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noventa y uno

Favor de leer la nota que estará al final.

🌸🌸🌸

Estaba completamente tensa y sus manos sudaban. Pero quizás éste era el momento para poder sanar completamente, para sanar la herida.

Él había sido su mejor amigo en la infancia, compartieron recreos, comida, juegos, tardes juntos de interminables risas e incluso pijamada. Ji Sung era conocido por ser un niño amable y adorable que te ayudaba sin pensarlo dos veces, conforme iba creciendo se iba haciendo más apuesto.
Cuando entraron al instituto su amistad se fue quebrantando poco a poco, pues cada quién tenía su propio grupo de amigos y ya no les interesaba lo mismo. Fueron haciéndose simples conocidos de pasillo, de esos que saludas y ya. En su momento había sido una hermosa amistad.

Hye Jin le guardaba cariño, hasta ese día...

Ese día, se decepcionó de su amigo de la infancia, de ese chico que alguna vez lo consideró la persona más amable sobre la tierra, le dolió ver lo equivocada que estaba en pensar que alguna vez retomaría su amistad. Por primera vez lo vió con miedo y tristeza.
Todo menos enojo.

Así que ahora, con el corazón herido por ese hecho, iba a enfrentarlo por última vez.

Solo así podía ser completamente feliz y viviría en paz.

Tantas cosas habían pasado en tres años, estaba sorprendida como todo de un segundo a otro todo podía cambiar. Y ahora estaba segura de que antes de conocer a Whee In su vida no era perfecta porque vivía aparentando lo que no era.

No era ella misma.

Vivía a consta de lo que su madre le decía que era lo correcto.

Estaba a punto de cerrar un capítulo en su vida, uno muy doloroso.
Pero era lo correcto.

-¿Estás segura de que no quieres que entre contigo?

-Lo estoy, Yeol, ese hombre ya no puede hacerme más daño.

-Cualquier cosa grita, muy fuerte, estaremos aquí afuera.

Miró a Whee In y le sonrió con confianza. Bajó del auto y se aproximó a la entrada de la casa que alguna vez fue testigo de muchos de sus juegos. Tocó el timbre, no tardaron ni un minuto en abrir la puerta.

-Querido Hwasa, pasa.

-Hola señora Park, ¿está Ji Sung?

-Sí, en su habitación, entra y vé a verlo. ¡Tenía años que no te veía!

Los ojos de la señora Park estaban clavados como cuchillos en ella.
Pero ya no le dolía ni se sentía insegura.
Era consiente de que había cosas que costaban entender.
Subió las escaleras y agradeció que no le hibiera hecho preguntas, le dolía tener que responder el motivo de su presencia, aunque también pronto se enteraría.
Había cuadros colgados por la casa, de Ji Sung de bebé, de niño y la que más le llamó la atención fue una donde estaba con ella.

Una niña con un vestido rosa, peinada con dos coletas y moños blancos junto a un niño con short negro y camisa blanca. Estaban tomados de la manita y sonreían felices.

Y por un momento quiso regresar el tiempo y volver a esos momentos donde jugaban.

Llegó a la puertaba donde sabía que estaría él, tocó dos veces y escuchó un "pasa mamá".
Abrió la puerta lentamente y se percató de que el ahora universitario estaba en su escritorio concentrado en algo en su computadora.

Era momento de hablar pero la voz no le salía. Tenía suerte de que el muchacho no hubiera volteado.

-¿Por qué lo hiciste?

Fue entonces cuando el chico volteó rápidamente que casi se cae de la silla. Su expresión pasó de confundida a una de sorpresa y ¿culpa?

Lucía casado, demacrado y se veía más grande de edad.

-¿Qué... Qué haces aquí?

-Vengo a cerrar mi herida y mi psicóloga dijo que me ayudaría hablar contigo.

El chico suspiró profundamente y su mirada vacía se clavó en el piso.

-Yo... En verdad... Sé que jamás podrás perdonarme... Yo tampoco para ser sincero.

-¿Por qué lo hiciste Ji Sung? ¿por qué destruir más mi vida?

-Veía cuánto sufrias, cuánto daño te hacían, cómo te golpeaba y hablaban de ti a tus espaldas y de frente. Esto no tiene excusa, pero lo hice porque tenía la tonta idea de cambiarte... Pero entonces no funcionó y me volví un monstruo desde el momento en que pensé en hacerlo.

Para este punto Ji Sung lloraba. Cada palabra que salía de su boca trasmitía tristeza.

-¿Cambiarme? Por favor, Park, lo dices como si fuera una maldita enfermedad esto. ¡Si tanto te molestaba ver cómo me lastimaban hubieras pensado en lo que yo iba a sentir con tu estúpido plan para "cambiarme"!... ¡Qué ingenua fuí cuando creí que me dejarías ir! ¡Te aprovechaste de mí y me violaste! Destruiste todo el cariño que te guardaba.

-¡Estaba celoso! Me había enamorado de ti antes de entrar al instituto, pero tú me cambiaste por más amigos, ¡rompiste nuestra promesa de nunca separarnos!

