Llevaba horas llorando, sólo horas, pero para mí eran como semanas. Contaba el tiempo que supuestamente llevaba muerta, veía a mis padres pasarlo mal y desatender a mi hermano. Era una maldita tortura. Mi padre había vuelto a fumar y a beber, y mi madre sólo lloraba y miraba con odio a mi padre. Todo lo que hacían era discutir... ¿Es posible que mi muerte les separara? No lo sé, pero si así fuera, jamás me lo perdonaría. 

El chico aparece y desaparece cual fantasma (aunque supongo que somos eso, fantasmas), y me pone nerviosa. Le pregunté su nombre, ya que se me hacía raro enamorarme de alguien cuyo nombre desconozco. Se quedó pensando y finalmente dijo que no lo sabía. ¿Había olvidado su  nombre? Y si eso fuera así, ¿olvidaría yo el mío?

Mis padres vuelven a arreglarse y casi se olvidan de mi hermano. Vale que es un saco de babas insoportable, pero al final voy a tener que ocuparme yo de él, aunque no sé cómo. Mi padre se puso el mismo traje que se puso para mi velatorio, y no se molestó en ducharse; se había vuelto un alcohólico deesagradable. Mi maadre, por otro lado, estaba preciosa con su vestido de encaje negro. 

Llegaron a un bonito cementerio que tenía una pequeña iglesia y entraron. Vi una tumba marrón a la entrada de la iglesia, y una persona que la movía hacia fuera; mis padres habían llegado tarde a la misa.

-Mira lo que ha pasado por tu culpa, maldito borracho.-Le susurró mi madre a mi padre.

Llevaban peleando todo el camino, hasta que grite que se callaran. Mi madre se giró y comenzó a llorar. ¿Me había oído?

Mi padre le dijo a mi madre que quería el divorcio, y ella lo aceptó sin rechistar. ¿Se iban a separar?

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Mis padres se separan por mi culpa. Por mi muerte.