Capítulo 4: Idiota número seis.
Al darnos la vuelta vimos al rector, sentí algo cálido en mi mano izquierda y luego un tirón, el chico me había tomado la mano y me hizo correr para poder perder de vista al rector. Íbamos corriendo tan rápido que cuando él se detuvo al frente de una puerta, yo lo golpeé con todo mi cuerpo ya que yo no había alcanzado a frenar.
-Auch- dije, él me miró y luego soltó mi mano.
-Está es la clase que te toca- dijo y se dio la vuelta para abrir la puerta.
-Emm, gracias- dije, él chico sonrió y abrió la puerta, me hizo un ademán con la mano para que entrara, pase a su lado y al estar completamente dentro sentí que la puerta se cerraba, miré hacía atrás y el chico ya no estaba, así que no vamos a la misma clase, me dije, miré el interior del aula y luego escuche que me llamaban.
-Señorita Asorey, llega usted tarde- al fijarme quien era la que me había dicho eso, ví a la maestra que me estaba mirando fijamente, era una mujer horrible, tenía grandes cejas y unos lentes de anciana, no parecía que pasase los cincuenta pero con su manera de vestir aparentaba más de sesenta, ¿que hace aquí nani McPhee? Casi río por lo que acababa de pensar, pero me contuve.
-Lo lamento maestra...- ni siquiera sabía como se llamaba, creo que ella lo noto y frunció el ceño.
-McPhee, ni siquiera eso puede recordar, tan despistada como siempre- dijo y yo tuve que llevar mi mano a mi boca para poder detener la carcajada que estaba apunto de salir de mi garganta, no puedo creer que tenga el mismo apellido- Ahora, tome asiento.
Caminé a una de las sillas que estaban vacías y me senté, cuando la maestra siguió con su clase me di cuenta que ella era la maestra de matemáticas, y yo que adoro tanto las matemáticas, (nótese el sarcasmo), en realidad no era mala en matemáticas, sin siquiera estudiar podía sacarme buena calificación, el único problema era que odiaba esta materia.
Después de unas largas clases, por fin tocaron la campana para salir a receso, tomé mis cosas y salí del aula. Fui al pasillo de los casilleros, abrí el de Abby y metí los libros dentro, no pude evitar ver la foto que estaba pegada en el fondo de este, en la foto salia una replica exacta de mí, abrazado a ella estaba un chico guapo y sonriendole perfectamente a la cámara, ese debía ser el novio de Abby, ¿como era que se llamaba?
-¡Brad!- dije en voz alta sintiendome orgullosa por haber recordado el nombre del novio de mi hermana.
-¿Si,que pasa?- respondió alguien detrás de mi, se me hizo un nudo en el estomago con solo imaginar que el novio de mi hermana estaba atrás de mí, y como claro, se supone que yo era ella... Rayos no sabía como saludarlo siquiera, era el novio de mi hermana, aunque me estuviera haciendo pasar por ella, por ningún motivo, POR NINGÚN MOTIVO, IBA.A.BESAR.AL.NOVIO DE.MI.HERMANA. Me di media vuelta y vi al chico de la foto en frente de mí.
-Ho... Hola- le dije y le trate de sonreír, Brad tenía un tajo en la ceja y unos cuantos moretones por la cara, él se acerco para besarme, o no, o no, ¡¡quiere besarme, rayos!! Cerré los ojos y le corrí la cara, así que el pegajoso y asqueroso beso le llego a mi oreja, provocando que me dieran escalofríos, él se separo de mí y me miró algo confundido.
-¿Que pasa?- preguntó, yo puse un rebelde mechón de cabello detrás de mi oreja y le sonreí, o bueno, lo intente.
-¿Que te paso en la cara?- pregunté, Abby no me había dicho nada de que él, estuviera con el rostro como si hubiese sido atacado por Freddy Krueger.
-¿Tienes amnesia o qué?- preguntó en tono irritado- Se que eres despistada aveces pero, bueno lo que me sorprende es que tú no tengas ningun rasguño.
-¿Eh?- musite, no entendí nada de lo que me dijo, él suspiró y luego llevo su mano derecha a mi mejilla.
