#7
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Faltaban unos minutos para que llegara Aegan por Alaska, esta desde que llegaron del centro comercial en el cual se encontraba la tienda y la estética se metieron rápidamente al cuarto de Alaska para que este no la viera hasta la hora indicada.
—Alaska deja de moverte—Trisha menciona observando a Alaska que caminaba de un lado a otro, se encontraba nerviosa vestida como una verdadera mujer con el vestido azul marino pegado al cuerpo en el cual podía dejar a la luz su cuerpazo que llevaba años escondido por esas batas y pantalones holgados.
—Parezco payaso—Exclama mirándose en un espejo, llevaba el maquillaje cargado y la boca pintada roja.
—Alaska te miras muy sexy, muy bonita, ten seguridad en ti.
En eso vibra el celular de Alaska, la pantalla decía el nombre de Aegan indicando una llamada perdida de él.
1 llamada perdida
3 mensajes.
Sal ya estoy fuera. ¿Dónde estás? ¿Ana no tiene paciencia sal por favor? Te voy a dejar si no sales en 5 minutos.
De pronto se escucha como tocan la puerta de mi cuarto.
—Alaska sal ya nos vamos, se nos hace tarde—Grita Aegan con fuerza.
—Ya salgo—Menciona nerviosa, Trisha le sonríe mientras le agarra la mano, le da la bolsa que ella le preparo, en la cual llevaba pintura de boca, un espejo, una cartera en la cual venia su credencial, tarjetas, dinero y las llaves de la casa.
Alaska le da una sonrisa a su tía, enseguida la abraza, camina hacia la puerta y la abre, Aegan al verla se queda mudo.
—No vas a decir nada Aegan—Trisha le menciona al ver el estado de shock que quedo su ahijado.
— ¿Quién eres? ¿Dónde está Alaska? ¿Dónde la dejaste? —Bromea al verla—te ves muy linda Alaska, nos vemos Trisha te la cuidare mucho.
—No la dejes sola Aegan, si le pasa algo tu tendrás la culpa de acuerdo. —Lo amenaza echándole una mirada penetrante.
—Si Trisha.
Alaska y Aegan se despiden de Trisha, mientras bajan de las escaleras, Alaska va primero, Aegan la observa de cabeza a pies, no sabe porque pero no puede dejar de verla.
Al llegar a la puerta principal Alaska espera a Aegan el cual le abre la puerta y deja que pase ella primero y después él. Ana sale del carro sorprendida mientras alza la ceja mirando a Aegan.
—Alaska eres tu—Menciona Anastasia celosa al ver a Aegan que no dejaba de ver a Alaska, pensaba que ella iba ser su competencia por el amor de su mejor amigo con derecho, el la veía con deseo, estaba segura que desde esa noche Aegan vera diferente a Alaska, no voy a mentirles Alaska no es fea y tiene buen cuerpo. —Te vez muy bien que escondidito te lo tenías.
—No te entiendo—Alaska la miraba confundida.
—Tu cuerpo Alaska, estoy segura que esta noche romperás corazones, te ligaras a quien tú desees.
—No romperé corazones, no ligare a nadie, vengo a hacer amigos y eso hare.
—Déjala Ana. — comenta pensando en lo que había dicho Ana, era cierto Alaska podía conocer a alguien esa noche, estaba muy sexy desde que la vio le provoco hacerle muchas cosas, pero ella no es cualquier chica es Alaska, la chica que conoce desde hace mucho, la cual es una fenómeno que no conoce la vida.
Aegan se había quedado mirando a la casa por algunos minutos, después abrió el carro, se subió, mientras Ana subió de copiloto, Alaska atrás del asiento de Ana.
—Douglas acaba de mandarme un mensaje—suspira Ana con el celular en la mano.
—Perfecto, Alaska ahí tienes a tu nuevo amigo.
—Siento que esta noche no necesito que me presenten a nadie—confiesa Alaska mirándolo las casas por el espejo. — Me dejan probarme
— ¿Probarte? ¿A qué te refieres? No te entiendo Alaska, podrías explicarte mejor.
—Quiere saber si puede ligar ella sola.
Aegan solo la mira, suspira al instante, asiente con la cabeza. Mientras da la vuelta a la derecha buscando lugar para estacionarse, la casa quedaba a unas 3 cuadras.
—Estaba muy cerca.
—Así es Aegan vive a unas cuantas cuadras de Frida
—Freda
Bajaron del coche, rápidamente empezaron a caminar hacia la fiesta, Aegan puso seguro al carro, las alcanzo mientras abrazo a Ana. Sintiéndose incomoda Alaska.
Todos miraban a Alaska, las mujeres con envidia, criticándola, los hombres la miraban de cabeza a pies con deseo, lujuria, otros solamente por ser hombre la naturaleza es zorrear.
— ¿Porque todo el mundo me ve?—pregunta incomoda Alaska.
—Simple, será por tu vestimenta, por tu cuerpo querida— añade Ana con recelo. Aegan solo suspira no le gustaba que todos los hombres miraran de esa forma a Alaska.
—Iré por algo de tomar, ¿Quieren algo? —Pregunta Aegan incómodo.
—Whisky
—Lo mismo—señala Alaska, ganándose una mirada extraña de Aegan, segundos después se va con el bartender para pedir las bebidas.
—Ahora que estamos solas, ¿A que se debe tú cambio? , ¿A quién quieres impresionar? ¿Te gusta Aegan?
Alaska se ríe.
—No me gusta Aegan, Trisha cree que un cambio me hará bien para ser una chica como tú, poder cumplir con mi lista, me imagino que Aegan te conto que me ayudara a realizarla.
— ¿Quién es esta muñeca?—llega interrumpiendo un castaño nada feo.
—Alaska, me llamo Alaska — se presenta sonriéndole.
—Douglas amigo de esta mensa, me comento que eras linda pero en persona eres hermosa y sexy. — le da la mano a Alaska y le da un beso.
—Encantada de conocerte.
En eso llega Aegan con las bebidas, el cual les da cada una, se sienta a un sillón cerca de ellos, rápidamente van hacia él, Ana se sienta con él y en el otro sillón Douglas y Alaska.
—Esto sabe bien—señala Alaska riéndose era su tercer vaso de Whisky, la cual pedía al mesero cuando se le acaba, Aegan solo suspira al verla en ese estado.
—No pensé que te gustara beber Alaska, basta ya has tomado bastante.
—Déjala Aegan, no seas aguado—Exclama Douglas abrazando a Alaska. —Vamos a bailar
—Me encantaría—se levanta, mientras Douglas la jala contra el para bailar pegados, Alaska se mueve sexy no sabía lo que hacía.
Solamente se dejaba llevar por la música, la borrachera le estaba ayudando a descubrir cosas que no conocía.
Aegan solo los miraba sentado en aquel sillón, mientras Ana criticaba a Freda por su vestimenta tan provocativa, pero este no le hacía caso. Solo se dedicaba a observar y cuidar a Alaska.
En eso Alaska se acerca más a Douglas mientras bailan sexy, Douglas la jala fuera de la casa.
—Desde que te vi tengo muchas ganas de hacer algo—le confiesa tímido. Mientras Alaska solo se echó a reír.
Douglas se acerca a ella, le planta un beso apasionadamente con lengua, Alaska se deja llevar con el beso.
—Suéltala Douglas
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