siete
—Ven... Te mostraré mi lugar secreto.
Hwasa la siguió, detrás de la casa de Whee In había un sendero, ese sendero daba a un bosque.
—Toma mi mano, te perderás.
Hwasa hizo caso.
Caminaron un poco más, luego, detrás de una puerta de hojas colgantes había un árbol.
—Aquí es.
Observó y vio una casita en el árbol.
—Será nuestro secreto.
—Lo será.
Y se miraron a los ojos.
...
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