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Extra • Té

Una noche helada es perfecta para preparar bebidas calientes y acurrucarse junto a la persona que más quieres. Cuando el invierno se alojo en el bosque encantado y cubrió los árboles con nieve, toda la tribu se preparo para afrontar la cruel temporada.

Durante la cena, Honeymaren le dio un té caliente a Elsa y se sentó junto a ella con su propio té en las manos.

— Que linda te ves hoy - murmuró la morena con tono coqueto.

Elsa y Honeymaren vivían un tierno romance desde hace meses, de hecho, en pocos días sería su primer aniversario.

La ojiazul se giró a verla

— No te diré cual es tu regalo de aniversario - confesó.

— Realmente eres hermosa. No lo digo porque quiera un regalo.

— Entonces, tú eres la mujer más bella - confesó con sinceridad antes de dar un sorbo a su té.

Honeymaren la imito y dio un sorbo, pero de inmediato lo escupió y se cubrió la boca haciendo un gesto de dolor.

— ¿Te quemaste? - ella asintió. Se quitó la mano de la boca. Dejó el té en el suelo para darle unos minutos para enfriarse. Elsa se inclino hacía ella y le deposito un duradero beso en los labios — ¿Te sientes mejor?

Honeymaren la miro totalmente quieta. "Disimuladamente" volvió a tomar la taza de té y de nuevo dio un sorbo.

—. Uups, volví a quemarme - sonrió al percatarse de que Elsa se estaba riendo al mismo tiempo que se inclinaba para volver a besarla.

La mayor parte del tiempo que pasaban juntas lo empleaban en sumergirse dentro de las labores de la otra, algunas veces compartían sus gustos o hobbies.

La castaña podía pasar horas escuchando a Elsa hablar sobre las historias de los libros que leía, no podía aburrirse  por ver la emoción que reflejaba Elsa cada vez que relataba una historia.

Aunque Elsa no tenía mucha experiencia con animales, siempre se quedaba cerca de Honeymaren para ayudarla cuando tenía problemas con los renos.

Durante las mañanas, antes de trabajar en la tribu ambas se desviavan del camino para desayunar juntas y organizar su día. Usualmente por las tardes, se tomaban un descanso para verse y conversar antes de que iniciará la cena.

Desde que estaban juntas alternaban donde dormir cada noche. Una noche podía Honeymaren ir a dormir con Elsa o la peliblanca se quedaba para dormir con Honeymaren, algunas veces iban a Arendelle para visitar a Anna y aunque tuvieran la opción de tener habitaciones separadas preferían compartir la cama.

Hoy era uno de esos días. "El cumpleaños" de Olaf se llevó a cabo hace unas horas. Olaf estaba muy feliz de recibir a todos sus amigos y tener juguetes nuevos, estuvo todo el día jugando hasta que se agotó y fue a dormir. Los adultos continuaron divirtiéndose en el refugio de Elsa, aunque era un espacio demasiado pequeño para los cuatro, también era el lugar más privado que tenían y ninguno quería que el muñeco de nieve los descubriera bajo el efecto del alcohol.

— ¿Anna ya les dijo lo que pasó el viernes?

Anna se levantó de su asiento y lo calló usando las manos.

— Me suena a que es algo vergonzoso de lo que no quiere que nos enteremos - dijo Elsa con ambas manos bajo su mentón.

— No pasó nada - explicó Anna —. Kristoff bebió demasiado.

— Me encanta este tipo de cosas... ¿Cuánto tiempo pasará antes de que te distraigas y Kristoff suelte la sopa?

— No voy a distraerme - dijo, pero sí lo hizo y de inmediato Kristoff exclamó eufórico —. ¡Ella hizo que...!

— Volverás a dormir en el establo si lo dices - el rubio se encogió de hombros y Anna lo jalo de la oreja —. Vamonos a dormir ahora, no puedo contigo estando así.

— ¡Les enviaré una carta explicando todo! - grito él.

— ¡Voy a cortarte las manos antes de que lo intentes! - Kristoff y Anna salieron del refugio y Honeymaren se carcajeo.

— Que lindo es el amor - dijo caminando hacia el sofá vacío y haciéndole una seña a Elsa para que la acompañara. La platinada dejó el escritorio de su padre y se sentó cerca de Honeymaren —¿Qué crees que haya hecho?

— Mi instinto dice que seré una mala hermana si me rió de lo que haya hecho - mencionó —. Aunque si es algo gracioso no me importa tanto serlo.

Honeymaren descanso su cabeza sobre el hombro de su novia y dio un leve suspiro.

— Esta noche es muy agradable - murmuró tomando la mano de Elsa —. Luces preciosa.

— Es una noche tranquila - agregó con voz suave. Entonces sintió que Honeymaren se acercaba más a ella para besarla y así lo hizo. La vela del refugio tembló brevemente por las corrientes de aire que se colaban en la habitación. Elsa posó su mano sobre la mejilla de Honeymaren. La castaña colocó su mano derecha sobre la cintura de su contraria y con cautela la fue deslizando por su pierna.

Elsa no lo noto al principio, pero cuando se dio cuenta de lo que sucedía comenzó a ponerse nerviosa. Honeymaren aprovecho el momento de descuido para ponerse sobre Elsa y tomarla del rostro. Observó el reflejo de la luna en sus ojos azules y unió  su frente con la de ella.

— Te amo, Elsa - cuando intento volverla a besarla, la vela se apagó y quedaron a oscuras completamente. Apenas podían distinguir la figura de la otra con la tenue luz lunar.

— V-vaya, es más tarde de lo que imagine - se movió para que Honeymaren se quitara de encima suyo y se levantó —. Será mejor que vayamos a dormir, necesitaremos mucha energía mañana para volver al bosque encantado.

Con torpeza y algunos golpes contra los muebles logró hallar el camino hacía la puerta de salida. Honeymaren se desánimo un poco, pero prefirió no seguir insistiendo.

Cuando llegaron a la habitación, Elsa se tiró en la cama. Honeymaren también.

— Se me olvida que tu cama es muy suave - murmuró Honey con la almohada en la cara sofocando su voz.

— Quizá me lleve la cama a Ahtohallan ya que te gusta tanto - mencionó Elsa. Ella se levantó y tomó su ropa para dormir –. Iré a cambiarme.

Honeymaren se quitó la almohada de la cara y se giró para verla.

— ¿Quieres ayuda?

La ojiazul se giro confundida, antes de reaccionar fue acorralada por su novia. De nuevo se puso nerviosa, pero esta vez trató de mostrarse menos evasiva.

— Realmente deberíamos dormir - le suplicó —. ¿Recuerdas lo que sucedió la última vez que tardamos en llegar al bosque encantado?

Un vago recuerdo de Yelena persiguiendolas con una vara le invadió la mente. Dejó a Elsa ser libre

Pasaron unos días desde el cumpleaños de Olaf. Durante el desayuno Honeymaren pudo notar que últimamente Elsa no pasaba tanto tiempo con ella.

— ¿Todo bien? Estas comiendo muy rápido

— Sí, solo tengo mucho trabajo hoy. Nokk quiere que vaya a Ahtohallan y haga unas cosas allá, si no me doy prisa no podré venir a verte en la noche.

— ¿Estás segura de que es eso?

— ¿Eh? Sí ¿por qué?

— No, no, nada.

Elsa terminó su plato y se limpió los labios, después chifló y del río se materializó Nokk para ser cabalgado.

— Ya me voy, cuídate mucho mientras no estoy. Regreso en la noche - le dio un rápido beso en la frente y se fue. Honeymaren exhalo resignada.

Elsa definitivamente estaba actuando extraño desde que se insinuó en Arendelle.
La castaña se lamento, creía que había asustado a Elsa, incluso creyó que la estaba presionando para dar otro paso en la relación.

(***)

— ¿Ustedes saben que hacer? - le hablo a los espíritus. Bruni negó con la cabeza y los gigantes de tierra se encogieron de hombros. Gale no sabía que decir y Nokk relincho desinteresado por el tema —. Ay... No puedo hablar de esto con Anna, sería muy incómodo. Amo a Honey pero todavía no quiero dar ese paso, aunque es el tipo de cosas que se hacen cuando estas en una relación ¿verdad? - de nuevo no recibió ninguna respuesta que realmente contestara su pregunta —. ¿Y si ella espera algo así en nuestro aniversario? ¿Debería hacerlo para que sea feliz?

Bruni se acercó a ella frotar su cabeza contra su mano en un intento por darle apoyo. Elsa lo alzó en ambas manos y lo acaricio con el pulgar.

Nokk movió la cabeza en modo de negación. Elsa agacho la mirada.

— Bien, que no cunda el pánico, aún faltan tres días para nuestro aniversario, seguro puedo superar esto en menos tiempo ¿cierto?

Aunque los espíritus no podían hablar, ella claramente los escucho decir: "ni lo creas".

La noche llegó y por fortuna, la solitaria noche de Honeymaren se transformó cuando vio llegar a Elsa.

— ¿Quieres dormir conmigo esta noche?

Honeymaren se extraño de la pregunta, entre semana solían quedarse en la tribu.

— Sí, está bien - la morena prefirió seguir los deseos de Elsa por esa noche y dejarle tomar el control en lo que quisiera.

Una vez en Ahtollan, Honeymaren sintió que era un poco más cálida la habitación de Elsa pese a estar rodeada de hielo.

Elsa todavía no traía la cama tan suave que le gustaba Honeymaren, aún así la cama que había era cómoda para ambas.

— ¿Quieres cenar? Bruni todavía tiene energía.

— Estoy bien, gracias.

— ¿Un té?

— Un té sería agradable - cuando hablaba de su boca salía una nube que se desvanecía al instante.

Después de un rato de espera, en que Elsa se mentalizaba, Honeymaren le dio un sorbo a su té caliente y descubrió que no estaba tan caliente como pensó. Quizá era porque todo lo que Elsa tocaba se congelaba aunque sea un poco, tal vez era porque lo retiro del fuego antes.

— Elsa... Quiero hablar contigo de algo que me molesta.

La ojiazul sintió su estómago revolverse de los nervios.

— Claro ¿de qué trata? - ya tenía una idea en la cabeza y eso solo la hacía sentirse peor.

— ¿Te moleste la otra noche?

— ¿La otra noche? Oh... La otra noche.

— Lamento eso.

— ¿Eh? No, yo lamento eso. Debí decepcionarte...

— Claro que no ¿por qué dices eso?

— Bueno, es el tipo de cosas que hacen las parejas, y te aseguro que quiero hacer todo lo que estas pensando, pero no ahora. No estoy lista para eso.

— Yo no quería hacerte sentir que me decepcionas por no hacer lo que yo quiero. Esta bien si no quieres hacerlo hoy, o mañana o en un año incluso. 

— Es que eres mi primera novia en toda mi vida y quiero disfrutar cada etapa de nuestra relación con calma.

— Totalmente comprensible, esperare el tiempo que me pidas - se apoyo en su hombro. Honeymaren dio un sorbo a su té y fingió quemarse aunque ya estuviera frío.

Elsa se rió y se inclino para besarla y aliviar su dolor.

(***)

El día del aniversario de Elsa y Honeymaren llegó. Honeymaren le entrego unos renos de diferentes tamaños tallados en madera como regalo.

— Ahtohallan necesita más decoración que ropa sucia en el suelo - Elsa se avergonzó de aquello, pero concordó en que los renos serían una linda decoración.

Elsa por su parte saco su regalo y le mostró a Honeymaren un abrigo nuevo para soportar los días en la tribu y las heladas noches en Ahtohallan.

— Habría preferido la cama suave con plumas de ganso, pero esto me funciona igual - bromeo con Elsa.

Elsa había prometido la cama y no pudo conseguir llevarla al bosque.

— Lo siento, si quieres la cama tendremos que pelear por ella, no eres la única que quiere esa cama.

— Vaya... En ese caso prefiero el abrigo. Es muy lindo, Elsa, muchas gracias.

Honeymaren sirvió dos tazas de té y Elsa ya estaba preparada para eso. Se inclino sobre Honeymaren para besarla y después se agacho para soplar ligeramente el té hirviendo de ambas. Ahora era un disfrutable té caliente tirando a tibio.

Igual que las otras veces, Honeymaren hizo un gesto de dolor y espero ser atendida por Elsa.

E igual que las otras veces, Elsa volvió a cumplir los deseos de Honeymaren para así finalizar su pequeña cita.

Se tomaron de la mano y contemplaron el atardecer juntas en completa tranquilidad. Después de un tiempo se retiraron a Ahtohallan para volver a dormir juntas como era su nueva costumbre.

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