
Capítulo 11: "El surgimiento de Chevalier Lady"
...
–¿Qué?
–Emily, yo seré tu nuevo entrenador .
Al escuchar esas palabras el cerebro de Emilyette casi estalla. Su padre, quien nunca dedicó mucho tiempo a sus hijos, iba a ser su entrenador. Ciertamente se había vuelto más amable después de la muerte de su madre y hermano, pero nunca había esperado recibir esa propuesta. Tampoco era que tuviesen una relación muy estrecha. Pero Emily estaba agradecida, no existía nadie en el imperio que la pudiese entrenar mejor que su padre; y aunque ella misma no lo sabía , estaba más agradecida por recibir la atención de lo único que le quedaba en este mundo, que no fuese su herencia y título, lo único que pudiese apreciar verdaderamente.
–Será un gusto, padre.
–Con lo de hoy ya es suficiente, puedes ir a descansar.
–Agradezco su comprensión. -dijo direccionándose al interior de la residencia.-
El duque se dirigió a Claudia y le dijo:
–Quiero que me envíes una nota con la dieta de Emily; también mantente atenta a las expresiones, órdenes y palabras de ella, mientras puedas averiguar sus intenciones.
Claudia contuvo un suspiro. Emily había cambiado sin que ella pudiese tomar medidas, como le ordenó el duque. Pero ahora le había sido encomendada una misión peor. Por más tiempo que ella hubiese estado junto a Emilyette, nunca había podido, ni podría siquiera adivinar lo que pensaba. ¿Cómo podría averiguar sus objetivos?
–Sí, señor. -respondió resignada-.
El duque asintió y regresó a su oficina .
"Debo asegurarme de saber qué es lo que ella busca. El odio oculto en sus ojos me dice que no es solo la dignidad mediante la competencia de caza ... Quizás quiera el poder del Lago Celestial" -pensaba el duque-.
...
Se escuchó un suspiro, intruso que interrumpió la calma de un baño caliente después de un entrenamiento.
Emily estaba pensando en muchas cosas. Nunca se daba tiempo para relajarse.
Ella no estaba segura si su plan para atrapar a La Hiedra funcionaría, su información era tan vaga que ni siquiera sabía si estos querrían arrebatar su vida también. Tampoco sabía si eran una organización o una familia.
Así mismo, otras dudas surgían:
¿Por qué atacarían a su madre y a su hermano? Normalmente el objetivo hubiese sido el duque Lucas, como cabeza de los Di Ivilliom. También pudieron haber utilizado a su madre como rehén para acabar con el emblema del iris. No obstante, nunca se recibió una carta de soborno o chantaje, sin hacer mención al hecho de que Esthet pudo regresar a su hogar; ocasión impensable si la hubiesen raptado. Lo mismo se aplica al caso de su hermano Esteban.
¿Qué quería La Hiedra?
¿Cuáles eran sus intenciones?
¿Por qué solo atacó a los Di Ivilliom?
¿Quiénes estaban detrás del emblema de La Hiedra?
Emilyette ya había salido del baño y se encontraba recostada en su cama.
Calaba entre miles de opciones y miles de resultados que traerían sus acciones.
Ella quería venganza, pero no quería lastimar a nadie en el proceso. Ella era fuerte, decidida, en ocasiones podía actuar con indiferencia e incluso despiadadamente. Pero ella no era un monstruo. Jamás involucraría a alguien débil, incapaz e innecesario en su venganza. Había contactado a Karina Metharkas y Selya Dellvag para confabularse durante la competencia , ellas estaban ajenas a su venganza, pero lo había hecho porque sabía que no eran tan débiles. Además necesitaba su conocimiento y experiencia y no estaba dispuesta a exponerlas al peligro .
Es verdad que en un pasado se distanció de sus seres cercanos, pero los valoraba en gran manera, a pesar de que el vínculo emocional ya haya sido consumido por las llamas de la insensibilidad. También , se había distanciado de ellos porque decidió su camino, no quería involucrarlos en su peligrosa venganza.
Ella lo niega, no lo cree, pero en el fondo de su corazón solo es una niña desesperada por recuperar el amor que le arrebataron.
...
–Duque, esta es la dieta que lleva la señorita Emilyette.
–La conseguiste bastante rápido Claudia. -dijo el duque adquiriendo los papeles-.
El duque leyó detenidamente todos los alimentos que consumía su hija, quedó impresionado ante la severidad de su alimentación.
–Claudia, ¿desde cuándo Emily lleva esta dieta?
–Desde hace dos años... Poco después de que muriera el joven maestro Esteban .
La dieta de Emily había sido construida especialmente por ella misma. Desde que decidió su venganza entrenó su cuerpo para un futuro. Parecía la dieta de un guerrero:
Sus desayunos eran altos en proteínas y calorías, para que le proporcionará la energía suficiente para el resto del día.
Sus almuerzos contenían carbohidratos, carnes blancas y frutas que portasen zinc.
Siempre tenía una merienda programada para después de sus entrenamientos de la tarde, comúnmente eran cereales, maní y chocolates. Alimentos que ayudan a recomponer las energías.
Finalmente, su cena presentaba carbohidratos, proteína y vitaminas en un nivel perfectamente proporcionado.
Su dieta era tan rigurosa que los carbohidratos, primer exponente enérgico del cuerpo, se agotaban rápidamente. Permitiendo un mayor uso de los lípidos , manteniendo la figura esbelta y hermosa de Emilyette.
"Cualquiera que sea su objetivo ella se lo está tomando muy en serio" - pensó el duque tras leer la restringida alimentación que llevaba su hija .
El duque había pensado en remodelar la dieta de Emily, de acuerdo a los duros entrenamientos que tendría más adelante. Pero era innecesario, ella misma lo había hecho, hace dos años.
"Que mal padre he sido para no darme cuenta de lo que comía mi propia hija"
–Gracias Claudia, ya puedes irte.
Claudia asintió con la cabeza y se ausentó en silencio.
El duque se recostó agotado al respaldo de la silla de su escritorio.
Liberó un suspiro frustrado mientras decía:
–Esthet... ¿Por qué no pude protegerte? Si hubiese encontrado en ese entonces al culpable de tu secuestro, no hubieses muerto... Tal vez Esteban continuase con nosotros y Emily sonriese más... Lamento haber estropeado nuestra familia.
Entrecerró sus agudos ojos carmesíes, que se hallaban cristalizados .
–Me avergüenza decir que ya perdí toda esperanza de atrapar a esos bastardos .
...
Al día siguiente, padre e hija se encontraron en el campo de entrenamiento.
–Salutaciones, padre .
El duque le asintió con la cabeza y le entregó un papel.
–Ahí está tu entrenamiento físico . Síguelo rectamente, yo supervisaré que hagas bien los ejercicios. Cuando nos toque la sección de armas te entrenaré en la técnica personalmente.
Emily leyó el papel , era un circuito programado para cada día con ejercicios diferentes. Los más repetidos eran los que tonificarían sus debilidades físicas, que residían en los brazos y la resistencia.
También notó el cambio en el entrenamiento de armas , antes solo era la espada, ahora empezaría usar el arco y flechas, la lanza y otras armas.
La diferencia y complejidad del entrenamiento de su padre, respecto al del conde Félix, era abismal. Por supuesto, este reflejaba más preparación, cuidado y dedicación.
Así comenzaron días agotadores, que se concentraban más en la educación bélica de Emilyette que en su etiqueta.
Perfecta etiqueta, un linaje excepcional, belleza y la sangre de los que deben ser purgados en las manos... De Di Ivilliom surgiría una nueva Chevalier Lady.
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