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CAPÍTULO IV: DISTURBIOS NOCTURNOS

@AnaReycas Dedico este capítulo a ti

Desde hace varias noches, distintas ciudades de los grandes reinos tanto mundanos como mágicos, estaban aterrados por los sonidos de la noche, varias personas y animales aparecían con rasguños y mordidas o al borde de la muerte por la gravedad de las mismas, en algunos casos, tomaban la decisión de asesinar a esas personas, ya fuera en la orca, con fuego o fusiladas, sin embargo los ataques y muertes iban en aumento a pesar de las medidas que habían tomado, como por ejemplo enviar a sus mejores hombres a cazar a la bestia, nada servía y casi ningún miembro de esos grupos volvía con vida, otras personas aseguraban escuchar lamentos y aullidos provenientes del bosque después de cierta hora cuando la luna estaba en su total esplendor.

 Por sugerencia de Herzel el escuadrón había decidido hacer un recorrido por toda Inglaterra tanto para buscar a Mel como para atrapar al culpable de esos ataques nocturnos,  habían escuchado varios testimonios, visto a personas que habían sido atacadas por la bestia y hablado con personas que habían perdido al alguien a manos de la bestia nocturna, todo apuntaba a un ser nocturno que solo se manifiesta durante la noche llena, caminaban atentos a todo y a cualquier movimiento, pero a pesar de haber hecho la sugerencia, Herzel estaba un poco achicopalado.

-Anímate Herzel, al menos verás a tu amada-. Trató de bromearle Kendall mientras caminaba, sin embargo Herzel seguía cabizbajo. -¿Es por la bestia?-.

-No, es por que no sé cómo decirle la verdad a ella, de lo que soy, no quiero que me rechace y menos con lo que está pasando ahora-.

-Vamos Herzel, ella sabrá aceptarlo, te lo aseguro-. Su charla se vio interrumpida cuando a lo lejos divisaron a un anciano que se llevaba la mano a su pecho el cual estaba bastante abierto y desgarrado, tras él había un rastro inmenso de sangre, Met lo alcanzó a sujetar antes de que fuera a dar de lleno contra el piso, su pecho estaba destrozado, la bestia le había perforado los pulmones, el corazón y parte del hígado además de haber rasgado su pecho y parte de su rostro, comenzó a escupir sangre.

-Es otra víctima de la bestia-. Avisó Mitch al resto del escuadrón mientras examinaba las heridas del anciano y trataba de curarlo con sus poderes de centinela. -Debemos intentar sacarle información antes de que muera-.

-Bien, ¿Recuerda algo del ataque señor?-. Preguntó Kendall, el anciano se quejó antes de hablar con bastante dificultad.

-No... No mucho, solo recuerdo unos o... Unos ojos rojos y un... Un aullido-. Todos tenían caras serias mientras escuchaban lo que alcanzaba a decir el señor. -También había una sombra enorme, bastante gran... Grande para ser humana y tenía enormes dientes-. Tosió una vez más mientras Mitch trataba de curarlo. -Por ... Por favor, atrapen al monstruo-. 

-No es cualquier monstruo-. Habló Met captando la atención de los demás. -Es un hombre lobo, las heridas del hombre coinciden con las garras de un ser de su clase, además de los aullidos y el hecho de que solo se manifieste en luna llena-. El anciano comenzó a agonizar mientras temblaba hasta morir, Mitch lo soltó lamentándose.

-No pude salvarlo, el daño era mucho, además ese tipo de heridas están fuera de mi alcance-. 

-No es tu culpa Mitch, ahora solo nos queda seguir investigando, podemos iniciar siguiendo el rastro que dejó el anciano, además nos dividiremos, Herzel y los mellizos irán a buscar a Mel, yo seguiré buscando al hombre lobo junto a ellos dos-...

