Capítulo 11

La publicación que me ayudo a realizar Megan (es diseñadora) funcionó, muchas personas me han estado escribiendo para hacer trabajos de un día y la paga es buena, cosa que me contenta bastante. Han pasado dos semanas en las que mi vida ha dado un vuelco muy loco: con Nick las cosas van mejorando, nos vemos al menos tres veces por semana y hemos hecho de todo (bucear, ir a museos, ver películas tanto en mi casa como en la suya, y contemplar la llegada del otoño, comer en diversos lugares, a veces me acompaña a los eventos, besarnos, ducharnos juntos, pasión a mil); trabajar en varios eventos con clientes buenos y no tan buenos, pero tengo mucha tolerancia para ser muy política. He caminado y haciendo ejercicios todos los días por la mañana, y eso me ha funcionado; así que todo ha vuelto a la normalidad.

Ando tomando fotos a un evento de bicis en el parque, de repente siento un leve mareo y tomo agua, pero no se me quita a los minutos. Como ya termine, llamo a Nick, pero suena ocupado. Si voy caminando me puedo desmayar. Espero unos cinco minutos, me puedo levantar y camino hacia la salida. Afortunadamente, me siento mejor, capaz el no desayunar sino un yogur es poco. Ingreso en una panadería para comerme un sándwich y jugo. Lo como allí mismo y pido otro para llevar, prefiero comérmelo en casita, me duelen los pies de tanto caminar.

"¿Qué paso, Al? Tengo una llamada perdida"

-me escribe Nick justo cuando salgo de la panadería.

"Me sentí un poco mal, pero era

porque no había desayunado bien,

pero ya voy camino a mi casa"

"Okey, ¿quieres que te busque? ¿Segura te sientes mejor?

¡Ya yo terminé la reunión! Puedo pasar a buscarte sin problema"

"No hace falta, mi casa queda cerca"

»«

En todo el día he tenido malestares de mareos cada vez más intensos y no sé qué está sucediendo. Y sumado a eso, vienen las náuseas, no sé si algo me cayó mal, pero es raro, porque si pasa, es después te presentas los síntomas. Esta vez si llamo a Nick que requiero que me lleve al hospital, hay que descartar cualquier enfermedad o virus que puede haber por ahí. Él me responde que me buscara en cinco minutos, pues está muy cerca. Me quedo sentada en el sofá, siento que si me acuesto me dará el mareo otra vez y las ganas de vomitar; así que mejor mantengo mi posición para no causar más malestar.

Nick llega con el rostro de preocupación, me mantiene firme para no caerme. Llegamos a su auto y me monta con cuidado, si bien el hospital no queda lejos, igual caminar sola por ahí puede ser peligroso si llegara a desmayarme, así que prefiero tener acompañante.

—Iremos a uno de confianza, así que ya llegaremos, Alex —dice con voz tensa.

Me recuesto de la ventana, pienso detenidamente en qué pudo causar todo. He comido comida casera que me preparo a diario, los postres los compro y siempre verifico si están frescos o no. ¡Ahhh!, seguramente me bajara el periodo por eso ando así, pero ya es muy tarde para decirle a Nick que nos devolvamos, vayamos a una farmacia por las toallas y la medicina donde se me alivia todo dolor. Llegamos a la clínica y se ve de lujo, él se baja primero y luego me abre la puerta para sostenerme con su mano. Caminamos con pasos lentos y vemos a una enfermera, Nick le hace una seña y ella se aproxima.

—Si pudieran examinarla, por favor. ¿Debe registrarse, no? —dice Nick con voz suave.

—Sí, ella puede quedarse sentada unos segundos.

¡Qué idiota!, siempre me pasa cuando me viene el periodo y me toma de imprevisto, y eso que sabía que esta semana me iba a venir, pero entre tanto trabajo, no verifique la app donde decía el día en que posiblemente comenzaría, pero bueno. Nick viene y me ayuda a levantarme para llevarme a un cubículo donde hay una cama muy cómoda, la cual la enfermera me pide que me siente.

—Bien, ¿qué tienes?

—Comencé esta mañana con mareos, justo cuando salí del trabajo, pensé que pudiese ser que desayune muy poco, se me paso cuando comí un sandwich y después regreso junto con náuseas y justo ahorita me duele el vientre.

—¿Cuándo fue tu último periodo y cuándo debería venirte?

—Hace un mes, y según mi control, debe llegarme esta semana, nunca me atraso, siempre me viene regular.

—Te tomaremos una muestra de sangre para descartar cualquier virus o bacteria, y examinaremos el vientre a ver que podemos observar, ¿sí?

—De acuerdo.

Siempre he odiado cuando me sacan la sangre, así que respiro hondo y tomándole la mano a Nick para no perder el control. Afortunadamente, la chica sabe su trabajo y no siento dolor. Ella se retira y vuelve a los minutos con un doctor. Este me observa y le asiente a la chica.

—Bien, acuéstese para examinarla. Los exámenes deberán estar listos en unos minutos, como no hay muchas muestras, no se tardan nada —me sonríe para que me alivie y su voz me tranquiliza. Me indica que me suba la blusa para poder añadir gel en el, y pasar un aparato suave por mi vientre—. Lo que sospeche, allí se ve.

¿Qué se ve? ¡No veo nada!

—Estás embarazada, señorita Chambers —cuando dice eso, me quedo tiesa—. Tendrás dos bebés.

Me limpian con un pañito suave el gel, y me quedo aun sin poder creerlo. No es que uno lo tenga en mente, pero no caigo en cuenta sus palabras. ¿Cómo que dos bebés?

—¿La doctora Vicky Marino sigue aquí? —pregunta Nick hacia el doctor, quien asiente—. ¿Qué días está?

—Los jueves, igual se pide cita y te la dan el mismo día para una semana —responde el doctor—. Mucho líquido, comer a la hora, y frutas. Igual ella le indicará todo el proceso y cuántas semanas tienes.

—Gracias, doctor —respondemos al mismo tiempo.

Ellos se retiran.

—¿Por qué tienes esa cara? —me pregunta Nick tomándome las manos.

—Es que apenas, tenemos dos meses saliendo y no te parece que todo está muy rápido —comento con sinceridad—. Y yo entenderé si...

—No pienso dejarte sola, Al. —Me besa los labios con suavidad—. Así que sea lo que sea, estaremos juntos en esto, ¿sí? Y justo hoy que iba a pedírtelo, que fueses la dueña de mi corazón y de mi vida.

—Suena muy cursi, pero acepto —digo riéndome. Vuelve a besarme pero con una intensidad un poco mayor—. Ahora me van a envidiar, pero también soportaré si te ven de arriba a abajo, al final los ojos son para ver, ¿no?

—Posiblemente, pero solo tengo ojos para ti. —Casi me derrito, porque su ego es más fuerte que otra cosa—. Tendremos dos cositas linda como tú y como yo, saldrán con buenos genes.

Aprovechamos de pedir cita prenatal y nos la dan para dentro de dos semanas, porque todos los jueves están ocupados. Nos entregan el examen de sangre, donde sale muy claro el embarazo. Ahora, es que no sé qué más pasara, no me gustan las promesas, pero haré todo lo que este a mi alcance para sobrevivir ante todo.

Luego de pasar una tarde amena en casa, sin mucha cosa. Él debe ir un momento a un sitio a buscar algo, me voy levantando y niega con la cabeza.

—Necesitas descansar. Prometo traerte algo rico, mi pequeña koalita —me dice. Lo fulmino con la mirada—. No, eres como un mini gorilita, tu panza va a ir creciendo...

—No me parece chistoso que me digas gorda —refunfuño y se ríe.

—No, solo es mi apodo.

Me besa para hacerme calmar, pero sigo medio molesta, solo que no le doy demasiada importancia. Le sonrío para que vea que ando bien y se retira. Me acuesto en el sofá y prendo el televisor, para ver algo entretenido.

Es el inicio de algo, ¿tengo miedo? ¡Siempre!