第13章
El tricolor recién había logrado dormir a su pequeña hija y la había dejado en el pequeño porta bebé junto al sofá donde estaba sentado.
Las ojeras eran visibles debajo de sus ojos, su piel estaba comenzando a perder color y se quedaba dormido en horas laborales. A pesar de estar trabajando desde casa, le era imposible estar totalmente despierto.
Atem finalmente sintió paz.
Era un domingo y después de no haber dormido bien durante la noche creyó que al fin podía hacerlo.
Dejó que sus ojos se cerraran solos mientras relajaba su cuerpo.
Pero la suerte tenía otros planes para él.
El timbre de la puerta sonó despertando a la bebé al instante haciendo que volviera a llorar.
Con pesadez abrió sus ojos cansados y se levantó del sofá directo a abrir la puerta.
— Ya pequeña...— le dijo a su hijo para intentar calmarla mientras se dirigía a la puerta.— ¿Si?...
— Hola Atem...— saludó cierto rubio acompañado de un castaño— ¿Esa es la bebé? ¿Porqué llora así?— cuestionó entrando a la vivienda dirigiéndose hacia el lugar de donde provenían los lloriqueos.
— ¿Estás bien? Te ves pálido.— cuestionó el castaño preocupado por su amigo aunque su expresión no reflejara nada.
— Si, si... Es cansancio solamente... Honestamente no he dormido bien en el último mes...
Ambos chicos se adentraron en la vivienda mientras cerraban la puerta tras de ellos.
Al llegar al salón Atem dejó de escuchar el llanto de su hija y notó que se encontraba en brazos del rubio.
— ¿Cómo la dormiste tan rápido?
— Sólo quería que la mecieras en brazos, no en una mecedora... Quería sentir el calor de un padre.
— Supongo que tienes razón...— sonrió y se sentó en el sofá.
— Que bebé más adorable— mencionó el castaño acercándose al rubio.
Ambos se miraron y sonrieron mutuamente para después mirar a la pequeñita dormida.
— adorablemente apestosa— bromeó Joey— necesita un cambio de pañal... Atem, ¿Dónde están...? ¿Atem?...
El moreno tricolor ya estaba profundamente dormido, lo cual provocó una risa baja en ambos chicos. Junto a la bebé en brazos se dirigieron silenciosamente a la segunda planta donde buscaron la habitación de la bebé.
Entraron en esta y buscaron lo necesario para cambiarle el pañal.
Sorprendentemente no lloró cuando la recostaron en la mesita para cambiarla. Ni siquiera se despertó.
— Hoy cumple un mes de vida...— comentó el rubio
— Y Yugi cumple un mes de... Bueno...
— ... Lo sé...— respondió Joey al comentario de su pareja— Es una pena que ésta pequeña no haya podido conocer al ser humano que la trajo al mundo... Aunque... Al menos no estará sola... Nunca...— el castaño comprendió las palabras de su pareja y lo abrazó de la cintura. El rubio solo rió nasalmente— falta muy poco...
— Tres días...
— Y todo gracias a Atem... ¿Sabes?... He esperado este momento por años y ahora que finalmente se cumplirá en tres días... Parece un sueño.
— Lo sé.— besó su cabeza y el rubio tomó a la bebé de nuevo en sus brazos.— Ya que Atem está durmiendo, llevémonos a la bebé y nos ahorramos el viaje a California.
— Deja de decir tonterías— dio un golpe con el codo al brazo de Seto y este rió.
— Atem~... Atem~... Atem, despierta. La bebé te necesita.
— Uh... ¿Qué?...
— Atem~... Atem~— el eco en su cabeza sonaba melodioso. Poco a poco abrió sus ojos y su vista era borrosa pero...— Atem, ¿Te volviste a dormir viendo la televisión?— esa risa... Esa frase... Esa silueta borrosa...
— ¿Yugi...?— susurró. Abrió los ojos del todo y su vista se aclaró.
— Atem, perdóname por despertarte pero la bebé tiene hambre y no encontramos la fórmula.
— ah... Joey... ¿Fórmula?
— Jaja, parece que tu cerebro está procesando la información aún.
— La fórmula... Creo que se terminó...
— Te lo dije— habló el castaño entrando en la sala con la bebé en brazos— por suerte tengo un plan de emergencia— marcó un número y se colocó el celular en su oído sujetándolo con el hombro— y me debes ¥1000 yenes— señaló al rubio y salió de ahí.
