-Si no me das esa chaqueta ahora Eizabeth juro que te matare - dijo Rapunzel amenazadora mente y caminando de la misma manera hacia mi dirección.

-Quiero ver que lo intentes - dije y a paso rápido subí las escaleras para dirigirme a mi habitación y cerrar la puerta de un portazo y con cerrojo escuchando las quejas de Rapunzel.

Luego de despedirme de Frost, entrar a mi casa acompañada de una Rapunzel largando humo por las orejas y asegurarnos de que Jack estuviera a una buena distancia de mi casa para asegurarnos de que no escuchara nuestros gritos. La tercera guerra mundial se desató en mi casa. Todo por una simple chaqueta.

Pues para entender la situación, debemos centrarnos en la locura de Rapunzel. Como sabemos la chaqueta pertenece a Jack. 1 punto a favor. La chaqueta esta cubierta con el típico olor de la loción de Jack. Otro punto a favor. Y con todo esto Rapunzel podría terminar su figura a tamaño real de Jack Frost que tiene en su cuarto y usa para dormir. Y si tiene un maniquí que transformó en un muñeco de la misma estatura que ese duende anciano viviente.

Sin embargo, debía poner aquella chaqueta en algún lugar seguro. Puesto que al Rapunzel básicamente ser de la familia, mis padres no tendrían ningún inconveniente en que se quedara a dormir. En mi cuarto. Lugar en donde mientras yo estaba roncando y babeando, ella podría registrar cada centímetro de mi habitación. Así que, de tanto pensar, de repente se me prendió el foco.

Todos en la familia sabían que si yo no dormía, era una nube de mal humor por la mañana. Y no hablar si me interrumpían algún sueño en específico. Anna ya ni siquiera pasa por mi habitación en la mañana desde que interrumpió mi hermoso sueño con Travis Maddox. ¡¡¡Estaba a dos centímetros de lograr un beso!!!

Así que, con mis audífonos, sacando mi caja de provisiones llena de gomitas y chocolates y la chaqueta de Jack puesta, me dispuse a dormir escuchando a Ed Sheeran desde mi celular. Tratando de soñar con Patch, Travis, Will Traynor o cualquier personaje literario que pasara por mi mente. Pero en vez de eso, alguien mas paso por mi mente reemplazando s los mencionados. Cierto duende anciano viviente.

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¿Saben cual es el sonido mas hermoso del mundo? Pues, nada mas ni nada menos que el despertador sonando a las seis de la mañana Recordándote que debes ir a esa cárcel para adolescentes llamada escuela. Ñah, mentira es el sonido mas horroroso del mundo creado por el ser humano.

Así que, con la pero cara de mal humor del mundo, me levante de mi cama, cepille mis dientes, me duché para luego quedarme parada en el armario en ropa interior pensando en que me iba a poner. Hasta que una blusa de mangas largas azul holgada, unos jeans azul oscuro que se moldeaban a las piernas y unas zapatillas blancas llamaron mi atención. Después de todo, iba a estudiar no a conquistar chicos.

(Lo que se puso Elsa)

Luego de vestirme, baje con la mejor sonrisa que pude hacia la cocina dispuesta a hacerme mi típico desayuno. Aunque no fue ninguna sorpresa encontrarme a mi madre hablando animada mente con Rapunzel. Cosa que conmigo nunca hacia. Si fue grande la sorpresa que me lleve al ver el vestuario de Rapunzel.

Su vestuario consistía en una pequeña blusa rosa que hacia resaltar sus pechos. Una pequeña falda blanca que le llegaba no mas abajo de los muslos y unos tacones haciendo juego con todo. ¿Acaso se ha de fiesta o que?

(Lo que se puso Punzie)

-¿Sabes que vas a aplastar tu trasero en una silla para escuchar a un profesor hablar durante horas, verdad? - dije mirándola de pies a cabeza.

-Oh, Elsa ¿Ya te despertaste? - preguntó Punzie mirándome inocentemente

-No, si sigo durmiendo pero soy sonámbula y hablo dormida - dije sarcásticamente ganando me un golpe en la cabeza de parte de mi mama.

-Elsa, hablale bien a Rapunzel, ella no te a hecho nada - dijo regañando me. ¡Pero si ayer casi me mata con su sartén! - Y no le digas nada sobre su ropa, yo la ayude a vestirse. Es la primera vez que puedo ayudar a alguien a arreglarse para la escuela.

Cabe destacar, que nunca fui la preferida de mi mama. Ni Tampoco Anna. La preferida siempre fue Rapunzel. Pues, gracias a que mi mama siempre fue adicta a la moda y muy coqueta. Se llevaba mejor con Rapunzel que era igual s ella. En cambio yo era el antónimo de belleza y a Anna no le gustaba. Ella se acercaba mas a los deportes siendo la preferida de papa. Y dejándome a mi como una gran decepción.

Con una mirada de odio, comí mis típicas tostadas con nutella, y me dirigí hacia mi cuarto para cepillar me los dientes. Una vez lista, salí del cuarto de baño y me tope con la chaqueta tendida en mi cama. El sentimiento de guardarla en la mochila se apoderó de mi, pero un pequeño impulso me dijo que me la llevara puesta. Y cuando mi conciencia me dijo que sería una línea venganza hacia Rapunzel de cuando se compró el mismo vestido de graduación que el mio, luciendo lo mucho mejor que yo y dejándome como una fea copia, con una sonrisa en mi rostro me puse la chaqueta y mi mochila en mi hombro.

De esta manera baje las escaleras con la canción de los Guns and Roses en mi mente. Recibiendo una mirada de sorpresa de mi madre y una mirada llena de odio de parte de Rapunzel. Pues, como era como dos tallas mas grande que yo, se notaba que no me pertenecía, además notaba a leguas que era una chaqueta de hombre.

Así, y sin siquiera esperar a Rapunzel, me dirigí hacia mi auto y partí rumbo a la escuela. Preparándome para las mil miradas que recibiría en la universidad. Y así como fue predicho, cuando entre en la escuela, miles de chicas me miraban sorprendidas y con humo echando por las orejas. Además de que Frost estaba en el campus mirándome con una sonrisa de aprobación en rostro.

Y por primera vez en mi vida, me sentí como si realmente tuviera un lugar en el mundo.