonrió, sacudiendo su cabeza. Parecía estar acostumbrada a este tipo de locuras.

Después del desayuno y unas cuantas caricaturas, sugerí que pasáramos algo de tiempo en la piscina. Los chicos corrieron a cambiarse, pero Emma se quedó quieta. "Lo siento, Borruws. No traje un bañador."

"Eso está bien," sonreí. "Porque le pedí a Mia que dejara uno, solo en caso. Está en tu habitación." Me puse de pie. "Te veo ahí, Goolldan."

No me tomó mucho cambiarme, y los niños estaban ansiosos en el patio trasero. "Pueden jugar hasta el mediodía. Entonces tienen que comer, y tenemos un juego de fútbol que ganar."

"¿Me puedes arrojar?" preguntó Ethan mientras ayudaba a Sophie a ponerse sus flotadores.

"¿Te pusiste protector solar?" pregunté. Asintió, así que lo levanté. "¿Listo?"

"Sí," rió.

"¡Aguanta la respiración!" Lo arrojé, y regresó riendo momentos después. Me giré hacia Leo. "¿Qué tan bien sabes nadar, campeón?"

"Bastante bien. Mi mamá me enseñó," contestó.

Debí haberlo sabido. "Supongo que te arrojaré y lo veré." Él se rió mientras lo levantaba. "¡Aguanta la respiración!" Le advertí antes de aventarlo hacia el agua. Él nadó alrededor como un pescadito.

"¿Arrojaste a mi hijo?" preguntó Emma, viniendo hacia afuera finalmente.

Le eché un vistazo y tomé mi teléfono para enviarle un mensaje de texto a Mia. Gracias. "¿Quieres ser la siguiente?" sonreí.

"Tomaré la resbaladilla," contestó.

"¿Puedo ir?" preguntó Sophie emocionadísima. Ella amaba deslizarse por la resbaladilla, pero no sola.

"No esperarás que lo haga por mi cuenta, ¿verdad?" la molestó Emma, tomándola de la mano. Ella siguió a Sophie por los peldaños y la sentó en medio de sus piernas. No pude escuchar lo que estaban diciendo, pero Sophie sonrió todo el camino abajo. Emma jadeó cuando salió del agua. "Me dijiste que no estaba fría."

Sophie sonrió. "¡No lo está!"

Emma me atrapó viéndolas en ese momento. "Hey, esto fue tu idea. ¡Métete, Borruws!" sonreí y me eché un clavado, saliendo a un lado de ella. "Presumido."

Los chicos gritaron mientras se zambullían juntos por la resbaladilla. Tomé a Sophie. "Supongo que es mi turno." Después, Emma y yo nos deslizamos al menos una vez con cada uno de los niños, y la convencí de hacerlo conmigo. No se sentó delante de mí, pero no me importaba tener sus piernas a mí alrededor. Eventualmente, me tocó tenerla en frente, pero con la advertencia de que mejor mirara dónde ponía mis manos.

Los niños siguieron jugando mientras nosotros teníamos el almuerzo listo. Estaba asando hamburguesas a la parrilla, así podía mantener un ojo en ellos mientras Emma insistió en poner la mesa. "Buena choza, Borruws, ¿cuántas diferentes clases de papas fritas necesitas?"

"Me gusta la variedad," le informé. No había una regla que dijera que te tenía que gustar una sola clase de papa frita. Eso sería ridículo.

Ella puso diferentes recipientes llenos en la mesa y les preparó a todos un vaso de kool-aid. "Necesito correr a casa antes del partido, y me temo que tendré que robarme a Sophie. Tenemos que estar listas para apoyar a nuestros chicos, así que ¿te parece bien llevar a Leo contigo y Ethan?

Asentí. "Por supuesto que está bien. Ni siquiera tienes que preguntar. Cuando es algo normal como fútbol, los reclamo para mí."

Así que después de comer, Emma y Sophie nos dejaron a los chicos para prepararnos para nuestro juego. Los chicos pensaban que se veían rudos en sus uniformes. Me enseñaron algunas de sus caras de juego que habían estado practicando antes y los hice entrar en el auto.

Antonio estaba todo alterado, como era usual, cuando llegamos. Envió a los chicos al campo a hacer un par de ejercicios fáciles con los otros jugadores. Jayden estaba parado junto a él con una expresión adormilada pero contenta. El pequeño Christopher debió haberlo mantenido despierto. Decidí quedarme atrás para ver un poquito.

"Buen día para un juego," dijo una voz profunda junto a mí.

Volteé para mirar a un hombre mayor con el cabello ligeramente gris y un bigote. "Sí, señor," contesté educadamente. Probablemente era uno de los abuelos de los chicos. Sabía que Tommy andaba rondando por ahí en algún lugar.

"¿Tienes a algún chico en el equipo?" me preguntó.

"Sí, señor. Esos dos," dije, apuntando a Ethan y a Leo.

En ese momento, Leo volteó y una enorme sonrisa cruzó su rostro. Vino corriendo a través del campo y arrojó sus brazos alrededor de la cintura del hombre. "¡Pa!"

Oh, mierda. Inmediatamente volteé para ver si tenía un arma. Afortunadamente para mí, no tenía una con él. Me estaba viendo mientras Leo le hizo un gesto a Ethan para que viniera. "Uh… Jefe Goolldan, soy Troy Borruws. Es un placer conocerlo."

Me miró cuidadosamente antes de sacudir mi mano extendida. No sabía que un hombre podía ponerme tan nervioso. "Pa, este es mi mejor amigo Ethan." Gracias, Leo.

"Es bueno conocerte, chico," contestó.

"¿Papá?" Nos giramos para ver a Emma. Ella estaba vistiendo una playera con el número de Ethan en una manga y el de Leo en la otra, y las palabras 'Mamá del fútbol' cosidas al frente. Sophie estaba parada junto a ella con un pequeño uniforme de porrista.

"Hey, Emm," contestó.

Ella sonrió hermosamente. "¿Qué estás haciendo aquí?"

Él se encogió de hombros. "No podía perderme el primer partido de la temporada." Ella corrió hacia él para darle un abrazo. "Te he extrañado, Emm," dijo quedito.

De pronto sentí como si estuviera de intruso en un momento personal, pero Sophie lo rompió. Ella jaló el pantalón de Jasón. "Hola, Pa."

"¿A quién tenemos aquí?" preguntó, sonriendo un poquito.

"Papá, esta es Sophie Borruws," respondió Bella.

Se agachó y la levantó. "¿Supongo que ella también es tuya?" me preguntó.

"Sí, señor, ella es mi bebé." Traté de estar calmado. No podía creer que había llamado a Leo mi hijo delante del padre de Emma.

Me dio esa dura mirada calculadora otra vez antes de asentir. "Tienes niños bien parecidos, Troy."

Juro que pudo ver el alivio en mis ojos. "Gracias, Jefe Goolldan"

"Papá," dijo Emma, tomando a Sophie de sus brazos. "¿De verdad vas a hacer que te llame Jefe?"

"Por un ratito," contestó.

"¡JASÓN!" Creo que todos brincamos cuando Shelby vino corriendo. Ella prácticamente brincó en el hombre. "¡Emma no me dijo que venías!"

"No lo sabía," contestó Emma, "¿Cómo saliste de la cárcel?"

Shelby rodó los ojos. "Tyler me dejó salir. Dijo que no se iba a perder el partido de apertura por mi culpa. ¿Puedes creerle a ese tipo?"

"¿Shelby Watkins, qué estabas haciendo en prisión?" preguntó Jasón.

"Juro que soy inocente. El Oficial Buenote la trae contra mí," contestó. Podía decir que él no le creyó ni por un segundo, pero ella se giró hacia los chicos antes de que él pudiera decirlo. "¿Chicos, quieren ver mi nuevo tatuaje? Me lo hice esta mañana solo por el juego." Jaló el vendaje para enseñarles el lobo cerca de su cadera. Nuestra mascota del equipo era un lobo, pero me pregunté si ella sabía que Tyler tenía un tatuaje similar en su espalda.

