
[0.1] Pelirrojas
Y después del silencio una interrupción.
—Dijiste que esto sería divertido.— Se remueve incómoda en el arbusto, su comentario es recibido con un gesto de exasperación.
—-Hacemos trabajo de espías, eso es emocionante.— Le responde con obviedad, aunque no es convincente ni a oídos propios.
—No si tu plan es vigilar a Tadashi y a Jack que no hacen nada. — Preguntó la pelirroja confundida detrás de los arbustos, tal vez un poco fastidiada por el calor.
—No, mi plan es que tú vigiles a Jack y yo a Tadashi.— Contestó Mérida con la mirada fija en el asiático que estaba a unos metros, como si tratara de adivinar sus pensamientos.— Y efectivamente, no hacen nada.—
Ariel la observa con incredulidad por el pobre plan de su amiga, buscando la rápida manera de zafarse del asunto.
—Si ustedes acordaron descubrir esto, ¿por qué no lo hacen juntas, como amigas?— Preguntó la pelirroja en un pobre intento de hacerla cambiar de opinión.
Obstinada y dulce Mérida.
—Te recuerdo que no estamos en un capítulo de my little pony.— Respondió Mérida con obviedad. —Acordamos hacerlo una competencia.—
La chica a su lado respira con resignación.
—Aún así, no entiendo porque yo tengo que ayudarte cuando tú decidiste participar en el reto por ti misma— Inquirió Ariel, tal vez un poco más irritada por las circunstancias.
—Porque tú eres mi amiga, y es mucho trabajo vigilar a dos chicos a la vez.— Explicó ella, Mérida hizo una pequeña pausa y luego continuó.— Además, si no me ayudas, Moana sabrá que estás enamorada de ella.—
Su compañera se horrorizo al escuchar su comentario, negando con la cabeza.
—Eso es chantaje, ¿sabes?— Ariel se cruzó de brazos, volviendo a su vigilancia inicial pero con cierto problema.
—Yo lo considero, más bien, motivación— Respondió Mérida alzando los brazos, y fijando su vista nuevamente en el asiático alarmandose al no encontrarlo en el mismo sitio.
—¿Qué están haciendo, chicas?— La voz a sus espaldas las hizo girarse, encontrándose a cierto chico.
—Jack, me diste un susto de muerte—
Respondió Ariel tocando su pecho, preparándose mentalmente para la regañiza a la que sería sometida un rato después.
Mérida se quedó fría al pensar en la probabilidad de que él pudiera haber escuchado su conversación.
—Y bien, ¿qué hacen? Digo, no es muy común ver a dos pelirrojas detrás de los arbustos espiando a alguien.— Inquirió Jack con un tono irónico y una ceja alzada con curiosidad.— A mi no me van las pelirrojas, pero aún así llaman mucho la atención.—
Ariel pensó rápidamente una excusa, pero Mérida se le adelantó.
—Buscamos a Elsa.— Respondió repentinamente burlándose internamente de su propia torpeza.
Él pareció confundirse por un momento, así que al menos sirvió de algo.
—¿Elsa? Ella está en clase, yo la vi entrar hace un rato.— respondió tocándose el mentón.
—¿Por qué estabas vigilando que hacía Elsa?— Respondió Mérida tratando de tomar el control de la situación.
En primer lugar Jack pareció quedarse frío instantáneamente y después algo pareció hacer click dentro de él.
—Sé a dónde van tus pensamientos, y créeme que no.— Negó fervientemente con la cabeza, intentando indicar su posición al respecto.
Mérida vio esto como una oportunidad.
—¿Negaras que el menos te parece linda?— Preguntó Ariel adelantándose de una forma poco sutil, pero dudando que en ese estado el se diera cuenta.
Él pareció pensarlo un poco, sintiendose acorralado por la presión que infringian las miradas de ambas.
—Claro que si, y mucho. Pero no creo que sea el tipo de chica que quiera algo de una noche y yo no busco más que eso. Ella es mi amiga desde el jardín de niños, y no podría romperle el corazón.— Se sincero Jack, pero había algo en su mirada que lo contradecía, o al menos eso le pareció a Mérida.
—Bueno, tienes razón, ¿no es una chica especial?— Inquirió Mérida, con otra intención oculta dentro de su inocente pregunta.
—Claro, y más con su voz, es tan grave como la de un hombre.— Respondió él con una naturalidad increíble, a Mérida le dieron ganas de llorar.
Ariel se tocó la frente con la mano, Jack Frost era el ser menos romántico del mundo.
—La verdad es que no me molestaría pasar la noche con ella, es una chica muy caliente, pero no quiero lastimarla, y no puedo dejar ir al resto de las chicas.— Mérida y Ariel formularon un gesto de asco, él solo levanto los hombros restandole importancia.