BOSQUES DE INGLATERRA:

Respirando con dificultad, un hombre de gran estatura, a medio vestir, cubierto de sangre, con uno que otro rasguño que le habían causado cuando sus víctimas trataban de defenderse de sus ataques, gritaba de dolor a medida que su cuerpo volvía a la normalidad, cayó de rodillas en el césped mientras lloraba, se maldecía a sí mismo por ser como era, aunque él no lo había deseado, fue una jugada muy sucia del destino en su contra que ahora lo tenía viviendo miserablemente.

-¡Dios!-. Gritó a los cielos desesperado apretando las manos para reprimir el dolor insoportable de la transformación. -¡¿Por qué me castigas de esta forma?!, ¡¿Qué he hecho yo para merecerme esto?!-. Abrió las manos y con ellas comenzó a recorrer todo su cuerpo encontrando heridas abiertas, sintió la sangre brotar de su cuerpo mientras se mezclaba con la sangre que ya tenía untada antes, comenzó a olfatear con su sentido súper desarrollado, presentía peligro, debía irse lo más pronto de ahí, con algo de dificultad se levantó y comenzó a correr para perderse entre los árboles ...

NOTTINGHAM, INGLATERRA:

Nottingham, la reconocida ciudad de Inglaterra, cuna de la leyenda de Robin Hood y uno de los castillos más famosos del país, ubicada en las tierras medias orientales, ofrecía una vista impresionante de sus habitantes en su rutina habitual ya fuera vendiendo o comprando cosas en las plazas, todos se detuvieron cuando vieron a Herzel, algunos comenzaron a hacer reverencias mientras le decían buenos deseos a medida que ellos pasaban en medio de los pueblerinos, los mellizos no entendían nada de nada.

-¿Por qué todos te tratan como si fueras un rey y te reverencian?-. Le preguntó Met.

-Verás, soy el prometido de ...-. Se detuvo al ver a Clara a lo lejos caminando con su vestido de manera elegante, sonrió tontamente antes de comenzar a caminar hacia ella. -La princesa de Nottingham-. Clara también lo vio y comenzó a correr hacia él, cuando llegó se colgó literalmente sobre él quedando frente a frente, tomó su rostro antes de depositar un beso profundo en él. -Esta sí es una buena bienvenida-.

-Puede mejorar si quieres-. Le dijo ella seductoramente mientras él la bajaba lentamente, mirándola con una ceja arqueada, había olvidado cuando fue la última vez que ella le había hablado así antes de que se fuera a trabajar con Dalton, le ofreció su brazo caballerosamente y comenzaron a caminar. -¿Quienes son los caballeros que te acompañan?-. 

-Son compañeros de armas del escuadrón, los mellizos Schmidt, él es Met-. Señaló al mellizo que estaba a su izquierda, tenía una armadura cobre rojiza y se inclinó haciendo una breve reverencia para saludarla. -Y él es Mitch-. Mitch, que tenía una armadura cobre café, se acercó a ella para tomar su mano y depositar un beso en su dorso, continuaron la marcha hasta entrar en el castillo, les asignaron la habitación que usarían por tres días, agradecieron y los mellizos comenzaron a quitarse su armadura mientras conversaban lo que habían encontrado del hombre lobo.

 Herzel y Clara se fueron a su habitación, se quitó su armadura quedando solamente con su camisa a medio cerrar y un pantalón oscuro de cuero, después de reunirse en la habitación, él no pudo evitar aprisionarla en su brazos para besarla profundamente mientras la llevaba a la cama con delicadeza y ella se pegaba más a él, aspirando su aroma, ese aroma que tanto le gustaba y descolocaba, se acostaron y revivieron esos momentos sin necesidad de recurrir al sexo, solo bastaron unas cuantas muestras de cariño y besos para reavivar el amor profundo que había entre ellos, para ambos solo bastaba que el uno siempre estuviera ahí incondicionalmente para el otro.

-Echaba me menos hacer esto contigo-. Le habló ella mientras descansaba sobre su pecho desnudo y él acariciaba su cabello, faltaba poco para la boda de ambos, el padre de Clara, el rey Hans, era el que lo había planeado todo, el mismo rey era el que le había dado la mano de Clara, sin embargo era una lástima que no pudiese ver a su hija en un momento tan importante, una maldición lo había dejado herido de muerte y por más que trataron de anularla, no pudieron y antes de morir el rey le hizo jurar a Herzel que protegería hasta con su propia vida, Herzel aceptó antes de que la última gota de luz que había en los ojos del rey se desvaneciera.

-Yo igual-. Se volteó para verla de frente y sujetarle una mano. -Hay algo que debo decirte cariño, pero no sé si estas lista para oírlo-.

-¿Es por lo que me dijo Crowley sobre Lilith?-. El asintió sujetando más fuerte sus manos. -Lo que no entiendo es qué tiene que ver contigo-. 

-Verás, yo... No soy un humano completamente-.

-¿De qué hablas Herzel?-. Clara lo miró algo confusa mientras él se levantaba de la cama aún sujetando sus manos, comenzó a caminar hacia atrás para hasta llegar al balcón donde se pararía en el borde, eso la alarmó más. -¿Qué estás haciendo?-.

-Confía en mí-. Le dijo él sujetando una de sus mejillas, suspiró antes de preguntarle para luego saltar del balcón. -¿Segura que quieres saber la respuesta, querida?-.

-No me importa cariño, solo quiero que estemos a salvo para siempre-. Herzel asintió antes saltar por el balcón hacia atrás, escuchando un grito de Clara, al no verlo comenzó a llorar, por otro lado Herzel mientras caía de espaldas con los ojos cerrados se concentró en abrir sus alas y lograr su transformación completa, sus cuernos color negro como obsidianas comenzaban a salir al igual que su cola, cuando sitió que el proceso estaba terminado hizo un mortal para impulsarse en el suelo y volver a tomar vuelo hacia el balcón, cuando Clara escuchó unos aleteos cerca de ella se volteó para verlo mejor. -¿Herzel?-.

-Sí querida, soy yo, esto es lo que soy, un híbrido-. Lentamente comenzó a acercarse a él estirando una mano a su rostro, cerró los ojos algo abatido, conteniéndose de llorar. -Entenderé si crees que soy un monstruo o si quieres alejarte de mí o...-. Lo interrumpió con un abrazo, aprovechando para sentir sus alas más de cerca, le sujetó el rostro con firmeza limpiando algunas lágrimas que había dejado escapar sin quererlo.

-No podría alejarme de ti Herzel, no importa si eres un híbrido, porque mi amor por ti es más fuerte que cualquier cosa en el mundo-. Eso le arrancó una sonrisa, le levantó el mentón antes de decirle : "nuestro amor es más fuerte", ambos se perdieron en los ojos del otro y Herzel expresó su satisfacción con un beso profundo. -¿Por qué no damos un paseo?-.

-Tus deseos son órdenes, mi Lady-. La atrajo más a él antes de elevarse y abrir sus alas para perderse en la noche estrellada que cubría los cielos de la ciudad de Nottingham...

BOSQUES DE INGLATERRA:

La luna llena se alzaba de nuevo, iluminando el camino de algunas personas que apreciaban la luna como su fuera la octava maravilla del mundo,  lo que para algunos era digno de admirar sin temor, para una persona significaba una maldición, sabía lo que estaba por venir, estaba por ocultarse cuando un grupo de personas cuyos colmillos relucían lo habían rodeado, comenzó a caminar hacia atrás alzando las manos.

-Déjenme ir, por favor-. Comenzaron a acercarse más a él. -No quiero problemas, solo quiero irme de aquí-.