-Escucha, se que estas molesta conmigo por dejarte ahí, pero sabes que si mi padre descubre que choque tú auto me mata, ya que si no recuerdas me quito el mio por conducir después de beber un poco de alcohol - mientras me decía esto iba cerrando mi mano en un perfecto puño, no podía creer que Abby me hubiese ocultado esto, como diablos dejaba que este imbécil la dejara sola en el accidente que él provocó, solo porque su papi lo castigaría, Brad has sido agregado a mi lista negra, junto con el policía que me había sacado un parte por estacionar mal mi motocicleta, mi madre y si, he dicho mi madre, el director de mi instituto, mi ex novio y el idiota que había intentado manosearme en una fiesta. Después de que terminara de hablar lo miré con odio, lo lamento Abby pero ya odio a tú novio.
-Eres un idiota, dejame sola- le dije, no le di el puñetazo que tenía pensado darle solo por que se supone que yo era Abby la niña buena, cerré mi casillero y comencé a alejarme de él.
-Bebé no te vayas- dijo y eso solo provocó que me diera más repulsión.
-No me llames así- dije sin siquiera darme vuelta para mirarlo, ya que estaba segura de que si lo hacia, vomitaría en ese instante.
Me alejé de él lo más rápido que pude, mientras murmuraba maldiciones, recordé que debía ir a buscar la hoja que contenía los horarios para saber que tocaba en la segunda clase, me apresure en subir las escaleras hasta el tercer piso, pase por uno de los pasillos y me detuve al frente de una de todas las puertas que habían, la abrí y vi que en la cama que estaba al frente de la puerta, había una pareja, el chico estaba abajo y la chica encima de él, con una de sus piernas entremedio de las de él, ¿no se supone que los chicos tienen prohibido entrar a los dormitorios de las chicas? ¿Y las chicas al de los chicos? no es que yo sea apegada a las reglas ni mucho menos, pero no estaba de humor para ver como dos tortolitos se transmitían gérmenes, la chica me miró sobre su hombro con el ceño fruncido, era rubia, por sus cejas se notaba que era teñida, el cabello le llegaba hasta los hombros y era evidente que lo más largo de este eran extensiones, no sabia que acá también habían zorras, pensé, recordé que las chicas con las que compartía dormitorio no eran nada parecida a ésta, así que con mucho cuidado, para que no se notará tanto que tal vez, y solo tal vez, me había equivocado de habitación, miré por el rabillo del ojo el número de ésta, me sentí tan ridícula, no me sentiría así si me hubiese equivocado por una puerta, pero equivocarme de sección ya era mucho, en la puerta marcaba B178, no quería parecer idiota así que inventaría una excusa para evitarme el ridículo.
-Ehmmm...- dije pero no se me ocurría nada que decir, de pronto el chico asomó la cabeza para ver quien era el que los interrumpía, o eso pensé, cuando vi quien era, quería pegarme con un bate en la cabeza, no podía tener tan mala suerte, este chico me aparecía hasta en la sopa, rodé los ojos y tenía la intención de cerrar la puerta pero no me moví al ver que él movía los labios, al parecer queriendo decirme algo y ese algo no tenía qué escucharlo la chica que estaba encima de él, la cual seguía mirándome sobre su hombro y con el ceño aún más fruncido, miré de nuevo al chico y pude leer claramente lo que trataba de decirme, Help, lo miré algo confundida, en realidad en este momento no me interesaba nada más que buscar la hoja de horario antes de que la campana volviera a sonar, pero él seguía moviendo sus labios con la misma palabra, bueno pues, me servirá como excusa, pensé- ¡Tú!, el idiota que esta ahí, el director te mando a llamar.
-Ahh, si, voy ahora- respondió, no sabía si la excusa había sido la mejor, pero creo que había funcionado, la rubia teñida se dio vuelta y lo trato de besar, pero el chico la afirmo de los hombros y la alejó- Me tengo que ir.
-No, no te vayas, quedate un ratito más- le dijo con voz de zorra regalada, de solo oírla me dieron náuseas, ella trato de besarlo nuevamente, pero él se movió rápido y se la saco de encima, se levantó de la cama y camino a donde yo estaba, osea a la puerta, me hice a un lado para que él pasara y luego le sonreí con malicia a la zorra que había quedado sola en la cama, ella me miró con odio y yo no puede evitar reír, él chico agarró mi mano sacandome de la habitación, la razón, pues porque me había metido en la habitación solo para reírme de la zorra estúpida, luego de sacarme y cerrar la puerta comenzó a caminar aún tomado de mi mano, yo miré nuestras manos unidas y fruncí el ceño, de un movimiento rápido me liberé de su agarré, él se detuvo y me miró.
