Cosas (parte 2)
Cuando Seungkwan por fin pudo subir al ático lo hizo con Jun, despues de todo no dejarían a un niño pequeño en un lugar tan oscuro y solitario, si, estaba limpio y sin ratas como habia sospechado Dk, pero aun así Seungkwan era pequeño e imperativo, no estaban seguros de lo que pudiera pasar.
Las cajas de la mudanza aún estaban ahí, cosas que no habían podido acomodar o que simplemente no quería a la vista, como la vajilla vieja de Dk que ninguno de los tres había querido en la cocina, porque era horrible... También se encontraban recuerdos que si bien ya no eran útiles, les causaban cierta nostalgia, como un oso de peluche viejo y roto que Jihoon amaba.
La pequeña ventana dejaba entrar la luz y el único foco colgando del techo eran suficiente para poder ver, no dejaba de ser oscuro pero al menos la fuente de luz le daba confianza.
¿Qué hacer en el ático? Esa no era una pregunta difícil para Seungkwan, sin pensarlo dos veces había sacado de su mochila su libreta y sus lápices de colores, también saco algunas hojas blancas para dibujar más cómodamente (porque al niño no le gustaban las rayas en sus dibujos) Algo simple y que no llevaba corretearse por toda la casa. Seungkwan se recostó en el lugar donde la ventana daba luz y extendió sus cosas esparciendo las hojas blancas, asi Bononie podría dibujar también. Jun no tuvo la fortuna de ver como se hacía arte porque tan pronto se sentó sobre unas cajas quedo dormido.
Jun no recordaba cuando fue la última vez que durmió tranquilamente, su trabajo consumía su tiempo y su nueva familia consumía su vida, porque Wonwoo y Dk llegaron cambiando todo, desde su horario hasta su actitud, se vio obligado a madurar aun cuando no conocía a los tres hermanos de Wonwoo. Pero eso no era algo malo, lo malo era que no le molestaba en lo absoluto, con su familia en China se sentía solitario en Corea, estaba perdido sin un rumbo fijo, cuando conoció a Seokmin su vida fue construyéndose de nueva cuenta y cuando Seokmin le presentó a Wonwoo se podría decir que un rumbo se estaba fijando, porque esos dos lo ayudaron más de lo que una vez pensó, y ahora le estaban dando una familia y él no sabía cómo pagarles. Tal vez no recordaba la última vez que durmió bien, pero al final del día estaba tan feliz que ni siquiera la importaba.
—Jun— le susurró Seungkwan. Se movió incomodo por la posición y las pequeñas manitas del niño sobre su brazo, lo estaba empujando para despertarlo. Sintió un piquete en la pierna y abrió los ojos de un respingo. —Gracias Bononie.— Y de nuevo Bononie... Estaba empeorando. —Jun, Bononie y yo hicimos dibujos, tienes que verlos....Bononie dice que dibuja mejor que yo.
Cuando el menor hizo un puchero Jun no se contuvo una sonrisa y tomo las hojas entre sus manos, eran unas cuantas y todas tenían dibujos en ellas, reconocía la fea letra infantil de su niño y los dibujos. Era simple, un dibujo como el que le había mostrado cuando fue por él a la escuela, era adorable que un niño lo incluyera en su familia y aún más adorable que Seungkwan lo hiciera. Seungkwan era un pequeño cariñoso e imperativo, pero a pesar de ello no gozaba de muchos amigos, de hecho ni siquiera tenía, incluso antes de la tragedia no había ningún niño que fuera amigo de Kwannie, quizás esa era la razón de la existencia de Bonnie...o como se llamase.
Paso a la siguiente hoja y no requirió explicación alguna, eran dos niños tomados de las manos frete a una casa, sobre ellos se encontraban los nombres; Seungkwan y Bononie, asi escrito sin más, Jun admitía que era preciosa la inocencia del pequeño. La siguiente hoja era dedicada para Woozi, Hoshi y Dino, los tres frente a la antigua casa donde habitaban, hubo otra hoja más donde el escenario era el antiguo hogar, solo que esta vez con los padres frete a ella y eso hizo que Jun se entristeciera un segundo. El siguiente dibujo era de Wonwoo, Seokmin y él, los tres en la casa nueva, se preguntó porque su nariz era más grande que la de Seokmin... Pero no debía reclamar, era el arte de un niño que no se apegaba a nada de la realidad... porque él era más delgado de lo que Seungkwan había dibujado.
