CAPÍTULO X: INTENTO FALLIDO
La intensa lluvia que caía, por poco los obliga a retrasar su viaje, por fortuna habían logrado llegar a otro castillo un poco más cerca de salir de Escocia a Londres, comenzaron a caminar bajo un ventarrón y truenos, siguieron caminando resguardándose con sus alas, chaquetas o gabardinas de las fuertes gotas que caían sobre la ciudad, el clima también amenazaba con pasar de lluvia fuerte y con tormentas a ser granizo.
-¡Vaya!-. Comenzó hablando Mel que llevaba una piel de lobo, específicamente esa piel era de la madre de la manada que se la pasaba merodeando por los bosques de Saint Andrews, que había sido asesinada por algún cazador que pasaba por ahí y él la había encontrado y guardado guardado para no morir de frío después de sus transformaciones. -Creo que Taranis ya se enojó-.
-Y bastante por lo que veo-. Le respondió Kendall mientras seguía caminando, estaban por desistir y acampar ahí sin importar lo que tuviesen que hacer para evitar mojarse o lidiar con el frío de la ciudad; cuando divisaron unas paredes color caqui a la distancia, suspiraron. -Bien, creo que allí podremos pasar la noche-. Retomaron su rumbo hacia el castillo que por suerte estaba desocupado, entraron y lo primero que hizo Lazarus fue comprobar si tenían comida.
-Bueno, al menos podremos sobrevivir con esto-.
-No nos quedaremos mucho tiempo-. Habló Herzel encendiendo las velas con su fuego, cuando termino volvió la vista a ellos. -Esperaremos a que pase la tormenta, tomaremos lo necesario y seguiremos nuestro rumbo a Londres-.
-¿Por qué tanto interés en ir a Londres?-. Preguntó Mel mientras colocaba su capa a secar, a pesar de haberse contado todo sobre ellos, Kendall no había revelado el verdadero motivo por el cual quería ir a Londres.
-Siendo sincero, tengo un interés en ir a Londres porque las visiones y pistas que he recopilado en este trayecto conducen a ese lugar, en donde podría estar mi hermano-. Respondió Kendall, pensaba que tal vez esas pistas también lo llevaran a Kobus, esperaba tener suerte.
-De acuerdo, ¿Qué pasará cuando lo encuentres?, ¿Se unirá a nosotros o...?-.
-No lo sé, solo espero encontrarlo y que eso no implique que tenga que retirarme por un tiempo del escuadrón-.
-Kendall, respetaremos la decisión que tomes-. Todos lo miraron con sorpresa, en mucho tiempo y a pesar de que ya lo reconocía como líder estaba por primera vez a su favor. -Aún si eso implica que tengas que dejar el escuadrón por un tiempo-.
-Gracias por el apoyo Mel, en verdad lo aprecio-. Después de esa pequeña conversación, todos se dispusieron a dormir, descartaron la idea de hacer rondas ya que todos estaban agotados y estaban en un lugar relativamente seguro, sin embargo Lazarus no descartó la idea de separar su cuerpo de su alma para supervisar que nadie los encontrara; en su mente tenía un problema que lo inquietaba bastante: ¿Debía preguntarle a Kendall si tenía una su hija?, en caso de ser afirmativa la respuesta, ¿Debía decirle que ya la había conocido? o ¿Debía esperar a que él se lo mencionara?, debía admitir que le parecía extraño que en ningún momento lo hubiese escudado, tal vez a los demás miembros del escuadrón se lo pudo haber dicho mientras él se recuperaba del ataque de Mel, despejando su mente de esos pensamientos se dedicó a dormir.
Despertaron al día siguiente, se sirvieron un banquete bastante silencioso, en el cual Lazarus no dejaba de mirar a Kendall, una parte de él quería preguntarle a Kendall y aclarar todas sus dudas, el resto del desayuno fue bastante silencioso, salieron del castillo y reanudaron su viaje, por suerte la lluvia había desaparecido.
-Menos mal dejó de llover, mi capa no resiste otra gota de agua-. Se quejó Mel escurriendo un poco su capa, esperaba que el sol intenso ayudara un poco en el proceso, Lazarus había logrado conjurar una especie de nube negra para resguardarse del sol, caminaron acercándose más al límite de Escocia para atravesar el mar hasta Inglaterra. -¿Cómo cruzaremos esto?-.
-Simple-. Respondió Lazarus comenzando a convertirse en murciélago para cruzar hasta la cuidad más cercana del país inglés, los demás lo miraron sorprendidos, acto seguido los ángeles silenciosos abrieron sus alas y siguieron a Lazarus al otro lado del inmenso mar.
-Nos vemos del otro lado-. Habló Herzel mientras abría sus alas. -A menos que quieras que los lleve-.
-¿Podrás solo con nosotros dos?-. Le preguntó Mel en tono burlón y sin esperarlo sintió como alguien lo levantaba por la parte de atrás de su capa, mientras estiraba un brazo para que Kendall lo sujetara, sin esperarlo lo hizo y poco a poco comenzaron a ascender hasta llegar a donde estaban esperándolos Lazarus y los otros ángeles que siempre iban con ellos, solo quedaron los mellizos.
-¿Listo Mitch?-.
-Listo Met, a Inglaterra-. Ambos esperaron a que las alas metálicas de sus armaduras se abrieran en su totalidad, dejaron escapar un grito de sorpresa antes de salir corriendo un poco sobre el agua y tomar impulso y surcar los aires con una sonrisa en la cara, no tardaron mucho en llegar a donde estaban los demás, hicieron un aterrizaje perfecto. -Listo ya estamos aquí-.
-¿Ahora qué?-.
-Ahora seguir con nuestro rumbo, aún estamos lejos de Londres-. Respondió Kendall reanudando la caminata, cerró los ojos un instante para probar suerte con alguna visión que lo llevara a su hermano o Kobus, sin embargo no logró nada, suspiró frustrado.
-¿Nada?-. Le preguntó Herzel mientras seguían caminando por los inmensos bosques ingleses que no eran mucho como los de Escocia, de un momento a otro se encontraban caminando en medio de las plazas de aquella ciudad inglesa, los mundanos los miraron algo extrañados, en especial a Herzel. -Tranquilos, los mundanos ingleses son un poco más tolerantes que los de escoceses-.
-Herzel-. Le preguntó Met captando su atención. -¿Qué tan reconocido eres aquí en Inglaterra?-.
-Bastante diría yo, la mayoría de los ingleses conocen las hazañas de su rey y su ejército-. En ese momento un pueblerino se acercó a ellos haciendo una pequeña reverencia a Herzel se le hizo bastante conocido. -¿Papá?-.
-¿Herzel?-. Preguntó el anciano viéndolo un poco mejor, al reconocerlo no pudo evitar abrazarlo a pesar de estar lejos mucho tiempo y a pesar de que ya conocían su naturaleza.
-Ha pasado mucho tiempo hijo, mira cuánto has cambiado-.
-Sigo siendo el mismo Herzel de siempre-. Los demás lo miraban extrañado, hasta que percato de la presencia de ellos. -Padre, quiero presentarte a mis compañeros de escuadrón-. Uno a uno se fueron presentando con el padre mundano de Herzel.
-A tu madre le habría gustado venir, pero está ocupada con otros asuntos-.
-Lo sé papá, algún día la visitaré-. Su padre mundano asintió. -Padre, ¿Puedes hacernos un favor?-.
-Claro, lo que sea hijo, lo que sea-.
-Llévanos a un lugar donde mis compañeros y yo podamos descansar de un largo viaje-. En seguida el "padre" de Herzel les hizo señas de que los siguiera, hablarían con el dueño de una de las mansiones más grandes de la ciudad para el cual trabajaba el padre de Herzel...
PALACIO DE NOTTINGHAM, INGLATERRA:
Clara se encontraba demasiado feliz, los rumores de que habían visto a su prometido en el país, habían disparado al máximo su felicidad y ganas de verlo, parecía una niña pequeña y Crowley se tapaba la cara de la vergüenza, Clara se había tomado toda la molestia del mundo en arreglarse para cuando él la viera.
