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CAPÍTULO XVII: LEJOS MUY LEJOS

-Déjame ir contigo-. Suplicaba Peggy casi corriendo tras él y logrando sujetar su brazo para detenerlo. -Por favor cariño-.

-¡No!-. Gritó Kendall volteando a ver a Peggy con algo de enojo y con los puños apretados, ella solamente se quedó viéndolo con la boca abierta y bastante sorprendida por su actitud. -Peggy lo siento, pero lo más sensato sería que te quedaras aquí a salvo con los de tu fraternidad-.

-Pero... Kendall, yo quiero ir contigo a buscar a tu hermano-.

-Pero cariño, es muy peligroso-. Decía sujetando una mejilla de ella, se le notaba el arrepentimiento en la cara y algunas lágrimas tracioneras asomaban en sus ojos. -No quiero perder a nadie más, no quiero exponerte a algo como hice con Nessa, no me perdonaría si algo malo te pasara Peggy-.

-Lo entiendo Kendall pero, yo tampoco quiero que nada malo te pase, sé lo dificil que ha sido para ti llevar tu pasado, asumir lo de tu hermano, y esa es justamente la razón por la que quiero ir contigo, no quiero que él te haga daño-.

-Tampoco quiero que Jacob te lastime-. La voz de Kendall denotaba preocupación genuina, si bien las palabras de Simeone lo habían puesto en picada emocionalmente, aún haría algo para proteger a los que le importaran, aún si eso implicara hacer lo mismo que hizo con Nessa: Alejarla de él para protegerla de cualquier peligro. 

No quería perder de nuevo a alguien que amaba, no quería quedarse solo y esperaba que ella lo entendiera. No planeaba alejarla porque creyera que Peggy era débil o pudiera retrasar sus planes, al contrario, Peggy había demostrado en sus clases de combate compartidas ser fuerte a pesar de ser elfo y que quería mantener sus principios de no utilizar la violencia a menos que fuera estrictamente necesario. -Cariño, tú escuchaste a Simeone, si mi hermano adquirió ese poder maligno... Imagina la cantidad de cosas que podría hacerte, si alguien puede detener a Jacob, soy yo-.

-Kendall pero...-. 

-Sin peros Peggy, te quedas aquí y es mi última palabra-. 

-Kendall no, por favor déjeme ir contigo-. Se soltó de ella, no hubo beso de despedida, no hubo promesas o palabras, ni un último abrazo, aquello era una escena devastadora para Peggy, le dolía ver como él se iba ignorando sus súplicas y seguía caminando hacia la salida del Instituto mientras sonaban los altavoces con forma de gárgolas que anunciaban las palabras del director llamando a sus estudiantes para una reunión de emergencia. - ¡Kendall!-. Peggy se quedaba con lágrimas mientras lo veía partir y la puerta se cerraba tras él, siguió llorando un poco hasta que sintió como otro elfo de su misma fraternidad la llamaba para que asistieran al discurso del director en el Gran Salón. 

Todas las fraternidades estaban reunidas en el Gran Salón, estaban sentados en forma de círculo como simulando el Coliseo Romano. Se veían rostros determinados por parte del trío de fraternidades longevas de Mexerth; el fénix, la serpiente y el unicornio tenían escrito en su rostro el luchar por el Instituto hasta el final. También se podían ver las caras de preocupación por parte de los Hipocampos y Dragones de tres cabezas, quienes estaban dispuestos a proteger y sanar a los suyos si las cosas se salían de control.

 Por otro lado el Dragón, la Sepiente y el Lobo tenían miradas que iban entre la ira y la venganza por los caídos en la primera guerra mágica e invasión contra el Instituto, los muchachos de Asher estaban listos para enfrentar a las tropas del mal y defender una vez más su hogar incluso si eso significaba perder la vida.  Sin embargo Peggy se sentía desconectada del mundo, el hecho de que Kendall la hubiese apartado de una búsqueda que creyó que emprendían juntos, la había dejado vulnerable y con un terrible desánimo...

BOSQUES DE INGLATERRA:

Por otro lado Kendall caminaba por los bosques de Inglaterra buscando a su hermano, se había alejado de Peggy según él para protegerla, a cada paso de que daba se convencía de que hizo lo correcto al dejarla bajo la seguridad del Instituto, sabía de sobra que ella podía defenderse ante cualquier amenaza, incluso en sus entrenamientos de combate lo había derribado unas cuantas veces. Iba caminando cuando algo caliente lo derribó haciéndolo caer violentamente hacia atrás.

-¿Pero qué mierda?-. Se quejó levantándose y sacando su espada solo para encontrarse con que su propio fénix Kindle lo había derribado y no se veía para nada contento. -Kindle, ¿Qué carajos contigo?-.