-No podemos dejar ir a nuestra presa-. Habló uno de ellos, poco a poco la luna comenzaba a iluminar esa área, siguieron caminando hacia él amenazadoramente, comenzó a sentir dolores en el cuerpo, de nuevo estaba por comenzar su agonía, apretó los dientes aguantando el dolor, estaban por atacarlo cuando la luna lo iluminó completamente, sus ojos cambiaron a un rojo intenso, las uñas de sus manos comenzaron a oscurecerse y a crecer afiladas, sus piernas comenzaron a crecer más y más, su cuerpo lentamente se llenaba de pelo negro y comenzaba a aumentar de estatura, sus dientes era afilados y producía mucha saliva, cuando su transformación hubo terminado aulló con todas las fuerzas de su interior asustando a los Nosferatus que lo estaban acorralando, se abalanzó sobre ellos y les desfiguró el rostro de una manera atroz, dejándolos irreconocibles, se ensañó con el que le había hablado al principio y comenzó a devorar su cuerpo.

-El bastardo Nosferatu sabe demasiado bien-. Su subconsciente comenzaba a hablar mientras se saboreaba, siguió comiendo un poco más. -Después de todo los Nosferatu y los Werewolves han sido enemigos por años, así que... ¿Por qué no buscar más como ellos para alimentarnos?, total nada nos lo impide-...

NOTTINGHAM, INGLATERRA:

La mañana había caído, una feliz Clara despertó sintiendo un brazo musculoso rodeándola, se apegó más al híbrido que estaba en la misma cama con las sábanas enredadas entre ellos, SU híbrido, el cual dormía con una sonrisa en la cara, estaba en paz, su prometida lo había aceptado tal y como era, lentamente comenzó a abrir sus ojos aguamarina para mirarla y sonreírle, antes de cambiar de posición para abrazarla y susurrarle en el oído.

-Buenos días-. 

-Buenos días, "cuernitos"-. Le dijo para fastidiarlo, pero no se esperaba que él la empujara hasta posarse sobre ella mientras sonreía engreídamente, ella solo reía mientras se dedicaba a admirar su cuerpo y se lo imaginaba con las alas desplegadas frente a ella.

-¿Te divierto?-. Le preguntó acercándose amenazadoramente a su rostro y ella asintió antes de darle un beso, se levantaron y comenzaron a caminar por los jardines hablando de los viajes de Herzel con sus compañeros de escuadrón, a lo lejos divisaron a alguien elegantemente vestido, Herzel sonrió.

-Herzel Joel Jonestone-. Comenzó a hablar Crowley mientras se quitaba el sombrero para saludarlos con una sonrisa de satisfacción.

-Crowley, es un placer verte, ¿Cómo va todo?-.

-Bien, aunque los rumores no tanto, hay carteles en casi todo el reino que ofrecen recompensa por atrapar a un hombre lobo-. 

-Esa es precisamente la razón por la que estoy aquí, aparte de visitar a mi bella dama, claro, necesitaba asegurarme de que estuvieras haciendo bien tu trabajo-. Crowley se quedó mirándole algo indignado, después se centró en los cuernos y la cola, carraspeó.

-Supongo que ya le contaste la verdad-. Herzel asintió. -Pero también supongo que estas aprendiendo a manejarlo-.

-La verdad, no he sentido nada raro Crowley-. 

-Es bueno oírlo, muy linda la charla y tengo que dejarlos-. Comenzó a caminar hacia las puertas del castillo. -Ah, se me olvidaba, ten esto-. Sacó un pequeño frasco con un líquido transparente y se lo arrojó, Herzel lo agarró. -Para los cuernos y la cola, así no los verán-.

-Gracias Crowley-. Siguieron estaban por doblar una esquina cuando Herzel tuvo que tirarse a unos matorrales cuando vio a los mellizos. -Ay demonios-. Se quejó por haberse aplastado su cola y algo preocupado de haber roto el frasco.

-¿Qué sucede Herzel?-. 

-No quiero que me vean-.

-¿Por qué?-.

-Ellos aún no lo saben y no puedo ocultar los cuernos y la cola-. Clara lo miró con ironía aguantando una risa. -No me mires así amor, no puedo ocultarlos, son parte de mí y si me ven así me tacharían de enemigo o algo así-.