-Lady Clara, ¿No cree que está exagerando un poco acerca de los rumores?-. Le preguntó Crowley del otro lado del vestidor, llevaba casi 20 conjuntos y ninguno la había satisfecho, Clara quería verse linda para él exclusivamente, aunque para los ojos de Herzel siempre iba a estar hermosa.
-Rumores o no Crowley, sé que él está aquí-. Respondió ella probándose el conjunto número 21 y poniéndose un poco más de perfume, Crowley suspiró, la reina podía ser terca e incluso el rey Hans siempre se lo recordaba, salió del vestidor. -Algo me dice que él está en alguna cuidad-.
-Lady Clara, podría ir a investigar si gusta...-. No terminó porque tan pronto escuchó la propuesta comenzó a asentir antes de tirarse a la cama suspirando de alegría, haciendo una pequeña reverencia se retiró para hacer largas rondas y preguntando a los caballeros de la Guardia Real si habían visto a Herzel...
MANSIÓN KNIGTHFALL:
Después de casi dos horas de caminata habían llegado a la mansión, un señor los recibió haciendo una reverencia y casi besando el suelo, disimuladamente Lazarus y Mel lo miraron con desprecio mientras pensaban que esa persona era patética, los guiaron a sus respectivas habitaciones, Lazarus seguía analizando a Kendall con la mirada, después de haber comido y de conversar acerca de qué haría su líder si decidía dejar el escuadrón para continuar por su cuenta la búsqueda de su hermano.
-Estás muy callado Lazarus-. Le dijo Herzel mientras se apoyaba en el balcón donde estaba Lazarus. -¿Tienes ganas de comentar algo, no es así?-.
-¿Acaso lees mentes Herzel?-.
-No, solo que eres muy predecible Lazarus-. Lazarus bufó por lo bajo. -¿Qué es lo que te inquieta?-.
-Es sobre Kendall, creo que él les comentó que tiene una hija perdida-. Herzel asintió. -Yo ya la conocí, pero no sé si sea correcto decirle a Kendall lo que sé o decirle a su hija que lo encontré y así ahorrarle lo que está pasando o decírselo a ella-.
-Es un asunto complicado Lazarus, sabemos por palabras de Kendall que él aún no quiere reencontrarse con su hija, no hasta encontrar a su hermano, podrías decirle lo que sabes a la chica, pero nada asegura que si se ven frente a frente, Kendall la quiera con él en el viaje-.
-Lo sé, pero si hago que cambie de opinión...-.
-Haz lo que desees Lazarus, pero después enfrenta las consecuencias-. Terminó por decirle antes de marcharse a su habitación, Lazarus se quedó pensando un rato antes de entrar para encerrarse en su habitación, justo en ese momento Kendall pasaba por ahí buscando su habitación, se lo pensó dos veces antes de acercarse a él y entablar un conversación normal.
-Ah Lazarus, no esperaba encontrarte por los pasillos, aunque...-.
-Ah no es nada, también estaba buscando mi habitación-.
-Ok, entonces, buenas noches Lazarus-. Iba a doblar una esquina cuando Lazarus poniendo una mano en su hombro lo detuvo. -¿Ocurre algo mi amigo?-.
-Solo quería hablar de algo contigo-. Kendall asintió y lo instó a que lo siguiera mientras hablaban. -Sé que mencionaste que tenías una hija...-.
-¿Qué ocurre con eso?-.
-Kendall, yo conocí a tu hija antes de que cada quién se fuera por su lado-. Kendall se quedó helado, justamente lo que menos quería oír. -Pensaba que tal vez podrías...-.
-¿Ir con ella?-. Kendall soltó una risita. -Créeme que me gustaría Lazarus, pero no puedo y lo saben-. Lazarus iba a reprochar pero Kendall con un gesto se lo impidió. -No creas que no la quiero, la amo o de lo contrario no la hubiera dejado bajo la protección de mi madre o de Ramsey o de Crowley ... Pero no puedo volver hasta que encuentre a Jacob y termine todo este lío-.
-Deberías intentarlo Kendall, sé cómo contactarla-.
-No lo haré Lazarus, así que no trates de convencerme-. Kendall comenzó a caminar dejando a Lazarus atrás, él sabía que tenía que hacer y cumplir con la promesa que se había hecho de encontrar a su hermano y ni dejaría que nadie le cambiase de opinión, eso lo ofuscó un poco.
-¡Cobarde!-. Gritó Lazarus haciendo que Kendall se detuviera, el recuerdo de la pelea con su hermano, lentamente volteó hacia Lazarus con sus ojos totalmente cambiados y Lazarus se puso en guardia, sin esperarlo se movió hacia él con la intención de darle un derechazo, pero con su súper velocidad Lazarus lo esquivó devolviendo el golpe que no dio en su objetivo, siguieron así un par de segundos hasta que dos personas los sujetaron para que dejaran de intentar golpearse. -¡Deberías considerarlo, lo único que estás haciendo es dañarlos a todos!-.
-¡No te metas en lo que no te importa!-. Le gritó de vuelta tratando de zafarse de los brazos de Herzel, mostrando sus colmillos.
-¡Ahg, ya no aguanto tu actitud infantil!-. Le respondió Lazarus soltándose del agarre de Mel y comenzando a caminar a su habitación, lo había intentado pero no había sido como él esperaba, ahora debía buscar a Nessa y esperaba que no reaccionara igual.
-¡Pues entonces vete!, ¡Total nadie te necesita Lazarus!-. Kendall se zafó y se fue a su habitación dejando a todos con la boca abierta sin poder hacer o decir nada más cada uno volvió a su habitación, a la mañana siguiente salieron a desayunar pero se extrañaron de no ver a Lazarus a pesar de que se las habían ingeniado para cubrir las ventanas. -Y dicen que yo soy el cobarde-.
-Mejor cierra la boca Kendall-. Dijo Herzel mientras se levantaba con algo de histeria de la mesa, provocando que los mellizos dejaran de desayunar para verlo, era mejor no hacerlo enojar y reconocer que estaba equivocado no dijo nada, a veces era un poco idiota, se le había pegado eso de su hermano. -Iré a buscarlo para retomar la búsqueda-. Mientras Herzel caminaba a la habitación de Lazarus, los demás terminaron el desayuno, cogieron sus armas y salieron del comedor, apenas Herzel llegó a la habitación, tocó educadamente pero al no recibir respuesta decidió empujar la puerta encontrando la habitación vacía con las ventanas abiertas, suspiró antes de salir tanto por la frustración como por buscar una forma de no liberar su ira; se reunió con sus compañeros y emprendieron la marcha...
BOSQUES DE INGLATERRA:
-Imbécil, menos mal puedo arreglármelas por mi cuenta-. Se quejó Lazarus mientras caminaba resguardándose con tanto con su capa como con la nube negra que había logrado invocar, lo había intentado, simplemente y aunque no pudiese demostrarlo, no quería que una niña tan pequeña se involucrara en algo de gran magnitud solo por ir en busaca de su padre por respuestas, sí podría estar acompañada y talvez se pudieran encontrar de nuevo, pero eso no cambiaría el hecho de que se hubiese peleado ayer con el padre de la chica. Siguió caminando buscando una manera de despejar su mente, pero sin quererlo se le vino a la mente Nessa, ¿Cómo se lo tomaría ella?, se transformó en murciélago y comenzó a volar de nuevo sin rumbo esperando encontrar a Nessa...
EN OTRA ZONA DE LOS BOSQUES:
-¡Qué bien!-. Empezó a hablar Mel mientras seguían la caminata ahora con Herzel a la cabeza, sin embargo Kendall iba a su derecha algo achicopalado. -Un miembro menos del equipo-.
-Mel basta-. Le habló Kendall algo cansado, no tenía ganas de hablar con alguien o entrar en discusión. -No tengo ánimos de hablar o discutir, ahora solo me importa seguir nuestro camino y aclarar todo este lo más rápido posible-.
-Y encontrar a Lazarus-. Hablaron los mellizos al tiempo, el poco tiempo que Lazarus había estado con ellos, los tres se habían llevado bien y se habían ayudado en las batallas, de alguna manera la naturaleza de él los había cautivado, además de sus modales y principios.
-La verdad no creo que vuelva-. Habló Herzel dando por finalizada la conversación, se quedaron en un silencio incómodo mientras caminaban, estuvieron casi tres horas en silencio hasta que algo o más bien alguien se les interpuso en el camino. -¿Crowley?-.
-¡Herzel, qué gusto verte!-. Ambos se dieron un fuerte abrazo, la mirada de Crowley viajó a Kendall e hizo una pequeña reverencia. -Hechicero Supremo-.
-Señor Crowley, no esperaba verlo por aquí-. Le tendió la mano para estrecharla, de alguna manera la presencia de Crowley lo había animado. -¿Qué lo trae por las tierras inglesas?-.
-Venía para darle un mensaje a Herzel pero antes me gustaría hacerle una pregunta a usted, Hechicero Supremo-. Kendall asintió a la espera de lo que tenía que decir Crowley, lo trataba con ese rango después de que le entregara una reliquia que lo identificaba como tal, Ramsey le había enseñado hace mucho que los magos o hechiceros tenían una jerarquía desde Aprendiz hasta Hechicero Supremo y que él se había quedado en Gran Maestro. -¿Cómo va la investigación sobre Kobus, alguna pista?-.
-En efecto, he tenido visiones que me han traído hasta aquí, presiento que hay una conexión entre Kobus y mi hermano, sin embargo aún no la descubro-.
-Ten paciencia Kendall, tarde o temprano lo sabrás-. Giró para ver a Herzel. -El mensaje es de parte de tu prometida, se muere por verte, ¡Incluso me mandó a buscarte!-.
-Tranquilo Crowley dile que emprenderemos rumbo a Nottingham, probablemente en una semana y media estaremos allí-.
-De acuerdo, trataré de convencerla de que supere las ansias de verte, ¡Se probó 21 condenados vestidos solo para que la vieras hermosa!-. Herzel le puso las manos en los hombros mientras suspiraba.
-Crowley, confía en mí, simplemente dile eso y dile que no tiene que probarse tantos vestidos, para mí siempre se verá como la primera vez-.
-¡Qué romántico, creo que iré a vomitar!-. Comentó Mel ganándose una mirada de odio por parte de Herzel, alzó las manos resignado antes de reunirse con los mellizos y comenzar a hablar de cosas triviales, luego de que Crowley se despidiera de ellos deseándole suerte, Kendall comenzó a alejarse un poco de ellos. -Kendall, ¿A dónde vas?-.
-Necesito un tiempo a solas-. Le respondió mirándolo con una determinación extraña. -Nos veremos luego-.
-¿Cómo sabrás donde estamos?-.
-Kindle sabrá guiarme-. En ese momento el fénix de Kendall surcó el cielo posándose en uno de los hombros de su amo, Mel asintió a modo de aprobación antes de tomar caminos diferentes, el escuadrón retomó el rumbo con Herzel y Mel a la cabeza, siguieron caminando bajo un sol que comenzaba a esconderse tras las nubes...
DE VUELTA A ESCOCIA:
Después de tanto tiempo caminando y de no haber encontrado a Nessa, casi inconscientemente había cruzado de nuevo el mar hasta Inglaterra en busca del lugar donde se habían quedado el primer día que habían llegado, su mente no pudo evitar mostrarle el recuerdo amargo de la pelea entre los dos, él simplemente quería (como todos) que esta guerra innecesaria acabara y todo volviera a ser como antes, aunque a él le costase volver a Irlanda y tratar de llevar una vida normal, deshaciendo sus pensamientos siguió caminando, cuando los truenos amenazaron con desatar una tormenta acompañada de lluvia.
-Qué bien, debo encontrar un lugar donde por lo menos me pueda resguardar de la lluvia-. Se cerró más la capa que solía llevar y caminó hacia el lugar que había divisado, aquel bar de mala muerte tenía las paredes grises, puerta marrón algo desgastada y tenía unas pocas luces prendidas, suspiró antes de caminar y cruzar la puerta, entró y se bajó su capa para descubrir su rostro, el mesero se le acercó para tomar su orden. -Un whisky doble por favor-.
-Lo mismo que pidió él-. Lazarus se sorprendió al escuchar la voz de la persona que acababa de tomar asiento a su lado, precisamente la persona que menos quería ver estaba ahí...
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