I: Primer retoño de Cempasúchil.

Dianne era una chica de cabellos negros y lacios, que llegaban hasta sus hombros. Sus ojos, igualmente negros, parecían contener el brillo de una noche de lluvia de estrellas fugaces. Su piel era casi tan pálida como la luna.
Era joven esbelta y de buen parecer. Sus movimientos gráciles y expresiones delicadas. Era tan bella, en varios aspectos, que parecía una joven noble.

Ella nació en el ducado Di Ivilliom, ya que su madre era una sierva de la residencia, heredó la servidumbre. Cuando ella tenía 4 años, el duque le observó correr alrededor de la mansión -cuyo tamaño era colosal- cinco veces seguidas.
Para una niña tan pequeña hacer algo así sería difícil en extremo, quizás más acertado es decir imposible. Pero ella lo logró, entonces el duque comprendió que además de su gran constitución física había otro importante factor, magia. Dianne debía de ser la hija bastarda de algún noble, obteniendo así magia de "Potenciación", esta era la más factible para todo aquello relacionado con el trabajo físico.
Mientras efectuaba su carrera debió de potenciar sus habilidades físicas con magia de manera inconsciente. En otras palabras, Dianne era una preciosa gema por pulir.

Habiendo consultado el tema con su esposa, ambos, duque y duquesa, indagaron en las razones de la niña para la absurda carrera alrededor de una titánica residencia como lo era la mansión capitalina de Di Ivilliom. Esto había sido a causa del ama de llaves, quien halló este como mejor castigo para la pequeña niña, que había tropezado con ella. El ama de llaves era una persona rencorosa y cruel a quien, con su puesto, le habían fomentado el orgullo. Por esto la duquesa determinó que un ser tan prepotente debía conocer su lugar y no merecía trabajar en el ducado, siendo despedida.
Posteriormente propusieron a Dianne unirse al proyecto más reciente de la casa Di Ivilliom, a cambio recibiría la educación básica nobiliaria y la extra necesaria para el proyecto; además su madre no necesitaría trabajar más para mantenerlas. Pero debería renunciar a ver a su madre todos los días. Sin embargo, podría hacerlo dos veces a la semana, considerando que aún era niña.

El nuevo proyecto de los Di Ivilliom denominado Valkyria, era crear doncellas especiales encubiertas. ¿ Quién pensaría que una bella y aparente débil muchacha podría poseer la habilidades de un caballero ?

En este experimento escogían niñas menores de los 10 y mayores de los 3 años, con aptitudes y habilidades que les facilitaran combates o infiltraciones.
Las sometían a un entrenamiento primariamente fácil, casi como un juego, hasta que superaban el año en el proyecto, cuando el entrenamiento se volvía mucho más complejo gradualmente.
También les brindaban educación en muchos aspectos, así serían desapercibidas en cualquier tipo de sociedad, que era el principal objetivo del proyecto. Dianne fue un gran talento que se destacó del resto con facilidad.

Al adquirir 6 años, en el cuarto cumpleaños del joven maestro del ducado, se le otorga su primera misión: ser la doncella principal del heredero del duque. Aunque este cargo era para cubrir la verdadera misión: ser su guardaespaldas.

El tiempo que juntos pasaron fue muy significativo, entre ellos crecieron sentimientos de amistad y protección mutua; quizás algo más. Pero, ¿cómo saberlo? Uno de ellos se despidió eternamente, el otro jamás lo contaría.

...

II: Segundo retoño de Cempasúchil.

Dianne, al encontrarse frente a la puerta de la hermana de su anterior maestro, vaciló como años no lo hacía. ¿Estaba nerviosa? ¿inquieta? ¿quizás ansiosa? No, definitivamente. Ella tras su activa vida no podría sentirse así. ¿Qué era? Seguramente nostalgia, o la tristeza que le evocaban los recuerdos de su anterior y queridísimo amo.

Así pues, tras cierto tiempo, llamó a la puerta. Habiendo cruzado el umbral de la misma, saludó:

-Buenas noches, señorita Emilyette.

- ¿Dianne? -preguntole dudosa Emily-.

- Sí señorita, no nos vemos desde hace algún tiempo. El duque anunció que sería su nueva sirvienta desde hoy.

" Protegeré a esta niña, no escatimaré en esfuerzo y en sangre para ofrecer si se requiere para salvarle ... La protegeré porque no pude salvar a Esteban" -pensaba determinada Dianne, mientras que su rostro ocultaba todo rastro de emoción-.

- Siéntate, Dianne, Claudia te hablará de mi agenda y mi diario, al que te deberás acostumbrar.

- Obedeceré fielmente a la señorita.

Tras escasas y directas palabras un profundo silencio envolvió la habitación. La atmósfera era pesada, demostraba que todos estaban sumisos a sus pensamientos, o esto creía Claudia; quien no estaba acostumbrada a un silencio tan abismal como aquel lo era o a pensar con tanta concentración. No obstante, Emily y Dianne estaban acostumbradas a hundirse en sus ideas, y dejarse ahogar por ese océano de ocurrencias que no eran para nada comunes. Sabiendo que ellas mismas serían sus confidentes, enterrando análisis, emociones, sensaciones y pensamientos en lo más íntimo y oscuro de sus consciencias.

Transcurrió poco tiempo, nada se vio afectado en la cotidianidad de Emily con la llegada de Dianne, y llegó el día de la cita con Karina.

Ese día, la castaña escogió vestirse con algo especialmente diferente. Normalmente lucía colores opacos y serios, estos eran más acorde a su personalidad pensativa y reflexiva. Por lo cual sus ojos color amatista eran adecuados a su carácter. ( Nota: la amtista, como gema preciosa, refiere a la sobriedad y al pensamiento con la mente tranquila. A eso se refiere la expresión) Pero ese día había tenido un extraño presentimiento -y ella no era persona de creer en presentimientos o presagios, pero sabía atender a sus instintos- Se había vestido de un azul claro, casi como el cielo, si bien este color no era considerable alegre era más jovial que los comunes. Era un color relajante y fresco, adecuado para recibir una alarmante o importantísima noticia.

En cuanto al modelo del vestuario, como era común en el estilo de Emilyette, no tenía muchos vuelos ni lazos. Era sencillo, pero lujoso y elegante, hecho de materiales extremadamente caros. No necesitaba grandes decoraciones para presumir la enorme fortuna de su dueña. El vestido era estilo Evyāle Derniēre (Equivalente a Robe a La Francaise sin mereñique) pero a diferencia de los vestidos típicos entre las damas de la alta sociedad este no era pomposo, sino que la falda caía ligera y libre.

Al encontrarse en el pórtico de la gran hacienda ducal, divisó un carruaje de cuatro caballos. (En el imperio Eberhard, un carruaje es tirado por cierta cantidad de caballos que identifica el estatus social de un noble. Dos caballos para los barones, cuatro para marqueses y condes, y seis para los duques y la familia imperial. Pero esto es solo para eventos oficiales, por lo que en eventos informales utilizan un número inferior.A excepción de la familia imperial)
Abordó el vagón con su característica elegancia, tras haberle confirmado el destino al cochero, siguiéndole sus sirvientas.

"¿Qué depararán las extrañas cosas que Karina tiene para contar? Desde el inicio de la competencia de cacería le noté tanto nefelibata como distinta. Su mirada constantemente se perdía en sus pensamientos internos, algo que antes no era muy común. Debo tener conocimiento de todo aquello que pueda interferir en mis planes, así los tramaré de modo más certero."

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