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Paso 1: Escucha activa

Día 1 posterior a el asesinato de Amanai Riko.

Suguru Geto había pasado todo el día en su habitación.

Faltó a clases y Yaga-sensei mandó a Satoru Gojo a hablar con él, desde luego que no necesitaba que Yaga le ordenará nada. Satoru la estaba pasando difícil también, no imaginaba cómo debía sentirse su mejor amigo con esa moral suya tan bondadosa y dispuesta a proteger al prójimo, además de que Geto presenció el asesinato y fue derrotado facilmente por Toji.

Para Satoru los principios de Geto dictaban sus propios principios, pero comenzaba a dudar sobre que tan buena decisión fue perdonar a aquellos que celebraron la muerte de Riko.

Riko...

Pensar en la chiquilla aún le dejaba un mal sabor de boca, la joven conocía su destino, sin embargo quería vivir como una persona común y le arrebataron todo.

De un simple disparo terminaron todo.

Satoru sintió escalofríos al recordarlo. Los sucesos eran muy recientes aún, apenas ayer por la mañana la niña aún respiraba. Frustrado sacó un dulce de uno de sus bolsillos y se lo llevó a la boca, tal vez así se iría el mal momento o tal vez solo lo menguará.

En medio de sus reflexiones, sus largas piernas lo llevaron de forma automática fuera de la habitación de su amigo, soltó un suspiro antes de hablar.

-Voy a entrar- aviso al dueño del cuarto. Al ingresar vio que el enorme bulto bajo las sábanas se daba la vuelta, enseguida divisó el alborotado cabello de su amigo.

- ¿Yaga- sensei te envío a sacarme de la cama?- cuestiono con la voz pastosa, probablemente por pasar todo el día en cama.

- Nop, me envió a asegurarme de que estés vivo- respondió el albino tomando asiento en un espacio libre de la cama, le quitó la frazada de encima a Geto. - y yo vine a asegurarme de que comas-

Suguru profirió una risa hueca y se frotó los ojos, las cortinas estaban cerradas pero todo en Satoru siempre parecía brillar.

- ¿No soy yo quien hace eso usualmente?-

- Solo cuando estás en forma. Justo ahora...te ves como un verdadero emo- trato de aligerar el ambiente con una broma, aunque sabía que bromear ahora podía ser riesgoso.

Pareció surtir efecto pues la cara de poker de Suguru frunció la ceja en desagrado.

- ¿Vas a empezar de nuevo?- se quejó dándole un golpe amistoso en la rodilla. Gojo chasqueó la lengua en respuesta.

- Haz espacio- ordenó metiéndose entre las sábanas mientras se descalzaba rápidamente. No era la primera, ni sería la última vez que Satoru y Suguru compartían cama, aunque ambos eran corpulentos y no cabian totalmente en la cama individual.

- Tch, tu estas mas gordo por comer tantos dulces- se quejo Suguru haciéndole espacio sin dudarlo, tampoco se quejo cuando Satoru comenzó a peinarle el cabello con los dedos, jugando. Permanecieron unos segundos así, abrazados en silencio. Un silencioso "estoy aquí" de parte del albino.

Era curioso, normalmente era Suguru quien sostenía los pesares de Gojo, no imagino que se cambiarían los roles. Satoru también fue herido por Toji, pudo haber muerto de no haber perfeccionado sus habilidades en el último momento, sin embargo no se sentía derrotado pues finalmente él rebasó rápidamente al ex miembro de los Zen'in.

- Habla ya...¿Qué ronda en esa cabeza tuya, huh?-

Suguru escondió su rostro en el pecho de Satoru, a través del uniforme de la preparatoria podía escuchar el corazón de Satoru latir, estaba en calma. Un abrazo así en realidad le venía bien.

- Murió frente a mis ojos, no pude hacer nada. Fue un instante,¿sabes? No logré cerrar los ojos anoche, cuando comenzaba a soñar...la veía, la misma escena una y otra vez y- hizo una breve pausa tomando aire - y esos desgraciados aplaudiendo, aplaudiendo su muerte. ¿No era humana también? ¿Cómo aplauden la muerte de una chica tan joven? Tenía sueños, metas, amigas y a Kuroi-san como su familia, Satoru dime ahora tu, ¿el mundo ha sido siempre tan injusto? Creí conocer el camino, pensé que mi deber era proteger a los débiles pero...pero ya no lo sé. ¿Vale la pena arriesgar la vida de los hechiceros por personas que ni siquiera conocen nuestra causa? Estoy perdido.

Satoru escuchó atento todo, la voz de Suguru por momentos se quebraba y hacía pausas para no romperse. Justo ahora en sus brazos, Suguru se sentía como esas finas y frágiles tazas de cristal en su clan que solía admirar de niño, temía que si apretaba muy fuerte se quebrará.

Con un suspiro pegado a la cabeza de su amigo Gojo comenzó a hablar.

- Sí, siempre lo ha sido. ¿Pero sabes algo? No todas las personas son malas. - comenzó a hablar, su voz emergía inusualmente tranquila, casi como un calmante. Algo realmente extraño en Satoru. - Suguru no me importan mucho cosas como la moral, los ideales o educación sin embargo creo que hay mas personas buenas que malas, aunque sin duda el mal es poderoso y está en cualquier lugar, sean o no hechiceros. Las personas de ese culto ni siquiera conocen bien de qué se trataba el ritual ...supongo que solo tenían miedo, algo así como el miedo al infierno. La verdad no se que es bueno o que es malo, solo sé que verte así me duele.

Se movió sobre el colchón para acomodarse mejor, con sus palabras Suguru sentía que las espinas en su corazón aflojaban un poco, dejándolo respirar al menos el perfume de Satoru.