"Mejor nos sentamos," dijo Emma. "Buena suerte allá, chicos, entrenador." Me sonrió antes de guiar a su padre y hermana a las bancas.

Me fui para unirme a mis hermanos. "Te ves un poco pálido, hermano," notó Antonio.

"Un hombre me preguntó si tenía un chico en el equipo. Le dije que tenía dos, Ethan y Leo. Resultó ser el padre de Emma, el Jefe de Policía, Jasón Goolldan," expliqué.

Jayden trató de lucir comprensivo mientras Antonio arrojó su risa retumbante. Afortunadamente era hora de que el juego empezara o le habría dado un golpe.

El juego fue un éxito. Con Leo bloqueando para él, Ethan fue capaz de anotar dos touchdowns. Al ver que ganamos por dos touchdowns, se sintieron bastante orgullosos de ellos mismos. También ayudó que tenían su propia pequeña sección de animadores que incluía a sus dos familias. Por supuesto, ya que habíamos ganado el primer partido de la temporada, todos los chicos y sus familias estaban invitados a la casa de mis padres para una pequeña fiesta posterior.

Ethan se ofreció a enseñarle a Jasón cómo llegar allá, así que él y Leo viajaron con él. Eso me daba tiempo para darme valor antes de encararlo nuevamente. Emma y yo llegamos al mismo tiempo, así que la jalé hacia un lado. "¿Cuáles son las probabilidades de que tu papá me dispare?"

Ella lo pensó un poco. "No me preocuparía mucho. Parecía estar de buen humor hoy, así que probablemente tienes un veinte por ciento de oportunidad de recibir una bala." Puso su mano en mi brazo. "No te preocupes de todas formas. No te matará. Te dolerá bastante, pero te recuperarás."

"Gracias, Emma," contesté sarcásticamente antes de sacar a Sophie de su asiento de auto. Ella me agradeció antes de salir corriendo hacia adentro para buscar sus tías Lauren y Mia. Miré alrededor rápidamente para asegurarme de que no había señales del Jefe, antes de jalar a Emma hacia mí y robarle un beso.

"¿De verdad buscaste a mi padre?" me preguntó incrédula.

"No puedo decirte lo mucho que no quiero recibir un disparo," contesté.

Ella mordió su labio inferior. "Entonces supongo que no quieres que le cuente que dormimos juntos la noche pasada."

"No lo harías," la desafié.

"Te dije que te durmieras en tu propio cuarto," canturreó antes de correr hacia dentro. La perseguí, pero se las arregló para perderme entre la multitud.

Traté de mantenerme tranquilo. Caminé alrededor, saludé a los otros padres, les dije lo bien que sus hijos lo estaban haciendo en el equipo. Le eché un vistazo a Emma. Estaba sentada junto a su padre en una mesa con mis padres. Parecían estar llevándose bien, así que sentí que no había razón para que los interrumpiera.

Finalmente, cuando la noche terminó, encontré una silla que estaba apartada de la multitud. "Parece como si te estuvieras escondiendo de alguien." Y Jasón, maldito, Goolldan apareció para sentarse junto a mí. "Te puedes relajar, hijo, no traje mi pistola conmigo. Quería venir aquí y agradecerte."

Eso me sorprendió. "¿Por qué, señor?"

Tomó un trago de una soda y suspiró. "No me gustaba la idea de que Emm y Leo se vinieran para acá solos, pero ella es tan testaruda. Sé que ella puede hacerse cargo por su cuenta, pero me sentí muchísimo mejor cuando Leo me contó de ti y tu familia. Me siento mejor sabiendo que ella tiene a alguien cerca en caso de que lo necesite."

"Estaremos ahí en un parpadeo," prometí.

Asintió, viendo a la distancia. "Troy, nunca me he entrometido en los asuntos de mi hija, a menos que ella me lo pida, pero…" se detuvo y me miró por el rabillo del ojo. "No la lastimes. Pareces un buen tipo. Odiaría tener que dispararte."

"No lo haré, señor," contesté seriamente.

"Y, Troy," se puso de pie para irse, "me puedes llamar Jasón."

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