III.
De cabellos oscuros,
como la profunda noche de diciembre,
Morena de ojos marrones,
Cual café idéntico al de la madre tierra.
Quetzalteca de mi vida,
Robando suspiros por las calles,
Del lugar que podre llamar mi hogar,
Quetzalteca de belleza inaudita,
Considerada como la octava maravilla.
Dulce voz, incomparable como las teclas morenas,
Has robado el corazón de este noble obrero,
Con la bondad que en ti habita.
¡Mujer más perfecta no hay en la vida!
Linda morena consentida,
A ti entrego lo poco que me queda de vida.
Bendiciendo mi tierra bonita,
Por tener a las mujeres más bonitas,
Que he visto en esta desdichada vida.
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