—Dibujas muy bonito, Kwanie— Dijo aun con la voz ronca, le sonrío al niño y este se mecia sobre sus pies. —¿Qué quieres hacer con ellos?— Seungkwan se encogió en hombros con algo de timidez. —¿dejas que me los quede?— Y el pequeño asintió frenéticamente provocándole una agradable risa. Haría lo que todos los adultos hacían con dibujos de niños, los estamparía en su habitación o en el refrigerador. Estuvo a punto de levantarse.
—¡Espera, aun no has visto los de Bononie!— gritó Seungkwan tomándolo del brazo, Jun suspiró y se volvió a sentar recibiendo los dibujos de Bononie. Seguramente más dibujos del niño.
Puso su vista sobre la hoja en blanco y se dispuso a ver los dibujos, pero el sonido del timbre le importo más que dibujos hechos por un amigo imaginario, dejo las hojas sobre el suelo y le prometió a Seungkwan verlos más tarde, despues de todo tenían que bajar. El niño acató lo dicho con un puchero en el rostro y bajo las escaleras con cuidado, Jun hizo lo mismo subiendo las escaleras y cerrando el ático para encaminarse hacia el pasillo, ya había escuchado a Seokmin y a Wonwoo bajar para abrir la puerta, pero de igual manera quería huir del pequeño lugar. Bajó las escaleras y antes de llegar escucho como la puerta se cerraba y Seungkwannie soltaba un grito que parecía ser de alegría. Tal vez Wonwoo había perdonado a Hoshi u ordenado pizza para comer. Observó a Woozi cruzado de brazos, se veía más serio que de costumbre.
—¿Ocurrió algo?— preguntó al llegar, nadie le respondió, solo recibió un gesto de cabeza por parte de Woozi y su mirada llegó hasta una caja al pie de la puerta. Elevó la mirada hasta Seokmin que cargaba a Dino y despues hasta Wonwoo.
—¡Mamá está por llegar!— gritó Seungkwan dando un pequeño gritó, Jun no comprendió al principio. El pequeño imperativo tomo la mano de Wonwoo y la jaló en dirección en la que ni siquiera Seungkwan sabía. —¡Las cosas de mamá ya están aquí! Eso significa que no tarda en llegar a vivir con nosotros.
Su mente hizo un click. Claro, el juicio ya había terminado, las cosas se regresaban a la familia cuando eso ocurría, el pequeño no se equivocaba, eran las cosas de sus padres. Estaban tensos, Wonwoo no sabía que decir ni que hacer y Seokmin solo le daba palmaditas a Dino en la espalda, no los culpaba, él tampoco tenía algo que decir ¿pero que harían con las cosas? Guardarlas en el ático sería una buena respuesta si la herida no siguiera abierta.
—Seokmin...— Wonwoo por fin habló. —¿Por qué no sacas a Seungkwan y a Dino? El bebé ha de necesitar aire.
—No necesito aire— habló Seungkwan confundido, Wonwoo le sonrió. —Pero quizás si necesite un helado— aquello provoco la suave risa de Seokmin quien lo tomo de la mano aun cargando a Dino.
—Yo también necesito un helado— Dijo Dk mientras abría la puerta. —Wonwoo lo va a pagar.— Y extendió la mano para recibir el dinero, Wonwoo no se quejó y saco su billetera para costear el helado de los tres niños... Tres, porque no quería que Seokmin hiciera un berrinche por un helado. Los tres salieron de la casa.
Jun sabía que Wonwoo estaba arrepintiéndose de habérselo pedido a Dk y no a Woozi, porque tener al adolecente en esa situación no era lo mejor. Cuando Seokmin se alejó con los niños Wonwoo suspiró con pesadez, tomó la caja y se encamino a las escaleras. Las cosas de los señores irían al ático.
—¿Qué haces?— Preguntó Woozi con hostilidad, Wonwoo se detuvo un segundo para girarse.
—Irán al ático, no acepto sugerencias— Wonwoo fue firme ante Woozi casi frio e inquebrantable.
—¿Por qué no las tiras de una vez? No es como si fueran a quejarse. — Jun se sintió incomodo ante las palabras de Jihoon, ninguno de los mayores sabía qué hacer con un adolecente en esa situación. —Solo bótalas a la basura y no hagas más bulto en el ático.
—Supongo que es lo que tu harías si estas cosas fueran tuyas— Habló Wonwoo esta vez encarando a su hermano menor. Jun se congeló sin saber que decir o hacer. —Pero no lo son, son de tu madre y el padre de Seungkwan. Las guardaremos.
—¿para qué? No tiene sentido, nadie usara esas cosas y solo se van a empolvar.
—¿encerio harán un problema de esto?— preguntó Jun saliendo de su trance, ambos chicos le prestaron atención. —Ni siquiera le han podido decir a Seungkwan que ocurrió con sus padres, si tiramos sus cosas ¿Cómo creen que se sienta? Es un niño— hizo una pausa para mirar a los dos, se estaba inclinando hacia Wonwoo, pero aun no finalizaba; —Pero... por otra parte... — no supo ordenar su idea, quería decirlo y hacer entender a Wonwoo que Jihoon no era tan fuerte como quería aparentar, que quizás le dolía tener cosas de sus padres en la casa.
—Pero no son sus padres, son los míos y yo sabré que hacer con sus cosas.— interrumpió Woozi. Jun quiso decirle que no empeorara las cosas... pero quizás empeoraría las cosas. Jihoon se acercó hasta Wonwoo y paro recto como una regla.
—Era mi madre...— Y Jihoon lo interrumpió.
—¿tu madre? Creo que sí, pero cuando mi madre te hablaba por teléfono en las noches para saber cómo estabas supongo que tu no eras su hijo, cuando ella te invitaba a salir con nosotros como una familia tampoco eras su hijo. —Jihoon respiró hondo. — Cuando ella se casó con mi padrastro ni siquiera te molestaste en llamarla... Nunca viviste con ella y ahora que no esta es tu madre. — Jun y Wonwoo no supieron responder a eso, pero se prepararon para escuchar lo que el adolecente estaba a punto de gritar. — ¡Seungkwan no te conocía! Él solo sabía que eras su hermano mayor que por alguna razón no quería a mamá... Incluso mi padrastro fue bueno contigo, pero siempre lo rechazaste. Acéptalo Wonwoo, tu no tenías una madre, tu familia era tu padre y nosotros quedamos fuera de ello. Es por eso que nunca entenderás como se siente perderla, tu no la extrañas— Y los ojos de Woozi brillaron, estaba a punto de llorar pero aun así se contuvo remojando sus labios. — ¿Qué podrías extrañar tú de ella? Nunca escuchaste como cantaba o se enojaba, nunca te grito por una razón estúpida y despues se disculpó, jamás dormiste en su misma cama por tenerle miedo a la noche, nunca te acompaño o te animó para entrar a un concurso, ella no celebró contigo tu primer premio o te consoló despues de... Ella no era tu madre, era la mía y la de mis hermanos.
Ninguno de los tres supo porque de todas las razones se formó el silencio, pero cuando Jihoon no lo soporto más le arrebató la caja a Wonwoo y bajo los tres escalones que él mayor había subido, aunque a ese punto ninguno sabia como debatirle a Jihoon.
—Woozi.— Le habló Jun acercándose al más bajo, Wonwoo no dijo nada. —Dame eso.— Jun tomó la caja sin que Woozi se opusiera, quizás porque sus energías lo habían abandonado.
—Jun, esa caja no se ira de aquí— Habló Wonwoo con el rostro en blanco. Jihoon ni siquiera elevó la mirada —Son los padres de Seungkwan así que lo guardaremos. ¿o acaso también quieres sobreponerte sobre los sentimientos del niño?— aquella pregunta había sido para el menor.
Jun se quedó estático mientras que Wonwoo subía las escaleras y Jihoon salía de la casa. Era un mal momento, una mala situación y él estaba sin saber que hacer. Si era madre de Woozi o Wonwoo era algo complicado, porque Jun sabia la versión de Wonwoo y ahora de Jihoon y aunque ambas eran muy distintas una se explicaba por la otra, pero ambos chicos eran tan necios que se negaban a hablar entre ellos para aclararse. Al final las cosas fueron a parar en el closet de Jun.
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