-Herzel-. Le cogió uno de los cuernos haciéndolo salir de los matorrales, por suerte los mellizos ya habían pasado por ahí. -Eso no va a pasar, solo tienes que sincerarte con ellos y ya, además, estás olvidando algo-. Metió una de sus manos al bolsillo de su pantalón sacando el frasco y depositándolo en su mano. Se vieron interrumpidos cuando uno de los mellizos los saludó, rápidamente Herzel se tomó un poco del contenido del frasco para que no le vieran los cuernos, funcionó de inmediato, parecía humano otra vez, aunque no siempre podía usar eso o traería efectos negativos.

-Saludos su majestad-. Aparecieron los dos y reverenciaron al tiempo, luego Met tomó la palabra antes de hablar. -Veníamos a preguntar si habías visto a Herzel-.

-Estoy aquí, ciegos-. Habló Herzel apareciendo detrás de Clara provocando una risita en ellos, tenían la costumbre de hacerse bromas, su prometida negó. -¿Tienen alguna información o algo?-.

-Kendall nos envió su fénix con una nota, no hay rastros de Mel aún, pero ...-. Uno de los de la guardia real de rey, a la que Herzel pertenecía antes de irse a trabajar con Dalton y antes de que lo "promovieran" a casi rey, solo hasta el matrimonio tendría el título como tal; se acercó corriendo a ellos.

-Su majestad-. Se detuvo para tomar aire y saludar a Herzel. -Señor, algunos de nuestros hombres han encontrado algo en una aldea cercana-.

-¿Qué encontraron?-.

-Parece que hubo otro ataque del hombre lobo, encontraron a unas cuantas "personas" muertas y una completamente destrozada, aunque no parecían personas-. Aún lo seguían tratando como el comandante de los ejércitos a pesar de que le había dado el puesto a otra persona.

-Porque no lo eran-. El guardia y Clara lo voltearon a ver algo confusos. -Los enemigos naturales de los licántropos son los vampiros o Nosferatus, por eso se ensañó tanto con ellos, y creo que no parará de atacar a quien sea, en especial a los Nosferatu-...

BAR DE MALA MUERTE, INGLATERRA:

Un extraño vestido completamente de café y artículos de cuero se encontraba en un bar, tomando cerveza, llevaba su rostro cubierto, había visto los carteles que habían sobre que estaban buscando a un ladrón y ahora a un hombre lobo, se acabó su bebida de un trago y ordenó otra, un rey que acababa de entrar al bar le preguntó al celador donde encontrar al Fenrir danés, le dijeron que lo encontrara en la barra, se acercó a él.

-¿Usted es el Fenrir danés?-.

-¿De cuánto dinero y de qué estamos hablando, majestad?-. Esa última palabra la escupió mientras jugaba con su bebida, era un insensible y le importaba poco el mundo de la realeza, en realidad le importaba poco el mundo en general, solo le importaba el dinero y erradicar el mal en el mundo, el rey lo miró.

-2000-.

-Consígase a otro-. Dejó el vaso sobre la mesa, cogió su espada y salió del bar caminando con algo de soberbia, el rey fue tras él.

-¿7000 tal vez?-.

-Quiero 10000, ¿Lo toma o lo deja?-. El rey le tendió el dinero y él casi se lo rapó para guardarlo entre su capa. -¿Cuál es el problema?-.

-Una bestia nocturna ha estado causando estragos por todo mi reino, quisiera...-.

-No me diga lo que tengo que hacer o no habrá trato-.Lo interrumpió sujetándolo del cuello de su camisa, el rey asintió, el extraño cazarrecompensas lo soltó antes de irse a buscar a su objetivo, sería una misión sencilla para él si sabía donde buscar, era el mejor y solo algunos que tuvieran dinero o aceptaran las condiciones que él ponía, podían solicitar sus servicios, solía cobrar lo que él quisiera y no había lugar para los reproches, siguió caminando bajo la oscura noche centrado en aniquilar a su objetivo, al fin y al cabo eso era a lo que se dedicaría el resto de su vida, llegó a su taller y comenzó a afilar su espada, estaría listo y disfrutaría mucho atrapar a esa bestia.

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