Narra Cielo.

No podía dormir. No pensando en papá.

Me levanté despacio para no despertar a mi tía y mi hermano. Bajé al living, la puerta se abrió. Corrí a la cocina y me escondí. Escuché a Papá murmurar.

- ¿Quieres algo?

- No Juan, gracias

Era una mujer... Y juraba que era Mamá.

Bueno, no tuve mucho con ella y no recuerdo. Pero en vídeos oí su voz, y la reconozco.

- Sube las escaleras, la ultima puerta es mi habitación. Ponte cómoda.

- Si... Gracias otra vez.

Escuché los tacones alejarse y el ruido de los zapatos de papá. En la mesa quedó el frasco con galletitas, así que agarre un vaso y le puse yogurt. Me senté, tome una galletita y esperé a que entrara.

- ¡Ay!

Gritó. Sonreí.

- Hola Papi.

- H.. Hola amor.

Besó mi frente y se acercó a la heladera

- ¿Con quien viniste?

Se quedó quieto.

- Con nadie...

- Amm.. Okey.

- ¿Que hacías despierta?

- No podía dormir, es obvio Papá.

Deje el vaso y la galletita.

- Intentare de nuevo. Hasta mañana.

Salí corriendo.

- ¡Te vas a caer! ¡Cuidado hija!

Subí las escaleras y corrí a la habitación de papá. Una chica estaba de espaldas.

- ¿Quien eres y que haces en la cama de mi papá?

La chica saltó, así cayéndose al piso. Aguante mi risa fuerte y sonreí "Inocente".

- Oh... Ah... Eh... Hola...

Rió nerviosa. Cuando su rostro volteo, casi caí al suelo. Si no me sostenía de la pared, me mataba.

- Soy... Soy..  Martina... Y..

- ¡Cielo!

Papá me levantó.

- A tu cama.

Estaba algo debilitada.

¡ERA MI MAMÁ! ¡ESTABA AHI!

Tenia que despertar a Juan.

Cuando mi papá me acostó y se fue, me levanté y fui a la habitación de mi hermano.

- Marmota.

- ¿Que? ¿Tampoco puedes dormir?

- Papá llegó, con mamá.

- ¿El qué?..

Lo levanté y arrastré a la puerta de la habitación. Lo hice mirar por la cerradura.

- No se ve nada -Murmuró- Espera.

Apoyó su oído, lo imité.

- ¿Crees que haya sido buena idea venir? Tu hija no me vio muy bien...

- Martina, tu tranquila. Será una buena oportunidad para conocerlos..

Nos miramos y al mismo tiempo gritamos.

- ¡Papá!

Corrimos a nuestras habitaciones. (Están una frente a la otra). Dejamos la puerta abierta y esperamos a que apareciera. Cuando lo hizo, nos hicimos los dormidos. Ni ella ni él tardaron en revisarnos.

- Juro que los oí gritar.

- Y yo... Mejor vamos a la habitación, sigamos...

Se fueron.

- Estos van a fo...

Se quedó callado.

- Papá se volvió un desastre desde que la vio -Murmuré- Ahora estará jodido.

- No seas mala. Es lo único que nos queda.

Tenia razón.

- No es fácil.

- Pero no seas así... Cambiando el tema... Es igual a mamá... Tienes razón.

- Algo tiene esa mujer... Lo percibo.

- No se... Pero está mal. Papá necesita la contención de alguien además de la nuestra. Y ese alguien lo tiene que encontrar.

Sonrió y besó mi mejilla.

- Descansa tonta, hasta mañana.

- Adiós Marmota.

Bueno... Al menos mi hermano es civilizado...

Narra Juan.

Después del abrazo con Martina y tomar un café, le dije que fuéramos a casa. La noche se puso fría, era muy tarde y ella vivía algo lejos.

—·—

- Juan... Creo que no les caeré bien.

- Tranquila. Eres mi amiga, no tienen porqué enojarse. Además, ya tengo que despertarlos y hacer el desayuno...

- Si quieres yo los despierto y tu ve a hacer el desayuno.

Sonrió.

- Mejor al revés. ¿Si?

- Genial

Se levantó y fue a cambiarse de ropa. Anoche le preste una camiseta larga para que pudiera dormir cómoda.

No pasó nada de todas formas. Ni un beso en los labios. Solo hablamos para conocernos mas y así.

Vuelvo a repetir, es igual a ella.

- Tu eres mi ángel, tenerte cerca me hace tanto bien. Tu me haces bien, tu me llenas. Y tu me cubres con tus alas y yo, Toco el cielo solo por ti...

Canté mientras terminaba de acomodar mi ropa. Martina salió del baño y me dio la camiseta.

- Bonita canción...

- Si -Reí- Tiene unos años... Pero recalca mi situación.

- Te entiendo... Me pasó con mi último novio... Y por ello no tengo pareja.

La miré.

- Falleció en un asalto... Fue al banco y no volvió... Fue uno de los tantos de la masacre...

Sus ojos se llenaron de lágrimas. Me levanté y la abracé.

- Lo siento que pregunté anoche... No sabia.

- No es tu culpa. También lo hice -Rió- Bueno, vamos que tus chicos llegaran tarde al colegio.

Sonreí y me fui.

Una vez que los dos se levantaron, bajamos a la cocina.

- Chicos... Tengo que presentarles a alguien.

Martina sonrió. Ya tenia el desayuno listo.

Cada momento a su lado es un recuerdo de Aria.

- Ella es Martina, una amiga... Martina, ellos Son Juan y Cielo, mis bebés.

- No somos bebés, payaso.

Cielo la miró mal y sonrió inocente.

- Cielo Jhonson.

Apretó su mano, tanto que se la dejó blanca.

- Cielo..

Dije entre dientes. La soltó y se sentó en la mesa.

- Juan Jhonson Londoño...

Él, en cambio, se estiró y besó su mejilla.

- Soy Martina Stoessel, pero pueden decirme Tini.

Juan sonrió, mientras Cielo miraba los imanes de la heladera.

Se molestó.

Y es obvio, jamas traje a nadie. O sea, ningún desconocido para ellos.

Juan se lo tomó bien, supongo, pero Cielo no.

- Perdona a Cielo -Susurré- No esta acostumbrada a nadie desconocido.

- No hay problema...

Sonrió y me ayudó a servir el desayuno.

Juan y Cielo se miraron con complicidad.

Esto se va a poner feo.

Esperemos que Martina soporte esto.