Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13

Nuestra relación, a partir de ese evento, fue mucho mejor de lo que esperaba, aunque tuve que esforzarme más. Logré que dejara de evitarme, lo que me provocó un gran alivio.

Nos volvimos muy cercanos y comenzamos a vernos con más frecuencia. La mayor parte del tiempo, era yo quien, sin poder alejarme de ella, iba a verla incluso en su trabajo, lo que me permitió conocer a su madre, Olivia.

Olivia es una mujer sencilla, que habla mucho y cuenta más de lo necesario, al contrario de mi madre, quien te llena de preguntas. Era amable, aunque un poco pesada en ocasiones, pero soportable.

Lo malo de esto es que hizo que Elysia también quisiera conocer a mi familia, algo que me negaba rotundamente, lo que generó nuestra primera discusión. Estaba enojada conmigo porque pensaba que me sentía avergonzado debido a nuestras diferencias de clase social, lo cual me enfadó por pensar cosas tan estúpidas.

¿Cómo podía pensar semejante cosa cuando su mera existencia le había dado sentido a la mía? Odio que se infravalore así.

Contrario a lo que suponía, no quería que los conociera porque ya sabía que a mi familia le iba a agradar ella y la monopolizarían. Ya me estaba costando tener que compartirla con sus amigos y su madre.

La quería solo para mí, pero no podía decírselo.

Debido a esa discusión, llevaba dos días sin hablarla ni verla, a pesar de sus llamadas y mensajes. Quería verla y lo que más deseaba era ir a su trabajo y estrecharla entre mis brazos. Debía hacer un esfuerzo; quería que entendiera lo equivocada que estaba, pero al mismo tiempo, sentía que me volvería loco.

—Oye, ¿Se puede saber qué demonios te pasa?—preguntó Nath, y yo volví en mí.

—No me pasa nada—solté con desgana.

—¿Estás seguro? Porque esta es la cuarta vez que me entregas el mismo informe con los mismos errores— informó agitando los papeles frente a mi rostro.

—Todos cometemos errores—dije tratando de quitarle importancia al asunto.

Tomé los informes y los coloqué en la trituradora de papeles, mientras mi amigo me miraba como si fuera un alienígena.

—¿Quién eres y qué le hiciste a mi amigo?— soltó con dramatismo.

—¿De qué tonterías estás hablando?

—El Aaron que yo conozco es demasiado perfeccionista como para dejar un solo error en ningún lado. Así que dime, ¿Quién eres y qué le hiciste a mi amigo?

—¿Acaso eres idiota?—le dije, y él suspiró aliviado.

—Sí, este es mi cascarrabias amigo.

Lo miré con los ojos entrecortados y tomé uno de los papeles que iba a tirar a la basura, le hice una bola y se lo lancé. El papel impactó en su cabeza, rebotando hasta el suelo.

—Oye, ten cuidado. ¿Qué pasa si por culpa tuya me vuelvo tonto?

—¿Un tonto se puede volver aún más tonto?—me burlé.

Ahora era Nath quien me miraba con cara de pocos amigos, y yo me eché a reír.

—Ahora en serio, dime qué te pasa. Pareces un perro a punto de ser abandonado. ¿Pasó algo con Elysia?

—¿Cómo sabes que es por ella?—pregunté asombrado.

—Me has dejado plantado infinidad de veces por culpa suya. Lo mínimo que puedo hacer es saber el nombre de la que te robó de mi, ¿No?

—Cualquiera que te escuche pensará que ella es la tercera rueda en discordia.

—No me cambies de tema y dime qué te pasa.

Suspirando, decidí contarle sobre nuestra pelea. De su insistencia en querer conocer a mi famila, la mía en no querer que los conozca y su infravaloración hacía su persona a causa de ello. Cuando terminé, él suspiró y añadió:

—Eres un completo idiota—concluyó.

—¿Qué, por qué?

—¿Cómo que por qué? Es obvio que tu novia se enfadará contigo si, cuando quiere conocer a tus padres, le dices que no, sobre todo cuando ya conoces a los suyos.

—Lo que pasó con su madre se dio de esa manera, fue por casualidad... y... Dejando eso a un lado, yo y Elysia no estamos saliendo—corregí.

Aún no. Auqnue no hay  nada que me gustaría más. Mi amigo me miró fijamente y luego se echó a reír.

—Venga ya, pasas la mayor parte de tu tiempo con ella, conoces a su madre, ¿Y me dices que no están saliendo? ¿Entonces qué son, amigos con derechos?

—Todavía no hemos llegado a eso.

—¿Estás de coña?—gritó sin poder creerlo.

—Vete—dije de la nada.

—¿Qué?

—Necesito estar solo, vete— repetí, y por una vez, se levantó sin armar un escándalo y se fue.

Mi cabeza se llenó de nuevos conflictos debido a las palabras de Nath. Cierto es, que Elysia y yo hemos estado viéndonos bastante y pasando tiempo juntos, pero ¿Tanto como para decir que éramos una pareja? No lo creo.

Además, estaba seguro de que no me conformaría solo con ser su novio; esas dos palabras no expresaban para nada lo que deseaba que fuéramos el uno para el otro.

También estaba el otro tema, el sexo. No es que no la deseara; cada fibra de mi ser la deseaba día y noche a todas horas, pero me había concentrado tanto en que confiara en mí, que bajara todas esas defensas, que me viera como un hombre bueno para ella, que dejé ese tema a un lado. No quería espantarla. Pero también sabía que había otro motivo oculto que deseaba no pensar, porque no quería que se hiciera realidad.

Me recargué en el sillón y suspiré con frustración.

—¿Por qué tuviste que abrir la boca? Maldito Nath.

Amaba estar con ella. Me hacía sentir emociones que antes estaban terriblemente dormidas, ancladas en lo profundo de mi ser. Cuando estaba con ella, aquella sensación que por tanto tiempo me atormentó a lo largo de mi vida se esfumaba como la pólvora, ya que cada sentido de mi cuerpo era únicamente para ella. Era una sensación que no quería perder por nada del mundo, pero y sí... ¿Y si todo acaba esfumándose una vez que la haga mía? Como tantas veces me pasó a lo largo de mi vida con tantas cosas que fui probando.

¿Pero entonces eso quiere decir que mi interés en ella reside solo en su cuerpo? No, no lo creía así. Me encantaban muchas cosas de ella, no solo su figura.

Me gusta la manera en que su párpado se mueve de manera inconsciente cuando está irritada, la forma en que retuerce su cabello cuando está nerviosa, o cómo se muerde el labio cuando está ansiosa o deseosa. Me encanta la manera en que se exalta cuando está llegando tarde a su trabajo y es arrastrada por los perros que tiene que cuidar, su sonrisa, sus carcajadas, que hacen que me quede embobado como un tonto cada vez que la veo así.

Las mil formas en las que tiende a decir mi nombre, haciendo que mi corazón se dispare como un adolescente que se enamora por primera vez, incluso la manera tan terrible que tiene de cantar, que hace que mis oídos estén a punto de sangrar en cualquier momento.

Sí, amo muchas cosas de ella, por lo que no creo que solo sea por ese cuerpo que ansío tener y hundirme en él. Pero y sí... moví la cabeza de un lado a otro queriendo ahuyentar esos pensamientos.

—Supongo que solo hay una manera de saberlo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro