CAPÍTULO VIII: IRA LICAN
GLASGOW, ESCOCIA:
Después del incidente que había ocurrido antes de que retomaran su marcha de nuevo a Londres, el equipo ya contaba con un nuevo miembro, Lazarus se había unido (aunque con algo de insistencia por parte de Kendall), día tras día él iba lidiando con esa nueva parte de su vida, constantemente tenía cambios de humor y Lazarus, que ya lo había vivido en carne propia, se encargaba de ayudarlo para que no pasara por lo mismo que él, pero a medida que se acostumbraba a vivir con esa maldición dentro de él, la unión entre él y Kindle cada vez se había más fuerte e intensa; eso lo ayudaba a darse cuenta de ciertas cosas con relación a sus compañeros de escuadrón, si de algo estaba seguro era de que ninguno (aparte de Herzel, del cual ya sabía su secreto) era completamente un centinela, con el tiempo el destino haría de las suyas para sacar la verdad a flote.
Iban caminando por los bosques de la cuidad de Glasgow, cuando Mel escuchó a un grupo de personas caminar, adoptó una de sus típicas poses cuando debía estar alerta, pero se levantó inmediatamente al presentir peligro.
-¡Cubran...!-. Se vio interrumpido cuando de un momento a otro una flecha atravesó el aire yendo a parar de lleno en el corazón de uno de los mellizos, los demás se cubrieron menos ellos dos, después de la lluvia de flechas comenzaron a mirar hacia todos los ángulos posibles en busca de algún indicio del atacante, todo era silencioso hasta que el menor de los mellizos comenzó a gritar desesperado, mientras miraba hacia arriba, inevitablemente Mel comenzó a gruñir como perro rabioso y aquello no pasó desapercibido para Lazarus.
-¡Nunca termina!-. Exclamó mientras se sacaba la flecha de su corazón sin derramar gota alguna de sangre, su hermano que era el que había recibido casi todas las flechas también comenzaba a sacarlas sin problema alguno, sus compañeros los miraban raro, era evidente que querían una explicación.
-Vaya, parece que pon fin lograste tu transformación completa Kendall-.Lazarus se dio cuenta de aquello y todos centraron su vista en Kendall, algo desesperado y por mero instinto él y Kindle habían logrado su conexión total, Kendall era una especie de fénix humanoide de color entre naranja y dorado, ojos dorados y unas hermosas alas doradas, su proceso de despertar aún más su poderes estaba concluido, su mente viajó a la última sesión que tuvo con Ramsey antes de tener sus encuentros casuales con Dalton y posteriormente terminar trabajando codo con codo.
FLASHBACK:
Tras un arduo trabajo, Ramsey consideraba que Kendall estaba listo y ya no necesitaba más de su ayuda, sin embargo había algo que aún debía hacer Kendall, dependía plenamente de él lograr la conexión total con su animal espiritual, cuando él lograra eso, ya habría despertado todos sus poderes.
-Mírate, y pensar que solo eras un niño perdido en busca de su hermano-. Comenzó hablando Ramsey mientras guardaban todo lo que habían utilizado en la lección. -Ahora eres alguien más maduro y un gran Hechicero Supremo-.
-Y todo gracias a ti Ramsey-. Terminaron de guardar las cosas, Kendall se dirigió a la puerta, estaba listo para comenzar su viaje, con más conocimientos y habilidades. -Así que esto es todo, ¿Verdad?-.
-Aún te falta algo, pero depende plenamente de ti-.
-¿Qué?-.
-La conexión total entre Kindle y tú, cuando logres eso, tu proceso estará terminado-. Hizo una pequeña pausa antes de abrir la puerta. -Lo que me sorprende es que a tu hermano le tomó un solo día, sospecho que tuvo que hacer algo más para ello, ese proceso es demasiado complicado así seas un hechicero supremo-.
-¿Algo como un juramento?-.
-Podría ser, te deseo suerte en tu viaje-.
-Antes de irme, necesito que hagas algo por mi-. Ramsey asintió. -Ve a visitar a mi madre y ayúdala con Nessa, ella te dirá qué hacer-...
-Sí, creo que ya desperté mis poderes al máximo-. Se dirigió hacia los mellizos-. ¿Están bien?, ¿Lograron ver al atacante?-.
-No pero estas son...-. Met se sacó una de las flechas que tenía en el brazo para verla mejor, era de un fino color ocre. -Flechas de enanos-. Tan pronto como terminaron de sacar las flechas, una pequeña tropa de enanos montados a caballo se acercó a ellos, sin razón alguna alzaron sus armas contra ellos.
-¿Quiénes son ustedes y para quién trabajan?-. Preguntó el enano líder que tenía cabello negro, barba, era fornido y vestía con una refinada armadura con el logotipo de un dragón dorado con rojo.
-Somos centinelas, luchamos por el mismo propósito de ustedes-. Habló Herzel metiendo paz entre ambos grupos, los enanos bajaron sus armas, por muy extraño que sonara respetaban a los seres de naturaleza superior, excepto los elfos, por una extraña traición que tuvo lugar hace mucho tiempo, algunos miraron a Kendall pero decidieron no decir nada.
-Parecen ser de confianza, últimamente no sabemos en quién confiar-. Comenzó hablando el líder cuando hubieron encontrado un sitio para hacer una pequeña pausa. -Después de lo que pasó en este pueblo, perdimos toda esperanza, somos los únicos sobrevivientes de la tragedia cuando unos seres provenientes de la misma oscuridad, arrasaron con el pueblo para robar nuestra plata, para formar armas y dárselas a esos seres oscuros-.
-¿Cómo eran esos seres oscuros?-. Preguntó Kendall.
-Tenían piel blanca, ojos rojos, se parecían mucho a su compañero-.
-No eran personas-. Habló Lazarus captando la atención del líder de los enanos que lo había señalado previamente. -Esos seres eran Nosferatus, están bajos las ordenes del Brujo Maestro, no le importa qué pueblos arrasar o a cuánta gente masacrar hasta conseguir su objetivo, está buscando materiales con los cuales puedan hacer armas para sus secuaces, humanos o monstruos -. Siguieron caminando un poco hasta que tomaron rumbos diferentes, se detuvieron en un punto algo alejado para acampar, todos sabían que había una conversación pendiente, sin embargo esa conversación no se dio ese día, lo que más importaba era cuidar y ayudar a Kendall en caso de que perdiera la batalla contra el Brujo Maestro, por suerte Kendall no se rendía tan fácilmente y había logrado que el Brujo Maestro lo dejara en paz.
-Gracias por ayudarme Lazarus-.
-Con gusto, pero ahora el que debe lidiar con eso soy yo, sin embargo eso no implica que deje de buscarte-. Siguieron caminando mientras la noche seguía cayendo, faltaban cuatro días para que hubiese otra luna llena. -Cuatro días para luna llena-. Dijo como si nada pero mirando sutilmente a Mel.
-Debemos estar alerta, quizás Mel haya aparecido y sobrevivido, pero eso no implica que el Hombre Lobo se quede sin atacar-. Comenzó hablando Kendall una vez se detuvieron para armas las carpas donde iban a descansar.
-Pido la primera ronda-. Se apresuró en decir Mel, Lazarus lo miraba con desconfianza, sin que Mel lo notara comenzó a examinarlo, se fijó en las cicatrices que tenía, en especial la del rostro sutilmente se miró las suyas, tenían un parecido sorprendente, algo en su interior le decía que debía vigilar a Mel, algo interno le decía que se anduviera con cuidado.
-Bien Mel, la primera ronda es tuya...-.
-Me pido la segunda ronda-. Habló Lazarus, Kendall le dio el visto bueno, Lazarus y Mel se miraban el uno al otro con ganas de golpearse de gravedad, tenían ganas de pelear entre ambos a sangre fría y hasta la muerte, la noche cayó con tranquilidad, Mel se quedó despierto pero podía jurar que alguien lo observaba.
-Creo que hay un asqueroso Nosferatu vigilándote-. Habló Amoux a medida que Mel comenzaba a alejarse un poco del grupo, Lazarus lo siguió convertido en murciélago para no parecer sospechoso.
-Debe ser ese tal Lazarus, desde que llegó no ha parado de analizarme, sospecho que ya lo sabe-.
-¡Maldita sea!, seguro que ya lo descubrió, por eso no te quita el ojo de encima-. Mel se llevó las manos a su cabello expresando exasperación, iba a acabar con él, nadie debe saber su secreto, pero como estaban las cosas, pensaba que era tarde. -Escucha Mel, no desesperes, pronto le daremos un merecido y tú serás libre-.
-Creo que tenías razón Amoux respecto a volver, debí haber seguido viviendo en las sombras, lo digo tanto por mi enemigo como por... No quiero herir a nadie, Amoux-.
-Tal vez, pero te daré una segunda oportunidad, no la eches a perder-.
-Confía en mí, no te decepcionaré-. De nuevo volvió para el cambio de guardia y fingió dormir, Lazarus comenzó a hacer guardia, su mente no paraba de trabajar buscando una conclusión respecto a lo que había visto y escuchado, mentalmente se preguntaba: ¿De qué secreto hablaban Mel y Amoux?, ¿Quién era Amoux?, en intervalos de tiempo dedicaba miradas a Mel, si estaba ocultando algo, debía descubrirlo.
Los dos días siguientes transcurrieron de igual manera, Mel comenzaba a ser más distante, Lazarus sabía que sus sospechas eran ciertas y que Mel les había mentido acerca de cómo había sobrevivido, tenía que decirle a Kendall, pero siempre que trataba de hablar con él, Mel aparecía de la nada y se quedaban hablando por horas.
-Lazarus, estás muy callado-. Le habló Herzel mientras le ofrecía un vaso de vino y se sentaba a su lado. -¿Hay algo que quieras decirme?-.
-Mel me parece un tipo raro-.
-Tienes razón Lazarus, Mel sobrepasa el concepto de raro, creo que desde ese día no ha vuelto a ser el mismo-.
-¿A qué te refieres?-.
-No sé muy bien lo que pasó, pero fue tan grave que tuvo que deshacerse de su vieja armadura, quedó rasgada, bastante destrozada, lo que sea que haya causado ese daño era fuerte, pues daño la armadura como si fuera de plástico y hasta la fecha solo Dalton y un hechicero ocultista algo mayor saben qué pasó ese día con Mel-.
-Ya veo-. De nuevo se quedaron en silencio hasta que cayó la noche completamente, un día más y habría luna llena, Mel comenzaba a ser más temperamental, casi se van a los golpes con Lazarus de no ser porque este haciendo uso de mu magia lo mandó a volar. -Lunático-.
-Eso mismo debería decir yo, me mandaste a volar-.
-¡Tú empezaste, maldito imbécil!-.
-¡Acabemos con esto!-. Iban a correr pero Kendall detuvo a Lazarus por el cuello de su gabardina y Herzel detenía a Mel sujetándolo por detrás mientras seguían gritándose mutuamente, jurando que alguno moriría, se decían palabras fuertes y deseaban que el otro hubiera muerto.
-¡No me hagan amarrarlos y llevarlos como si fueran prisioneros de guerra!-. Habló Kendall, comenzaron a forcejear mientras seguían discutiendo, Lazarus se sacudió soltándose del agarre de Kendall, pero no salió corriendo contra Mel, estaba calmado.
-¡Al que deberían amarrar es a ese idiota colmilludo!-. Alegó Mel tratando de liberarse, tenía los ojos inyectados en furia. -¡No debimos haberlo dejado entrar en el escuadrón!, ¡Tiene sangre maldita y cuando menos lo esperemos, nos entregará a su señor!-.
-¡¿A mí?, al que deberían amarrar es a ti que comenzaste a atacarme sin razón!-. Respondió Lazarus que había logrado soltarse de Kendall, señalaba a Mel, moría de ganas de decirle lo que había descubierto. -¡Eres patético, estás cegado por tu ira, jamás apoyaría los planes de un sádico asesino!-.
-No importa quién haya sido, no es momento de pelear entre nosotros, ¿Está claro?-. Habló Kendall y los dos asintieron, aunque Mel lo hizo de mala voluntad, tuvieron que ponerlos a 15 metros y trazar una línea con fuego que solo podía invocar Herzel, ese fuego podía destruir a cualquier entidad maligna que intentara tocarlo, pero a pesar de estar lejos no paraban de lanzarse odio con las miradas. -No puedo creerlo, ¿Acaso tocará vendarlos?-.
-No les des tanta importancia Kendall-. Le habló Herzel. -Además sabes como es Mel de temperamental desde ese día, me pregunto qué habrá sido, aunque parece ser que esos dos tienen un rivalidad más allá-.
-Lo sé, hasta donde Ramsey me había enseñado, los Magistrav son seres pacíficos, pero Lazarus...-.
-Mira, todos hemos cambiado sea porque quisimos o porque algo o alguien nos forzó a eso, además Lazarus también es algo irascible, más cuando lo fastidia ese Brujo Maestro-. Cuando ya era la última noche para luna llena, en la cual la luna brillaría con más intensidad, la luna comenzaba a aparecerse, de nuevo optaron por hacer guardias cada hora, iba a ser luna llena; Mel disimuladamente comenzó a alejarse hasta cierto punto, sabía lo que iba a pasar, comenzó a irse lejos de todos, no podía arriesgarse a que lo descubrieran o a herir a alguien.
-Unos pocos minutos y podrás cumplir tu palabra Mel-. Comenzó hablando Amoux.
-Lo sé y es lo que más deseo, pero me asusta-. Amoux gruñó de fastidio. -Estas personas no tienen nada que ver, ellos no son el enemigo-.
-Tranquilo Mel, el único que nos importa de verdad es ese Nosferatu, tus "amigos" no serán parte del show-. Con demasiada lentitud, Lazarus caminaba hacia ellos, estaba a punto de descubrir lo que sospechaba desde hace tiempo, algunos rayos de luz que caían mostraban la sombra de Mel similar a la de un Hombre Lobo, abrió los ojos mientras sus colmillos se volvían más prominentes.
-Confío en ti Amoux, no puedo esperar más-.
-Tú-. Apareció Lazarus provocando que Mel lo viera con sorpresa e ira. -Sospechaba que tenías algo que ver con el Hombre Lobo, sé que eres uno y aquí está la prueba-.
-Brillante Lazarus-. Lo felicitó irónicamente Mel, mientras Lazarus se le acercaba y él comenzaba a retroceder, la luna poco a poco comenzaba a brillar más. -Haz hecho el descubrimiento del siglo-.
-Trataba de avisarle a Kendall y a los demás, pero siempre aparecías de la nada-. Se quedó callado mientras dirigía una mirada breve al campamento. -Es hora de que lo sepan-.
-Yo no lo creo-. Se abalanzó sobre él y comenzaron a rodar, poco a poco Mel iba convirtiéndose dolorosamente en un licántropo, Lazarus aprovechó ese momento para correr hacia el campamento y alistar sus armas.
-¡Despierten!-. Alcanzó a gritar antes de escuchar un potente aullido detrás de él, al sentir que le iba a caer un zarpazo, rodó hacia la derecha y sacó sus espadas, corrió hacia Mel hiriéndolo con las espadas, alcanzó a cortarlo haciéndolo aullar de dolor. -No tengo toda la maldita noche para exponerte-...
-Kendall, ¿Qué ocurre?-. Le preguntó Herzel mientras se levantaban.
-Escuché un grito, creo que era de Lazarus-. Miraron hacia las carpas que estaban vacías y al escuchar el aullido de nuevo, salieron corriendo solo para encontrar a Lazarus corriendo sin armas hacia un corpulento Hombre Lobo que también corría con un puño extendido, se quedaron en silencio, Mel se llevó a Lazarus no sin antes ganarse un buen derechazo, lo alcanzó a rasguñar el brazo para desprotegerlo, y luego lo arrojó lejos contra un árbol para dirigirse a ellos.
-Maldito sea-. Se quejó mientras se levantaba con algo de pesadez, sangraba en exceso pero no se iba a rendir, sus espadas estaban más lejos de lo que pudiera imaginar, se limpió la sangre que salía de su boca antes de salir corriendo hacia Mel, cuando estaba por atacar a Kendall, Lazarus se le abalanzó encima. -¡Váyanse lejos, yo me encargo de él!-. Alcanzó a decir antes de que Mel lo sujetara con una de sus manos y propinarle un zarpazo haciendo que Lazarus se reventara la garganta del dolor, de nuevo lo arrojó lejos, estrellándolo contra un árbol.
-¡Lazarus!-. Gritó Kendall dispuesto a correr hacia Mel para que no matara a Lazarus, pero Herzel lo detuvo. -
-¡Quédate aquí Kendall!-.
-No puedo, no puedo dejar que lo maten-. Mel caminaba de nuevo hacia Lazarus que de nuevo estaba tratando de levantarse, su ropa había quedado completamente rasgada, su cuerpo parecía desgarrado, dejando a la vista algunas capas de piel, huesos y órganos, Mel gruño con enojo.
-El maldito no se rinde, vamos Mel acaba con él, te queda poco tiempo-. Amoux lo instó a terminar el trabajo, Mel enseñó sus dientes antes de salir corriendo hacia Lazarus, Lazarus miró con determinación a su oponente antes de salir corriendo para taclearlo, Lazarus gritó antes de llevarse a Mel con el peso de su cuerpo y posteriormente caer derrotado, Mel estaba a punto de morderlo cuando la luna comenzó a cubrirse y desaparecer, poco a poco Mel comenzaba a regresar a su forma humana mientras se quejaba y los del escuadrón comenzaban a acercarse.
-Co... Cobarde-. Alcanzó a decir Lazarus antes de comenzar a toser botando sangre, Mel lo miraba entre asustado y confundido, Kendall se les acercó. -Mel... Mel, es un Hom...-.
-No trates de hablar-. Le dijo mientras llamaba a Herzel para que le ayudara a curarlo, luego miró a Mel con duda. -¿Mel?-.
-Yo, lo siento Kendall, no quise hacerlo, lo juro-. Comenzó a hablar Mel algo nervioso y desesperado, ninguno entendía lo que estaba pasando, Mel tomó aire antes de explicarlo todo, algo dentro de él se removió. -Yo soy el Hombre Lobo que ha causado los ataques-.
-Mel, no puede ser cierto-.
-Desgraciadamente lo es Kendall-. Mientras Herzel atendía a Lazarus vendándolo y brindándole pociones de sangre, Met se encargó de conseguir algo para vestir a Mel. -Ese día en el que tuve que cambiar mi armadura, un Hombre Lobo me atacó, trató de morderme pero me mantuve a raya hasta que me lanzó el zarpazo que rasgaría mi armadura, me lanzó otro a la cara-. Se señaló las tres cicatrices que surcaban su rostro. -Después y como estaba lejos del escuadrón, el tuvo la oportunidad de atacarme, me cubrí pero no sirvió de nada, una vez mordido no hay marcha atrás-.
-Debemos llevarlo dentro, está muy débil-. Habló Herzel mientras era ayudado por Mitch a levantar la camilla en la que estaba Lazarus, Kendall comenzó a caminar pero Mel no se movió de lugar, Kendall volteó a verlo.
-Mel, ¿Qué estás haciendo?-.
-No pienso volver-. Kendall iba a decirle algo pero Mel lo interrumpió. -No Kendall, casi asesino a Lazarus solo por mi maldita naturaleza, no puedo controlarme cuando sale la luna llena y lo que menos quiero hacer es matar a uno de ustedes-. Comenzaba a quebrarse, estaba disculpándose de corazón, él era una persona pacífica y amable, su demonio era Amoux que salía con cada luna llena, cegado por el odio, ira y venganza, era todo lo opuesto. -Lo siento pero hasta aquí llega mi viaje con ustedes-.
-Mel, estoy seguro de que encontraremos una forma de que puedas lidiar contra eso-.
-Es imposible Kendall, no es lo mismo que lidiar con una maldición por un espectro, ahora tengo que lidiar conmigo mismo cada insoportable luna llena, ¿Sabes lo que es eso?-.
-Mel, si algo me decía Dalton cada vez que me abrumaba por mi pasado, era que jamás dejara que me hiciera su prisionero, una vez prisionero del pasado o de las desgracias tu vida se empeora porque vives recordando cosas que es mejor olvidar, vives atormentándote por cosas que ni siquiera fueron tu culpa y al final solo gana el resentimiento y la resignación, eso lo decides tu-.
-Qué conmovedor, me da asco el sentimentalismo-. Habló Amoux. - Pero creo que puedo hacer una excepción, has sido un muy buen amo, y he de reconocer que no odio a los Nosferatu, es solo que al principio es difícil controlarte al verlos, reaccionas por instinto, sin embargo solo seguía ordenes, pero ahora que estamos unidos tú y yo, he renunciado a eso-.
-Bien, seguiré con el escuadrón, aunque me siento mal por Lazarus, casi lo despezado y pensar que se sacrificó por ustedes-.
-Descuida, se pondrá bien y podrán arreglar sus diferencias, tal vez él lo pueda comprender-.
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