Al regresar de la sala, tan nerviosa como estaba, Elisa me escuchó en mi lamento y se apiadó de mí. Me dio cama en su casa para no tener que volver a la de Samuel.

     Y no solo eso, también me dio una agradable sorpresa al llegar a su piso y ver que vive con Rocío, con la que comparte el alquiler. 

     Ambas se alegraron de ayudarme, y cuando me vi metida de lleno en una noche improvisada de chicas, procuré alegrarme yo también, aunque para ello tuviera que olvidar mis penas antes, ya sabes, con la mejor, la más práctica e inmediata de las soluciones.
    
     Unas rondas de chupitos para poder dormir. 

     —Por las almas gemelas. 

     Fue el brindis que más repetí en la noche y que nadie más que yo entendió. 

     Y las copas de ron, que se suponen tan buenas por la noche, a la mañana siguiente se convierten en una odisea para caminar sin que se te descuelgue la cabeza. Prometo no volver a beber de esa manera si por la noche tengo que actuar de cocinera. 

     Me levanto como puedo, me visto e intento salir del dormitorio que me prepararon las chicas anoche. No quiero que se enteren de mi marcha. 

     No sé a dónde iré, pero no quiero molestarlas más. Y que conste que por ellas no es, me han tratado muy bien en todo momento, es solo que me avergüenza lo que  me puedan decir hoy. 

     Porque he sabido durante la noche mientras lograba dormir, aferrada al colgante, que son las únicas compañeras del hotel que saben de la relación que Sarai tuvo con Samuel. Tengo que alegrarme de que lo supieran además por mí, bueno, por Candela, eso significa que al menos son de confianza y que Samuel fue discreto delante de nuestros compañeros de trabajo mientras llevaba a cabo su infidelidad.

     Vaya, después de todo, la que parece ser mi alma gemela tiene sus escrúpulos, ¡qué considerado!

     Está bien, rectifico, no sé lo que digo a estas horas post-resaca. 

     Él no parece que lo sea, es que lo es, mi alma gemela, la única. María me lo dejó claro, y Candela me lo dejó más claro aún, y de escrupuloso y considerado nada, es un hombre que al menos no necesita herir a su pareja más de lo que lo hizo en la cama de otra mujer. 

     ¡Ya no puedo más! Me duele la cabeza de tanto pensar en Samuel. 

     —¿Ya estás despierta, Cande? Siéntate a desayunar —me ordena Elisa desde la cocina, claro que a mí me parece más bien un almuerzo con esa cantidad de tostadas, fiambre e incluso mermeladas.

     No sabía que se pudiera tener tanto apetito por la mañana. Ni tampoco sabía que podía tenerlo yo con esta resaca de medio día. 

     No quiero ser desagradecida sabiendo lo que ha hecho por mí, ya no puedo marcharme por las buenas, por eso me siento a la mesa que tan buena pinta tiene, con ese mega desayuno que ella ha preparado. Aunque creo que después de darme cobijo por lo de anoche, oírme borracha y llevarme hasta la cama, puedo llamarla amiga. 

     Como Rocío, que me da un abrazo por detrás antes de sentarse también a comer algo con nosotras. 

     Me estoy emocionando de veras, tengo amigas. 

     —No creo que esconderte de Samuel sea la mejor opción. Habla con él. 

     —Estoy de acuerdo con Elisa. Las copas de anoche estuvieron bien para desahogarte, pero tienes que volver a casa, amiga. 

     ¿En esto consiste la amistad a parte de unos tragos poniendo a parir a tu pareja o al resto de hombres?, ¿en tener que oír opiniones sin pedirlas?  No sé, se está bien así, me gusta, no tengo amistades sinceras detrás de las cámaras, y delante solo puedo contar con rivales envidiosas que dicen ser amigas. 

     Si ya anoche Elisa y Rocío me demostraron su lealtad cuando me obligaron a mandar un mensaje a Samuel para decirle que estaba con ellas, y así evitar que nuestra discusión fuera a más, quizás hoy tengan otro gran consejo para mí que pueda salvar lo nuestro. 

     —Claro, mujer. Háblale de Sarai y lo que te hace sentir ella.

     —Y vosotras que nos conocéis a los tres ¿qué creéis que debo hacer yo? —les pregunto con la boca llena de tostada. 

     Necesito una segunda opinión, y si esta es de alguien que verdaderamente sabe qué ocurrió para que él hiciese eso, mejor.

     Elisa se apoya en la encimera, cruzada de brazos, para mirarme bien. Creo que dejará hablar a Rocío, que me coge de la mano para evitarme el daño de sus palabras. 

     —Demasiado solo has dejado ya a ese hombre todos estos años, cariño. Déjalo ir —dice Rocío apenada. 

     —Es cierto. Si no lo amas, díselo. Él te lo agradecerá tarde o temprano, pero no debes hacerle culpable si no es de verdad lo que sientes.

     —Pero ¿qué hago si lo es, chicas?, ¿si es verdad que por fin amo a Samuel?

     Elisa abre los ojos impactada por mi respuesta, mira a Rocío que, sorprendida también, no termina de llevarse el pan a la boca abierta.

     —¿Te has enamorado de Samuel, Cande? 

     Digo que sí a Elisa sin palabras. 

     Y que lo haya hecho en tiempo record, menos de veinticuatro horas, no tiene por qué saberse. Que seguro que esto de las almas gemelas puede resultar chocante, disparatado y hasta de coña. No todo el mundo es como yo de crédula, inocente y tonta. 

     Asumo que ellas piensen que al fin Candela logró amar a su pareja.

     —Anda, hija, que ya iba siendo hora. 

     Y a las palabras de Rocío, a mi lado, le sigue un abrazo que me va a quitar la respiración y hará que el alcohol en mis venas me haga vomitar. 

     Bueno, que me abrace, ya se me pasará. Es mi amiga.

     —¿Y a qué esperas para regresar a tu casa, tonta? Si yo tuviese a ese hombre loquito por mis carnes, no le dejaba ni un segundo a solas. 

     Elisa consigue que sonría emocionada. 

     —No, ¿verdad?, tengo que ir a decírselo —determino ya puesta de pie. 

     —Eso es, mujer, que ni mil Sarais puedan contigo. Habla con Samuel y dile que lo amas.

     Este consejo de Rocío me gusta mucho más que el que me dio antes de dejarlo ir.

     Me sacudo las manos del desayuno, y terminando el zumo de naranja de un trago, me despido de ellas hasta el turno de la noche, no sin antes pedirles que crucen sus dedos y me deseen suerte. No dejaré espacio a las intrigas de Sarai y eso empieza por la actuación de Samuel esta noche en el hotel.

💙

He cambiado de opinión mientras dejaba el piso de las chicas, yo y mis preguntas necesitamos respuestas. 

     Mando un nuevo mensaje a Samuel para decirle que estoy bien, que pasaré el resto de la mañana con “la abuela María”, —este colgante es la hostia, hasta excusas creíbles te da—, y que ya lo veré en casa esta tarde porque no sé a qué hora regresaré. 

     No abandonaré la consulta de María hasta quedar totalmente aclarado el tema de las almas gemelas para mí, solo así podré verlo de nuevo tras lo de anoche. Esto último es obvio que no se lo pongo, no quiero que me tome por loca o en el peor de los casos me rechace a mí, a Noelia. 

     ➡️Está bien —me ha contestado él—. Gracias por avisarme, pasaré la mañana más tranquilo mientras pinto en la habitación. 

     ¿Pintarás hoy sábado?➡️ 

     ➡️Es lo único que hago últimamente. 

     Tengo que leerlo un par de veces para intentar adivinar su estado de ánimo. No me lo está diciendo del todo bien, eso seguro. Esas palabras me dejan mal, y me apunto otra pregunta para María, ¿puedo sentir en la distancia el malestar de mi alma gemela?, ¿el dolor nos comunica? Porque ahora mismo tengo un entripado insoportable. 

     Le vuelvo a escribir aprovechando que está en línea, para tratar de aliviar su angustia, para tratar de aliviar la mía. 

     Samuel, por favor, perdona si te he hecho pasar mala noche➡️

     ➡️No importa. Lo entiendo. 

     Pero yo no termino de creerlo. 

     Necesitaba aclararme primero, no está siendo fácil para mí estos días. Y lo de Sarai y la discusión que tuvimos no ha hecho más que confundirme➡️

     ➡️Lo entiendo, de verdad. Resuelve tus dudas con María que yo te estaré esperando para aclararte también lo que necesites saber. No quiero comenzar con mal pie esta nueva etapa. 

     Este mensaje me deja de mejor humor, con esperanzas de emprender esa etapa con él, me quita pesar, pero no como para sonreír mediante emoticonos en mi despedida. 

     Gracias. ❤️➡️

     Esto sí. Necesitaba poner el corazón en el mensaje, ya demasiado expuesto lo tengo ante él, creo que no tiene mucho sentido ocultarle lo que empiezo a sentir, como Noelia que soy. 

     ➡️Gracias a ti por haberme encontrado. ❤️

     Uf, si con solo leer el mensaje que le ha puesto a Candela ha logrado emocionarme, ¿qué no haré cuando sea yo la que de verdad reciba de sus labios ese te quiero o ese agradecimiento? 

     Guardo el móvil y camino decidida por las calles de Granada, ya no necesito GPS ni cristal esmeralda que me indiquen cómo regresar a la consulta de María en el Sacromonte, el camino ya está almacenado en mi propia memoria. 

     Al igual que la contraseña para llamar. 

     Mismo patrón de golpes, misma respuesta. La puerta se ha abierto sola. 

     A la luz del día el pasillo oscuro ya no lo es, no da tanto respeto, se puede pensar en un truco de ilusionismo para dar realismo a los turistas que buscan la foto. De hecho, hasta la humedad que olí hace dos noches queda camuflada ahora por un agradable olor a canela, o a vainilla, no lo diferencio bien, pero me gusta me lado con el de café. 

     —Hola, Noelia. 

     Parece que me huele ella. 

     María está sentada a su mesa, concentrada echa las cartas a la nada. Procuro no pensar que son las mías o me desmayaré del susto de saber que esta mujer me lee el pensamiento y que esperaba mi visita. 

     —María, perdona que haya venido sin avisar. —Recuerdo que no le gusta saberme maleducada, borde o grosera. El perdón que le he pedido me ha quedado genial—. Pero tengo varias preguntas… 

     —Raro es que no las tuvieras, eso significa que comienzas a creer, criatura —me contesta dejándolo todo y prestándome atención. 

     —Ya, pero no se trata de cuestión de fe, quiero respuestas aunque no las pueda entender del todo. 

     —Por supuesto, niña, pasa y siéntate, nos llevará un rato, ¿quieres un café? Es de vainilla.

     Sonrío. Me alegra comprobar que lava las tazas a diario, pero no me arriesgaré, porque sigue habiendo dos, y sucias, junto a ella. Prefiero cristal transparente. 

     —¿Un vino blanco? —propongo yo. Tengo que bajar todo el desayuno de las chicas. 

     —¿Una cerveza, mejor? —me contesta ella dejándome claro que me considera una pija.

     Le digo que sí a la cerveza, ahora me tomo cualquier alcohol que me anestesie. 

     Cuando ya me la ha servido y ella se sienta de nuevo con su café caliente, me mira callada. Me revuelvo en la silla, sin saber cómo empezar. 

     —Empieza por Samuel y Sarai, es lo que más te inquieta. 

     ¡Joder!, miro las cartas sobre la mesa, no entiendo de ellas, pero seguro que ahí está mi futuro y ya sabe lo que quiero con mi interrupción. 

     —¿Por qué me siento así?, tan mal y tan asustada.  

     —¿Asustada? —pregunta de manera pícara. 

     Vale, culpable. También estoy excitada si se refiere a eso, pero no hablaré todavía de mis calores cachondos con ella. 

     —Lo digo porque si es verdad que Samuel es mi alma gemela, no debo de sentir miedo, ni celos de otra mujer, ¿no es así? Es lo que entendí.

     —Es que Sarai no es cualquier mujer de la que debas preocuparte, niña.

     ¿Qué significa eso, que es la única mujer que  Samuel ama?, ¿que ni Candela puede con ella? 

     Vuelvo a inquietarme en la silla. María en cambio se lo toma con calma y bebe café, recuerdo que no puedo cagarme en ella.  Ella me mira, y recuerdo también que quizás lea las mentes. Silencio a mi cerebro para no enfadarla y espero impaciente. 

     —Sarai es la sombra que oscurece vuestra unión. 

    Quiero preguntarle que es eso, pero no me atrevo a hablar sin que ella me dé su permiso. 

     —Jamás te atreviste a amar a ningún hombre porque tienes un bloqueo con ellos, y hasta que no lo elimines no fluirá ese amor que te una a tu gemela.

     Bien, comienzo a entender. 

💙Noelia trata de hacer un esfuerzo y acercarse más a Samuel, vale, eso se ve interesante, pero puede parecer que vaya a echarse a atrás de un momento a otro.
     Pues vamos, apostemos con ella también💙.
     ¿Conseguirá su unión antes que Candela?,💙 ¿ o será verdad que saldrá huyendo?