El día fue como de costumbre, con Jimin bajando totalmente arreglado, casi listo para ir a cumplir con sus clases, y por ende, con su horario.

Y digo casi porque el pequeño y dulce omega debía ir a desayunar al comedor, para después salir de casa.

En esos momentos se encontraba en el hogar de su madre, su semana recién había empezado con ella y estaba algo ansioso. Tenía suerte de que la casa de su mamá quedaba cerca del instituto al que iba, y no solo eso, quedaba también algo cerca de la casa de Jennie, su única amiga omega, claro estaba.

Jimin no solía tener tantos conocidos de su misma jerarquía, a pesar de que lo intentaba casi ningún omega quería acercarse a él.

Cualquiera supondría que era por la actitud, por su personalidad tan hipnótica y dulce, o por su froma de ser, ya directamente.

Pero nada de eso tenía que ver, Jimin no tenía tantos amigos omegas porque él era una amenaza.

Exacto.

Él era una amenaza a simple vista, un muro de hierro intenso que separaba a la mayoría de alfas y dividía los criterios de algunos.

Jimin era el tipo ideal de cualquier alfa o beta, era una ternura andante capaz de conquistar el corazón de muchas personas con tan solo una simple mirada.

Era la competencia de media universidad sin siquiera notarlo.

Era una amenazada para toda una manada de omegas, y Minnie aún no se daba cuenta en lo absoluto. Ni siquiera se le cruzaba por la mente, y eso era malo.

-Bueno días, mi mochi encantador..- una joven mujer de cabellos castaños llegó hasta él con un delantal amarillo y de patitos puesto.

Una sonrisa brillante y preciosa hacia abultar sus mejillas, aquellas que estaban mínimamente cubiertas por un rubor natural. Sus ojitos preciosos de tono almendra, con ese mismo resplandor tan peculiar que suele caracterizar a Jiminie.

Esa bella mujer era su progenitora, una omega bonita en todos los sentidos, desde la cabeza hasta la punta de sus pies, hasta el último cabello lo era.

-Hola mami, buenos días..- murmuró el menor en respuesta, sonriendo con su adorable eyesmile.

La hermosa mujer llamada HyunMi señaló con la mirada al comedor, colocando una sonrisa casual al mismo tiempo en el que su hijo se dirigía hacia el lugar.

-Wow...Mamá esto es ¡Increíble!..- exclamó a lo último el pelirubio, tomando asiento delicadamente y sin despegar la vista de los platillos.

Era todo lo contario a su padre alfa, tan ordenado y tan estético que un destello asombroso cruzó en los ojos azulados de Minnie.

No era por hablar mal de él, pero su padre Bonhwa casi siempre estaba undido en el estrés y trabajo, y de verdad que él no tenía tiempo para tomarse la molestia de que la comida se viera como en una foto de Instagram, con filtro y todo.

Su papá era el mejor, pero en estos casos...Mami tenía puntos extras.

Y bueno, ya que estamos hablando de su padre.

-Por cierto, ¿cómo está tu papá? Dime por favor que no se salta las comidas..- el tono de súplica fue claro.

El omega varón negó rotundamente.

-No, mami, siempre le recuerdo que debe comer a buena hora y tomar su medicamento.

Minnie dio un pequeño bocado, y degustó de su tostada con mermelada de mora. A pesar de estar contento con el sabor, Jiminie fue capaz de sentir algo pesado en el ambiente.

Su madre estaba decaída, de seguro extrañaba demasiado a su otra mitad.

-Bueno, ahm...Está bien, hoy iré a recogerte al Instituto, cariño..- la omega dejó un pellizco en la mejillita rechonchita de su bebé, y ahora probó de su plato.

Okey, no tendría por qué alterarse ¿Verdad?

Espero que les guste, perdón si ven algún error.

¿Qué les pareció?

¿Preguntas?

Uff ahora si se viene lo bueno aaaah 👁

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¡Los amito!

Sempai❤