— ¿¥1000 yenes?— cuestionó Atem confundido y aún adormilado
— Apostamos qué había sucedido con la fórmula. Él dijo que se había terminado y yo dije que tenías alguna reserva en algún rincón de la casa. Evidentemente perdí...— cruzó los brazos y se sentó en el descansa brazos del sofá— ¿Cómo... te sientes?— el moreno lo miró por un momento.
— Ser padre es agotador... Anoche apenas y pude dormir. Te recomiendo que pienses mejor tú decisión. Solo quedan tres días, aún puedes arrepentirte.
— Jamás— rió sabiendo que lo que decía era broma— Pero Sabes... Que no me refiero a eso...
— ... Lo sé...— suspiró melancólico— Honestamente ha sido muy difícil estar sin él. Aún no me acostumbro y creo que nunca lo haré... Pero lo que más me duele... Es estar cumpliendo sólo el sueño de ambos. Mi hija no conocerá nunca al padre que lo trajo al mundo...
— Está casa está llena de fotografías.— miró a su alrededor— A dónde sea que miro puedo ver un hermoso recuerdo de ambos.— miró de nuevo al moreno— cuéntale de él. Muéstrale lo que no pudo ver y... Preséntale al padre que no pudo conocer.— sonrió— No dejes que mi amigo muera realmente.
— Eso no pasará. Mantendré vivo su recuerdo en mi mente... Y haré que mi hija haga lo mismo.
Ambos sonrieron y se tomaron de la mano en señal de apoyo y agradeciendo mutuo.
En ese momento el timbre de la puerta se escuchó y seguidamente un castaño regañando a alguien.
— ¿¡Dónde diablos estaban!? ¡Ésta criatura tiene hambre!
— Pe-perdone usted señor Kaiba...
— Si hace eso por su sobrina, ¿Qué no hará por su propio hijo?
— Kaiba me dijo que sería capaz de estar en bancarrota si eso significa hacer feliz a nuestro hijo. Supongo que por ahora está haciendo lo mismo que con Risa.
— Hablando de hijos... ¿Ya saben qué será?
— Será un varón— respondió contento— y todo gracias a tí.
— ¿Gracias a mí será varón?— bromeó
— No seas tonto, sabes a qué me refiero— Atem sonrió y asintió— ... Pasado mañana tomaremos el vuelo a California y... quería saber si quieres venir con nosotros— se encogió de hombros y sonrió.
— ¿Porqué yo?
— Porque eres la persona que hizo posible todo esto y Kaiba y yo queremos compartir el momento contigo.
— ...
— S-sé que es mucho pedir pero... realmente sería...
— No lo presiones— comentó Kaiba entrando en la sala alimentando a la bebé que tenía en brazos— ahora es padre y tiene que cuidar de esta pequeñita... Y lo entendemos... ¿cierto?— cuestionó mirando al rubio quien desviaba la mirada de él.
— ... Así es— sonrió. Pero Atem notó la falsedad de esa sonrisa. Sabía que Joey entendía que ahora tenía una responsabilidad que no podía descuidar , por lo que comprendió que su falsa sonrisa era de desilusión al saber que Atem no iría a California con ellos.
El viaje a California era realmente importante para la pareja castaña y rubia. ¿Porqué?
Bueno, su hijo estaba ahí.
Kaiba y Joey habían intentado tener un bebé por mucho más tiempo que Yugi y Atem, pero nunca pudieron quedar en cinta a diferencia de los tricolores. La causa fue difícil de asimilar para ambos. El doctor les había dicho que uno de ellos era estéril y nunca podía procrear un bebé. Ninguno quiso saber quién era el estéril para no hacer sentir culpable al que lo fuera. De esta manera ambos compartirían el dolor de manera equitativa y superarían ese gran golpe juntos.
Tiempo después, Yugi y Atem decidieron hacer algo por esa pareja con el corazón roto, por lo que Atem hizo un par de llamadas y logró colocarlos en la lista de entrevistas en un orfanato en California, ya que en Domino no era posible que parejas como ellos adoptaran.
Lograron pasar las múltiples pruebas hechas por los directivos del orfanato y finalmente después de 2 años de espera, estaban a tres días de ir a conocer a su hijo.
— Esta pequeña está llena y es hora de que vaya con su padre mientras sus tíos preparan todo para la fiesta.— se la entregó a su padre
— ¿Fiesta?
— Lo olvidaste. No me sorprende— rió Joey— hace 10 días acordamos hacer una fiesta en tu casa para celebrar el primer mes de vida de Risa. El resto viene en camino— en ese momento sonó el timbre.— bueno, creo que ya llegaron.
El castaño fue a abrir la puerta y regresó en compañía de Jaden, Yusei, Mana, Tea y sus respectivos hijos e hijas .
