¡No puedo creer que estoy haciendo esto! Pensaba para mis adentros, mientras iba por los pasillos camino a la dirección. ¡¡Juro que cuando salga del hospital, la estrangulare con mis propias manos, maldición no puedo creer que haya aceptado hacer esto!! Me regañaba internamente a mi misma, iba llegando a la puerta de la dirección y antes de tocar la puerta, ésta se abrió fuertemente golpeando mi cara y haciendo que cayera al suelo, lo primero que hice fue llevar mi mano a mi nariz, al separar mi mano de ésta pude ver que en mi mano había sangre, subí la mirada para ver quien había sido el o la idiota que me había tirado la puerta encima, el chico traía puesto el uniforme de la tétrica "cárcel", este estaba ligeramente desordenado, el chico era bastante alto y muy guapo, miré sus ojos que eran de un hermoso color azul.

—Lo lamento, no te vi— dijo en un tono de disculpa, aunque se notaba que el chico estaba un tanto enfadado, estiró su mano para ayudar a que me levantará, pero yo lo miré con los ojos entre cerrados.

—Ya me di cuenta— dije, me levante y entre a la dirección sin siquiera tocarlo.

Al cerrar la puerta de la dirección miré hacía el gran escritorio que estaba al frente de mí, todo en la oficina del director estaba ordenado con mucho cuidado, me acerque a él lentamente.

—¿Me mando a llamar director Taylor?— pregunté con un intento de sonrisa en mi rostro.

—Si señorita Asorey— dijo y me quedo mirando la nariz, yo lleve mi mano derecha a mi nariz y trate de limpiarla, el director me miró con una ceja alzada y luego me paso un pañuelo para poder limpiar la sangre que aún escurría por mis fosas nasales— Tome asiento por favor.

—Gracias— le dije mientras me sentaba y limpiaba la poca sangre que quedaba en mi nariz.

—Señorita Asorey, la razón por la cual la he mandado a llamar, es porque ayer no se presento en la Academia y me han informado que la han visto llegar al medio día, también me dijeron que no asistió a ninguna de las clases— el director tenia una expresión entre seria y calmada, me miraba a los ojos y eso me ponía nerviosa, no por el hecho de que él era guapo y no era para nada viejo como me lo imaginaba, ni siquiera pasaba de los 45, bueno, lo que me ponía nerviosa era el hecho de que fuera a hacer algo que evidenciara que yo no era Abby, hacer algo como insultar al director o darle una patada en la entrepierna, claro, si es que aquello que me decía me llegaba a molestar, el director me miraba como queriendo una respuesta, algo que me puso aún más nerviosa de lo que ya estaba, rayos ¿porque Abby tenía que ser tan buena y amable con todos? ¿y, porque diablos tenia que haber tenido ese accidente con la primera rebeldía que hacía?

—Si, emm.... Lo lamento director Taylor, pero ayer mi hermana sufrió un accidente automovilístico y estuve todo el día en el hospital, se que le sonara como una excusa pero es la verdad— él seguía mirándome con su expresión seria y calmada— Y lamento no haber avisado pero en esos momentos no pensaba en nada más que en mi queriada hermana, pero no se preocupe esto no volverá a pasar.

—Muy bien, espero que no se vuelva a repetir señorita Asorey, porque usted es una muy buena alumna y no me gustaría tener que sacarla de la Academia por haber fallado en la asistencia— dijo el hombre.

—Si, no se preocupe, como dije, no volverá a pasar— dicho esto me levante de la silla en la que estaba sentada y me dispuse a caminar a la puerta.

Al salir de la dirección suspiré por no haber causado problemas como siempre suelo hacer, con la poca información que me había otorgado Abby, sabía cual era su habitación y en donde estaba la hoja en la que salia a que clases tenía que ir. Subí las escaleras para llegar al cuarto piso en donde se encontraban las habitaciones, ya que en el primer piso se encontraban algunas aulas, la dirección y la cafetería, el segundo piso era solo de aulas, mientras que el tercero y cuarto eran las habitaciones. La Academia era enorme, con un patio y una vista increíble, al lado de la Academia había una inmensa biblioteca, todo el lugar era hermoso, no me esperaba menos de la mejor Academia de arte del mundo. Cuando llegue al cuarto piso busque la habitación A111, las habitaciones se separaban a la mitad del tercer y cuarto piso, el lado A era el de las mujeres y el lado B el de los hombres, camine por el pasillo buscando la habitación A111, cuando la encontré me quedé al frente de la puerta por unos largos minutos, me daba no se que entrar y ver quienes eran mis compañeras de habitación, Abby me había dicho que no hablaba con ellas, aunque se me hacía raro que Abby no hablara con sus compañeras de habitación, así que no estaba obligada a hablar con las chicas.

Respiré profundo y abrí la puerta, la habitación era grande, había una litera a la derecha y dos camas, una al medio y la otra pegada a la pared, al lado de una puerta que supuse era el baño, cerca de la litera había otra puerta que al parecer era el armario ya que no había ni uno por ningún lado, habían también dos mesitas de noche, una al lado de la cama que estaba pegada a la pared y otra entre la litera y la cama del medio. Para mi buena suerte mis compañeras de habitación no estaban, debían estar en la cafetería ya que era la hora de la cena, desde que había llegado a la Academia me había dedicado a examinar el lugar, mirar todo lo que me rodeaba y saber en donde iba a tener que estar por casi un mes, había visto a varios alumnos de la Academia con sus uniformes y demás, contando al idiota que me había chocado con la puerta de la dirección, varios de los chicos que vi me saludaron y yo no tenía ni la menor idea de quienes eran, así que yo también los saludaba y aparentaba que los conocía. Me dirigí a la puerta que estaba al lado de la litera, cuando la abrí pude ver un enorme y hermoso armario, estaba todo ordenado y dividido en cuatro partes, las que consistían en cuatro cajones para la ropa y uno más abajo para los zapatos, en la parte de arriba eran donde estaban los colgadores, los cuatro lados tenían los apellidos de sus dueñas, Coleman, Bennet, Taylor y Asorey, abrí el primer cajón, ahí era donde mi hermana tenía su ropa interior, en el segundo estaban sus poleras (camisas o como se les llame en su país) en el tercer cajón habían shorts y faldas, y en el ultimo tenía sus suéteres, abrí la parte superior y ahí colgado estaba el uniforme de la Academia, lo que más odiaba eran los uniformes pero este no estaba tan mal, cerré la puerta y busque unas toallas, necesitaba urgente una ducha, el día había sigo espantosamente caluroso, tome unas toallas blancas que estaban en una parte del armario que decía Asorey y me fui hasta el baño.

Después de una refrescante ducha, me puse el pijama, el cual era, unos shorts cortos y una polera de tiros morada, me seque el cabello y me acosté a dormir, prefería estar dormida cuando llegaran mis compañeras de habitación, mañana iba a ser un largo día.

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Nota de la autora:

Hola... Bueno para que lo sepan la Academia es completamente inventada por mi, así que no la busquen por google porque no existe y si llegase a existir... Seria raro porque nunca he escuchado o leído (investigue) de una Academia de arte llamada Taylor's.

Besos y gracias por leerme n.n

•HarunaNanami.