Deja que lo fugaz se vuelva eterno,

deja que cada instante parezca inmortal.

Deja que la lluvia que dura unos pocos minutos,

se convierta en tormenta y nos empape,

disfrutando ser empapados por ella.

Deja que el viento que susurra sonidos,

parezca música,

de esa que nunca termina.

Deja que el beso que inicia con vehemencia,

se vaya tornando calmo,

lento,

profundo.

Deja que nuestras manos unidas,

parezcan las piezas perfectas de un rompecabezas que no puede romperse.

Deja que las caricias sean diferentes,

únicas,

especiales,

no te apresures; no contemples el tiempo.

Deja que tu piel y la mía se reconozcan una y otra vez.

Deja que tu alma se sienta plena junto a la mía,

deja que mi alma logre calmarse con la tuya.

Deja que las risas traspasen la distancia,

los minutos,

las horas;

que tengan un eco inagotable.

Deja que los latidos del corazón acelerados al vernos,

aumenten,

se aviven y sean como llamas de fuego.

Deja que las promesas se cumplan,

que las palabras se demuestren,

que los hechos perpetúen.

Deja que las mentiras,

los enojos,

las confusiones

y dudas sean callados,

que el silencio con su insistencia los destroce.

Deja que podamos voltear en el tiempo y decirnos:

todo valió la pena...

Amor, yo dudo de lo duradero,

pero por ti,

lo fugaz se está haciendo eterno...