— Ya llegó el tío favoritos— alardeó Jaden mientras dejaba algunas cosas en el sofá.
— Ya quisieras ser el tío favorito— reclamó Joey fingiendo celos
— Bueno, fui el primer tío que la cargó— presumió jugando y al final todos rieron— ven Risa, preciosa.— la tomó en brazos y la bebé rió.
La tarde fue demasiado amena para todos. Hacía mucho que Atem no se sentía tan acompañado.
— ¿Qué tal es ser padre?— cuestionó Tea mientras cargaba a la bebé
— Maravilloso. Si me lo preguntan, es el mejor regalo que Yugi me dio.
— Sin duda hizo un buen trabajo al cocinar a esta preciosidad— dijo mientras le apretaba sus mejillitas y se la daba a Mana para que la cargara.
Todos estaban sentados en la mesa del jardín trasero mientras los pequeños jugaban en el césped con Joey y Kaiba.
— Miren a esos dos. ¿No se ven tiernos?
— Serán buenos padres, es todo lo que diré.
— Jaden, vamos por agua para los pequeños.
— Con tu permiso Atem, iremos a la cocina.
— ¿Pueden traer un biberón? Es hora de la comida de Risa.
— También la de Takara.
— Malditos encajosos— bromeó Tea mientras se dirigía con Jaden a la cocina.
En el camino, el timbre sonó y mientras Jaden iba a la cocina, Tea se ofreció para abrir la puerta pensando que eran las pizas que habían pedido.
— ¿Tristán?
— ¿Alguien ordenó pizza?
— Jaja... ¿Qué haces con las cajas de la pizza?, ¿ya no te gustó ser doctor?— bromeó y ambos rieron. Tristán entró en la casa con las cajas de pizza en manos y Tea cerró la puerta.
— Me encontré al repartidor. Le pagué y me dió las pizzas.
— Creí que ya no vendrías.
— ¿Y perderme la fiesta de la hija de uno de mis mejores amigos?. Nunca. Llegué tarde porque tenía un paciente importante por atender.
— Tristán, bienvenido— saludó Yusei que iba a la cocina a ver a Jaden.— ¿Te ayudo?
— Gracias Yusei— le entregó las cajas de pizza y se dirigió al jardín trasero de nuevo.
— Antes de que vayamos para allá...— dijo Tea en voz baja— debes saber que él está ahí también... Y no viene solo.— el castaño entendió lo que su amiga quería decir y solo sonrió para después dar un suspiro.
— ¿Sabes qué fue lo que me dijo Yugi... apenas tres días antes de lo que pasó?
...Flashback...
— Él te manda saludos... y una caja con tus chocolates favoritos a manera de felicitación por tu cumpleaños.— dijo mientras se sentaba frente al escritorio del castaño y dejaba la caja de chocolates en éste.— Quería acompañarme pero...
— Pero no vino porque yo estaría aquí.
— No es por eso. No vino porque tenía un compromiso importante en California. Su vuelo sale esta tarde y se fue al aeropuerto.
— ¿California?. ¿Es su aniversario a caso?— mencionó con cierta molestia.
— Y decías que lo habías superado.— el castaño tomó el medicamento del estante y miró a Yugi— sigues amándolo.
— Si Atem hubiera elegido a otra persona en lugar de a tí, ¿No te dolería verlo?
— Supongo que si... pero estaría feliz por él.
— ¿Porqué?
— Porque lo amo.
— ... No entiendo.
— El amor que siento por él es tanto que su felicidad me importa mucho. Si él es feliz con otra persona, no me queda más que aceptarlo y seguir con mi vida.
...Fin del flashback...
— Ciertamente no comprendí sus palabras en el momento. Pero lo medité mucho y creo que es tiempo de avanzar.— sonrió y Tea también.
Ambos se dirigieron al patio trasero no sin antes detenerse en la cocina para ayudar a Jaden a llevar los vasos con agua y refresco para los demás.
— Tristán, qué bueno que viniste.
— Hola Mana...
Las miradas del rubio y el castaño se cruzaron sutilmente. Había cierta incomodidad pero ambos supieron disimular muy bien.
— Gracias por venir.
— No podía perderme la fiesta de esta cosita hermosa— dijo haciéndole mimos a la bebé que Mana sostenía.
— Jaden, ¿y los biberones?
— uh...
— Yo los traigo— se ofreció Joey a lo que Jaden agradeció.
— Uh... Atem, ¿me permites tu baño?
— Ya sabes el camino.
Tristán agradeció y entró de nuevo en la casa dirigiéndose al baño no sin antes pasar por la cocina.