—Demasiada información, Frost— Dijo Mérida asqueada, él le regreso una sonrisa burlesca, regresando a su estado habitual.
—En primera, eran ustedes las que tenían mucho interés en lo que yo piense de ella— se quedó pensativo un momento.— ¿Eso se debe a algo?—
En ese momento se dió cuenta de que habían cruzado la línea y de verdad se había dado cuenta.
—No, solo me dió curiosidad que supieras exactamente qué estaba haciendo.— Respondió Mérida, volviendo al tema inicial esperando que eso lo hiciera menos sospechoso.
Jack pareció atrapado nuevamente.
—No, solo que su aula está cerca de los baños del primer piso, la vi entrando y la saludé, luego seguí con mis cosas.— Confesó— Por Dios, esto es un jodido interrogatorio.—
—Estas exagerando, Frost.— Dijo Mérida le tocó los hombros y lo regreso al camino que estaba fuera de los arbustos con un movimiento.— Ahora continua tu camino.—
El albino dió un gesto de confusión, pero siguió su camino. Que momento más extraño, esas chicas estaban locas.
—¿Sabes? Llámame loca, pero lo ví nervioso.— Mérida se dirigió a Ariel.
—No, no fuiste solo tú, yo también lo noté.— Respondió Ariel.
—Algo está ocultando.— Pronunció Mérida.
—Buenos días, As. ¿Qué tal tu mañana?— Una sonriente Anna toma asiento a su lado.
—Bien, ¿qué tal la tuya?— Le responde la rubia con un gesto de incredulidad que parece no llegar a ojos ajenos.
—Me alegro por ti, As. La mía también ha estado excelente.— Le contesto Anna con energía impropia de ella ante una extrañada Astrid.
¿Estaba todo bien esa mañana?
El resto de la mañana transcurrió con tranquilidad, excepto para Elsa, que pasó todo el día pensando en quien podría ser su admirador, que quisiera darle su espacio, no significaba que no tenía curiosidad, pero más que eso, pensaba en lo mucho que deseaba que la nota fuera de él.
Era hora de su clase extracurricular, las chicas la esperarían afuera en la jardinera, como siempre. Ese era el momento perfecto para reunirse a hablar sobre su misión.
Estaban las cinco reunidas cuando Mérida les hablo sobre sus hallazgos, afirmando que Jack era el que había redactado la nota.
—Eres la peor espía que existe.— Dijo contundente Moana despues de escuchar su relato con atención, todas parecían estar de acuerdo. —Con tanta presión hasta yo hubiese estado nerviosa.—
—Yo sigo creyendo que fue Hiccup.— Intervino Anna, con aires de superioridad.— También hice un descubrimiento sobre él.—
—Sueltalo.— Le respondió Moana con curiosidad, esperando que lo que tuviera que decir fuera mejor.
—¿Conocen a la mejor amiga de Hiccup? Se llama Astrid.— Las chicas asintieron y ella lo tomó como señal para continuar.— Él le cuenta todo y yo me siento con ella en química. Bueno, hoy le hablé sobre la nota que había recibido Elsa y se puso muy nerviosa, como si supiera algo— Afirmó Anna con demasiada seguridad.
—Ella también es muy amiga de Hans, también hay posibilidades de que él le haya dicho algo al respecto.— Contesto Moana razonando fácilmente.
—Esto no nos está llevando a ningún lado.— Habló Mavis harta de sus intentos patéticos.
—Tiene razón, estas son puras suposiciones, nada muy útil.— Secundó Rapunzel.— Si verdaderamente queremos saber la identidad de ese chico, tenemos que tomar cartas en el asunto.—
—¿A qué te refieres?— Preguntó Anna curiosa por la actitud que había tomado la rubia.
A veces las ideas de Rapunzel eran interesantes.
—Cuando quieres que alguien confiese algo lo sometes a presión— Decretó Rapunzel y Anna pareció entender rápidamente a qué se refería.
—Quieres que hagamos que todos ellos pasen más tiempo con Elsa, para que el admirador se sienta presionado a confesarse.— Respondió Anna entendiendo perfectamente a dónde quería llegar, a Moana le sorprendió pero no opino al respecto.
—¿Y cómo vamos a hacer eso?— Preguntó Mavis curiosa.
—Los conocemos a todos desde hace tiempo, solo es cuestión de planear, podemos hacer que los intereses de ella coincidan con los de ellos.— Afirmó Mérida, completando las piezas que hacían faltas.
—¿Quieres decir que debemos organizarles citas?— Preguntó Moana más en espera de una confirmación que de otra cosa.
—Algo por el estilo.— Respondió Rapunzel tranquila pero con una mirada intensa, la cabeza llena de ideas.
—¿Y quién será el primero?— Preguntó Anna, intrigada por el suceso.
—Tadashi Hamada.— Le dijo la rubia con seguridad.
Are you ready?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro