24
Jimin podría intentar comprender la situación en esos momentos.
Pero él simplemente no podía.
Reconocía a la perfección que los síntomas del celo estaban disminuyendo notablemente, pero las esquinas de sus ojos estaban llenas de lágrimas a causa del placer.
Jungkook continuaba empujando dentro de él, a sus sentidos parecía llegar tan profundo que su mente solo podía pensar en el alfa sobre su cuerpo.
Sus labios separados con vanos intentos de apretarlos entre si cuando el placer era demasiado para soportar seguidamente.
— Jungkook, por favor — su garganta dolía y ardía como era de esperarse — detente — las palmas de sus manos viajaron hacia el abdomen en un intento de hacerle saber al alfa su pedido.
Lo intentó, si embargo, el alfa lo tomó de sus muñecas y mantuvo sus brazos estirados para hacer palanca y seguir embistiendo ásperamente contra su interior ya sensible.
El alfa ignoró cada pedido del omega.
Él mismo era consciente de sus cuerpos cansados, solo no parecía ser suficiente en esos momentos.
Por ello cuando Jimin balbuceó un <detente> más, él solo pudo inclinar su rostro hacia abajo, empujar un poco más y besarle para callarle.
Era una locura.
Al momento de correrse en su interior su cuerpo cobró factura de forma inmediata, laxo sobre el Omega quien a pesar de haberle pedido que se detuviera aún seguía aferrado al alfa.
— Te dije que te detuvieras — si, estaba molesto.
— Debiste insistir más, no te tomé en serio ya que tus muslos seguían alrededor de mis caderas.
Era cierto, había intentado alejarse un momento, pero no lo había logrado.
— Aún así, fue demasiado — se quejó.
Pero su corazón no había detenido aquella rápida marcha dentro de su pecho.
— ¿Lo fue? Solo quería asegurarme de que el plan funcione — agregó, su cuerpo sudado aún sobre el contrario.
— Deberías dejar de comer tanto, pesas.
— Los alfas somos pesados por genética — exclamó en voz baja.
Jimin suspiró forzosamente, el alfa era realmente pesado.
— Muévete — empujó parte de su torso, Jungkook se deslizó a su lado — y qué fue eso de asegurarte de que el plan funcione — un surco apareciendo en su frente.
— ¿No es el plan? — cuestionó.
¿Qué hora podría ser?
Tal vez era media noche, o tal vez estaba apunto de amanecer.
La habitación estaba oscura y era difícil de suponerlo.
— Si, pero para ello debo seguir vivo en primer lugar — exagerando dejó escapar una cansina risa.
Jungkook estiró su cuerpo sobre la cama, sus brazos hacia arriba para descansar su cabeza contra parte de estos, sus músculos tensados por la acción.
— Jk
— ¿Si?
— Realmente, ¿qué fue todo eso?
Un suspiro fue lo que recibió como respuesta inmediata.
— ¿Es necesario hablar de ello ahora?
— Si, justo ahora.
Su vista se deslizó hacia el techo de su habitación, una sensación fresca recorriendo su cuerpo entero y a pesar de no decirlo en voz alta, él estaba satisfecho.
— No lo sé.
— No lo sabes — repitió en voz baja.
— Te imaginé ligeramente lejos de mi vida, y me afectó más de lo que pensaba.
Pudo admitirlo, era un comienzo.
— Te lo dije, no puedes vivir sin mi — bromeó.
Él bromeaba, pero Jungkook juntó sus párpados mientras la pesada sensación se desvanecía una vez lo escuchó decir aquello.
Eso era todo.
Existía un gran inconveniente entre ellos ahora.
Pero ninguno se atrevía a mencionarlo tan a la ligera.
— Tal vez no pueda — continuó con sus párpados firmemente cerrados y no tomó mucho tiempo para conciliar el sueño.
Jimin estando a su lado no pudo dormir con la rapidez que le tomó al alfa, pero ese sentimiento latente se mantuvo allí a flote.
No se inmutó cuando en medio del suelo Jungkook movió sus brazos para terminar reposando su rostro ladeado contra el hombro izquierdo del omega, la respiración lenta y constante le indicó a Jimin que el alfa estaba profundamente dormido.
Solo allí pudo conciliar el sueño cuando su cuerpo se sintió cómodo.
Para cuando las horas suficientes transcurrieron Jungkook al despertar se percató de inmediato que el espacio a su costado estaba vacío, tanteando pudo sentir la falta de calidez indicando que Jimin debió despertar hace mucho tiempo atrás.
Aun así podía escucharlo moverse por el apartamento, a juzgar por el aroma a comida instantánea debía estar preparando ramen.
Con pereza rondando su cuerpo se incorporó, él podría acostumbrarse a esto, no podía decirlo en voz alta o lo más seguro es que Jimin terminase por golpearlo.
Luego de asearse se dirigió hacia la sala, tenía la vista hacia la diagonal donde yacía Jimin moviéndose sobre el suelo de la cocina sirviendo el ramen humeante.
A Jimin le gustaba el ramen picoso, incluso si sus mejillas se alborotaran hasta obtener un tono salmón y estuviese sudando a causa por ello.
El problema era cuando Jungkook hacia lo mismo y terminaba quejándose ligeramente por ello.
— Pensé que despertarías más tarde — Jimin abandonó la cocina para dirigirse hacia la sala con dos tazones llenos de ramen.
— No te sentí a mi lado — respondió recibiendo uno de estos.
— Me dieron ganas de orinar — tomando asiento al lado del azabache se dedicó a comer.
Ambos se alimentaron mientras mantenían una charla trivial como era de costumbre, era fácil volver a la normalidad a pesar de haber pasado aquella barrera de incomodidad.
El último día del celo había acabado, al día siguiente debían volver al trabajo y continuar con ello rutinariamente.
Según los cálculos establecidos solo podrían saber si el plan funcionó hasta que transcurriesen dos semanas o un poco antes, la gestación solo tomaba cinco meses o en algunos casos especiales tomaba cuatro.
— Si funciona debemos pedir permiso nuevamente — comentó Jimin, se surtía satisfecho luego de haber comido — quiero ver la expresión de Namjoon si eso llegase a suceder.
Era divertido imaginarlo para el rubio.
Jungkook se mantuvo en silencio escuchando a su mejor amigo explicar sobre cómo lidiar sobre lo que se avecinaba, él había planeado ello por tanto tiempo que ser consciente de que todo eso podría ser real lo hacia sentir ansioso.
— No sé qué estás pensando, pero estás frunciendo mucho el ceño — una yema acariciando sobre la piel entre sus cejas.
— Solo pensaba en que todo lo que había deseado, puede ser real en cualquier momento.
— Sabes que subiré de peso por tu culpa.
— ¿A qué ha venido eso?
— A que ya que estoy haciendo todo esto, tú deberás ser comprensivo y amable conmigo.
— ¿No lo he sido siempre?
— ¿Lo eres?
— Si tu trasero llega a pesar demasiado no ayudaré mucho — exclamó.
— Justo a esto me refiero alfa de cuarta.
— ¿Qué? — preguntó en cuanto vio a Jimin incorporarse y alejarse de la sala en dirección hacia la cocina.
— No me sigas.
— No te estoy siguiendo, estoy llevando los tazones.
Jimin tomó un vaso y lo llenó con agus fresca mientras el alfa se encargaba de lavar los trastes usados.
El omega abandonó la cocina para dirigirse de nuevo hacia la sala.
— Te dije que no me sigas.
— Ahora si te estoy siguiendo — admitió el azabache.
— ¿Serás así todo el tiempo? — cuestionó tomando asiento sobre el sofá.
— Si, es lo más lógico.
— Agh — Jimin se quejó para tomar un cojín y estamparlo de forma suave contra el rostro ajeno — por favor, no seas así en el futuro.
— Solo seré así ya que te molesta que lo sea.
—Eres un jodido alfa de cuarta.
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