Sin importar nada más
(AU) Alternative Universe o Universo Alternativo.
En este universo, los personajes muestran una faceta que los muestra como personas más normales sin súper poderes y con problemas mas normales dentro de lo que cabe, o problemas poco comunes.
En esta serie de OneShots, estaré relatando sucesos que podría pasar Raven si estuviera embarazada, si ella y Damian tuvieran hijos o si cuidarán de ellos.
Titulada "Embarazo" ya que la mayoría de estos OneShots serán basados en el embarazo de la criatura más hermosa creada por Damián y Raven, 🤱♥️.
Sin más que decir, con ustedes la primera parte de esta serie de OneShots, titulada "Esperando un 'milagro' ".
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—Ya pasó mucho tiempo— se quejó mientras echaba la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos.
Rachel salio de el cuarto de baño desganada al ver a su pareja sentado en suelo contra la cama de la habitación.
—Solo han pasado dos minutos Damián— respondió sentándose junto a él.
—Y la caja decía?— pregunto volviendo la cabeza para ver a su novia.
—de tres a cinco minutos—
Damián rodo los ojos, nunca lo había notado pero algunas veces, cuando esperaban a que los minutos pasaran, se hacían eternos y como si el destino estuviera conspirando contra él... Los minutos se le comenzaron a hacer horas.
Estaban nerviosos, y lo peor es que no sabían el porqué, después de todo está situación se venía repitiendo en varias ocasiones.
—Damián— llamó su novia tomando su mano, el nerviosismo los invadió cuando la prueba de embarazo que Rachel tenía en las manos comenzó a dar el resultado.
—Porfavor, Porfavor— pidió Rachel en un susurró, apretando la mano de Damián control su pecho.
Damián beso la frente de Rachel correspondiendo el apretón en su mano, y tomando la otra mano temblorosa de Rachel la cuál sostenía la prueba de embarazo.
Hasta que finalmente apareció, dejando a ambos congelados.
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La mujer sirvió con una sonrisa, el té caliente en las tazas frente a ella, siendo acompañadas de un plato lleno de galletas.
—Como has estado querida?... Hace tiempo que no te veía por aquí—
—... Si, a pasado tiempo— se limitó a decir, con una ligera sonrisa.
—Supe por las noticias que ahora eres parte de la familia más cotizada y adinerada de Gótica—
—Tía Alice... Porfavor— pidió avergonzada.
—No me mal entiendas querida... No te juzgó... Solo me sorprende— tomo un sorbo de su té y se acomodó en el cojín de el sofá.
—De que te sorprendes?— tomo la taza frente a ella y se reclino contra el reposa brazos de el sofá.
Su tía bajo la tazá y con una sonrisa amable le hablo.
—Bueno cariño, no me puedes culpar por sorprenderme... La última vez que te ví tenías ocho años, fue la última vez que me visitaste... Y de pronto eres una mujer, perteneciente a una familia muy importante—
—No es del todo cierto, hace un año me veías muy a menudo_
—Es cierto... Pero no es lo mismo, sabes a lo que me refiero— se encogió de hombros —hay!...y aun no le agradezco lo suficientemente a ese muchacho por avernos reunido nuevamente—
—Si...— puso un mechón de cabello de tras de su oído respirando un poco —Fue maravilloso—
— Sabes?... Deejar de verte durante 13 años fue devastador... Pero reencontrarte fue maravilloso... En especial por la buena compañía en la que ahora te encuentras, Rachel—
—No podría estar mejor— sonrió forzadamente y tomo otro sorbo de té.
Su tía la observo unos segundos con mucha curiosidad, habían algunos temas que de verdad le llamaban la atención.
Sin meditarlo mucho, tomo la palabra recargando su brazo en el la orilla de el respaldo de el sofá y apoyo su cabeza sobre su mano
-Rachel- su sobrina levanto su cabeza para verla -Cuanto tiempo llevan juntos?... Es decir, desde cuándo se conocen?-
La observo reír levemente… le causó gracia la pregunta?.
—Quieres hacer la interrogación que hacen los padres para saber más de los novios de sus hijas para saber cómo espantarlos?—dijo con tono de broma.
Ella le devolvió la sonrisa unos segundos y continuo
—No es eso... Solo me gustaría saber más de el chico que te reunió con la familia... Dónde lo conociste por ejemplo—
—Claro— rodó los ojos ante la ironía, recordando que el padre de Damián le hizo un interrogatorio así a él para que le contara más sobre ella.
—Y... bien?— pregunto bastante interesada.
Rachel suspiro, su tía… la mujer más religiosa estaría en desacuerdo con muchas cosas si se lo contara todo.
—Bueno... lo conocí una noche en la...—
—de noche?!— pregunto sorprendida.
—Si, de noche... una noche en la cuál me había escapado de mi padre para ver a William a casa de una amiga que lo cuidaba. Me topé con Damián en el caminó, y nos... Mmm... Conocimos—
"Le rompí la nariz por el susto" pensó ante el recuerdo de la primera vez en que lo vio.
—Hablamos unas cuantas palabras, se fue y no lo volví a ver, hasta tiempo después supe que el iba a la misma academia en la que yo fui becada para estudiar leyes, allí nos conocimos y nos hicimos amigos—
—Bueno querida... E de. Decir que me esperaba algo muy alocado gracias a mis recuerdos sobre tu carácter... pero esto es bastante tranquilo—
"te explico o dejo que vivas tu fantasía?" Rachel pensó nuevamente.
"Casi nos morimos y su hermano Jason y yo nos intoxicados más veces de las que puedo contar" se mordió la lengua para evitar soltar más de lo debido.
—Si... Él es... Muy tranquilo— dijo sonriendo de lado."ajaam... Si yo lo digo, a ella solo le toca creerme"
Sus pensamientos aveces se volvían muy sarcásticos incluso para ella misma.
—En fin... Con el paso de los años nos enamoramos, William y yo salimos de los problemas con mi padre y mis hermanastros... Y hasta ahora vivo con él—
—oh querida... Cómo está ese pequeño?... Es cierto que se parece tanto a su madre?—
—Si... El heredó los encantos de su madre... la llegué a conocer una vez... Fue una mujer preciosa— conforme la concentración avanzaba, el té se acababa y se rellenaba de a pocos.
—Por alguna razón siempre he creído que los hijos de ese hombre nunca se parecen a él... Pero si a las madres… tu te pareces más a Arella que a tu padre—
—Tía... Porfavor, tiempo pasado, no hay que recordarlo... No estoy aquí precisamente para hablar de mi padre—
—oh... Lo lamento mucho cariño... Te he amargado el momento no es así?—
—No te preocupes... La verdad estoy aquí por otra cosa... Que creo tu puedes ayudarme—
La mujer se enderezó en su lugar y dejo la taza de té sobre la mesita frente a ellas —Y... Que es éso?... Si puedo ayudarte en lo que sea lo haré con gusto linda—
Rachel suspiro intentando mantener la calma.
—Son solo unas cuantas preguntas— comenzó indecisa, jugando con nerviosismo el colgante de rubí que siempre usaba en su cuello.
—Por supuesto... Dime?— Alentó su tía para que continuará.
—Tía Alice... En algún momento... Yo tuve enfermedades?—
Si tía puso una expresión de confusión… asintió un par de veces —Claro cariño... Sarampión... Gripa, cosas normales en los niños—
—Y...— aclaro su garganta con un poco de dificultad
—Cuándo era adolescente y tú me visitas al menos cada dos meses... No notaste más enfermedades?— pregunto sosteniendo la mirada.
Observo como sus músculos se tensaban y evitaba la mirada... Su tía sabía algo.
—Cariño... Yo no recuerdo mucho de esa época... Cuando eras adolescente solamente te visitamos en tus cumpleaños—
—Por favor tía... Trata de recordar algo... alguna enfermedad que me alla llevado a el hospital?— casi suplico.
—Porque esto te preocupa tanto cariño?...Enfermedades pasadas no deben recordarse, son malos augurios— trato de evadir la respuesta.
Los ojos de su sobrina mostraron desconfianza, ella se enderezó y su mirada se perdio en el reflejo de su tazá de té casi vacía.
Sus expresiones se relajaron como si toda emoción hubiera caído al suelo sin importar nada.
—Tu sabes algo— dijo afirmando sus propias palabras —Quiero saber que es—
Al pronunciar estás palabras, dejo salir un suspiro, su tía no decía ni una palabra y eso la estaba poniendo cada vez más ansiosa
Debía usar un arma demasiado baja para ella... El viejo plan de la manipulación.
—Sabes?... Han pasado casi siete años desde que conocí a Damián... Y de una amistad de solo dos años, me enamore por primera vez de alguien—
Tomo aire para continuar levantando la mirada a el cielo nublado como ya era costumbre en esa ciudad.
—nos hicimos novios y hasta ahora llevamos cinco años de relación... Y lo amo como si fuera el primer dia—
Mostró una sonrisa que se le hizo boba, pero cuando pensaba en aquel chico que la amaba y quería a su hermano... El corazón le daba una calidez inigualable.
—Unos meses después me mude a su departamento y me lleve a William conmigo... Desde que estoy con allí... Lo he notado entusiasmado con la idea de cuidar a mi hermano menor conmigo...—
—Que dices Rachel?... A qué te refieres?—
—Que amamos a Will... Mucho, Pero no es lo mismo... Queremos un bebé—
Su tía dejo caer la taza provocando que está se rompiera en pedacitos, la observo nerviosa, paranoica mirando a todos lados disimuladamente y casi casi con un miedo.
—que cosa?!— dijo horrorizada
—Se lo que vas a de...—
—No... Rachel po todos los santos, no lo hagas... Un hijo fuera de el matrimonio es un pecado imperdonable—
—Tía!— le llamo la atención —No pienso casarme con Damián... Ni por lo civil y mucho menos por lo religioso... Es una decisión que ambos...—
—No!— la interrumpió —no es correcto... Tu madre... Ella... Ella quería que tú...—
—Esta muerta— corto a su tía a mitad de la oración y se levanto. — El matrimonio la mató — termino de decir con una amarga nostalgia.
—pero...—
—se lo que piensas sobre la religión y su importancia... Pero no es lo mío... No aun— su tía se levantó y tomo su mano. —Pero si algún día... Quiero tener fé como tú, te buscaré—
—Rachel— susurró la mujer dándole un abrazo totalmente desarmada—estare esperando— sonrió.
Rachel le devolvió el abrazo, sintiendo unas fuertes ganas de llorar y un dolor en la garganta causando por sus lágrimas reprimidas.
Finalmente se volvieron a sentar, tomando las manos de la otra. Rachel tomo la palabra.
—ahora sabes a lo que vine?—
Su tía bajo la mirada con vergüenza, asintió levemente.
—bien... Entonces iré al grano... Tuve alguna enfermedad para haber quedado infértil y no poder engendrar?—
—tú y él ya han...?—
—si— completo — ya intentamos tener un bebé... Y aún no he quedo embarazada —
Alice asintió ante la mirada de su sobrina,aveces podía dar demasiado miedo.
—fue... Hace tiempo— dijo nerviosa.
Rachel apretó levemente sus manos, alentando a que siguiera.
—continua— pidió.
—tu... Tu padre se quedó contigo después de la muerte de Arella... Probablemente tengas estos recuerdos bloqueados... Pero en ese entonces el tenía muchas deudas—
Sintió las manos de su tía comenzar a sudar y temblar un poco, notando también sus ojos cristalisarce.
—No— dijo con determinación y fuerza —no lo olvide—
Su tía devolvió el apretón en sus manos.
— El... Quería pagarlas lo más pronto posible...—
Rachel trago saliva al sentir el dolor en su garganta regresar con fuerza, de verdad trataba de no llorar.
—Pero no quería que... Terminarás perjudicada con el hijo de alguien de sus malas juntas... Y... Cuando cumpliste catorce años... Encontró a un médico que aria lo que fuera por dinero, y para cuando me enteré de todo... yo apenas acababa de llegar a Gotam para verte—
—Me... Hizo—
—Me contó todo... Y me hizo jurar por el bien de mi hija... Tu prima... Que no podría abrir la boca o ella moriría —
— Él—
— Si, Rachel— soltó lágrimas como si no hubiera un mañana —Te operó para poder venderte sin que quedaras embarazada... Te hizo...—
—infertil— completo, dejando que por primera vez en todo el día, sus lágrimas salieran a flote libremente.
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Lo pensó, lo pensó mucho aún estando en el auto que compartía con su pareja, no se atrevía a estar dentro de el departamento con Damián y su hermano.
Que le diría cuando lo supiera?... Cuál sería su reacción?... La abandonaría en cuanto lo supiera?, le gritaría o...
Se quedaría con ella?.
Después de la visita a su tía Alice creyó que nada podía ser peor, o eso era lo que pensaba hasta que recordó que ella debía hablarle Damián sobre esto y esperar su reacción.
Dejo caer su cabeza en el volante sin tocar la bocina de este, aún perdida en la oscuridad de el estacionamiento de el apartamento, sin muchas opciones y con mucho miedo de bajar.
Había soportado muchas cosas durante toda su vida para poder tener una vida feliz para ella y para Will.
Pero ahora sabía que no solo lo deseaba para ellos, si no también para él, para Damián.
El paso tantos dolores como ella en toda su infancia, y nada lo cambiaría, y creyeron que al menos lo podrían olvidar, ella quería estar para él si se lo permitía, y si nada cambiara cuando ella le dijera que era infértil seguiría amándolo y estando a su lado hasta donde se lo permitiera.
Tomo aire y con ello un poco de valor, abrió la puerta de el auto y se dirigió al interior de el edificio, a el apartamento de Damián.
Cuando estuvo frente a la puerta, flaqueo al intentar abrirla, se congeló, y su corazón empezó a latir con fuerza.
"No te acobardes... Te ama y tú a él" suspiro y finalmente abrió la puerta "Están seguros de sus sentimientos... Tu puedes"
Al pasar el lumbral de la puerta su caminar se realentizo, no había señales de Damián o Will en la sala de estar, lo cual no supo si le alegraba o la preocupaba.
Siguió su camino en dirección a la cosina, encontrando sobre la barra de la cosina unos bocadillos como lo eran galletas de chocolate y un vaso de leche tibia, mientras que al lado de esto estaba su novio y su hermano menor.
La escena le causó ternura, pues Damián estaba bastante concentrado en un cuadernillo de matemáticas de su hermano, y Will tenía una expresión de suprema concentración, ambos enredados en el trabajo escolar de su hermano menor.
Damián aparentemente sintió su presencia cuando levanto la vista, su expresión cambio a una de calma y su mirada de nuevo era la que siempre le dedicaba cada vez que la veía...
Una tan llena de amor y luz que le hacían olvidar sus penas, llenandola de una calidez inigualable que solo el sabía provocar.
El avanzó hacía ella.
Ella avanzó hacía él.
Sonrieron de alegría pura.
Y se abrazaron al estar uno frente a el otro.
Damián no podía evitarlo, ella era su faro de luz, sin pensarlo dos veces la besó.
Ella correspondió, y de esa manera tan tierna que solo el sabía decirle que la amaba, pudo olvidar sus temores.
—Rachel— escucho la voz de su hermano llamarla.
Ambos sonrieron en medio de el besó y se separaron, saliendo así de su burbuja.
—donde estabas?... Tuve que hacer mis trabajos escolares todo el día!, estoy cansado— de quejó bajando de el banquillo frente a la barra de la cosina.
Rachel sonrió —por allí— respondió caminando en dirección al niño. —ya cenaste?—
—si... Ya comí, Pero el me dijo que tenía que trabajar de nuevo— se quejó señalando a Damián.
—Es lo correcto— respondió él.
—si... Lo es, Pero ya es algo tardé, puedes seguir mañana, cancelaron las clases, así que puedes dormir ya—
El pequeño levanto las manos en puños hacia el techo y sonrió victorioso.
—Si!— exclamó feliz —Gracias!—
Abrazo a su hermana y se fue corriendo por un pasillo, el cuál llevaba a las habitaciones de el apartamento.
Rachel soltó una ligera risa.
—Cuanto tiempo lo torturaste con el estudio?— pregunto juguetona a Damián.
Este simplemente se encogió de hombros —Hoy no tenía nada que hacer—
—nada que hacer un lunes?— pregunto —eso si es sorpresa... No fuiste a la empresa de tu padre?—
—les dije que tenía un compromiso importante—
—de verdad?— ambos caminaron a la sala y tomaron asiento uno al lado de el otro en el espacioso sofá frente a él televisor.
—Me da curiosidad... Si tenías un compromiso importante porque te quedaste a ayudar a Will?—
—Necesitaba que estuvieras aquí para cumplir esa urgencia, pero tardaste más de lo que pensé con tu tía... y William no podía estar todo el día pegado a él televisor—
—tan urgente era?— ante la pregunta, su novio asintió con los ojos cerrados —lamento la tardanza— se disculpo
—No tengo prisa, descuida—
Damián sonrió al ver cómo Rachel recostaba su cabeza sobre su hombro, ya que siempre que hacía eso le recordaba mucho a su gato Alfred, buscando el calor de su dueño para reconfortarse.
Momentos íntimos como este, cortos y pequeños de felicidad eran lo que más le gustaba apreciar y guardar en su memoria.
—gracias por ayudar a Will—
—la mayoría fue fácil, el aprende rapido—
—lo se— le dió la mano para entrelazar las —Y... dónde están Titus y Alfred?... Creí que regresaban hoy—
—Aun están con Grayson y Ander's, Mar'i aún quiere un día más con ellos—
—accediste a eso?—
—Grayson aún cree que puede hacerla cambiar de opinión con respecto a un compañero—
—le dije a Kory que le diera un pez, le mostraría el ciclo de la vida, Titus y Alfred son muy difíciles—
—son selectivos, amada—
Rachel se rió levemente, por supuesto que lo eran para Damián.
Sin quererlo, soltó un suspiro de alivió.
—Sin embargo... Mar'i es cuidadosa...—
—si... También traviesa—
—no más que Titus—
—si... Rasca mucho los muebles, y Alfred el gato termina el trabajo—
Raven levanto la mirada, conectando la con la de su novio.
—Hablaste con tu tía?—
La pregunta causó un dolor en el estómago a Rachel, el golpe de realidad llegó tan fuerte que tuvo que alejarse de Damián unos centímetros, la cara de confusión de él se lo dijo todo, tuvo que bajar la mirada para que no pudiera ver sus ojos a punto de dar más lágrimas.
— Damián... Recuerdas tus días de infancia?— pregunto casi en un susurró.
—no mucho, solamente la mayor parte de mi adolescencia... Porqué?—
—de lo que recuerdas... Fuiste feliz?—
Su reacción fue la que esperaba de él, total confusión.
Aun así el lo medito unos segundos, unos eternos, eternos segundos.
—Supongo que la mayor parte fueron recuerdos malos, recuerdos que mantengo bloqueados, en mi adolescencia los recuerdos mejoraron— sonrió de lado al decir lo último.
Tomo una de las manos de Rachel y la llevo a sus labios, dando un tierno beso en los nudillos de ella.
—Damián, tu sabes que mi infancia y la de Will no fueron mucho mejores que la tuya, y no estoy muy segura de lo que pueda hacer para criar a un niño—
—lo has echo con Will— ladrón la cabeza con una sonrisa. —Y lo hiciste estupendamente—
—Damián...—
—se que no es lo mismo que tener a un hijo propio, no se a que viene esta conversación con exactitud, Pero yo estoy muy seguro de lo que quiero contigo—
"No lo digas porfavor"
Pidió ella en sus pensamientos.
—Damián porfavor escuchame...—
—Rachel quiero tener hijos contigo… Quiero que seas la madre de ellos y los protejamos como lo hacemos con Will... es por eso que yo quiero...—
—soy infértil!— grito dejando que las palabras salieran sin pensar y sus lágrimas las acompañaran.
Soltó las manos de su novio, se levanto y se salió de la sala, en dirección a la habitación que compartía con él.
Damián quedó paralizado en su lugar, sintiendo como toda la sangre se le congelaba en segundos, Rachel salio prácticamente huyendo de él al confesarle semejante secreto.
Lo sabía ella cuando acepto tener hijos con él?, lo medito y luego sacudió la cabeza, no... Ella jamás haría eso.
Hace cuánto es que ella lo sabía?... Y lo más importante, por que, como lo sabía?.
Un momento.
Ella salió huyendo, no solo eso, prácticamente estaba llorando por eso, por miedo a su reacción. Acaso creía que la maltrataria por eso?, o creyó que le gritaría o la dejaría…
Se ofendió por ese pensamiento, y mucho.
Después de todo, Damián Wayne la había elegido a ella, Rachel Roth, para ser su mujer.
Y nada lo cambiaría, sus planes necesitaban un empujón mucho más grande, necesitaba acelerarlos.
Se dirigió a la cocina donde él había pasado el tiempo con Will, y tomo un par de documentos encima de la barra de bebidas, y luego camino (casi corriendo) hacia el cuarto en donde Rachel estaba.
Encontrandola sentada en posición de flor de loto sobre la cama, sus manos cubrian su rostro y se escuchaban suspiros de su reciente llanto.
Siendo una imagen que le hizo recordar lo indefensa que se podía llegar a ver a veces, aunque se pudiera defender muy bien, todos necesitaban apoyo de vez en cuando.
—Rachel... Mirame— pidió cuando llegó a su lado, sentándose frente a ella y dejando los documentos a un lado de el, tomando las manos de ella para quitarlas de su rostro.