Se paró en la entrada de esta y miró al oji-miel que estaba de espaldas a él.
— Recibí... tus chocolates...— habló dudoso. Joey detuvo sus acciones momentáneamente pero sin voltear a verlo siguió con lo suyo.— Quería decir gracias.
— No fue nada. Fue tu cumpleaños y lo menos que podía hacer era darte un regalo.— lo miró y sonrió.
— ... Joey... Lo lamento...
— ¿Porqué?. Tenías tus razones para alejarte.
— Si pero eran razones estúpidas. Actué de un modo infantil y me terminé perdiendo y alejando de tí. Debí aceptar tu decisión y actuar como un adulto, no como adolescente.
— Pero éramos adolescentes— rió y Tristán sonrió sonrojado.
— El punto es... que lo siento y... ya no quiero seguir perdiéndome más momentos de tu vida. Mis sentimientos hacia tí siguen igual pero respeto que hayas elegido a otra persona y no a mí. Quizás algún día encuentre a alguien que me haga olvidarte pero por ahora e incluso después de que eso pase, me gustaría compartir momentos contigo... como los amigos que éramos de niños.— extendió su mano.
— ... ¿Porqué...?
— Lo que sucedió con Yugi me hizo darme cuenta que la vida es impredecible.— interrumpió al rubio prediciendo su pregunta— No sé qué pasará mañana pero sé que hoy quero dejar todo resuelto. Prefiero arrepentirme por algo que hice que por algo que no hice... ¿Qué me dices tú?— Joey sonrió ligeramente y cerró los ojos negando.
— Baka...— dijo avanzando hacia Tristán y le dió la mano—Nunca dejamos de ser amigos. Eso fue algo que tu cabeza hueca dedujo erróneamente— golpeó su frente con su dedo ligeramente. Regresó unos pasos atrás y tomó los biberones— Vayamos al jardín o se terminarán la pizza.
La pequeña fiesta fue perfecta. Todos disfrutaron cada momento de esta.
— Hace frío...
— Mana tiene razón.— dijo Tea ayudando a recoger la mesa del jardín— Koko, Koto, vayan a ponerse sus suéteres. Masayuki, hijo ayuda a tus hermanas por favor y tú también colócate el suéter mientras mami ayuda a recoger la basura.
— Si mamá— respondió el pequeño de seis años.
— ¿Lo ven?, ni siquiera traje suéter para mí mucho menos recordaré traer un suéter para un niño. Es por eso que no quiero hijos.
— Vamos Mana, nadie nace con un chip incrustado en el cerebro con las instrucciones precisas de cómo ser buena madre o padre. Como por ejemplo Atem, quien debería estarle poniendo ropa abrigadora a su hija en este preciso instante antes que le de un catarro.— un poco avergonzado, Atem tomó a su hija y entró casi corriendo en la casa mientras las chicas reían.
Jaden, quien había visto subir a Atem al segundo piso, lo siguió sigilosamente para hablar con él a solas.
— Veamos... creo que esto está bien...
— Nada mal...— Atem volteó topándose con la mirada de Jaden a la entrada de la habitación de su hija. — Eres buen padre, justo como Yugi esperaba.
— No es así...— sonrió melancólicamente— No creo que realmente sea un buen padre...
— Yugi predijo que dirías eso...
— No me sorprende. Él me conocía mejor que yo mismo... Debió saber que no podría con esto sólo...
— Y no estás solo... Nos tienes a nosotros tus amigos y familia... Y a Yugi...— Atem lo miró sosteniendo la misma sonrisa melancólica.— Ven conmigo.
El castaño avanzó por el pasillo hasta llegar a un armario en el fondo de este. Atem dudoso salió de la habitación de la bebé con su hija en brazos y lo siguió hasta ahí.
Jaden abrió el armario y sacó unas sábanas y toallas de este dejando ver una caja de buen tamaño oculta tras todas esas prendas.
— ¿Una caja...? Eso no estaba ahí, ¿Qué es?
— Ni siquiera yo sé con exactitud. Pero en cuanto Yugi supo lo que podía pasarle... comenzó varios preparativos. Sé que metió muchas cosas en esa caja. Dijo que te ayudarían en los mejores y peores momentos. Me pidió que te la mostrara un mes después de que sucediera el nacimiento de Risa si es que aún no la habías notado.
— Entonces es cierto que aceptó su destino desde el inicio...
— ... Supongo que encontrarás respuestas a varias preguntas dentro de la caja... Ábrela cuando estés listo para saberlas todas.
Y sin decir más, el castaño regresó con el resto de los amigos a la planta baja.
Continuará...
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