Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✯ Capitulo V ✯

Habían transcurrido ya dos días desde que Emi invitara a Mob a salir y que éste se desmayara.

Mob se encontraba realizando sus deberes en el escritorio de su habitación.

Cómodamente sentado en la silla giratoria, el chico de mirada indiferente escribía y escribía constantemente. Sin detenerse apenas. Podría decirse que no había nada diferente en él y que, aparte de que se veía un poco más animado y motivado de lo normal, el chico se hallaba tan serio y tranquilo como de costumbre.

Sin embargo, aún cuando parecía el mismo de siempre, había algo en ese chico que, poco a poco, iba cambiando y, para aquellos que lo conocían, éste cambio, ésa constante evolución de su persona era fácilmente perceptible.

Uno de aquellos que eran cercanos a él, y notaba cada pequeña metamorfosis en la personalidad y esencia del joven esper era Dimpled. El pequeño fantasma, luego de acompañar a Ritsu a dar un paseo, llegó a la residencia Kageyama y, sin perder tiempo, subió volando al cuarto de Mob con la intención de ver que se encontraba haciendo el joven y poderoso esper.

Al atravesar la puerta de la habitación, lo lo primero que vio fue al chico, quién se hallaba ocupado estudiando. Más ésto no fue impedimento para que el pequeño fantasma verde notara "algo" en el, ahora, estudiante de preparatoria.

—Vaya, vaya~ —canturreó Dimpled al ver que su amigo Mob portaba una boba expresión que, día tras día, se hacía más usual en él—. Se te ve muy feliz hoy, Shigeo.

Al escucharlo, Mob abandonó los intentos de realizar el complejo problema de matemáticas que le habían mandado como tarea y en el que estaba concentrado desde hacía unos minutos para mirarlo directamente.

Dimpled notó de inmediato que el chico tenía los ojos brillantes, las orejas teñidas de un leve color escarlata, una boba sonrisa plasmada en la cara y parecía despedir, por cada poro de su cuerpo, algún tipo de energía muy densa y brillante.

«Éste tipo de sentimiento... —pensó Dimpled, con curiosidad—. Es muy poderoso. Es completamente diferente a cualquier cosa que Shigeo haya experimentado antes. —tragó en seco—. En esta forma, si Shigeo llegara a utilizar sus poderes, sería capaz de destruir a todo el planeta con increíble facilidad»

—¿De qué hablas, Dimpled? —preguntó el chico transpirando un poco—. Yo estoy igual que siempre.

El mencionado se sacudió un poco para alejar éstos pensamientos. Definitivamente, ése chico sería incapaz de algo así. Jamás en la vida podría llegar a realizar semejante locura. Ni siquiera estando inconsciente.

Con la mente despejada y suspirando de alivio, Dimpled lo miró con cara de "Si, claro. Y yo nací anoche".

—Ajam. Es obvio que no eso no es cierto. —respondió el pequeño espíritu sin cambiar de cara—. Es más que evidente que algo te está pasando, Shigeo.

—¿A mí?

—No, a mí. —gruñó—. ¡Claro que a ti! —suspiró—. No te hagas el tonto, puedes decirme. ¿Tiene que ver con ésa chica Emi? Es tú novia, ¿no? Vamos, Shigeo. Cuéntale todo al tío Dimpled~. —volvió a canturrear la pequeña esfera verde mientras le enviaba un guiño cómplice.

Mob levantó una ceja.

—¿Tío Dimpled? —ladeó un poco la cabeza—. ¿Qué acaso tenemos algún tipo de parentesco familiar o algo así?

El pequeño fantasma verde frunció el ceño. ¿Era enserio?

—Muy gracioso, Shigeo. —bufó—. Parece que el amor también te ha convertido en todo un bromista, ¿eh? —al ver que el chico puso cara de confusión, Dimpled cayó en cuenta de que, en realidad, Mob no bromeaba. Con una gotita cayendo por su cien, el espíritu dejó escapar un nuevo suspiro—. Olvídalo. De acuerdo, no importa. Si no quieres contarme, está bien. —comenzó a alejarse dramáticamente con lagrimitas en los ojos—. Entiendo que ya no soy importante para ustedes. Si no me querías aquí, tan sólo tenías que decirme, Shigeo. Pero, no te preocupes, ya me voy... —parecía que en cualquier momento soltaría el llanto—. ¡Hasta pronto, Shigeo!

—Está bien, está bien. —cedió Mob—. Te diré.

Al instante, Dimpled regresó junto a él. Con ojitos parecidos a los de un gatito abandonado, el pequeño fantasma se dispuso a escuchar. No había ningún rastro de sollozo en su rostro.

—Sabía que estabas fingiendo. —murmuró el esper.

—Jeje, lo siento, Shigeo. —se disculpó—. ¿Ahora sí me vas a contar? —inquirió, mirándolo con interés.

Ante la pregunta, el chico sólo atinó a sonreír nuevamente y enrojecer. Claramente, tenía la cara de idiota que caracteriza a los enamorados.

—¡Tengo una cita éste domingo, Dimpled! —exclamó el joven con entusiasmo. Al escucharlo, Dimpled sonrió.

—Así que era eso, ¿eh? —puso su mejor cara de superioridad—. Justo como lo pensé.

—¿Enserio lo pensaste? —preguntó Shigeo, recuperando su ánimo característico—. Entonces, ¿por qué preguntabas?

—¿Cómo que para qué preguntaba? ¿No es obvio? —el pequeño espíritu se dió importancia—. ¡Porque eres mi amigo y me importa tú situación sentimental!

—Sí, claro.

—Y has hecho muy bien en decírmelo, Shigeo... ¡Ya que has consultado con el espíritu correcto, no tengo más remedio que ayudarte! —una repentina aura verdosa lo rodeó—. ¡Ya que tanto insistes, te daré mis consejos...!

—Yo no te pedí ningún consejo —refutó el joven.

—¡Espera, al menos, que termine de hablar, mocoso!

—No quiero —Mob regresó a su lugar y retomó lo que estaba haciendo—. Éso era todo lo que te iba a decir. Muchas gracias por querer ayudar, Dimpled. Pero, ésta vez me dejaré guiar por mis emociones y haré las cosas a mi manera.

—¿Uh? ¿Seguro? —«Éste chico sigue cambiando. Increíble», pensó el espíritu con atónita expresión—. Está bien. Supongo que sí puedes pelear contra cualquier Psíquico del mundo, no importa cuán poderoso éste pueda ser, entonces no tendrás problema alguno con una simple cita, ¿verdad?

Mob se quedó en silencio unos segundos mientras reemplazaba uno de los valores de la ecuación que resolvía. Acabado el procedimiento, el chico respondió:

—Creo que no —miró el bolígrafo que sostenía con aire pensativo—. Al menos, por el momento, todo parece estar bien...

—De acuerdo... —Dimpled voló hasta la puerta—. De todas formas, sabes que cuentas conmigo. Cualquier cosa, me avisas. —finalizó para después atravesar la puerta.

Mob volvió a inclinarse encima del escritorio. Desde atrás, cualquiera que lo viera, pensaría que trabajaba. Ésto era una verdad a medias, ya que si estaba trabajando, pero se detuvo nuevamente.

—Una simple cita... —sonrió mientras enrojecía otra vez—. Con Emi nada es simple... Mejor dicho, ella no es simple... —continuó escribiendo—. Definitivamente, ésta no será una simple cita...







Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro