CAPÍTULO V: LA MARCHA IMPERIAL
PUNTO DE VISTA DE ZIGOR BASTIÁN:
INFRAMUNDO:
Después de haber engañado a esos dos idiotas, o por lo menos a uno de ellos, al más débil y al que siempre había sido mi objetivo; aquel pobre chico que recién comenzaba despertar su deseo y hambre y poder, aquel chico quería saber su origen y ser más poderoso, ahora que lo tenía de aliado mi plan comenzaría a marchar. Después de haber maldecido el libro para que este se conectara con su otra mitad (por así decirlo) que tenían para sus viajes, había invocado mi caballo infernal que me había obsequiado el mismísimo Lucifer para ir al Inframundo, debía dar el siguiente paso antes de que despertasen los dos, quisiera que Kobus lo considere un entrenamiento y el otro chico, puede darse por muerto.
Luego de cabalgar por rato por fin llegaba a mi trono, muchos se inclinaron al verme y Lilith me esperaba como siempre con su cuerpo esbelto y semi desnudo, danzando sus caderas de esa forma tan sensual con la que solía atraer a sus víctimas al pecado; el Brujo Maestro hizo una pequeña reverencia ante mi llegada antes de extender su brazo hacia las tropas que tenían dispuestas para mí, ahí los veía a todos mis súbditos, preparados para recibir mis órdenes y acabar con las tropas del bien.
Demonios, vampiros, centauros y otras criaturas corruptas, espectros de los condenados mundanos que se hallaban por todo el averno y retornados, me senté en mi trono alzando la mano para captar la atención de todos, dejaron de lado sus torturas, forja de armas y demás actividades que hacían, se sentía tan bien que la gente te obedeciera y estimara, a pesar de ser unos imbéciles e incompetentes, maquinados solo para asesinar y seguir ordenes.
-Escuchen-. Los rostros de mis sirviente inútiles voltearon a verme, mientras que Lilith y el Brujo Maestro se posicionaban cada uno a un lado, sonreían mirando al frente sin saber que todo esto marchaba acorde a un plan ajeno a ellos, mi plan. -La victoria está cada vez más cerca, esos estúpidos e inservibles mundanos se están quedando sin defensores, el miedo los está consumiendo cada vez más, mientras que nosotros nos alimentamos con la discordia y el deseo de poder sobre ellos, el mundo está para que lo tomemos-. Hice una pausa antes de seguir con el discurso motivacional, era aburrido hacer eso, pero debía mantener mi perfil. -Pronto recibiremos nuestra recompensa y todo lo bueno dejará de existir en este lugar-. Mis tropas alzaron las armas gritando mientras se formaban en grupos y emprendían una especie de marcha hacia los túneles que llevaban a la tierra, sonreí de lado antes de subir a mi caballo e irme al portal que me llevaría de vuelta con el dueto...
BOSQUES DE INGLATERRA:
Mientras llegaba a donde habíamos decidido descansar antes de seguir con la travesía que tenían de los lugares sagrados, noté como poco a poco el chico de ojos bicolores (que creo que se llamaba Scorpius, la verdad no me importaba) andaba muy pegado a la mascota de Jacob, gruñí un poco. Debía centrarme solamente en Jacob, convencerlo de que se aliase conmigo y así ambos conseguir lo que más anhelábamos, lo lograré sin importar lo que tenga que hacer o los medios que tenga que utilizar.
-Jacob, Jacob-. Lo llamaba pero él seguía en el quinto sueño, así que agarró una piedra para lanzarla, apuntando a su cabeza, justamente en su nuca, ya que Kobus estaba de espaldas a él, durmiendo plácidamente mientras abrazaba a Jawzahr, aunque este gruñía de vez en cuando, supongo que aún esta ofendido, sabrán sus Dioses porqué.
-¿Oye qué te pasa?-. Le preguntó quejándose por el golpe, pude notar como el Nidhogg trataba de sonreír por eso, Kobus lo seguía mirando enojado mientras revisaba constantemente y con desespero que no sangrara, por fortuna no era así. -¿Te parece la manera apropiada de despertar a alguien?-.
-Sí que tienes el sueño pesado-. Le respondió ignorando completamente su pregunta, recorriendo rápidamente el horizonte con su vista y el entrecejo fruncido, además del Nidhogg en su hombro, debo hacer que regrese a su dueño. -¿Dónde está ese tal Markel?-. Justo cuando Kobus iba a responder, me manifesté ante ellos con dos corderos que mágicamente había hecho aparecer, no debía levantar sospechas, me aguantaba las ganas de estrangular a el idiota vestido de negro y estilo gótico.
-Buscando comida-. Le respondí de manera mordaz y con un deje de sarcasmo, simplemente rodó los ojos antes de irse con Jawzahr que me dedicó un gruñido, necesitaba hacer que esos dos o confiaran plenamente en mi o se fueran por su lado, pero Kobus lo echaría de menos, además estaba el asunto de la unión de los dos, volví a dirigirle la palabra a Kobus. -Tuve que ir algo lejos, hay escasez de animales, gracias a las bestias que hay sueltas-.
-Tienes razón Markel, te ayudo con el desayuno-. Me dijo ofreciéndose a ayudarme, alcé los hombros antes de pasarle el cordero para que lo degollara, Scorpius estaba algo lejos con la mascota de Kobus, me dediqué a mirarlo sutilmente mientras preparaba la fogata, lanzaba piedras al lago a modo de liberar estrés, me esforcé por escucharlo, sé que sospecha de mi y no es un tipo fácil de engañar, sin embargo no puedo dejar que frustren mis planes, ambos conseguiremos lo que queremos sin importar qué, los dos comenzaron a dialogar, me parecía extraño que el de ojos bicolores entendiese a Nidhogg de Kobus, no siendo este su animal espiritual, según lo que había escuchado, solamente el amo o un arcano o por decisión del animal de cambiar de amo o manifestarse exclusivamente ante el ser de determinada especie.
-Escúpelo Scorpius-. Pude apreciar como el mejor amigo de Kobus le dedicaba una mirada de confusión antes de arrojar otra piedra con fuerza al lago que tenían en frente.
-¿Perdón?-.
-Di lo que tienes que decir sobre Kobus, no te voy a juzgar o algo-. Scorpius simplemente suspiró pesadamente antes de dedicarnos una mirada cargada de odio y desconfianza, se acercó más a él para comenzar a hablarle, mientras tanto yo comenzaba a recitar algo mentalmente a la par que preparaba la comida del desayuno, necesitaba darles algo de acción y explotar los potenciales de Kobus, él es más que un simple mago exiliado con conflictos y bastante ágil en combate, el podría ser el dueño del mundo o en el mejor de los casos, mi sucesor o mano derecha.
-De acuerdo, tu ganas-. Dijo Scorpius alzando las manos a modo derrota. -Es sobre Jacob y Markel, ni siquiera sé si ese sea su verdadero nombre, y el imbécil que tienes por amo y dueño... No parece muy racional que se pueda decir-. Jawzahr lo miraba con interés. -¿Aliarse con alguien que podría ser nuestro enemigo?, Soy desconfiado y lo admito, pero tampoco tan ingenuo-.
-Podrías tener razón, ese tipo no me genera una buena vibra y me preocupa que solamente esté utilizando a Kobus...-. ¿Cómo se atrevía a insinuar semejante tontería?, y si fuera verdad a tí qué demonios te importa, entrometido.
-Jacob, por favor dile Jacob-. Lo interrumpió ese maldito chico gótico, ya me está sacando de mis casillas, debo hacer algo rápidamente para deshacerme de él, proteger al dragón miniatura de Kobus y al mismo Kobus, ese chico es mala influencia. -Jawzahr, advierte a Jacob... Algo anda mal-. Su nariz comenzaba a moverse como detectando un olor a la par que sus pupilas se contraían y llevaba la mano a su cintura para buscar su arma, un aullido acompañado de un gruñido detrás de él lo hizo reaccionar rápido antes de acabar con la bestia. -¡Cuidado con los Huargos!-.
Los Huargos eran una versión mutada y letal de los habituales lobos o lobos salvajes, rondaban los bosques a cualquier hora del día, esas eran las bestias que nos habían acechado justo ahora, Kobus no había perdido el tiempo antes de adoptar su forma de guerrero y acabar con unos cuantos, su Nidhogg también masacraba las bestias y yo simplemente les atravesaba una bala en el entrecejo y caían, al cabo de un rato uno de ellos tenía contra el suelo al estúpido de ojos bicolores y amenazaba con devorarlo, sonreí con disimulo.
-¡Scorpius!-. Gritó antes de girar su espada y tomar impulso para apuñalar al Huargo, este solamente lazó un quejido antes de caer muerto sobre el tal Scorpius, quien solamente se quejó antes de tomar fuerza.
-Pudiste haberme matado, estúpido-. Le reprochó mientras Kobus se acercaba a ayudarlo, pero este solo lo miró con algo de decepción y desprecio antes de empujar al animal de una manera sobrehumana, lanzarlo lejos y levantarse mientras limpiaba sus vestimentas.
-"Gracias por salvarme Kobus, me alegro de que me vuelvas a hablar "-. Se respondió el mismo antes de comenzar a devorar el desayuno casi arruinado por esa inesperada visita, mientras que el raro y loco vestido de negro comenzara a comerse el cuerpo del Huargo tal y como estaba, rodé los ojos antes de seguir comiendo; sin dudas ese tipo no era normal.
Seguimos caminando atentos a todo, mi plan había fallado y la verdad no me importaba sacrificar algunos animales, bestias o "servidores" para no delatarme y abrirle paso al chico; ninguno dijo nada, pero los únicos que rumoreaban eran el otro chico y la mascota de Kobus y sin temor a equivocarme, hablaban de mi. Suspiré agotado, solo tendría que esperar el momento y la oportunidad precisa para hacer que de ellos dos se separaran, debía ponerlos uno en contra del otro sin importar qué. Nos detuvimos ya que habíamos llegado al siguiente lugar que indicaba el Dark Magic Book, habíamos llegado a Elva Hill o la reconocida cuidad de los elfos.
-Extraño como se veía este lugar sagrado, antes de de esta maldita guerra-. Decía el gótico mientras examinaba las runas y el lugar, buscando sentir algo, Kobus simplemente sacó su libro para comenzar con el ritual, podría jurar que el chico sentía como el aura élfica que alguna vez fue pura, lo llamaba para darle el poder máximo que esta alvergaba en sus adentros.
-Aún estamos a tiempo de evitar que más lugares así se contaminen-. Sentí mi sangre hervir ante esa estupidez que había hecho, a él no le interesan esos idiotas mundanos, no tenía el porqué estar a favor de la gente que denfedía a los mundanos y estos ni siquiera los valoran, estiman o aprecian, tarde o temprano te traicionan. -Por eso es bueno tener aliados, porque así seremos más poderosos-.
-Si como sea, vamos a seguir con tu plan de adquirir poderes... Así no necesitaremos más la ayuda de Markel-. Ese imbécil ya me había sacado de quicio, estaba por atravezarle una bala en su corazón o entrecejo cuando una flecha envenenada pasó rozando un costado de Kobus, inmediatamente se pusieron en guardia. -Jacob, si valoras tu vida será mejor que hagamos el ritual-. Kobus asintió antes de empezar a leer rápidamente dicho ritual, los elfos corruptos comenzaban a rodearnos, simplemente me cubrí con magia para que no me pudiesen ver mis enemigos, a cada palabra que salía de la boca de Kobus, los elfos iban acercándose con una flecha envenenada, lista para ser disparada. -Jacob, date prisa-.
-Solo falta una última frase y debemos concentrarnos-. Ante eso uno de los elfos lo tenía en ángulo de tiro, dispuesto a soltar la flecha cuando el aura del lugar los rodeó a ambos, y con un grito por parte de Kobus mientras abría sus enorme alas de dragón simulando a un angel caído y levantaba su espada mientras Jawzhar salía detrás de él botando fuego.
Por otro lado, el gótico parecía una especie de vampiro o cazador de vampiros con su báculo demoniaco, mientras invocaba sus escudos de poderes y atacaba a sus enemigos, sin duda el tipo era un arcano experimentado, lo sabía gracias a sus marcas faciales y algunas que se alcanzaban a ver en su cuello, además de que lanzba hechizos arcanos y movía las manos de una forma que creía olvidada y prefería no recordar.
-No puede ser-. Susurré casi inaudublemente y sacudí mi mente ante el dejavú que me producían esa clase de movimiento de manos, no era momento de ponerme débil ante ellos y tampoco era buena idea mostrar todas mis cartas de un solo golpe. Después de haber acabado con todos los elfos corruptos, tanto Kobus como el gótico se acercaron a examinar los cuerpos de los elfos, buscando pistas o inconsistencias o algo que les pudiese servir de respuesta a todo lo extraño que estaba sucediendo, por otro lado había aprovechado para ir al Infierno para planear algo de gran magnitud, una manera de desaparecer no sin antes provocar algo de caos y la futura muerte de ese imbécil gótico que, de alguna manera estaba retrasando las cosas para Kobus y yo.
-Oye-. Escuché que dijo el gótico, mientras mantenía su estúpida cara de serio inexpresivo, de seguro iba a lanzar un magnífico comentario acerca de mi. -¿Dónde está tu tan magnífico compañero, eh?-.
-Ya vas a empezar-. Kobus solamente rodó los ojos ante ese comentario, pero podría jurar que estaba sonriendo internamente porque estaban hablando de nuevo. -No sé a dónde se fue, tal vez a buscar algo...-.
-Qué conveniente, nos deja en medio de una batalla-. Podía sentir que había tensión etre los dos, estaba disfrutando esto como nunca, si todo salía bien y discutían, tal vez Kobus pueda seguir su rumbo solo y así sería más fácil prepararlo todo para él. -Sabía que no era un tipo de fiar, pero no nos escuchas-.
-Scorpius, estás siendo paranoico, ¿No eres conciente que estamos en medio de una jodida guerra?-. Ahora fue el turno del gótico de rodar los ojos mientras el Nidoggh reposaba en su hombro casi juzgando a Kobus. -Scorpius, deberías razonar un poco-.
-Eso te digo Jacob, ¿No te parece curioso que las runas que antes estaban grabadas en los lugares que hemos estado, hayan sido modificas?, O peor aún...-. Hizo una pausa mientras se acercaba a él, quedando frente a frente. -¿Por qué casualmente se esfuma y nos deja a nuestra suerte frente a un ejército de una especie que alguna vez fue pura?-.
-Scorpius tiene razón-. Kobus lo miró estupefacto y boquiabierto su mascota, ¿Cómo esta iba a estar en su contra?, eso era increíble. -Tanto que criticabas a tu hermano y mírate... Estás peor que él-. Antes de que Kobus cometiera un homicidio gracias a su ira contenida, decidí aparecer ante ellos y evitar una estupidez por parte de Kobus.
-¿Me extrañaste?-. Le pregunté irónicamente al gótico mientras ponía una mano sobre su hombro y como era de esperarse, la quitó con brusquedad antes de irse con su báculo a caminar lejos. - Descuida Kobus, ya se le pasará, además debo decirte algo-.
-¿Pasa algo Markel?-. Preguntó po algo preocupado, simplemente solté una risita antes de repetir la acción que hice con el gótico, solo que él ni se inmutó.
-No pasa nada Kamarada, tan solo debo continuar con mi viaje en solitario-. Noté que me miró algo extrañado cuando se me escapó esa palabra en vasco, le extendí la mano para despedirme de él, debía dejarlo que siguiera, además ya tenía el camino despejado y yo tenía un as bajo la manga. -Espero nos volvamos a ver en el etotkiszuna -. Con algo de incertidumbre extendió su brazo para despedirse de mi, después simplemente me desvanecí...
INFRAMUNDO:
Tan pronto llegué al Infierno, Lilith se acercó a mi como esposa desesperada para simplemente depositar un beso cargado, sin darme tiempo a reaccionar tuve que ponerme neutro hasta que terminara, el Brujo Maestro hizo una reverencia antes de seguir bebiendo de su vino de sangre en su plateada copa, me dediqué a mirar a mis súbditos mientras forjaban armas y seguiían torturando mundanos hasta convertirlos en zombies, me senté con Lilith y el Brujo Maestro.
-¿Cómo marcha tu plan?-. Me preguntó Lilith mientras tomaba un trago de veneno de serpiente que emitía humo entre verde y gris.
-Con algo de complicaciones, ¿Qué tal ves tu con el tuyo?, ¿Ya enconstraste al híbrido?-.
-Aún no, ese estúpido escuadrón me lo ha impedido, además de ese idiota de traje elegante que parece su ángel guardían-. Dio un sorbo a su bebida antes de mirar al Brujo Maestro que siempre había permanecido sereno y silencioso. -¿Y tu vejestorio, ya conseguiste a tu víctima?-.
-No te importa cornuda-. Le respondió el Brujo Maestro mordazmente antes de que Lilith lo ahorcara con una de sus manos y sonreírle descaradamente, pero eso no le importó porque simplemente le dedicó una sonrisa con sus afilados colmillos y se apartó la mano de su cuello antes de seguir hablando. -El estúpido que tenía designado en primer lugar, resultó ser un idiota traidor pero ahora me ha llevado hasta alguien más interesante, una mezcla rara que podría mejorar la raza Nosferatu-.
-No los reuní para hablar de cómo hemos fracasado en nuestros planes-. Les interrumpí con algo de violencia golpeando la mesa, ambos voltearon a verme. -Los reuní porque necesito tropas, perfeccionar nuestros planes y deshacerme de un idiota arcano, así que escucho sugerencias-.
-Mi señor-. Comenzó hablando el Brujo Maestro. -Podría encargarme de enviar tropas a cazar a ese arcano, además de disponer tropas para la guerra o el próximo golpe que se planee contra las fuerzas del bien-.
-El arcano es problema mío, igual acepto las tropas-. El Brujo Maestro asintió antes de volver a su pose original, le lancé una mirada a Lilith acompañada de un gesto con mi cabeza para que comenzara a hablar. -¿Qué hay de ti, Madre de los demonios?-.
-Planeo entregarte a una tripulación de los mejores demonios, preparados para combate y en cuanto a tu futuro plan... Se me ocurre algo-. Se levantó de su asiento para comenzar a caminar seductoramente y en círculos, pude notar como el Brujo Maestro no le despegaba la mirada mientras hablaba. -Podríamos distribuir unas cuantas huestes o tropas que vayan tras ellos, los acorralamos y así cada quién podría tener su merecida recompensa-.
Sonreí satisfactoriamente, era justamente lo que quería oír, pero me llevaría el premio mayor, solamente los estaba arrastrando a un destino fatal en cual podrían morir, los estaba utilizando para mi convenencia, asintiendo me levanté de mi asiento para caminar hasta el balcón y descender sobre el lomo de mi caballo infernal, mientras Lilith volaba a mi derecha y el Brujo Maestro caminaba a mi izquierda, yo entonando un canto en vasco y como si se tratase del canto de una sirena, miles y miles de tropas se unían a la Marcha Imperial, la guerra se reanudaría y estoy seguro que ellos sufrirían...
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