-Eso mismo te pregunto Kendall, ¿Qué pasa contigo?-. Kindle estaba bastante enojado con su amo pero Kendall desconocía la razón. -¿Ya te cansaste de huir y alejarte de todos los que te importan?-.

-No es eso Kindle, jamás lo entenderías-.

-¿Entonces qué es Kendall?-. El fénix estaba ardiendo más que de costumbre, incluso tiene un tamaño como el el un águila arpía y trataba de darle picotazos a Kendall para mostrar su enojo por sus acciones, Kendall se cubría y retrocedía algo asutado. -Primero alejaste a tu hermano al no comprenderlo, después alejaste a tu hija por ir tras tu hermano, después alejaste al escuadrón para irte solo y ahora alejas a Peggy, ¿Quién sigue, eh?, ¿Que te olvides y me alejes a mi?-.

-No Kindle, te quivocas-. Lograba ponerse en pie y mirarlo fijamente. -No los alejé porque quería o porque fuera un maldito niño asustadizo como dijo Crowley, lo hice por...-. Se quedaba en silencio sin saber exactamente qué palabra utilizar, sabía que con Peggy y por Nessa fue por amor que optó por alejarlas, aunque con Nessa las cosas no salieron tan bien como esperaba.

-Dime porqué alejaste al escuadrón o a tu hermano-.

-¡Yo no alejé a mi hermano Kindle!-. Le gritó al ave sintiendo como su puño se volvía fuego y de nuevo sus pupilas amenazaban con tener ese dimunuto destello rojo como los ojos de Lazarus y sus colmillos amenazaban con crecer. -Él optó por cruzar esa maldita puerta y sumergirse en este mundo, aún ignorando cuando le dije que no lo hiciera, no le importaron mis palabras, decidí ir a buscarlo y hasta el momento he fracasado-. 

-Porque no has sabido pedir ayuda Kendall y cuando alguien trata de ayudarte, lo alejas como hiciste con tu novia-. Kendall lo miraba con furia. -Te guste o no Kendall, sabes que tengo la maldita razón, no te juzgo, pero de vez en cuando deberías escuchar un consejo, eso podría haber alivianado las cosas para empezar, no habría cambiado el que se desencadenara la guerra, pero al menos no estarías solo a la deriva jugando a ser rudo-.

-Yo no quiero que nadie más salga herido Kindle, por eso alejé a Peggy, porque... Y odio admitirlo pero los que se acercan a mi terminan heridos, además de eso tengo una maldición que no sé cuánto más podré soportar sin herir a ninguno y tomar su sangre-. La voz de Kendall se quebraba de nuevo, apretaba los puños y bajaba la mirada, se veía completamente vulnerable y débil en lugar del chico líder de escuadrón determinado que lucharía contra viento y marea para conseguir su objetivo, aquel chico que salvó a un Serafín de un demonio, aquel chico que heredó el mandato del escuadrón.

-De acuerdo, pero al menos has algo bien Kendall, no le des la espalda al escuadrón, estoy seguro de que si vuelves te recibirán-.

-Ok, tienes razón-. Comenzaban a caminar por los bosques. -Por cierto, gracias Kindle aunque tengo mis dudas-.

-¿Como el por qué Dalton o yo te escogimos?-.

-Eh si, justamente esa duda-.

-Bueno yo te elegí por tu voluntad, además de que sabía tu fascinación por las aves, pero en respecto a Dalton él vió algo en ti, además de determinación él vió un gran futuro en ti Kendall, él vio tu alma y Dalton sabía que si alguien podía de alguna manera unir al escuadrón eras tú, así que haznos un favor y no tires todo al carajo-. Kendall asintió con determinación y apretó la correa de su espada antes de seguir caminando mientras el sol comenzaba a caer...

INSTITUTO DE MEXERTH:

El Gran Salón estaba inundado de silencio mientras se abrían las enormes puertas para que entraran el director del Instituto seguido de sus siete líderes: El caballero Fenrir Finnigan sujetaba el mango de su espada con determinación, listo para guiar a sus caballeros a la batalla por el honor de la escuela, listo para defender el castillo una vez más, aún sin importar si caían en combate, al menos lo habrían hecho con dignidad. 

Magnus Moore tenía una expresión en su blanquecino de no dar el brazo a torcer ante la guerra, aunque le preocupaba que sus muchachos fueran de interés para las tropas del mal ya que ellos eran vampiros pura sangre, aunque no lo mostrara, Magnus tenía miedo de ser prisionero por su naturaleza de Lord Vampiro y que usaran su sangre para experimentos. 

Ulrich Urbain, también sentía esa tensión en el ambiente porque sabía que la mayoría de Nosferatus se habían ido por las sendas del mal y eso significaba un enorme peligro para ellos, de nuevo estarían en un interminable conflicto entre Werewolves y Nosferatus que parecía no tener fin, Urbain protegería a sus muchachos a toda costa. 

Mandy Morel, no dudaría en sacar su lado más letal que ocultaba bajo su carita de ninfa agradable y pacífica, usaría el poder divino concedido por el Dios Zeus para proteger una vez más la escuela de la segunda invasión que estaba por venir, Mandy demostraría que su fraternidad no era para nada débil.

Por último estaban los "débiles" bajo el mando de Theodore Truman, quién a pesar de ser fantasma de una persona de agua se daba a respetar, estaba listo para dar su "vida" de nuevo por el Instituto y por su gente, para Theodore era el momento perfecto para demostrar que los Hipocampos que tenía bajo su mando no eran austadizos o débiles como eran mal llamados, se acabarían los tiempos donde la fraternidad de Trisquel agachaba la cabeza. 

A la derecha estaba Simeone con un rostro más serio de lo habitual, estaba dispuesto a ser más violento que de costumbre, además tenía motivos suficientes para desatar su ira. Y finalmente a la izquierda estaba la reina de las hadas Wendy Wood, la reina estaba dispuesta a luchar junto con los otros dos líderes tridentes en esta guerra que se avecinaba. Finalmente Asher carraspeaba para hablarle a sus muchachos.

-Como sabemos los conflictos pueden llegar a ser enormes y terribles, tal vez muchos de ustedes se sientan sin un rumbo fijo o sin una razón para luchar o defender-. Todos miraban al director, entre ellos Peggy que ahora estaba algo enojada con Kendall por haberla dejado sola y haberla alejado de la búsqueda en la que ella le ayudó, puso cara seria mientras seguía escuchando al director. -Pero lo cierto es que sí tenemos una razón para luchar, tal vez no todos tengan el mismo propósito además de luchar por defender su hogar, muchachos... Nosotros somos capaces de superar estos momentos difíciles porque somos guerreros valientes, motivados para superar esta prueba y este dolor-. Se veían rostros determinados en los estudiantes. -Pero no importa qué tan grande sea el conflicto que viene ahora, lograremos salir invictos porque somos valientes, somos magia...-. A cada palabra del director, gritaban y viroteaban a Asher, lanzaban hurras también a los líderes de sus respectivas fraternidades, sin embargo el silencio inundó de nuevo la sala cuando Simeone pasó al frente.

-Como ha mencionado el director, somos magia, somos fuertes, somos Mexerth, pero no todos están obligados a seguir el camino con la escuela-. Ante eso comenzaron a rumorear y susurrar entre ellos, sin entender del todo porqué Simeone decía esas palabras. -Así que si algún estudiante quiere abandonar la lucha, adelante... No se les juzgará o repudiará por su decisión, pero antes de irse deberán despojarse de sus pertenencias que los vinclulen con el Instuto-. Unos cuantos estudiantes se levantaron para hacer lo que Simeone les indicó antes de salir por la puerta principal. Peggy se debatía si quedarse o irse del Instituto tras Kendall, estaba entre la espada y la pared...

BOSQUES DE INGLATERRA:

Kendall y Kindle seguían caminando por los bosques de Inglaterra, el sol comenzaba a ocultarse y las hojas caían, estaban en pleno otoño, uno de los climas favoritos de Kendall. Él se encontraba pensativo y de nuevo con un debate interno sobre si había tomado la decisión correcta al dejar a Peggy. 

Inútilmente trataba de convencerse de ello tal y como hizo cuando dejó a Nessa bajo el cuidado de su madre, internamente deseaba que Nessa estuviera bien bajo el cuidado de quién estuviera. Internamente rezaba a los Dioses que ella saliera ilesa de esta guerra, también se tomó la molestia de rezar por el escuadrón y esperar que estuvieran bien y por último rezó por su hermano conteniendo las lágrimas, Kendall se sentía tan inútil y decepcionado consigo mismo por haber fracasado atrozmente en su viaje, comenzaba a pensar que tal vez Ramsey, Lazarus y Crowley tenían razón, debía pedir ayuda y buscar a Nessa, aunque no lo dijera, él tenía miedo de que lo rechazaran para siempre.

-No estamos muy lejos del Castillo de Nottingham, tardaremos unos tres días volando-. Informó Kindle a su amo, éste no dijo palabra alguna y solamente extendió su mano para fusionarse cn Kindle y ser esa especie de fénix humanoide, abrir sus alas y comenzar a volar sobre los inmensos bosques del territorio inglés, cosa que no duró mucho porque fue derribado por una bola de fuego que lo hizo caer en picada.

-¡Ah, carajo!-. Se quejó mientras se levantaba, tenía una pierna lesionada por la caía y un ala casi rota, se levantaba solo para encontrarse rodeado de demonios, uno de los demonios intentó golpearlo pero lo detuvo sujetando su brazo que posteriormente rompió con ira provocando dolor en el demonio, los demás demonios se prepraban para atacarlo y Kendall simplemente los esperó para comenzar a atacarlos sin piedad y con violencia. 

Comenzó a mover su espada mientras griraba rápidamente aniquilando a los demonios, decapitando algunos en el proceso, como si no le importara el dolor que tenía su pierna, se defendió de algunos usando sus poderes para ganar algo de ventaja para luego acercarse a ellos y terminar el trabajo. -Yo soy Kendall putas McQuoid-. Decía antes de guardar su espada, estaba enojado y le convenía alejarse de la sangre para no caer en la tentación que su maldición le provocaba, iba a ser un viaje complicado...

INSTITUTO DE MEXERTH:

Después de que algunos estudiantes hubiesen abandonado el Gran Salón, los que se quedaron seguían a sus líderes para prepararse para la batalla, usarían sus armas y poderes para proteger su hogar de las tropas de Bastián. Agunos se quedarían defendiendo el castillo posicionados estatégicamente: Los arqueros o con habilidades para arrojar armas se quedarían en lo más alto de las torres como si fueran francotiradores.

 Había una tercera línea que apoyaría a los que se quedaban en las torres a modo pared en caso de que no lograran derribarlos o se colarar y tuvieran intenciones de trepar las paredes. Habría una segunda línea que serían los que se encargarían de saltar para emboscar a las tropas del mal y arrasar con ellas. Por último estaba la primera línea armados con lanzas que serían los que sin duda recibirían el daño mayor al ser los que directamente estaban corriendo hacia la boca del lobo. Los muchachos de Asher caminaban en una especie de marcha hacia sus lugares correspondientes con sus armas en alto mientras cantaban una versión de su himno pero modificada para una batalla:

Mexerth, Mexerth mi ejército valiente

Sin miedo a perder, nuestro honor a defender con nuestro líder fuerte

Con nuestras espadas, hachas y lanzas  en alto desatadas

Junto a nuestros hermanos silfos y las reinas hadas.

Nuestras armas el terror traerán

Nuestras armas el miedo causarán

Mexerth jamás será vencida

Aunque en este viaje perdamos la vida.

Adelante mi valiente Mexerth, adelante mis valientes guerreros

El castillo y nuestro hogar hay que defender 

Por el honor, por la gloria y por la magia

Nuestro mundo vamos a proteger...

Seguían caminando a la par que marchaban, Peggy había decidido ir con su fraternidad finalmente, los apoyaría hasta donde le fuera posible, tan pronto se le presentara la oportunidad de tomar un rumbo diferente y lejos, regresaría a su humilde morada rodeada de naturaleza, aroma a flores, libros y una mecedora. Ella estaba en la segunda línea de ataque contra las tropas de Bastián, había pasado de tener un rostro demacrado y triste a tener un casi letal, como si cualquier mínima prvocación pudiera despertarle una ira contenida que la hiciera actuar fuera de si misma.

BOSQUES DE INGLATERRA, CERCA DEL CASTILLO DE NOTTINGHAM:

Kendall y Kindle seguían caminando, Kendall caminaba cojeando un poco por sus heridas de batalla, gracias a las lágrimas de Kindle y sus proppiedades mágicas había logrado cerrar la fractura y las múltiples heridas por los cortes que Kendall había ganado en el combate; Kindle no podía poner más de si mismo ya que al estar conectado espiritual y físicamente con Kendall, cada daño que él recibiera, afectaba a Kindle debilitándolo lentamente.

 Si bien Kendall no había resultado bastante jodido en su batalla contra esos seres, de todos modos le habían dado con todo en esa batalla; ahora tenía un vendaje improvisado en su pierna, alzó la vista para distinguir a lo lejos los picos del castillo de Nottingham, inconscientemente sonrió pero también tuvo un pequeño destello de ira al recordar que podría encontrarse de nuevo con Crowley.

-¿Problemas en el horizonte?-. Preguntó Kindle al verlo con la mirada fija, como si estuviera de cara a Crowley.

-Nada de eso Kindle, es solo que recordé algo-.

-¿Temes econtrarte con el muro que te hizo caer en la realidad?-. Kendall lo fulminó con la mirada, pero sabía que Kindle tenía razón acerca de lo de Crowley, solo que no se lo diría en voz alta. -Kendall...-.

-Ok ok, lo admito-. Dijo alzando sus manos a son de paz-.  Lo admito, no sé cómo voy a reaccionar al ver a Crowley de nuevo, en especial después de haberle pateado la cara-. Kindle solo rió un poco mientras seguían caminando hasta que finalmente divisar el castillo y una figura familiar de ojos aguamarinas, barba y cabello negro con vestimentas reales le dio la bienvenida-.

-Es un honor tenerte de vuelta en el escuadrón, Kendall-...







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