Me desperté al escuchar el despertador que estaba en la habitación, no quería abrir los ojos, escuche pasos y luego escuche como se abría y se cerraba la puerta del baño, unos minutos después se volvía a abrir, y eso paso dos veces más, cuando me digne a abrir los ojos vi a tres chicas ya con el uniforme puesto.

Una rubia de ojos azules, a la cual su cabello le llegaba hasta la cintura, no les mentiré era linda, la otra chica era un poco más baja que la rubia, cabello rojo y ojos color caramelo, o quizás celestes, no los veía muy bien desde mi cama, era un poquito cachetoncita, daban ganas de apretar sus mejillas, al igual como lo hacen las abuelitas, miré luego a la tercera chica que estaba junto a ellas, era castaña y esta si tenía unos notorios ojos celestes, de más o menos un metro cincuenta-y-algo, era casi del porte de la pelirroja, las chicas eran guapas, de seguro yo era un pedaso de escremento al lado de ellas, deje de mirarlas, me levante y fui a bañarme. El agua estaba exquisita y no me daban ganas de salir, pero tenía que hacerlo ya que no tenía que llegar tarde a clases, salí de la ducha, me envolví en una toalla y al salir del baño me di cuenta que las chicas ya no estaban, abrí la puerta del armario e ingrese a buscar el fastidioso uniforme, cuando lo tome en mis manos se escucho el timbre, el cual indicaba que las clases iban a iniciar, me vestí lo más rápido que pude, me peine y salí corriendo a la sala.

Bajé las escaleras de dos en dos, agradecía el poder correr con tacones, porque si, tenía que usar tacones, cuando llegue abajo corrí por los pasillos para buscar mi casillero, lo bueno era que aún habían chicos dando vueltas por los pasillos, por lo menos no era la única que estaba atrasada, de un momento a otro mi hombro choco con la cara de una chica, era de pelo negro, ojos marrones y era baja, muy baja.

—Disculpa— le grite, ya que seguí corriendo, no tenía que perder más tiempo.

Estaba llegando al casillero cuando alguien abrió una de las puertesillas de uno de esos casilleros, como venía corriendo no alcance a frenar y la puerta del casillero me dio de lleno en la cara, haciéndome caer de pompas al suelo. Y ahí estaba yo, nuevamente en el suelo y seguramente sangrando de nariz, miré hacía la persona que me había golpeado.

—No puede ser, ¡tú de nuevo! ¿Acaso tienes algo contra mi rostro? — le dije enojada, era el mismo idiota que me había golpeado con la puerta ayer, él como tratando de pedir disculpas, extendió su mano para ayudarme a que me levantará pero yo nuevamente no la acepte, me levanté y me acerque a mi casillero, al abrirlo me miré en el pequeño espejo que estaba en la puertesita del casillero y gracias al cielo no me sangro la nariz, cuando miré el interior del casillero me quise dar un golpe ¡Diablos! había olvidado la hoja en donde me decía a que clases debería ir.

Miré para todos lados en busca de ayuda pero ya no había nadie, bueno, no nadie, el único que estaba era el chico que acababa de golpearme con la puerta del casillero, me trague todo mi orgullo y me acerqué a él, total, se supone que no soy yo, que soy Abby, así que tengo que actuar como ella, ¿no? él estaba sacando algo de su casillero, respiré profundo y toque su hombro, él chico se volteó y enmarcó una ceja, en ese momento me dieron ganas de voltearme e irme, pero no lo hice.

—Disculpa, ¿me puedes decir que clase me toca? es que lo he olvidado— me sentía tonta diciendo eso, pero si había una pequeña posibilidad de que él supiese donde debía ir, pues tenía qué preguntar.

—Es raro que lo hayas olvidado, llevas estudiando acá mucho tiempo, si no me equivoco llegaste el año pasado— respondió mirándome arrogante, en ese instante me entraron ganas de golpear su hermoso rostro, pero me contuve, no se si te diste cuenta, pero acabas de decir que ese chico tiene un hermoso rostro, dijo la molesta voz de mi cabeza, la ignore y me dispuse a responder.

—Ah, si pero...— pense cual sería la mejor excusa para no sonar tan tonta, pero creo que la que salió de mis labios fue lo bastante tonta— Las vacaciones fueron muy largas y lo único que ocupa mi mente ahora es que un chico guapo me acaba de golpear la nariz por segunda vez— diablos, ¿porque dije eso? (porque eso es lo que piensas) no te metas todo es tu culpa, si lo se, soy rara, estaba discutiendo con mi propia mente, de pronto una risa me saco de mi pequeña pelea interna, miré al chico que tenía al frente y este se estaba riendo, se estaba riendo de mí, lo miré con el ceño fruncido y él dijo mientras aún reía.

—Lo lamento, no lo pude evitar, es que estabas haciendo unas muecas muy graciosas— yo lo miré y apreté mi mandíbula, di media vuelta y comencé a caminar hasta mi casillero — Espera— escuche que decía, pero seguí caminado, si volteaba iba a perder la poca dignidad que me quedaba, pero como el destino me odia y se que lo hace, antes de llegar a mi casillero me resbale y estaba casi segura que esta vez el golpe me lo iba a dar en la cabeza, apreté fuertemente mis ojos esperando el golpe, después de unos minutos el golpe no llego.

Sentí como si estuviera flotando en el aire, al abrir los ojos vi que el chico que me había golpeado dos veces, me estaba afirmando de la espalda y de la cintura al igual que en una película romántica, pero como yo soy taaaan poco romántica me aparte rapidamente de él y le iba a decir algo cuando una voz nos interrumpio.

—Ustedes dos, ¿que hacen afuera de sus aulas?

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Nota de la autora:

Por lo que me he dado cuenta, los capítulos son bastante cortos 😅

Este capitulo va dedicado a @tycoo_x.

HarunaNanami.