—Chan Yeol ¡mi niño!
—Señora...
Le lanzó una mirada fría ¿cómo la mujer que le dió la vida despreciaba de tal manera a su propia hija?
—¿Bebé? ¿Qué te pasa?
—¿Qué diablos te pasa a ti? ¿Porque dejaste a Hye sola?
Inmediatamente la mirada de la señora se volvió amarga y cortante.
—Esto es por ella ¿cierto? dime, ¿qué te dijo? estoy segura que, cómo siempre, intenta llamar la atención.
—¿Que haya sido humillada, golpeada y violada te parece una pequeñez?
—Yo no-
—Y no me salgas con que no tenías idea, porque sabías perfectamente por lo que Hye Jin estaba pasando.
La madre de ambos observa a Hye, quien está detrás del castaño, solloza en silencio.
—¿Ya estarás contenta? ahora tu hermano también está en mi contra. Todo es tu culpa.
—¡Esto se acabó! ¿puedes dejar de pensar en ti un maldito segundo? mamá... ¿Puedo llamarte así tan siquiera? estoy cansada de tu desprecio, de tu rencor hacia mí, de tu mente cerrada y sobre todo, de que me dejaste sola cuando más te necesité por la puta razón de que estoy enamorada.
Ya no aguantaba más.
—Hye se va conmigo de este lugar.—Dijo Chan Yeol dando por terminada la pelea.—Ve por tus cosas.
Hwa Sa subió las escaleras.
—No, no, hijo, bebé, no me puedes dejar sola, no, por favor, quédate conmigo. ¡No puedo quedarme sola!
—Ese es tu maldito problema, solo piensas en ti.
...
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