26
Podía decir que su mente se hallaba en otro espacio, tal vez si el silencio que consumía la habitación no lo ayudara a que sus pensamientos estuvieran estáticos, él podría reaccionar a la noticia.
Jungkook había abandonado su apartamento un par de horas atrás cuando se fijó en que su turno estaba por comenzar, él se encargaría de decirle a Namjoon sobre la nueva incapacidad.
¿Jungkook planeaba mencionar que pronto será padre?
Vaya, la palabra Padre tiene peso por si sola.
Su vista seguía en el techo por lo que al bajarla hacia su cuerpo acostado sobre la cama pudo percibir la planicie de su abdomen, sus dedos plácidamente sobre esto sin hacer movimiento alguno.
Pronto su vista se llenaría de su abdomen creciendo con el paso de los días, sus caderas se harán más anchas y sus cambios hormonales serán notorios.
Pero.
En ese panorama futuro también estaba Jungkook en algún lugar de la habitación, tal vez frente al armario preguntando si hay espacio para guardar lo que se necesite para el parto, o tal vez en la cocina preparando alguna buena cena, tal vez al pie de la cama mientras se retira la chaqueta y habla sobre su día en el trabajo.
O tal vez acostado a su lado, sus grandes manos sobre el abdomen que estará abultado y su voz resonando cercana a este.
Cualquiera era un buen escenario.
Que terminaría en cuanto el parto concluya y Jungkook comience a ser un verdadero padre, ya no le vería rondar por su apartamento al estar aburrido, no lo vería atravesar hacia la cocina en busca de algo para comer, no lo escucharía hablar sobre su día en el trabajo.
No lo vería seguido ya que estará cumpliendo su rol de padre.
— No seas egoísta Jimin, tuviste a Jungkook por muchos años en tu vida — sus dedos tocaron su abdomen plano por debajo de la camiseta — es turno de la nueva generación.
Aún así, eso no borró la expresión en el rostro del omega.
Resbalando sus brazos hacia sus costados se preguntó si estaba mal sentirse triste al darse cuenta del gran cambio que estaba por ocurrir.
Debía aceptarlo, después de todo él aceptó el plan.
— ¡Ah! Basta, no es hora de lamentos, qué sucede conmigo — levantándose de la cama se dirigió fuera de la habitación.
El apartamento desprendía un ligero aroma del alfa.
Se detuvo una vez frente a la sala, automáticamente su mente se llenó de recuerdos del alfa sentado allí haciéndole compañía.
— Mierda — Jimin se tapó el rostro con sus manos — no se va a ir lejos, vive jodidamente al lado Jimin, ya supéralo — se dijo a si mismo.
Bajando sus manos fue directo hacia el sofá, decidió que debía distraer su mente lo suficiente, la expresión de felicidad en el alfa lo había dejado anonadado, jamás lo había visto así de feliz y ligeramente sintió celos de no haber sido capaz de hacer feliz al alfa por cuenta propia.
Un surco formado en su frente dejaba a la vista sobre cómo se sentía al respecto.
El asunto era jodidamente ridículo.
Pasaron las horas suficientes como para que la noche apareciese, Jimin había visto al menos tres películas seguidas que halló en televisión en emisión.
La puerta de la entrada sonó formando un eco ligero en sus canales auditivos, pudo percibir el aroma del alfa de inmediato.
Había pensado en más de una vez cambiar la cerradura, lo había intentado, pero era inútil contra su amigo.
— Debiste ver la expresión de Namjoon cuando le dije que estás embarazado, simplemente sus ojos parecían intentar salirse de sus cuencas, fue hilarante — el alfa sonaba demasiado emocionado al respecto.
¿Realmente tan feliz está?
— Puedo imaginarla — fue la respuesta corta del omega.
Jungkook se dirigió hacia la sala y arrojó su mochila sobre el sillón individual, su chaqueta quedó sobre este luego de retirarsela.
— Él dijo que podías hacer los turnos de vigilancia en lugares que no representen ningún peligro alguno, me opuse a ello de inmediato, pero Namjoon sospechó sobre ello por lo que mi respuesta fue decirle que sólo tú podías tomar tal decisión.
El alfa se dirigió hacia la cocina por un vaso con agua.
— Debes darle una respuesta a Namjoon lo más pronto posible o te descontará de tu pago los días en que demores responder.
Jimin mantuvo su vista en la pantalla.
— ¿Ya cenaste? Tengo hambre, ¿Sobró algo de lo que comiste?
Los dedos del omega apretaron con fuerza el cojín que había puesto sobre su regazo.
— Hoy tengo mucha hambre, olvidé llevar almuerzo por lo que ahora mi estómago está rugiendo.
Podía escuchar al alfa en la cocina mover cosas.
El pensamiento que llenó la cabeza de Jimin era que extrañaría el sonido, cualquier sonido que le indicara que Jungkook estaba allí.
—Estás especialmente callado hoy — mencionó Jungkook aún desde la cocina.
— Tú estás especialmente hablador hoy — se la devolvió.
— Tal vez, es solo que aún siento energía en mi cuerpo, supongo que estoy demasiado feliz.
Claro que si, era de esperarse.
No, Jimin no esperaba ese grado de felicidad.
Él estaba feliz por su amigo, lo estaba realmente.
Entonces, ¿Por qué quería llorar de sólo pensar en el futuro?
— Tomé un poco de kimchi que tenías en la nevera, espero que no te importe — el alfa abandonó la cocina en dirección hacia la sala.
— No, está bien, come — el omega sintió el sofá hundirse a su derecha.
La necesidad de recostar su cuerpo contra el del alfa como de costumbre lo abrumó.
— Sé que no te gustan los hospitales, pero de vez en cuando debemos ir a que te hagan un chequeo sobre el embarazo y saber que todo va bien — comentó el alfa.
El aroma de la comida llenó sus fosas nasales, su estómago poco a poco comenzando a revolverse.
— Lo haré por los cachorros — sonaba a que intentaba convencerse a si mismo que a su amigo.
— Bien, eso es bueno, ¿Qué ves? — la vista del alfa se trabó en la pantalla — oh, esa película nunca pude terminar de verla, es realmente buena.
Jimin se encogió allí mismo al costado del alfa, el cojín ahora entre sus piernas tocando sus pies, sus brazos alrededor de sus muslos y su vista perdida en la pantalla.
Las cosas cambiarían, era de esperarse, solo debía aguantar el gran golpe cuando este ocurriese.
— Estoy feliz de que estés a mi lado en todo esto Jimin.
Tal vez Jimin podría aguantarlo, tal vez por Jungkook podía hacerlo, él no quería borrar esa gran y emocionada sonrisa de su cara.
Su corazón palpitó con fuerza al sentir la cabeza del alfa recostarse contra su hombro derecho.
— No sé qué haría sin ti Jimin.
El omega costosamente tragó saliva.
— Serías siendo un gran alfa.
— Mientes, y lo sabes, quien soy ahora es gracias a ti, no soy el mejor — una suave risa de escapó de sus labios — pero contigo a mi lado definitivamente no soy el peor.
— Que cursi — respondió Jimin.
Una risa más larga ahora.
— ¿Sucede algo? Luces un poco apagado.
— No sucede nada.
No le diría sobre cómo se sentía.
Por lo menos no ésta noche.
Pero Jungkook es listo, sabía que algo sucedía.
Y se preguntó si es lo mismo que él estaba sintiendo.
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