Ella entre sus lágrimas dejo que le quitará las manos de el rostro, ya que sus defensas estaban totalmente bajas en esos momentos.
Al ver los ojos esmeralda del chico, simplemente se lanzo a sus brazos, estrecha solo fuertemente y escondiendo su rostro entre el hueco de el hombro y el cuello de él.
—perdoname, perdóname perdóname— repitió en voz baja.
Damián devolvió el abrazo, respirando el aroma embriagante de su mujer mientras acariciaba su cabello, esperando a que ella se calmara para poder hablarle.
Al cabo de unos minutos, ella quedó completamente quieta en sus brazos, respirando lentamente, el la acercó y la sentó sobre sus rodillas, beso su cuello tiernamente y subió con la misma delicadeza hasta su rostro, plantando besos en sus mejillas hasta que ella se alejo un poco.
Él le sonrió, como solo a ella le podía sonreír.
—Esto no es tu culpa, no tienes nada del porque disculparte— Y finalmente, la besó en los labios.
Beso el cuál ella correspondió, siendo una manera dulce y lenta, la sensación de amor puro que podía profesar como un amor sin pecados.
El se separó mientras juntaba sus cabezas, dejando que sus respiraciones chocarán, Rachel finalmente respiro calmada.
—Se que te dejo explicaciones, Pero esto es algo que yo no sabía hasta el día de hoy—
Lo supuso.
—tenias sospechas?—
—si... Pero mis sospechas iban más allá de mi incapacidad para tener hijos... Creía que esto no era por alguna enfermedad—
—por eso visitaste a ti tía… O no? —
—... Si—
—Ella...—
—Ella dijo que fué provocando—
—provocado?—
—mi padre—
Al escuchar esto, Damián puso toda su fuerza de voluntad para no gritar, cerrando los ojos y apretando las sabanas con sus puños por la rabia que le causó.
— Y creó... Que ya no importa lo que haga o diga... Si no puedo tener hijos... Una familia es totalmente imposible—
Damián abrió los ojos, encontrando a Rachel mirando el suelo con vergüenza, el frunció el ceño y decidido, tomo los documentos que estaban a su lado, mostrándoselos a ella.
— para mí no lo es— dijo cuando ella tomo estos documentos.
Dentro se pudo leer perfectamente las palabras "certificado de tutela permanente", reconociendo así los papeles que ella firmó cuando le entregaron a su hermano menor.
Al dar la vuelta a la hoja, en el siguiente documento estaban las palabras "certificado de adopción" siendo la firma de Damián Wayne la que resaltaba en una esquina, señalando lo como el nuevo padre de William Skas, faltando únicamente la firma de ella.
—Porque esperar más tiempo si puedo tener a la familia que quiero justo ahora?— pregunto él —permítame darle mi apellido, a ese mocoso que nos admira como si fuéramos sus verdaderos padres—
Si hubiera alguna palabra para expresar todo el remolino de emociones que pasaba por su mente en ese instante, ella la habría gritando a todo pulmón. Pero al no encontrarla simplemente se le lanzo encima, besándolo tan fuerte y apasionadamente hasta quedarse ambos sin aire, se encontraba feliz?... Impactada?… Emocionada?… No lo sabía, pero honestamente ya no le importaba
—lo tomaré como un si— dijo el en tono juguetón.
—Si... Si si... Es un si, es un porsupuesto que si—
—Espera... Hay que hablarlo con Will... Ya tiene edad para saber lo que todo esto significa...—
—Es inteligente... Sabe que no queremos un matrimonio... Pero si que nos importa su bienestar, y por eso se lo dije a el antes que a ti para saber su opinión—
—si lo tomas en cuenta— sonrió con mucha ilusión.
—Al igual que a tí, serán parte de mi vida a cada paso que de—
—Ya lo éramos... Nos lo afirmaste y lo agradezco, Damián—
Si, quizás el amor te haga hacer cosas estúpidas, tiernas o incluso te haga madurar, el matrimonio no estaba en sus planes, la religiosidad no era su fuerte como lo era para su tía, y aunque si estuvieran casados por la vía legal era muy difícil aún referirse el uno al otro como esposo o esposa, por lo que simplemente eran...
—te amo... mi amado Damián, nada lo cambiara.—
—tambien te amo beloved, como jamás lo lo había echó con nadie—
Almas gemelas, compañeros eternos hasta después de la muerte.
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