-Gracias, en serio me salvaste- dijo y me sonrió, era una sonrisa que podría derretir cualquier glaciar que existía en el planeta, miré hacía otro lado comensando a caminar por el pasillo y él me siguió.
-Si, claro, lo que pasa es que amo rescatar animales en peligro de extinción- murmuré, él siguió caminando a mi lado, al parecer no me había escuchado, ahora que lo pensaba ni siquiera sabia el nombre de este chico, le iba a preguntar pero él se adelanto a hablar.
-¿Y que hacías ahí?- preguntó, obviamente no le iba a decir que estaba enojada con el novio de mi hermana y con ella igual por ser tan, tan, tan ella, o sea, aún me enfadaba el saber que no había dicho que ella no fue la causante del accidente, si no que había sido su estúpido novio, el cual la abandono después de estrellar el auto nuevo de Abby, pasando de eso, opte por lo más obvio.
-Pues nada, solo andaba abriendo puertas al asar y si tenía suerte encontraría una que otra pareja, pasándose gérmenes así les jodería el momento- súper obvio, dijo aquella voz, esa estúpida voz que no hacía más que enojarme y burlarse de mí.
-Ok, te creo- escuche que decía, lo miré de reojo y estaba sonriendo, no lo podía evitar, esa sonrisa no me gustaba para nada, me dolía el estomago tan solo verla, porque sera~ canturreo la voz, tú no te metas estúpida voz infernal, exhale ruidosamente- ¿Estas bien?
-Si- respondí cortante, lo lamentaba por él pero no estaba de humor, recordé la pregunta que quería hacerle y me apresure para que no me interrumpiera de nuevo- Y... Dime, ¿como te llamas?
-¿Es enserio?- dijo él y rió.
-Claro que es enserio, por lo menos quiero saber el nombre del idiota que me trae mala suerte- dije molesta por el hecho de que se riera de mi- Porqué por el momento eres el idiota número seis, al menos que me digas tu nombre, no dejaré de llamarte así.
-Jake- respondió y volvió a sonreír, endemoniada sonrisa- Y por si no lo recuerdas, tú eres Abigail, solo lo digo porque si no recuerdas mi nombre, cosa que seria difícil de olvidar, tampoco recordaras el tuyo, bueno si quieres puedo estar cada cinco minutos recordandote tú nombre para que así no se te olvide.
-¿Te estas burlando de mí?- dije achicando los ojos, él me miró con diversión.
-Por supuesto que no- maldito, lo odiaba y ahora aún más, al parecer había metido la pata, ya que según él nos conocíamos y eso, mataría a Abby por no decirme específicamente a quienes conocía y andarse con rodeos hablando otras estupideces sin sentido.
-¡Deja de seguirme!- le dije y él solo sonrió y se alejó de mí.
Fui hasta mi habitación y saque la hoja de horario de donde Abby la había dejado, con la hoja en mano salí del lugar y al cerrar la puerta, sonó la dichosa campana, corrí por el pasillo hasta las escaleras y baje estas de dos en dos, era la segunda vez en el día que bajaba así las estúpidas escaleras, sin importar que estuviera con falda ya que no había nadie cerca, corrí a los casilleros y cuando llegue al mío lo abrí y miré la hoja para saber que era lo que me tocaba, lengua, ¿enserio? saque el libro de... ¿Francés? ¿Abby quería aprender francés? yo prefería el japonés, algunos dirían que es difícil pero para mi no lo era, me había acostumbrado y aprendido mucho gracias al anime, cerré el casillero y me dirigí al aula.
[...]
Hoy había sido uno de los días más agotadores de mi existencia, estaba muerta, los párpados me pesaban, estaba segura que si no conseguía llegar pronto a la habitación, me dormiría en el pasillo, iba arrastrando mis pies, literalmente, mientras bostezaba, al llegar a mi habitación verifique el número de la puerta A111, entré y me lance a la cama, no tenía fuerzas para mover ni un musculo más, las clases de educación física aquí eran extremas, como no podía dormirme toda sudada hice mí mayor esfuerzo y me obligue a levantarme, me metí al baño y me duche.
Ya con pijama me metí en lo más profundo de mi cama y enseguida me quede dormida, esa noche no tuve sueños muy agradables.
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-HarunaNanami.
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