So Far Away
Ellos se amaban, ellos se amaban desde el primer instante en que se vieron.
Ambos se consideraban afortunados, poder tener un encuentro así en un baile como ese.
Ella era adinerada, de buena y poderosa familia.
Él también tenía un buen sustento y cierta influencia con los altos líderes.
Sólo había un único detalle. La distancia.
Se conocieron en un típico baile de alta sociedad, alguna presentación de una joven dama o tal vez la celebración de un nuevo negocio, ninguno de ellos lo recuerda, y a ninguno de ellos les importa realmente. El único recuerdo importante en su mente es el instante en que sus ojos se encontraron por primera vez.
Ella estaba hermosa, un vestido que acentuaba perfectamente su cuerpo, un cabello peculiarmente rojizo y unos ojos cautivadores. Él no se quedaba atrás, un traje casual pero elegante, una sonrisa encantadora y esa mirada seductora que tenía por naturaleza.
Fue inevitable, él tenía que hacerlo, y con esa sensación cálida en el pecho se acercó hasta ella y la invitó a bailar.
-Usted parece ser una dama que sabe lo que quiere- le sonrió mientras extendía su mano hacia ella.
-¿disculpe?- ella vaciló un momento antes de aceptar la invitación.
El no desaprovechó la oportunidad y la jalo ligeramente para sostener su cintura con su mano libre.
-usted sabe, parece una dama decidida, alguien que no anda con rodeos-
La chica sonrió astuta, ahora entendía, estaba coqueteando.
-puede ser que tenga razón-
Su mano sostuvo firmemente el hombro masculino y comenzó con el lento baile.
-de ser así debo señalar que podríamos ser muy parecidos- el joven hombre guiaba contento el baile, sumido en la brillante mirada de la joven.
-¿es así?- ella también estaba perdida en esa intensa mirada.
Estaban tan perdidos uno en el otro que no notaron como se dirigían a chocar con alguien.
-perdone- la chica inmediatamente se disculpó al notar como habían derramado la copa de otra joven.
La extraña intentaba limpiar su vestido sin mucha molestia en el rostro, más bien parecía esconder su mirada de ellos.
-No se preocupen, se nota que disfrutaban su baile- ella sonrió amable y se fue sin decir más.
-vaya, eso fue vergonzoso, espero que no tropieces la próxima vez- el moreno sonrió divertido. Ella no tardó en entender la broma.
-¿yo? A mi me parece que era alguien más quien estaba guiando- ambos rieron mientras pensaban en lo divino que era el contrario.
Pudieron pasar toda la noche mirándose mutuamente y ninguno se cansaría. Pero la noche no era eterna, y su estadía en la ciudad tampoco, así que ambos debían aprovecha al máximo.
-Así que señorita...- le tendió una copa que algún mesero paso ofreciendo.
-Alison- acepto la copa, fingiendo ignorar el hecho de que sólo fue el pretexto de volver a rozar su mano.
-Es un placer bella dama, Emiliano Crispin para servirle- hizo una breve reverencia mientras tomaba su mano y la besaba.
Ella volvió a reír, vaya que era un encanto.
-Encantada de conocerlo igual- volvieron a caer en ese hechizo que mantenía el uno sobre el otro.
Pasaron la noche entera juntos, presentándose con la familia del otro, a solas en un balcón mientras conversaban de cualquier cosa, volviendo a bailar en el salón, ellos nunca se separaron del otro. Ni esa noche ni los días siguientes.
Salieron a todos los lugares mientras se tomaban de las manos y se perdían en los ojos del otro, que la obra había acabado y ellos seguían ahí ¿a quien le importaba? Que la cafetería estaba por cerrar y ellos no habían tocado su comida, eso era lo de menos. Que se habían quedado parados en medio de la pista de baile mientras se daban su primer beso, eso jamás lo olvidarían. Que sus familia eran de lugares distintos y eso los separaría...
Eso si era un problema, ellos querían estar juntos, ellos debían estarlo, y ni sus familias ni la distancia entre sus hogares podría impedírselo, pero ellos debían volver a casa, y tal vez, mientras llegaba el momento de reunirse, mientras volvían a tomar sus manos y se perdían en el mar de sentimientos que contenía el par de ojos contrarios, sólo tal vez, podrían sobrevivir con cartas.
Cartas llenas de amor y pasión, escritas con la más bella letra y perfumadas con el más dulce perfume, que eran entregadas con toda su alma al corazón que correspondía sus intenciones. Porque no importa qué tan lejos pudieran estar ni cuanto tiempo pasara, sus corazones siempre estarían juntos, desde ese momento en sus ojos se encontraron por primera vez, hasta por el resto de la eternidad.
¿Fue muy cursi? ¿Triste? ¿Estuvo bien?
Probablemente este One-Shote en específico tenga continuación o sea el detonante de un fanfic bien hecho :3
Pd: este está inspirado en mi dúo favorito de estos dos uwu
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro