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Capítulo 7: Au revoir Ansan! Bonjour Paris...

Salir del avión fue lo más fácil, pero en el momento en el que entraron al gran edificio que era el Aeropuerto de París-Charles de Gaulle las cosas se empezaron a complicar, al menos para Soobin, que si no fuera por Yeonjun tal vez ni siquiera habrían podido encontrar la zona para recoger el equipaje.

El omega logró sacar a los tres de la terminal con maletas en mano y registrar sus llegadas al país. Ahora sólo faltaba encontrar a Taehyun y Beomgyu.

Los dos se habían ofrecido a llevarlos del aeropuerto al edificio dónde se estarían quedando temporalmente hasta que pudieran encontrar un mejor lugar para establecerse. Soobin y Yeonjun les debían mucho por toda la ayuda que la pareja les había dado, desde que Beomgyu se ofreció en buscarles los lugares más accesibles y cómodos de acuerdo a su presupuesto, hasta que Taehyun les ayudara a recibir toda la paquetería de su casa en Corea y asegurarse de que llegara completa y sin ningún daño. Por mencionar unas cosas.

—Kai, no te alejes de mí aquí hay mucha gente —dijo el omega jalando del arnés que tenía a su cachorro amarrado cuando vio que éste se alejaba poco a poco de él sin darse cuenta. A pesar de tener la correa abrochada a su cinturón, el omega no pudo evitar sentir los nervios de tenerlo lejos en una multitud.

—Perdón, mami —el niño agarró la playera de Yeonjun con fuerza y un poco de miedo, algo que Yeonjun agradeció para sí mismo—. Seguro.

—Sí, bebé. Así estás seguro, no me sueltes.

—Mami.

—¿Qué pasó, bebé?

—Me duele mi cabeza...

—Debe ser el mareo del viaje, tesoro. Ahorita nos podemos sentar un rato a que descanses.

Después de varias vueltas y perderse una vez lograron divisar a la pareja que buscaban sentada tranquilamente cerca del check-in. Se acercaron a ellos y el primero en notarlos fue Taehyun, que les sonrió amablemente. Beomgyu siguió la mirada de su pareja e imitó su gesto.

—Soobin-hyung, Yeonjun-ssi, que bueno que hayan llegado —Taehyun les dio la bienvenida inclinando un poco la cabeza.

—¿Tuvieron un buen viaje? —preguntó Beomgyu teniendo como respuesta un suspiro en conjunto de los dos mayores que parecían que se desvanecerían en cualquier momento.

—Muy cansado, pero estuvo tranquilo, gracias —Soobin también se inclinó y le sonrió a los otros dos y escuchó a Yeonjun intercambiar unas palabras con ellos, pero prefirió centrar su atención en su hijo que seguía agarrado a su madre y empezaba a enterrar su rostro en la cadera del omega—. Cachorro, no seas grosero. Saluda a Beomgyu y Taehyun —le dio una palmadita al hombro de su hijo.

No era que Kai le tuviera miedo a la pareja, pero se sentía nervioso por inhalar tantos aromas mezclados a la vez en un lugar que no conocía. Había mucha gente que transpiraba por salir rápido del aeropuerto para llegar a quién sabe dónde y la gran multitud de cuerpos enormes no ayudaban a su nariz de cachorro en desarrollo. Tanto fue así que Kai por poco no pudo oír a su padre llamándolo y sólo podía pensar en apegarse más a la cadera de su madre para intentar aspirar un olor con el que estuviera familiarizado.

—Kai, pollito ¿qué tienes? —Soobin se hincó a su altura y acarició su cabeza, eso hizo que el niño lo volteara a ver y sin pensarlo se lanzó a los brazos de su padre y enterró su pequeña nariz en su cuello, respirando con la boca de forma acelerada.

—Me duele mi nariz, papi —respondió el niño en un hilo de voz apretando el agarre en la ropa de su padre—, y mi cabeza...

Soobin cargó a su hijo y sobó su espalda, pero empezó a sentir humedad en el rostro de su hijo que por consecuencia se embarraba en su piel. Primero pensó que tal vez estuviera llorando, cosa que no tendría sentido porque Kai no era asustadizo o berrinchudo, y cuando quiso separarse un poco para ver que pasaba el menor lo apretó tan fuerte que pudo sentir que su pequeño cuerpo temblaba.

—¿Pasa algo, Soobin-hyung? —preguntó Beomgyu preocupado.

—No estoy seguro. Cielo, ¿podrías ver?

Yeonjun rápidamente fue atrás de su pareja e intentó ver el rostro de su cachorro pero este seguía bien aferrado a Soobin—. Tesoro, mírame por favor. ¿Qué pasa? —Yeonjun tocó ligeramente el lóbulo de la oreja de Kai, así como al menor le gusta y fue ahí cuando el menor levantó la cabeza de sopetón y Yeonjun vio la gran hemorragia que tenía su hijo—. Dios, Soobin bájalo.

El alfa obedeció sin cuestionar e intentó por segunda vez alejar a su hijo de su cuerpo, pero Kai se veía renuente a soltarse.

—Cachorro, por favor... —pidió Soobin.

—¡No! Me duele —el tono de Kai delataba que quería llorar y eso sólo hizo que el corazón de sus padres se apretara en sus pechos.

—Kai, no te estoy preguntando. Déjame limpiarte —ordenó el omega.

Kai estaba tan estresado que empezó a llorar. Se negaba a soltarse de su padre y su madre no quería lastimarlo más empujando su cabeza a un lado.

—Debe tener nariz rosita —soltó Taehyun cuando alcanzó a ver la hemorragia—. Podemos llevarlos a un doctor, pero vámonos ya.

Yeonjun y Soobin se miraron por un momento antes de pararse rápidamente. Ninguno de los dos entendió lo que dijo Taehyun pero lo importante ahora era llevar a su hijo con un doctor. Soobin intentaba manejar las dos maletas que traía sólo con su mano libre mientras con la otra cargaba a Kai, pero Taehyun no tardó en ayudarle mientras Beomgyu le ayudaba a Yeonjun.

—No tienen que preocuparse tanto. Es algo normal en cachorros después de un viaje largo —Beomgyu vio la enorme confusión de los padres y empezó a explicarles—. La nariz rosita es un pequeño trauma que se da por un repentino choque de olores ajenos al cachorro. Después de estar en un ambiente con una presión diferente a la habitual es normal que los sentidos atrofien un poco, y en los niños es más común que afecte el olfato porque sus narices todavía no se desarrollan por completo. Como están tan acostumbrados a los olores de sus padres, estar en un lugar cerrado y después salir a una enorme mezcla de olores los marea tanto que los receptores olfativos se inflaman y empiezan a sangrar —llegaron al auto y rápidamente subieron las maletas y cada quien tomo su lugar en el vehículo; Taehyun al volante, Beomgyu de copiloto y Yeonjun, Soobin y Kai atrás—. Lo mejor es dejarlo un rato en un lugar abierto con aire fresco y esperar a que se calme.

Yeonjun y Soobin escucharon atentamente. Soobin todavía tenía a Kai aferrado a sí mismo pero al menos ya había dejado de temblar. El alfa tenía la puerta del auto abierta y estaba sentado mirando al exterior para que el aire le diera mejor a su hijo, quien poco a poco se dejó alejar del cuerpo de su padre. Yeonjun le pasó unos pañuelos a su pareja y este los tomó y limpio el rostro de Kai con mucho cuidado, también sintió como Yeonjun limpiaba su cuello que debería estar lleno de sangre.

Kai estaba ligeramente pálido y se veía más cansado que nunca, casi enfermo. Soobin cerró la puerta del auto y acomodó al Kai en el asiento del medio, le puso el cinturón y lo hizo inclinar la cabeza un poco hacia adelante para tapar su nariz con el pañuelo y tapar sus fosas nasales mientras la hemorragia pasaba. Yeonjun por su parte acariciaba la espalda de su hijo y le indicaba que respirara por la boca.

Realmente fue una forma memorable de llegar a París.

•   •   •

—De verdad, muchas gracias por todo —dijo Yeonjun una vez que terminó su plato de takkalbi. Se sentía por reventar y estaba seguro que dormiría como una piedra apenas tocara la cama—. La mudanza, el aeropuerto y la comida, todo significa mucho para nosotros.

—No es nada, Yeonjun-ssi, lo hacemos con gusto —dijo Taehyun tragando el último bocado de su plato—. Sabemos lo difícil que es una mudanza y no nos imaginamos lo que es tener un cachorro como parte del equipaje.

Hace rato que habían llegado del doctor y ahora estaban en su nuevo apartamento, terminando la comida que Taehyun compró.

Todo resultó bien. La doctora les explicó lo mismo que Beomgyu y les recetó unas vitaminas para Kai que estaría tomando por dos semanas. Beomgyu se quedó con ellos en todo momento para traducirles lo que decía la doctora y también les ayudó a comprar las vitaminas y un botiquín de primeros auxilios por cualquier emergencia que tuviesen en casa.

Por mientras, Taehyun fue al restaurante coreano que él y su omega frecuentan a comprar algo para los cinco. Eran casi las dos de la tarde pero él sabía que Yeonjun, Soobin y Kai se debían sentir en algún momento de la madrugada y debían estar hambrientos, así que llevo un poco de todo para que tuvieran de donde escoger mientras los otros estaban en el doctor.

Comieron en un ambiente agradable, escuchando a Beomgyu que les contaba de varias cosas que les podrían ayudar a adaptarse mejor, pero sin ser abrumados con tanta información por parte del omega más joven.

—Aún así, queremos agradecerles —intervino Soobin—. Para nosotros no es cualquier cosa y realmente lo valoramos. Si en algún momento necesitan algo, estamos para ustedes.

—Lo tendremos en cuenta, y gracias —respondió Beomgyu con un rostro brillante. Miró su reloj y se sorprendió de ver que hora era—. Los dos se ven tan cansados, tal vez deberíamos irnos ya.

—Cierto, ya tuvieron bastante emoción por un día —dijo Taehyun mientras se paraba y empezaba a juntar los platos desechables—. Lo mejor es que descansen

Yeonjun se apresuró a juntar los que tenía a su alcance antes de que Taehyun los tomara—. No es necesario Taehyun-ah. Soobin y yo nos encargamos.

—Omega, déjanos ayudar. No me es problema sacar la basura, en mi casa siempre lo hago yo —el rubio soltó una risa para aligerar el ambiente y aprovechando que lo logró, le quitó los platos Yeonjun y los siguió juntando.

—Es que ya han hecho tanto que es injusto, son demasiado amables y me hacen sentir culpable —dijo Yeonjun y soltó un gran suspiro.

—Y aún no termina —Beomgyu metió la basura en la bolsa que estaba agarrando Soobin—. De ser posible, me gustaría ayudarlos con sus próximas compras y enseñarles dónde están las tiendas. Incluso podría ser su guía turístico en lo que se acostumbran a estar aquí.

—Beomgyu-ssi, eso es muy amable —dijo Soobin mientras le hacía un nudo a la bolsa una vez que no hubo más basura.

Entre los cuatro arreglaron el desorden y guardaron la comida que sobró en el refrigerador del apartamento. Beomgyu y Taehyun se fueron prometiendo volver pronto y deseándoles un buen descanso.

Yeonjun y Soobin empezaron a abrir cajas en busca de las sábanas y cobijas. El plan era usar los colchones del lugar en lo que iban a comprar unos nuevos, Yeonjun había notado que no eran muy cómodos y ni de broma haría sus nidos en esas piedras con tela, o como él les había llamado.

Tendieron las camas y cerraron las persianas, para que el sol de plena tarde no les molestara en su descanso. Kai se durmió poco después de terminar de comer y Soobin lo había dejado en el que sería su cuarto cubierto de los abrigos de sus padres. Ya estaban a mediados de otoño y el aire fresco de París estaba a la orden del día, así que todos los abrigos se quedaron en la cama del cachorro para que durmiera tranquilo con el aroma de sus padres rodeándolo.

Una vez que las camas estuvieron tendidas y abrieron sus maletas, le pusieron la pijama a su cachorro y ellos las suyas. Todos se fueron a dormir cayendo como piedras en el colchón.

Y Soobin estaba más que seguro que cuando despertaran no dejaría de escuchar a su omega de lo horrible que era el colchón.

•    •    •

—¿Tus llaves?

—Aquí las tengo.

—¿Celular?

—También lo traigo.

—¿Billetera?

—Sí...

—¿Tu saco?

—Omega —Soobin vio a Yeonjun a través del espejo mientras se arreglaba su corbata—, lo último que recuerdo es que soy el padre de tu cachorro, no que yo soy tu cachorro.

Yeonjun se acercó a Soobin y abrazó su pecho, también dejó un beso en su hombro y recargó su cabeza ahí mismo. No tardó en sentir los brazos del menor rodear su cintura suavemente—. Alfa, si no fuera por mí, ayer no habrías encontrado el apartamento después de que fueras a recoger los muebles que llegaron.

Soobin prefirió dejar ahí la conversación porque sabía que no tenía cómo defenderse.

El tiempo pasaba rápido y ya tenían cinco días en su nuevo apartamento. Habían acomodado la mayoría de las cosas, excepto aquéllas que necesitaran de algún mueble que aún esperaban por paquetería. Todo avanzaba muy bien y se sentían bastante cómodos con el lugar que era significativamente más grande que el anterior, incluso cuando terminaron de acomodar lo que pudieron se dieron cuenta que tenían demasiado espacio de sobra que sus pocas cosas no alcanzaban a llenarlo todo.

El lugar era lo que a ambos les hubiera gustado tener allá en Corea; dos habitaciones, dos baños, una cocina y una sala y comedor que no se encimaban el uno con el otro. Hasta podían ver la punta de la Torre Eiffel desde muy lejos pero seguía siendo una vista alucinante.

No supieron de Beomgyu y Taehyun hasta dos días después de su llegada, los dos supusieron que era porque querían dejarlos descansar mientras lidiaban con los efectos del jet lag —despertar a las tres de la madrugada como si fueran las nueve de la mañana no era la forma favorita del omega de empezar el día—. Cuando volvieron a verlos fue para ayudarlos con las cajas de la mudanza y, cómo Beomgyu prometió, a hacer las compras. Ese día fue bastante agradable, Yeonjun empezó a construir más confianza con sus nuevos amigos y logró convencerlos de que sólo lo llamaran hyung, incluso Kai se veía a gusto con la presencia de los otros. Y como no, después de que le trajeran una caja de chocolates rellenos de caramelo.

Después de un buen rato de ocio, Taehyun les recordó que la gala de otoño era ese fin de semana y que sería la primera a la que asistiría Soobin sí o sí desde que empezó a trabajar con el MAPIP. Mismo evento para el que se arreglaba ahora mismo.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Yeonjun alisando la camisa de su marido y quitando una pelusa de su hombro—. Es la primera vez que te vas a presentar con toda esa gente.

—Estoy nervioso —Soobin apartó la mirada por un momento pero volvió a ver los ojos de su omega que sólo demostraban amor y ternura—, y emocionado. Todavía no me creo que estemos aquí.

Yeonjun sonrió y beso a su alfa en los labios, procurando acercarse tanto como pudo abrazando el cuello del más alto. Se quedaron así por un momento, compartiendo besos y caricias, perfumado al contrario con su respectivo olor y balanceándose ligeramente en el mismo lugar dónde estaban parados. Yeonjun levantó su cabeza para lamer el borde de la oreja de Soobin y besar su lóbulo.

—Alfa —susurró el omega, recibiendo un gruñido del susodicho en señal de que estaba poniendo atención—. Estoy tan orgulloso de ti —sintió que el agarre en su cintura se reforzaba y que Soobin intentaba esconder su rostro en el cuello de su omega—. Siempre nos has cuidado tan bien y estoy tan feliz de vivir tu felicidad a tu lado. Eres el mejor compañero que podría tener y el mejor padre que Kai podría desear. Te amo tanto Soobinie. Kai y yo estamos tan orgullosos del alfa que tenemos en casa y quiero que lo recuerdes siempre.

Yeonjun empezó a sentir su hombro mojado. No necesitaba moverse de su lugar para saber que Soobin estaba llorando, así que sólo acarició el cabello del menor mientras lo dejaba desahogarse en su cuello.

—Omega —dijo Soobin entre sollozos—. Te amo, te amo, te amo, te amo. Nunca me cansaré de decirte que eres de lo mejor que me ha podido pasar en la vida. Sólo quiero darles lo mejor.

—Ya lo haces, amor.

Los dos voltearon a la puerta cuando escucharon un ligero rechinido y vieron a su hijo intentado chismosear para averiguar qué pasaba. Yeonjun le sonrió y le hizo un gesto para que se acercara, Kai no tardó en obedecer y en unos segundos ya estaba pegado a la pierna de su padre.

—Papi, ¿por qué lloras? —Kai tuvo que levantar el rostro para poder ver a su padre.

Soobin rio y cargó al menor en sus brazos—. Por nada, pollito. Sólo estoy muy feliz.

—Hoy es la primera exposición del trabajo de tu papi, tesoro —explicó Yeonjun—, y está muy emocionado porque mucha gente va a ir.

Kai sonrió ampliamente abrazando más a su padre—. Entonces, ¿papi es famoso?

Los dos adultos rieron por la ocurrencia de su cachorro. Soobin le dio un beso esquimal a su hijo, procurando ser cuidadoso con su nariz que todavía estaba coloreada de un fuerte color rosa por la inflamación de hace unos días. Al parecer el término nariz rosita no era dicho a la ligera. Él y Yeonjun habrían acompañado a Soobin a la gala de no ser porque Kai todavía no sanaba por completo, pero al menos ya podía respirar por la nariz normalmente. Así que esa noche los dos se quedarían en la comodidad —y olor— de su apartamento a esperar a que el alfa regresara.

—Algo así, tesoro. Pero le estaba recordando a tu papi que siempre nos cuida y lo mucho que lo amamos, ¿verdad que sí?

—¡Sí! Quiero mucho a papi por que él cuida a mami y a mí y cocina muy rico.

—Y también estás muy orgulloso de él, ¿verdad, tesoro?

—¡Mucho, mucho!

Soobin sintió que su corazón se apretaba en su pecho mientras escuchaba como su omega y cachorro expresaban su amor y devoción por él. Era un sentimiento único que sólo ellos le podían hacer sentir. Nadie más. Sólo el calor de su hogar y el amor de sus más preciados tesoros, seguros en la comodidad de sus brazos.

Los dos habían empezado a perfumar al alfa por ambos lados de su cuerpo hasta que escucharon que alguien tocó la puerta. Sabían quienes eran, y no tardaron en terminar con su tarea y dirigirse al recibidor. Kai salió corriendo, ansioso de ver a Beomgyu otra vez. El omega le había prometido llevar unos juegos de mesa la próxima vez que fuera a su casa y esa noche Beomgyu se quedaría con ellos hasta que su padre y Taehyun volvieran.

A medio camino Soobin regresó corriendo al cuarto y Yeonjun no pudo contener la sonrisa.

—¿Qué olvidaste? —preguntó a la distancia para que Soobin alcanzara a escuchar, haciendo un esfuerzo enorme por no reírse.

Su respuesta tardó en llegar pero lo hizo con vergüenza y estaba seguro que el lobo de su alfa tenía la cola entre las patas.

—Mi saco...



ᓚᘏᗢ ᓚᘏᗢ ᓚᘏᗢ



Hoy es día de llorarle Yeonjun, ¡feliz cumpleaños Yeonjun! 😭🎂❤

Espero que les haya gustado este capítulo lleno de feelings ❤ y hoy vengo a hacerles una pregunta sobre cual fic les gustaría leer a continuación. Tengo mis borradores en docs pero quisiera saber por cuál se sentirían mas inclinados a empezar (igual todos se van a publicar) para ir avanzando en ellos y empezar a publicarlo cuando ya tenga al menos más de la mitad de la historia escrita.

Opción 1: histórico, viajes en el tiempo, esclavitud, omegaverse, soojun.

Opción 2: Hogwarts AU, amor prohibido, omegaverse, soojun.

Opción 3: guerra, separación, medio angst no tan angst, omegaverse, soojun.

Le agradecería si dejaran un comentario en la opción que más les llame la atención, así me ayudarían a decidir :D los amo mucho y gracias por leer, votar y comentar ❤

Lávense la cola y besos en las nalgas 😘

-🍜🍞

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