POV  Christian

Se que Anastasia, no entiende mi preocupación hacia ella, ni yo mismo entiendo porque me importa, pero me molesta que piense que la obligaré que sea mi sumisa para pagar lo que estoy haciendo. Regresamos a la sala de espera y veo a Mía, que sigue atónita, debo saber de donde mi hermana y Anastasia se conocen.

- Iré al baño- dice Anastasia

- ¿Te acompaño?-

-¡No!- Responde horrorizada.

- Christian ¿Podemos hablar?- Dice Mía, llamando mi atención.

- Ya regreso - dice Anastasia, se ha calmado un poco. 

Me quedo viendo a Anastasia, mientras se marcha. Es hermosa, debo encontrar la forma para que esa mujer sea mía.

- ¿Desde cuando que Ana y tu son novios? - Pregunta Mía, molesta

- ¿Que?-

- No te hagas el idiota.

- Ella no es mi novia, es solo una amiga. Le mentí al doctor para que me deje entrar a su consulta...¿Y tu desde cuando que la conoces?- Desvío su atención

- Ella es la asistente de mi novio, el no pudo venir así que me ofrecí.

- ¿Tu novio? - Ese imbécil de Kavanagh es su novio

- Si. Mi novio- afirma

- ¿Y como es que yo no sabía que tenías novio?- Quizás en que otras cosas me has mentido hermanita

- Christian, tu has estado muy lejano a la familia- y como no estar lejos si mi propia familia posiblemente quiera matarme- y para que te enteres, eres el primero de la familia en saber que tengo novio.

- Pero que honor- le digo con sarcasmo - ¿Por que no le has dicho a los demás de tu noviazgo?

- Porque andan raro...cada uno por su lado- pongo toda mi atención en mi hermana- incluso creo que Elliot, tiene una amante, y si se acaba el matrimonio de Elliot y Kate, no creo que le guste que mi novio sea su cuñado-

- ¿Por que crees que Elliot, tiene una amante?-

- Porque un día fui al centro comercial, y desde lejos lo vi acompañado de una mujer y no era Kate, el le tomo la mano. Quise acercarme pero no pude- esto está pensando cobrar sentido. Anastasia, oyó a un hombre y una mujer planeando mi muerte, pudo ser Elliot, y su amante.

- Kate, me dijo que Elliot, estaba arruinado, que fue estafado

- ¿Como? No sabía nada de eso- dice sorprendida. - Aquí esta pasando algo raro, Elliot, esta arruinado, tiene una amante y mis padres planean irse por dos meses en un crucero -

- ¿Como es que yo no sabía nada de eso? - Pregunto molesto, pero somos interrumpido por Anastasia.   

- ¿Creen que pueda hablar con el doctor nuevamente? Necesito saber exactamente que le harán a mi padre - dice Anastasia, preocupada. Ya no llora, me parte el corazón verla sufrir. Tu no tienes corazón idiota, o eso es lo que dices.

- No creo...debes descansar Ana, ¿Tienes en donde quedarte?- Le pregunta Mía, y ella niega con la cabeza.

- Me quedaré aquí en el hospital- dice

- Por ningún motivo, iremos al heathman hotel- afirmo. Antes que Anastasia, me discuta un señor de unos cuarenta y siete o menos la llama.

- Señor Rodríguez, pensé que se había ido- ¿Rodríguez? ¿Será pariente del idiota?

- No, pero ahora lo haré...ya es tarde, me quedaré en casa de un amigo ¿Vienes conmigo?

- Señor, no se preocupe, que de ella me encargo yo- le digo antes que Anastasia, responda

- Joven, yo soy José Rodriguez- tenia que tener de nombre Jose Rodríguez

- Yo soy Christian Grey- tiendo mi mano

- Un gusto en conocerlo- me sonríe. Me parece un hombre amable. - Ana, debo irme, mañana muy temprano estaré aqui- dice mirando a Anastasia

- Gracias señor Rodriguez- ella se acerca y lo abraza

- Descansa cariño- el besa la frente de ella. Aunque no le veo mala intención al señor Rodriguez, me molesta que la abrace y la bese en la frente.

- Christian, yo tambien debo irme- anuncia Mía.

- Esta bien, le diré a Stephan, que te espere.

- Genial ¿Viniste en el Charlie Tango?

- Así es...

  •••••••••

Mía, se ha marchado a Seattle, y Anastasia y yo hemos venido al heathman, Taylor, reservó la suite, ahora fue de compras, porque me di cuenta que la señorita Steele, no ha traído ropa, para cambiarse 

- No debiste hacer esto...yo podía haberme quedado en el hospital- dice Anastasia, cuando aparco en el estacionamiento del hotel.

- No iba dejar que duermas en un hospital, y ya no discutas- mi voz suena mas dura de lo que pretendía

- ¿Por que estas haciendo esto?- Pregunta desafiante

- Porque puedo- murmuro con sequedad. Salgo del auto y lo rodeo para abrirle la puerta a la señorita Steele.

- Ven- tiendo mi mano y ella lo toma, y  nuevamente siento esa extraña sensación de electricidad al rozar su piel. Trato de ignorar esa sensación y me mantengo con expresión impasible. 

Me encanta llevarla tomada de la mano, cuando pasamos por el vestíbulo, algunos hombres quedan mirando a mi acompañante ¡Ella viene conmigo! Odio que la miren, nos acercamos a recepción. Pongo los ojos en blanco cuando la recepcionista se queda alucinada al verme.

- Hay una reserva a nombre de Christian Grey- digo irritado

- Así...espere- dice nerviosa y comprueba en el ordenador.- Aqui esta - susurra y me entrega la tarjeta plástica para llaves electrónicas.

De la mano de mi chica me dirijo al ascensor, ni Anastasia ni yo traemos equipaje. Llegamos junto a los ascensores y yo pulso el botón de llamada. Las puertasse abren prácticamente al instante, y una pareja esta besándose apasionadamente, el tiene su mano debajo de la corta falda de la chica, y ella rodea el cuello del chico con ambas manos. Se separan de golpe, sorprendido y avergonzado. Salen disparado del ascensor, se me escapa una sonrisa traviesa, al ver a la señorita Steele muy incomoda. Pulso nuevamente el botón, y el ascensor empieza subir. Me siento tenso, el olor a manzana invade mi fosas nasales, de reojo veo a Anastasia, mordiendose el labio.

- No hagas eso, si no quieres que te folle- le advierto, ella suelta su labio de inmediato y se queda roja como un tomate.

- ¿Me has traído para eso a este lugar?- Pregunta con voz entrecortada

- puede ser- quiero tenerla como sea en este instante, la deseo mucho

- pero te dije, que no aceptaba ser...

-Olvidate de eso por favor- las puertas del ascensor se abren, y antes que Anastasia, salga la alcanzo tomar por la cintura y sin darle tiempo que reaccione mi boca se apodera de la suya.

Capitulo 2/ 3 del maratón