Mi mente se llenó de los recuerdos de su piel,

su piel aferrada a la mía.

Su saliva en mi saliva,

Mi pecho en su pecho,

sus gritos en los míos.

Su aliento caliente,

desesperante,

asfixiante,

mi aliento pidiéndole más.

Mis ojos suplicándole llegar,

su boca jadeante gritando murmullos.

Sus ojos intensos clavados en mí,

mi boca sin aliento intentando sobrevivir.

Mis uñas clavadas en su espalda,

sus piernas atrapando a las mías.

Nuestros cuerpos uniéndose una vez más

y otra

y otra,

haciéndolo eterno.

Nuestras almas volviéndose una por un momento,

haciéndose interminables.

Y nuestro amor,

siendo uno,

volviéndose infinito.