Seguramente sus gritos se escuchaban hasta la sala, porque de un momento a otro la puerta fue abierta bruscamente y la señora Park entró hecha furia.
Ji Sung la miró con terror.

-¿Qué está pasando aquí? Ji Sung.

El chico volvió a bajar la mirada.

-¿No le vas a decir a tu mamá? ¿seguirás siendo un cobarde? Porque eso es lo que eres. Señora Park, ¿recuerda que hace dos años Whee In me buscó por toda la ciudad porque me habían secuestrado? La persona que me secuestró fue su hijo, un día antes de que volviera a mi casa Ji Sung me engañó y me violó. Por eso me fui de aquí después.

Hye Jin estaba enojada y estaba segura de que no midió sus palabras, pero ya era tarde pues había dicho todo de una vez.

La señora Park lucía aterrorizada, sus ojos estaban a punto de derramar lágrimas y veía a su hijo con decepción.

Fue ahí cuando cayó en cuenta del por qué su hijo actuaba rato en esos tiempos. Juzgó tanto a la chica sin parar a pensar en por qué hablaban tanto de ella.

-Sé que una disculpa no va a reparar absolutamente nada, pero aún así, a nombre de la familia Park te pido disculpas por el daño que te causó mi hijo. Y créeme, estoy decepcionada de él. Yo misma lo llevaré a las autoridades para que confiese lo que te hizo. También pido perdón porque alguna vez te juzgué o taché de algo en lo que tú eras la menos culpable. Me duele saber todo ésto.

Dicho ésto Hye Jin salió, ni siquiera tuvo ganas de despedirse pues ya había sido suficiente.
Bajó las escaleras y le dió un último vistazo al cuadro de los niños felices, una lágrima escapó pero rápidamente la limpió.

Por fin había enterrado ese feo pasado.

Al llegar al auto Whee In la recibió con un fuerte abrazo.

🌼🌼🌼

Observó detenidamente su anillo con amor, luego vió su propio reflejo en el espejo de cuerpo completo.

Hoy era el día.

Habían pasado tantas cosas positivas desde que lo enfrentó. Se sentía ligera y estaba consiente de que ella no había tenido la culpa de lo que le pasó.

Cuando estuvo bien consigo misma se mudó junto a Whee In a un departamento cerca de su universidad, Chan Yeol había hecho tanto por ella, sin embargo sabía que era hora de desprenderse de su querido hermanito.
Decidieron que su boda sería después de graduarse y hoy era el día.

Habló con su madre e hicieron las pases, esa noche lloraron y se abrazaron como nunca antes lo habían hecho.
Y sobre Ji Sung, unos días después de hablar con él fue a denunciarlo y se llevó la sorpresa de que él solo se entregó.
Le dolió, pero era lo correcto.

Ahora estaba en una de las habitaciones de la casa de playa que habían rentado, su boda era en menos de tres horas y ella estaba ansiosa y emocionada. Whee In estaba en otra habitación, seguramente la estarían peinando o maquillando.

Su cuerpo era hermoso, le gustaban las curvas que tenía, su rostro era lindo también, pero lo que ella amaba más era que había podido salir adelante y que ahora se sentia completamente segura consigo misma y se amaba.

-¡Mujer! ¡Aún no te has cambiado! Falta súper poquito para que comience la ceremonia.

-No exageres Baek Hyun, faltan más de dos horas.

-No importa, niña, el día de mi boda yo estuve listo cuatro horas antes.

-Bebé, llegaste tarde y pensé que me ibas a dejar plantado.

Chan Yeol junto Baek Hyun habían entrado a la habitación.
Los tres rieron por el comentario de Chan Yeol.
El más alto dijo que se iba para que Hye Jin se cambiara.

-Estoy muy emocionada, pronto estaré unida eternamente con el amor de mi vida.

-Hye Jin, te admiro mucho. Eres un ejemplo a seguir para muchas mujeres.

-Gracias por hacer feliz a mi hermano

La chica y el chico se abrazaron.
No hacían falta las palabras para describir lo que en este momento sentía.

▪️▪️▪️

La ceremonia había sido hermosa.
Y ni hablar de lo preciosa que su amada Whee In se veía vestida de novia. Cuando se dieron el sí no pudieron evitar soltar un par de lágrimas de pura alegría.

Se tomaron de la mano mientras salían del altar, las personas les aplaudieron y llenaron de cumplidos sinceros de apoyo. Porque pese a todo aún había personas que las miraban mal.

Y ni hablar de la fiesta, Chan Yeol quien fue el padrino de brindis dijo palabras tan emotivas que todos terminaron con pañuelo en mano. Pero después de eso todos disfrutaron de la velada.

Ahora, después de tres días en la playa se encontraban empacando para regresar a la ciudad. A su nueva vida, a su hogar.

-¿Sabes? Viviría una y mil veces más mi pasado con tal de tenerte a mi lado. Me enseñaste el significado de la verdadera amistad, del verdadero amor y sobre todo de la felicidad. Para mí ya no hay más estándares en la sociedad porque cada quién es único a su manera.

Esa noches volvieron a hacer el amor como si fuera la primera vez. Ya estaban unidas y la tormenta había valido la pena ahora que todo estaba en calma.

◾◾◾

Hye Jin se notaba irritada y Whee In lo sabía, conocía a la perfección a su amada.
La tomó firmemente de la mano para que se calmara, pero sabía que iba a explotar en cualquier momento.

-¿Cómo puede ser posible? Llevamos más de siete años luchando porque nos den a los niños y siempre ¡SIEMPRE! retrasan todo. Está claro que ésto es discriminación porque somos una pareja de mujeres. Pero ¿sabe? Nosotras daríamos lo que fuera por tener a esa niña y a ese niño en nuestra casa. Vamos a reportarla porque ésto es una injusticia.

-Señora, esto tiene aclaración... Los trámites son lentos y lo sabe, no tiene nada que ver con que sean de gustos raros.

-¿Gustos raros dice? ¡Hágame el favor! Vámonos Whee In, a reportar a esta institución que discrimina.

Hye Jin salió furiosa de la oficina junto con Whee In. No quería decirlo, pero se estaba rindiendo.

Hace diez años que habían ido de casa hogar en casa hogar buscando que aceptarán su solicitud de adopción, pero siempre había sido lo mismo, ninguna las aceptaba por el simple hecho de que era una pareja de mujeres. Hasta que un día, tres años después al parecer llegaron al lugar indicado donde las aceptaron, aunque claro, las malas miradas estaban presentes.
Allí conocieron a un niño de diez años y a una bebé de apenas tres meses. Ambos habían sido abandonados en la puerta de la casa hogar.
Hicieron los trámites correspondientes y sólo quedaba esperar. Cada ocho días iban a visitarlos y les llevaban regalos. La niña fue creciendo y siempre vió al niño como su verdadero hermano.
Y ya habían pasado siete años y la espera seguía.

-Señoras... Quiero disculparme con ustedes, fue un error, se pueden llevar a los niños en el momento que deseen.

Y aunque sabían que todo ésto no había sido un error, sino los prejuicios, lloraron de emoción porque por fin iban a tener a sus hijos en su casa.

Corrieron a las habitaciones, conocían de memoria los pasillos para llegar a la de sus hijos.

-Jeong In, ¿dónde está Ye Ji?

-¡Mami! Está jugando en el patio ¿qué pasa?

-Tenemos algo que decirles. Pero tenemos que estar todos.

-Iré por ella.

El chico salió corriendo en busca de su hermana mientras que Hye Jin y Whee In se miraban con felicidad y amor.

-Ahora somos una familia.

-Lo fuimos desde el momento que los vimos.

Llegaron rápido, una niña preciosa de cabellera negra abrazó a sus mamás.

-Ahora sí, ¿qué es eso tan importante que quieren decirnos?

-Nos vamos a casa.

-¿Qué? ¿En verdad? ¿Hablan en serio?

-Claro que sí mi amor, nos vamos a casa hoy mismo.

Se abrazaron los cuatro y se susurraban cuánto se amaban.

Mientras que Whee In y Hye Jin ahora sí se sentian completas.

Ellas habían vencidos obstáculos para estar juntas. La discriminación, no ser aceptadas, los prejuicios y violencia. Pero habían vencido todo, se habían levantado de cada caída y jamás se rindieron y lucharon para estar juntas.

Ella se amaba.
Ella era hermosa.
Le decían que se iría al infierno, pero ella contestaba que el único infierno eran los prejuicios.
Le decían que era un pecado que pagaría, pero el amor por igual no era pecado.
Ella no creyó.

Y ese fue su mejor error.

FIN

◾◾◾

N O T A
D E
L A
E S C R I T O R A :

¿Saben? No sé cómo empezar...
No quiero dejar ir está historia y me pone algo triste pero a la vez contenta.

Pensar que fue una historia creada por aburrimiento y poco a poco fue tomando rumbo todo ésto.
Posiblemente los capítulos no estén lejos de la realidad, porque la homofobia existe y es causa de discriminación, violencia y abuso sexual. El miedo de "salir del clóset" lamentablemente es un sentimiento con el que se vive día a día.

Otro punto que quiero aclarar es que, si se dan cuenta al principio Hye era muy sumisa, estaba a la disposición de lo que su madre dijera. Pero al final vemos cómo ahora es una mujer que toma sus propias decisiones y transparente en su forma de pensar. Esto fue parte de su crecimiento como persona y autoestima.

Chicas y chicos, si son o fueron víctimas de violencia NO CALLEN.

No quiero extenderme más, muchas gracias por haber leído está historia, por aguantar mis actualizaciones lentas y cortas. Por apoyar con su voto o comentar.
Bien, no me despido completamente porque en los próximos días subo el Epílogo y quizás algún capítulo extra. Aparte de la segunda parte del especial uwu.

De nuevo, muchas gracias por seguir esta aventura conmigo.

Lxs quiero.

-gummiesswag.

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