- Ahh, si te sientes perdido entonces tal vez debas buscar un nuevo propósito, ah! pero nada de matar no hechiceros o algo así. Son muchísimos, no vale la pena.

Continuó hablando Gojo tratando de subirle el ánimo. Geto forzó una sonrisa en su rostro.

-Suena loco pero, si fueras tu seguro sería una amenaza - respondió continuando la broma de Satoru, causando que un tonto puchero adornara la cara de su amigo.

- Eso es extremadamente aburrido y tedioso, no tomaría tal trabajo.- dijo indignado. Ambos compartieron risas y después se quedaron en silencio de nuevo.

- No quiero tomar misiones pronto. No se si esté listo, me siento culpable y molesto. No tengo voluntad para protegerlos.

Confeso por fin Geto, sus motivaciones estaban vacías, sus valores rotos. Sentía que los no hechiceros se merecían las maldiciones, que eran las consecuencias de su depravación, violencia y guerras.

Monos los había llamado Toji, incluido a él mismo. Y Suguru entendía perfectamente porque, era como si los hechiceros hubieran evolucionado y los humanos comunes se quedarán atrás en la cadena. Más cercanos a los primates que a ellos. Los hechiceros y toda persona capaz de ver maldiciones estaba en un nuevo nivel evolutivo, el resto eran simples monos; dolores de cabeza que les causaban trabajo y muerte.

Geto estaba más que de acuerdo con Toji. Todos los no hechiceros eran simples monos.

- Los odio- admitió en voz alta, apretando los dientes. - Son idiotas jugando con cosas que no conocen son...son como monos-

Satoru se sorprendió sin duda, pues hasta hace unos días Geto defendía a los débiles, los no hechiceros. Ahora sin embargo los maldecía y aborrecía, sentía claramente el veneno emanar de la boca de Suguru. Una suave risita se le escapó al mejor hechicero de la actualidad.

-Bueno, es un apodo interesante- le apoyó - por eso debemos velar por su mundo ¿no? son muy estúpidos y no pueden cuidarse solos. Nosotros somos los más fuertes debemos protegerlos aunque sean idiotas.

La sonrisa en el rostro de Satoru era de completa superioridad, sin embargo, Geto se vio contagiada por ella. Logrando sonreír también.

- Somos los más fuertes- afirmó Suguru - pero realmente necesito un descanso de todo esto, se ha vuelto rutinario y asfixiante.

Suguru tomó la mano de Satoru y se la llevó al pecho.

-Cuando me sienta mejor volveremos a hacer misiones juntos ¿si? Asi que mas te vale esperarme.

Satoru no contuvo el sonreirle.

- Bien, pero mas te vale no tardar, tonto. Ahora levántate de aquí, hay que salir a comer.

Dijo Satoru saliendo de la comodidad de las sabanas y jalando el brazo de su mejor amigo para obligarlo a levantarse. Fue Suguru esta vez quien hizo un puchero y se tiró de nuevo en la cama.

- Eres el increíble Satoru Gojo que es bueno en todo, ¿eso implica la cocina? - se quejó fingiendo voz de trompeta gastada. Satoru hizo una pose de estar indignado.

- ¿Pretendes que cocine para ti?- cuestionó levantando una ceja, su respuesta fue un efusivo asentimiento de cabeza.

- Estoy muy triste Satoru, no quiero salir-

- Para tu información quedarte encerrado en casa solo agrava la depresión y no hay nada en tu nevera para cocinar. Si quieres que haga comida me acompañas a comprar ingredientes-

El bulto en la cama, también conocido como Suguru Geto bufo en desacuerdo, pero tuvo que dejar sus mantas de lado y obligarse a salir de su camita porque no desayuno y ahora que estaba menos triste comenzaba a tener hambre.

Fue entonces que Satoru pudo admirar la ropa de su mejor amigo; una camisa larga gris que estaba algo vieja (y tenía muy impregnado el aroma natural de Suguru) y unos pantalones de pijama de Star Wars.

- Que fashion tu pijama Suguru, ponte algo decente para salir- se quejó en una mueca expresando "desagrado", sin embargo lo encontraba adorable. Aun con ojeras, el cabello despeinado y el mal aliento. - y lávate los dientes.

Suguru torció los ojos, eran demasiadas órdenes para un ser tan triste. Durante todo el día su pecho dolía, lloró unas 3 veces solo esa mañana y se quedaba viendo al techo sobre pensando que demonios hacer ahora.

Satoru no le dio una solución, pero lo hizo sentir menos mal, no lo juzgó ni le dijo que se estaba volviendo loco. El mismo Gojo Satoru cargaba con la responsabilidad de proteger a todos; monos y hechiceros. Así que no le hizo sentir un insensible o faltó a su deber.

De todos ellos al menos Satoru entendía un poco sus sentimientos, probablemente por eso eran amigos, probablemente por eso era la luz de los ojos de Geto. Y su luz acababa de traerle un poco de brillo a su oscuro momento.

Abrazar a Satoru Gojo se sentía como ese rayo de sol bajo el que te posas en un día de frío, los tés dulces que tomaba tras consumir muchas maldiciones, la ropa cómoda y cálida que usa al irse a dormir.

Satoru era muy bueno para su vida...pero no debía enterarse, ¿o sí?.



Nota de la autora:

Hola, soy Anile y es de mi agrado decirle que esta es mi décima obra, yeih!

Esta vez es un fanfic satosugu, aún no se cuantos capítulos haré. Probablemente sean 4 o 5, dependiendo cuanto dure el hiper foco.He estado muy embelesada con esta trágica historia de amistad (un potente romance para mi) y necesitaba hacer fanfic sobre ellos, lleno de azúcar, flores y bromas.

Espero sea de su agrado, el proximo capitulo sera el Paso 2: Cocina desde el corazón.

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