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Siento mi fin por no actualizar

🌈 Maratón 2/? 🌈

¿Qué era esa opresión en su pecho? ¿Por qué demonios comenzaba a tener frio? No lo sabía, simplemente se perdió, se confundió por la abrumante cantidad de emociones que comenzaban a manifestarse en el a causa del sueño -ya perdido- y las palabras que se seguían repitiendo en su cabeza como un disco rayado. Ahora sus deseos de querer golpear a alguien, de poder desquitarse con una maldita rata asquerosa de esa escuela, se había vuelto casi una necesidad.

Había dejado de escuchar lo que pasaba a su alrededor, su mirada no estaba puesta en las miradas confundidas de los demás alumnos ni en lo que decía Mérida, sus ojos simplemente no podían despegar la mirada de aquellos valiosos objetos que no tardo en sujetar con sus manos. Estaba en un trance, imaginándose uno y más escenarios cada vez peores, hasta que finalmente sus oídos encontraron algo de interés.

-Rapunzel - fue lo único que llego a escuchar - creo que fue culpa de Rapunzel. - sí, definitivamente le esperaba un feo destino a aquella rubia mal teñida.

Parpadeo aturdido, aun tratando de comprender la información que pasaba por su cabeza. Millones de imágenes de aquella rubia ahora castaña se proyectaron en su mente en cuestión de segundos; hasta que finalmente uniendo y atando cabos pudo terminar de comprender el asunto. Las imágenes de lo ocurrido comenzaron a presenciarse en su cabeza, cada sentimiento, cada movimiento, viéndolo con sus propios ojos y sintiéndolos en carne propia. Pero algo aun no le cerraba, y era: ¿Dónde diablos se encontraba Elsa ahora?

-Jack, Jack escúchame - la voz de Hiccup se escuchó como un sonido lejano a sus espaldas, sacándolo lentamente de su trance - Al parecer, un rumor, un rumor llego a los oídos de Elsa y Mérida, s-supuestamente de Rapunzel. - el castaño ya no sabía cómo continuar, la rabia en los ojos del peliblanco se hacía cada vez más ferviente, y no estaba dispuesto a convertirse en su saco de boxear - Elsa, entro en una clase de ataque de pánico y... huyo de aquí, Mérida no sabe que paso después.

-¿Y tú qué crees que pudo haber pasado? - pregunto soltando una risa.

Y ya todos los presentes podían imaginarse el infierno que se acababa de desatar.

Jack no era un gran fan de la violencia, solamente lo consideraba como un recurso necesario para sobrevivir en aquel gris mundo. Aunque le gustaba el poder que esta le daba, no le gustaba ver como un hombre perdía la conciencia poco a poco, llegando incluso a casos extremos. Pero ahora, ahora más que nunca, estaba deseando ver la sangre de alguien en aquellos putrefactos pasillos. No al grado de matarlos, pero si al grado de herirlos gravemente. Claro que, había que ver si en el momento aquellas ideas no se convertían en una sola con el mismo objetivo.

-Jack, creo que te estas precipitando...

-¿Debe ser una broma verdad? Porque si es así, de comediante te mueres de hambre imbécil - menciono, dejando que toda su ira saliera disipada en una carcajada ronca y alta - ¿Qué crees que pudo haber pasado? Con toda esta mierda de ratas, ¿Qué crees? Dios, hasta puedo malditamente imaginármelo... ¿Siquiera crees que intento defenderse de estos bastardos? Les tiene miedo y ellos lo saben, lo saben y ni siquiera les importa. ¿Te imaginas a alguien como Elsa, a un ángel hermoso, siendo golpeado por malditos demonios? Porque ya puedes darte una maldita idea de lo que acaba de pasar. - termino en un grito amenazante.

No iba a contradecirlo, contradecirlo tranquilamente podía significar un grito directamente en la cara. No lo golpearía, el peliblanco no era capaz de golpear al castaño ni aunque quisiera. Pero si a los demás, y Hiccup no iba a impedírselo. Lo conocía en ese estado, y sabía que sacarlo de allí sin lanzar aunque sea un golpe, iba a ser malditamente imposible.

-Y... ¿Qué es lo que planeas hacer? - una traicionera sonrisa surco el rostro del más alto, y Hiccup sabía que le había dado rienda suelta al diablo.

Sin necesidad de respuesta, aun con el celular y los auriculares de la platinada en mano, el de ojos azules comenzó a andar con pasos fuertes hacia la puerta de salida. Sus fuertes pasos resonaban en el tétrico silencio que se había creado en los pasillos. Su mirada amenazante se posaba en cada individuo que se encontraba a su alrededor. Viendo como los que anteriormente reían a carcajada suelta de su platinada, ahora se encogían de miedo al ver su mirada que fácilmente se podría confundir con la de un psicópata. Hasta que finalmente los encontró.

No hubo necesidad de hacer preguntas, siquiera de mencionar palabra, ya todos sabían quienes habían desatado el infierno en aquella escuela. Aquellas cuatro ratas inmundas que sudaban como malditos cerdos lo miraban como si fuera el mismísimo diablo. Nadie emitía palabra, por miedo a que el peliblanco decidiera vengarse con cualquiera que haya tenido la desgracia de reírse de Elsa. Sin embargo, Jack solo tenía su atención puesta en la escoria principal. En aquella mierda insolente que se había metido con la platinada mucho antes de que el llegara. Y Dios, iba a ser tan divertido invertir los papeles.

-Jack, hermano, ¿Qué tal todo? - sí, también se podía considerar gracioso como trataban inútilmente de evadir el tema. En cualquier caso, el hecho de que parecieran que estaban a punto de orinarse encima del miedo era más que delatador.

-¿Cómo pudieron caer tan bajo? Caer tan bajo por una porquería - una pequeña risa sin humor salió de sus labios - definitivamente ya lo he visto todo. ¿Qué les prometió? ¿Una mamada? ¿Sexo? ¿Dinero? Vamos, díganme, puedo esperar cualquier cosa viniendo de una zorra como ella.

-Jack, creo que estas yendo demasiado lejos - siempre valoro que Hiccup actuara como su voz de la razón la mayoría del tiempo, pero en ese momento solo deseaba que cerrara la maldita boca al comportarse como un ignorante.

-No Hiccup, es que no lo entiendes, no sabes, ninguno de ustedes sabe la historia completa - mascullo con una sonrisa tétrica en la cara - ¿Sabes lo que es tener algo bueno en la vida, después de mucho tiempo, y no poder ayudarlo? Todos los días Hiccup, todos los malditos días esta zorra barata le hacía mierda la vida a Elsa por un motivo que no entiendo y nunca entenderé. Y no solo ella Hiccup, su madre, su propia madre la trata como si fuera una mismísima escoria cuando ella y Rapunzel son el maldito problema. - Para ese entonces, leves hipidos y sollozos salían de la boca de la castaña - Oh, lo lamento ¿Te ofendí? - Pregunto sarcásticamente - Dime que se siente, vamos dime cómo se siente maldita zorra.

-N-No la toques - un valiente se había interpuesto entre el camino del mayor hacia la de ojos verdes. Solo basto un golpe para que cayera tendido al suelo, y que todos rechazaran a la idea de enfrentarlo.

-Pobre Iluso...

-Jack, p-por favor - la voz de la menor se le hacía irritante, al punto de querer coserle la boca - Te lo ruego.

Sus brazos la acorralaron en la pared del pasillo, dejándola sin escapatoria y con la cara asesina del peliblanco a unos pocos metros lejos de la suya. Si bien, era la situación en la que la castaña siempre quiso estar, este no era el momento, la situación, ni con el chico del que se había enamorado. Después de todo, Jack la miraba como si estar cerca de ella le causara repulsión, lo cual no era del todo falso.

-¿Cuántas veces te rogo Elsa? ¿Uhm? - Cuestiono inquisitivamente - vamos, seguramente las tienes contadas. Veo tu repugnante cara de satisfacción cada vez que te sales con la tuya rata inmunda. Dime algo, ¿Realmente pensaste que podrías salirte con la tuya sin que me diera cuenta? ¿Sin que pagaras por ello? - La respuesta no llego, y eso lo irritaba, odiaba que no contestaran cuando hacia una pregunta - Te estoy hablando, contesta - un leve movimiento de cabeza en forma de negación fue la respuesta - Dime otra cosa... ¿En serio pensaste que tendría algo de piedad contigo cuando nunca la tuviste con ella? ¿Deberás eres tan ilusa? - Las lágrimas descendían ya sin control por las mejillas de la menor - Escucha bien niña, aléjate de nosotros, o juro que a la próxima no me bastara solo con esto.

Rapunzel cayó al suelo, con sus mejillas empapadas a causa del llanto y aterrorizada y avergonzada por lo que acababa de pasar. El peliblanco se alejó de ella, sin intenciones de ayudarla o siquiera mirarla. Su mirada está puesta en las cabezas gachas de todos excepto de Hiccup que lo miraba sin expresión alguna, ya lo conocía no había nada de que sorprenderse. Sin embargo, el sonido de una melodía sobresalto a más de uno al interrumpir el silencio en el que se había sumido la escuela.

Por otro lado, el mayor solo se dedicó a atender el teléfono de su novia tratando de ocultar su furia. Fallando, absolutamente.

-Diga - contesto con su peculiar voz ronca.

-¿Eres Jack, cierto? ¿Jack Frost? - una voz entre grave y chillona fue lo primero que escucho - Maldita sea, ¿Puedes contestar?

-¿Qué diablos quieres? ¿Y quién eres? - estaba irritado, y si aquella llamada no servía para algo bueno tiraría el teléfono al suelo sin importarle que fuera un objeto medianamente preciado para la platinada.

-Bill Cipher tesoro, un gusto, pero no estamos hablando de mi - dijo en un tono burlón para luego ponerse serio de repente. - Necesitas salir de allí ahora e ir a la calle Murville 302. Ahora

-¿Para qué diablos haría eso? - cuestiono confundido.

-Lo harás antes de que Elsa haga una locura.

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Voy a morir, yo lo sé, mi dirección es Calle Falsa 123. Ya saben por si vienen a matarme con un chanclazo. 😓😨😢

Ok, volviendo tema, perdón por no actualizar el sábado, pero me surgió algo importante (osea ir al cine con una amiga e irme a dormir a su casa) y el maratón se fue a chucha. Esto me describe👇

Ahora sí, espero que les haya gustado el capítulo que a mí en lo personal me gustó mucho escribirlo aunque como todos salió bien KK.

Mañana sin falta el siguiente capítulo 🙌🙏😛.

❤All the love in the world for you❤